Partida Rol por web

Patrick va al aeropuerto a encontrarse con su hermano mientras el resto del grupo se dispone a montar la cena en casa de Bruce, en Londres.

Te despides del resto del grupo cuando te diriges a tu casa para coger el coche e ir al aeropuerto Heathrow, donde has quedado con tu hermano Brian a eso de las 22:30 h.

Es más o menos esa hora cuando llegas. Como de costumbre, las enormes instalaciones del aeropuerto se encuentran abarrotadas de personas que van y vienen de un lado a otro. Una voz femenina anuncia los vuelos a través del sistema de megafonía, incómodas sillas de plástico, guardias de seguridad, controles, ajetreo, etc. En definitiva, el típico ambiente del aeropuerto de una ciudad tan importante como es Londres.

Tras unos minutos, la voz femenina anuncia la llegada del vuelo en el que viaja Brian. Cae una suave nevada sobre la ciudad, aunque no es tanimportante como para cerrar las pistas y por supuesto, no será problemático aterrizar.

Pasan unos 10 minutos y las puertas automáticas que dan acceso a la zona de espera se abren. Una avalancha de gente irrumpe en el aeropuerto. Desde donde estás tú, en el interior, una marabunda de familiares se disponen a saludar a los recién llegados. Besos, abrazos, escenas muy bonitas. Es lógico, estamos en navidad. Parece que Brian no aparece, y será difícil distinguirle entre tnatas personas.

Una señora se lamenta de haber perdido de vista a su hijito, pero no parece importarle a nadie. Estamos en navidad, pero algunas cosas nuca cambian. Unos miembros del Hare Krishna se abalanza sonre tí.

Un donativo hermano, paz y amor...

Por fin, una fogura te parece familiar. Entre la multitud, un hombre de traje oscuro alza la mano dirgiéndote una mirada. En el brazo lleva una gabardina y sujeta un maletín. Es él, Brian Dingwall, tu hermano, el ex jugador de rugby, el finalmente periodista, el que casi siempre bromeaba y contaba historias de terror en las noches de acampada.

Patrick !!! - Dice mientras ríe.

Brian parece ojeroso, como el que no duerme bien durante un par de dias. Ves incluso alguna cana que ha aparecido en su oscuro cabello.

Son cerca de las 22:30 h, Patrick se ha ido a recoger su coche para ir al aeropuerto Heathrow a recoger a su hermano, aunque no sabe si volverá para cenar con vosotros.

Habéis dejado a un lado la investigación para pasar, irónicamete, una buena noche. Recogéis unas lubinas, unas botellas y algo de postre y os dirigís al apartamennto de Bruce Douglas.

APARTAMENTO DE BRUCE DOUGLAS, 22:30 H

Ya habéis estado aquí, pero esta vez la casa está más viva. No sabéis si Patrick volverá para la cena, en cualquier caso esperáis la compañía de unas amigas de Bruce y comenzáis a preparar la cena.

¡Brian! Respondo mientras le doy un cálido abrazo a mi hermano mayor, para después mirarlo bien de arriba abajo. Me doy cuenta de que también estoy riendo. Ya no recordaba la última vez que lo hice.

¡Tienes una pinta horrible! Le digo en broma, con una sonrisa de oreja a oreja. Mirarlo es casi como mirarme al espejo, ambos tenemos rasgos muy parecidos, a pesar de que Brian es más alto y corpulento que yo. Sin embargo, a pesar de ser el mayor, soy yo quien aparenta tener más años.

Brian. Hasta este preciso momento no me he dado cuenta de lo mucho que lo he echado de menos. ¿Cómo hemos podido estar tanto tiempo sin vernos?

Le vuelvo a abrazar.
¡Maldita sea Brian! ¡Que bueno es volver a verte, hermano!

Tras unos primeros abrazos y miradas de arriba a abajo y algún qué bien te veo !, váis a tu coche y salís del aeropuerto.

Bueno hermano ! He alquilado una casa en las afueras de Londres, una casa antigua pero con muchas habitaciones. Pero, tenías algo pensado para pasar la nochebuena ?

Conduzco mi utilitario en la noche londinense mientras empiezo a explicar la situación a Brian.

Se que tenías alquilada esa casa, pero... a ver cómo te lo cuento. ¿Recuerdas que te conté que me obligaron a aceptar la baja del Yard? Comienzo. Pues una semana después recibo una llamada de Edimburgo, de un representante de una sociedad llamada "La Merrick House"...

De pronto me encuentro hablando sin parar, cosa rara en mí, relatándole a Brian lo que me ha sucedido estos últimos días. De alguna manera es como si me relajara compartir todo esto con alguien de confianza.

Brian escucha y apenas habla durante la historia. También habláis de él, te confiesa que hace semanas que no aparece por su trabajo, que ha estado de viaje en Europa del este siguiendo el rastro de un reportaje que no viene al caso.

Y esos compañeros... no habéis quedado para hacer una cena de navidad en grupo ? - Habláis en confianza, sin peros y sin tapujos. SI lo prefieres, podemos ir a cenar con ellos, aunque la cabaña es de lo más confortable.

Son más de las 11 de la noche. Ya habéis cocinado y preparáis las cosas en la mesa cuando suena el timbre.

Bruce se acerca al telefonillo e invita a subir a lo que sin duda era una de las chicas.

Instantes más tarde, el telefonillo vuelve a sonar y esta vez es la otra chica.
Efectuadas las presentaciones pertinentes, comenzáis la cena. las chicas son hermosas, aunque un poco tímidas.

Brian conoce bien a su hermano, y aunque éste le insinúa volver con el grupo a la fiesta loca en la casa de Bruce, Brian ve en sus ojos el ánimo de una buena charla.

La casa está un poco retirado de la ciudad, toma la salida hacia Westbrook y llegaremos en unos veinte minutos. A las 11 estaremos tomando pavo, como antaño. - Brian sonríe animosamente.

He puesto la cubertería de plata, porque es la que tenía mas a mano. He traído un par de excelentes caldos de la Borgoña de la bodega y he puesto música suave en el equipo de música.

Y en el Boisdale han cocinado de un modo extraordinario las lubinas y los faisanes que nos servirán de ágape. Con un poco de esfuerzo encuentro en la cocina una fuente digna para servir las viandas para que las chavalas no piensen de buenas a primeras, y tras ver los Tupperware del Boisdale, que no se cocinar. Aunque seguramente ya lo piensan, pero me da igual realmente. Creo que a chavalas como a Carol o a Finnie solo las impresiona la visa Platino, y no que sepas cocinar.

Carol viene encantadora, como siempre. Sonriente y agradable. Y Finnie, una pelirroja con buen gusto, en el comer, en el vestir y con una conversación interesante. Pero...la amiga que trae Carol, esa tal Emma Staunton-Jones... ¡Señor!, ¿para qué la habré dicho que la traiga? No la conocía, y la vida sin conocer a gente como Emma Staunton Jones o al detective Gallagher puede ser realmente perfecta. Hace un ruido horrible al masticar, como si llevara dentadura postiza o algo así. Y esa risa tan horrible, si parece un conejo asmático. ¡Y ese horrible toniquete que intenta imitar el "Perfect british" de niña bien!. Y vale, es guapilla, pero... demasiado maquillaje, si casi parece un payaso. Y la sobra carne para llevar un vestido tan corto. ¿Quién es su asesora de moda? ¿Camilla Watson Parker? Y esos temas de conversación tan intrascendentes... Qué tipa mas aburrida.

Espero que todo esté a vuestro gusto digo mientras escancio vino en brillantísimas copas de cristal de Bohemia a todos los presentes.

Salida hacia Westbrook, esta es...

Aminoro la velocidad al tomar la salida que Brian me ha indicado.
¿Pavo? Ja, ja! ¿Sabes hace cuanto que no como un buen pavo relleno? ¡Siglos!

De pronto, en la radio del coche empieza a sonar un villancico. Puede parecer tonto, pero casi sin darme cuenta empiezo a tararearlo.

De verdad que me alegra que hayas venido Brian. En los últimos meses apenas había tenido noticias tuyas y reconozco que no fui capaz de tratar de ponerme en contacto contigo. El trabajo me devoraba y todavía no me había hecho a la idea del divorcio. Hago una pausa. No volveré a permitir que pase tanto tiempo sin que nos encontremos de nuevo, hermano.

Ya han pasado un par de horas desde que se fué Patrick. pensáis que finalmente se fue con su hermano a cenar a algún lugar.

Oís los villancicos cantados por los vecinos y ya habéis descorchado las primeras botellas de champaigne. Las chicas son bastante agradables menos quizás Emma, cuya sobresaliente dentadura hace imposible de evitar cuando habla.

Carol parece apegada toda la noche a Bruce, mientras la otra chica, Finnie, se muestra algo más distante, pero simpática.

- ...y claro, con la guerrilla de Nicaragua no es como con los de las FARC. Esa gente si que se lo monta bien. Una noche, mientras estaba con unos biólogos en medio de la jungla, empezamos a escuchar los tiros, y claro, ellos muertos de miedo. Entonces cogí la cámara y le dije...

LLegáis sin dificultades a la cabaña que mencionaba Brian. Parece antigua, pero pronto descubres que por dentro es acogedora y se está caliente. Resguardados en su interior del intenso frió por una chimenea que se encuentra capiteando un diminuto salón acogedor rodeado por un par de sillones y una mesa baja de caoba. A la izquierda se abría paso una improvisada cocina de unos 3 metros con horno y frigorífico incluído. Entre ambas habitaciones, se abría camino un pasillo estrecho que llevaba hacia un baño a la derecha y unas escaleras a la izquierda, que subían al segundo piso.
En la planta superior, un pasillo estrecho dejaba a su izquierda hasta 5 habitaciones con las puertas cerradas, al final, una gran ventana redonda que daba a la parte delantera de la cabaña. A la derecha del pasillo, quedaba una barandilla de madera que daba al salón visto desde arriba.

00:47 am

Habéis seguido recordando viejos tiempos entre risas, hablando de mujeres, juergas, trabajo, y ahora Brian abrió la caja de pandora sacando suavemente el asunto de sus padres.

Qué sabes de lo que pasó, Patrick, qué sabes de su muerte ? - Aún sonriente, su voz ya no es la cómica de minutos, horas antes. El tema de vuestros padres siempre fue un tema delicado para ambos, aunque su voz es tranquila, serena.

Me acomodo en una de las sillas y me mantengo algo alejado de las chicas, alejado de la tentación.

- ¡Eres un hombre casado y además, hay tres muchachas para cuatro hombres, sobra una, la tuya!

- Realmente, Bruce, todo está perfecto. Tienes buen gusto con la comida y como no -, mirando a las mujeres de arriba a abajo. - con las mujeres -, soltando una sonrisa comprometida (que no comprometedora).