Partida Rol por web

Bienvenidos miembros del gobierno

Esta escena la usaremos para que decidáis las nuevas leyes. Vosotros, el presidente y el canciller, no podéis hablar  entre vosotros, por lo que sólo responderéis para mí. La mecánica es simple: hay dos tipos de políticas: Fascistas y Liberales.

En la baraja hay inicialmente 11 políticas Fascistas y 6 Liberales. El Presidente recibirá las tres primeras cartas de la baraja restante (sin contar las políticas aplicadas o descartadas), y seleccionará 2. El Canciller recibirá esas dos cartas seleccionadas y entre ellas, decidirá cual promulgar. Luego, se pasa al siguiente turno.

Buena suerte, miembros del gobierno.

Estas son tus tres opciones de Políticas. Elige dos para pasárselas a tu canciller.

Alan Turing se vió encarado con las nuevas leyes, y antes siquiera de abrir las carpetas que contenían los distintos proyectos de ley que él mismo debía completar y presentar a su Canciller, tuvo un mal presentimiento.

Sus manos quedaron firmemente apoyadas, a lado y lado de la pila de portafolios, y sus mirada escrutó e inquirió con intensidad aquellos proyectos.

Pero Turing no atendía a las corazonadas, tan solo a las probabilidades que Leo Frank ya había apuntado. El mundo estaba llena de decisiones desagradables con grandes resultados.

Ala no quería comprometer la continuidad del liberalismo, sin embargo, podía aceptar las consecuencias de una ley ligeramente menos liberal a cambio de lo que aquella ofrecía a las mentes aliadas. No había mejor opción, Alan propondría a su Cancillier una ley de su agrado y otra del agrado de los otros.

Resultase cómo resultase, era una victoria para los liberales, para el pueblo, para las matemáticas y para el progreso. Tal vez su mente funcionara encriptada pero si todo salía mal, no solo confirmaría la despreciable orientación política de Leo Frank, sino que podría ver tras la mascara de alguno de esos enigmáticos coparlamentarios suyos.

Quizás incluso se ganaba el ser digno de inspirar a algún futuro matemático a estudiar la criptografía como colofón de su carrera universitaria.

Asintió con convicción provocando que una discreta gota de sudor frío resbalara de su frente y marcara el protafolio de la discordia. Lo separó para ser higiénico de cara a su Canciller y estampó su firma en una ley liberal y en otra fascista aunque ello le empujara a conocer a los lobos.

En un prístino portafolio, con las firmas del presidente, vienen las dos opciones de políticas a promulgar en este año. Una política Fascista y una política Liberal, ambas con sus propias ventajas y desventajas.

Escojo la playa... digo la LIBERAL xD