Partida Rol por web

Cuando el sentido común vuelve a mi sacudo la cabeza:

- ¡Ey! ¿Qué haces ahí parado bobo? ¡Venga! ¿Estás esperando a que ese loco venga aquí?

- En fin chicos, si la montaña no va a Mahoma ...

Me dirijo fuera, en dirección al lugar por donde se fue Gallagher.

Pobre hombre. No creo que encerrarle vaya a ayudar en nada. No me parece que vaya a hacerse daño. Sin embargo deben tener algo para defenderse y atacar en estos casos. Veamos...

Miro por la estancia, en el armario o donde sea para buscar el material que usen los celadores para reducir a los tarados, y de paso, y si hay unos viales de haloprnosequé y unas hipodérmicas para dar un chute a Gallagher, las tomo prestadas.

Y ¿está tal vez su ficha a mano? Eso ya sería mucha suerte, pero quizás hay alguna tablilla con parte de su historial y evolución, y donde consten cuanto de haloprnosequé hay que inyectarle según prescripción facultativa.

Bruce echa un vistazo por la pequeña estancia de la habitación de Gallagher pero solo ve, sobre una mesa simple de madera, un televisor y lo que parece ser un bocadillo envuelto en papel albal.
Sin embargo, al mirar en la celda, ves unos folios en blanco tirados por el acolchado suelo.

Ignacio sale al pasillo decidido y puede divisar, al fondo, una puerta abierta frente al ascensor y una mujer al parecer rubia y vestida de blanco tirada (o apoyada) en el suelo. La enfermera de recepción ?

Comprobáis que la sangre mancha ligeramente la parte baja del panel y más abundante sobre el botón de la planta baja.

Al salir, solo veis el vacío y la tranquilidad en el largo pasillo. Al fondo, veis la doble puerta de entrada entreabierta.

- Vaya por Dios...

Me adelanto unos pasos para mirar los alrededores, intentando encontrar a alguien que pueda indicarnos la dirección, aunque parece más que claro que se nos acaba de escapar...

¡No! ¡Mierda!

Al ver la doble puerta entreabierta, la desesperación por evitar lo que parece inevitable me hace recorrer a toda velocidad el pasillo para llegar allí y tratar al menos de divisar a Gallagher, y quizás de detener su huida, una posibilidad que se diluye a cada segundo que pasa...

Ignacio parecia adelantarse a sus propios pasos por lo que Gary decidio ayudar a Bruce en ese extraño empeño en busca ralgo que les fuera de ayuda, para retener a aquel loco.
-No creo que deberiamos meter las narices en esto... Se...Seguro que no es la primera vez que tienen una fuga y sabran como actuar, a estas horas nuestros colegas seguramente esten hablando con el resto de los celadores de ese pobre loco.-Comentaba mientras miraba sin aparente interes algo de utilidad, tan solo reparo en ese bocadillo, despues de todo empezaba a ser bastante tarde y el hambre llamaba a su estomago mas que el interes por saber de aquel recluso.

Cogio el bocata mirando de que estaba echo mientras Ignacio desaparecia por el pasillo y Bruce parecia incansable buscando.
-No creo que encontremos algo mas a estas alturas Alonso.-Un chiste que seguramente solo el entenderia.-Sera mejor dar cobertura al escritor.

Ya viste lo que hizo con esa camisa de fuerza. Los celadores no creo que estén muy preparados para reducir a un tipo que puede hacer eso. y tras pensar durante unos breves instantes añado Y nosotros tampoco. Aún así, salgamos. Aquí no podemos hacer nada digo ignorando que está haciendo el hostias con el bocadillo.

Salgo de la estancia y veo a la muchacha en el pasillo y a Ignacio que se dirige hacia allí.

Inmediatamente un gesto de alarma aparece en mi rostro y avanzo a gran velocidad hacia donde está la joven.

Dios.... señorita, ¿está usted bien? digo mientras corro hacia ella.

Rodeáis a la enfermera reanimándola cuando abre y cierra repetidamente los ojos, hasta que por fin los deja abiertos y podéis ver unos grandes ojos azules y párpados adormilados. Qué.... oh!, con vuestra ayuda consigue levantarse yy se lleva la mano a la cabeza.Es terrible.. el paciente... salió corriendo... de pronto parece acordarse de algo. Donde está Conrad Walters ?, mira hacia el fondo, hacia la habitación de Gallagher y marcha hacia allí, con prisa, mientras dice para sí, Conrad !?

Habéis llegado hasta la doble puerta de salida tras pasar por recepción, a toda prisa. Salís hacia la entrada y véis que la única salida es por la puerta por donde habéis entrado con el coche. Pero no véis a nadie.

Oís el dong! del timbre del ascensor y su puerta se abre. Tras ella aparece el guardia de la puerta, alarmado.

Lo habéis visto ?... Dice, exhausto por la pequeña carrera desde el ascensor hasta vosotros. Ellen ya ha llamado a la policía.

Me vuelvo hacia el guardia de seguridad.

- No... me temo que no. Maldita sea.

Miro de nuevo a Dingwall

- Deberíamos volver con los otros, ¿no le parece, agente Dingwall?

No se preocupe, señorita. El celador Walters está en estado de shock, pero se recuperará.

Salió corriendo. ¿Hacia dónde? ¿consiguió escapar del hospital? Digo intentando transmitir una sensación de tranquilidad al hablar, pero no creo que lo consiga, pues yo mismo estoy bastante nervioso

La enfermera se da media vuelta a mitad de camino sin dejar de avanzar. A la planta principal, abajo, por la puerta de salida..., se gira y se adentra en la habitación de Gallagher, escucháis como exclama. Tranquilo Conrad, ya estoy aquí, no psa nada., suavemente, consolándolo.

Se ha escapado. Se me ha escapado...

Con la mirada fija en la noche al otro lado de la puerta, enfundo la Beretta en la pistolera. Lo consigo al tercer intento. Me miro las manos, que están temblando. Se me ha bajado el subidón de adrenalina y todo lo vivido me golpea de nuevo con fuerza.
Tengo que apoyarme en la pared porque me flojean las piernas. Me deslizo por ella y quedo sentado en el suelo, cubriéndome la cara con las manos.
A la cabeza me vuelven los ojos rojos de Gallagher, mirándome fijamente, y en mi mente esa imagen se mezcla con el recuerdo de la cabeza de Sanders, reventando frente a mí.

No me llame “agente”. Le digo a Martín. Yo ya no soy policía...

Un minuto. Sólo necesito un minuto y volveré a estar bien.

Me quedo un largo rato mirando al hombre derrumbado ante mi, sin comprender, incapaz por completo de adentrarse en la mente de aquel tipo. Martín está contemplando un abismo al que siempre ha rehuido, del que siempre se ha librado.
Miro a la noche, tratando de forzar a la oscuridad a revelar dónde está Gallagher, qué demoios ha pasado, qué clase de locura fragmentó su mente y retorció su alma.

Cualquier cosa, excepto enfrentarse a los sentimientos de otro ser humano.

Poco a poco vuelvo a recuperar el control. Como pasa siempre. Guardo la imagen de esos ojos rojos junto con el resto en lo más profundo de mi mente, donde no pueden afectarme.

Vamos. Digo a Martín con la voz todavía desencajada. Volvamos dentro.

Entre que unos bajan del ascensor y otros vuelven al pasillo de la entrada principal, todos os encontráis frente a recepción, con caras largas tras haber perdido el rastro al bueno de Gallagher. No pasa mucho tiempo hasta que llegan un par de coches de policía. Son más de las 22 horas, el celador se encuentra tapado por una manta bajo los cuidados de la enfermera, dos policías os han estado interrogando sobre lo sucedido, mientras otros dos de paisano se encuentran abajo, inspeccionando la habitación.

Los policías os aconsejan que os marchéis ya, no hay mucho más que podáis hacer por ellos y es tarde. Nosotros nos ocuparemos, no se preocupen.

Miro en silencio a mis compañeros arqueando una ceja.

- Creo que es la mejor idea que he escuchado esta noche... mañana lo veremos todo con más perspectiva. Espero.

Camino lentamente hacia el exterior, hacia el coche de Bruce.

Y la peor noticia es que un tipo realmente extraño y fuerte anda suelto por Londres. Y no parece nada agradable en el trato.

El cansancio después del largo viaje y la tensión sufrida en los minutos anteriores hace mella en mí. Me siento cansado y aturdido.

Y no parece que sea éste el mejor momento para consolar a la pobre enfermera, que también lo debe haber pasado fatal, la pobre.

Vayámonos a descansar y mañana podríamos comenzar a hacer indagaciones sobre lo sucedido. No hemos reservado hotel y quizás buscar habitaciones ahora sea bastante complicado, teniendo en cuenta que son vacaciones. Puedo invitaros a pernoctar a mi casa. Hay camas para todos y el vecindario es tranquilo. La nevera no está nada surtida, pero podremos conseguir algo de comida en algún restaurante cercano, que cierra tarde.

Gary aun estaba confuso por lo que acababa de suceder, asintio como todos ha aquellos guardias de la ley quienes les invitaron a salir de una vez por todas de esa escena.
-Bueno, mirarlo asi, un psicotico que se dedica a romper puertas y camisas... seguro que llama la atencion, no tardaran en dar con el y atraparlo y entonces no habra mas peligro... Luego podriamos volver a intentar interrogarle...
Rompio entonces el papel de albal de aquel bocadillo que habia cojido de la mesa y le dio un mordisco, masticando con la boca llena.

La mirada de todos los demas le obligo a tragar aun a medio masticar aquel trozo y contestar.
-Bueno... es tarde... y esto me a dado hambre... ¿Alguien quiere?-Ofrecio entonces aquel bocado a sus demas compañeros.

"Creo que esto es lo unico bueno que hemos sacado de aqui... Pero... ¿Que clase de embutido es esto?"