Vítores y cantos de celebración. El segundo gobierno finaliza su legislatura, y bajo su supervisión, una nueva política liberal asegurando el libre mercado es promulgada en todo el país. Hay alegría y grandes sonrisas en todos los rostros, un gobierno que había sido elegido con una votación bastante cerrada, era ahora el centro de atención y el motivo de más de una felicitación. Y cuando el presidente y su canciller hacen aparición en la asamblea para discutir la dupla que habría de sucederlos. Apenas los aplausos cesan, todo el mundo dedica su atención al nuevo candidato: Alan Turing.
Ni cortos, ni perezosos, las financiaciones de una extensa campaña se habían movido arduamente, los bolsillos de los patrocinadores estaban llenos, y la nueva transmisión estaba abierta a todo el público. Y mientras el debate comenzaba, aún con la siempre presente euforia de haber aprobado otra política liberal, siempre quedaba en el aire el interrogante de cómo se desarrollarían las cosas para el nuevo gobierno, si es que se llegaba a un acuerdo común.
Así que una vez la música se ha extinguido del todo, las tazas de té se han repartido, y un pastelillo le ha llegado a cada congresista (cortesía del nuevo tratado de comercio con los ingleses), la sesión quedaba establecida para la nueva legislatura por tercera vez en la historia de esta joven república.
Comienza la tercera ronda.
Alan Turing tiene hasta la medianoche del martes 21 de Marzo para anunciar su candidato a la cancillería (o este será le será proporcionado vía dados). Ni Scott Philips, ni Rupert Sommerfield, pueden ser propuestos como candidatos. Esta escena está abierta para que debatáis desde ya, os presentéis y demás, pero es él quien tiene la última palabra.
Una vez elija su candidato (Declarándolo en Notas, con un sencillo "mi candidato es..."), pasaremos a la fase de votaciones para el nuevo gobierno.
Los Liberales tienen 2 de las 5 políticas necesarias para ganar, los Fascistas ninguna.
Si el siguiente gobierno promulga una Política Fascista, el Presidente podrá usar el poder especial de Investigar Afiliación.
Sus tripas le hicieron elegir a un candidato. Muchos decían que había hecho mal. Él mismo llegó a creer que era así, pero salió una política liberal.
-He de decir que aunque no es descartable que lo hiciera para aparentar, sí que confío en Rupert. De entre las tres políticas que pude haber aprobado ayer estaban dos fascistas y una liberal. Por supuesto, eliminé una de las candidaturas nazis para que el canciller lo tuviera más fácil a la hora de decidirse. Sin duda, lo hizo bien. Aquellos que despreciaron ayer mi candidatura o al canciller, podrían analizar esta situación antes de acusar de nuevo sin pruebas.
Dos políticas liberales seguidas. Se sentía bien consigo mismo, apoyando una candidatura y liderando la otra. Sabía que era difícil seguir así, pero no sería porque él no lo intentara.
-Señor Turing, espero que usted lo haga tan bien como sus antecesores. En cuanto al Canciller, me parece apropiado que sea uno de los que estuvo el primer mandato. por un lado, Sancho eligió en última instancia una política liberal, lo que le da confianza, aunque ignoramos hasta que Leo afirme o desmienta, si eligió entre dos liberales o una fascista y otra liberal. Es posible que fuera para ganarse la confianza y sería peligroso de ser el Fürer encubierto, pues habría sido canciller 2 veces seguidas. No obstante, sí que me fío en principio de él.
Por otro lado está Leo Frank. Probablemente, por estadística, eliminó una política fascista de antemano y se guardó una o dos liberales para el canciller. De ser fascista, siempre pudo mentir y decir que no tuvo opciones y elegir para su canciller dos políticas fascistas, cosa que al contrario del caso del canciller, nadie puede probar. Eso le da puntos, aunque sinceramente, no estaría mal que hablara más. No digo que tenga que ser desagradable o populista como algunos de los presentes, pero dar su opinión firme y demostrar que está dispuesto a estar siempre aquí sería algo bueno para todos, creo yo.
Alan escuchó el alegato de Scott Philips con un interés tan prolongado como la asíntota que insinuaban sus dedos índices bajo la nariz. Meditó todavía un par de segundos tras su intervención y asintió con seriedad.
- En primer lugar, -puntualizó señalando al parlamentario con ambos índices aun unidos- parlamentario Philips, le agradezco como a su Canciller y al gobierno que nos precede tan buen y liberar acervo que tomo bajo el ala. Le agradezco también, como segunda apreciación, la información compartida sobre los asuntos más... internos de su mandato y comprendo la presión que implica para ciertos individuos con idiologia despreciable en estos nuevos tiempos en los que nos encontramos. Por ello, comparto su confianza en el Sommerfield.
- En tercer lugar, también desearía, sería recomendable y de facto deseo oír al señor Leo Frank sobre los asuntos de su mandato antes de tomar el riesgo de trabajar manga a manga, hombro a hombro, idea a idea y sin parábolas con el mencionado. Así pues, podríamos decir que en pi lugar, necesito conocer una opción alternativa e igualmente válida para el caso de que la respetable enfermedad del silencio del pensador arraigara en mi treinta y tres por cierto; y por ello estaré más que abierto a recibir sus palabras, razonamientos, propuestas y posturas.
Alan hizo una pausa en la que pareció querer llevar sus manos a volver a pensar en su peculiar modo pero en el último momento modificó el rumbo y tomó un sorbo de agua - Debo reconocer que no había barajado y estudiado la posibilidad que apunta respecto a Sancho Pérez y ello me obliga a tomar un riesgo si Leo Frank no abre boca.
Leopoldo Capriles Allup era, sin duda, un hombre de gustos humildes y sencillos, eso, desde luego, se reflejaba en su vestimenta y modo de vivir. Justo había terminado de desayunar pan briochè con caviar noruego y una modesta copa de champán italiano, única bebida adecuada para acompañar el caviar. Toda aquella comida equiparaba el ingreso de un mes de cualquier trabajador de clase media del país, pero no permitía que aquello le sobrepasase. Pronto podría permitirse cosas mejores.
- Contrario a lo que pensaba, de aquella unión tan variopinta ha salido una política liberal. Y es algo que yo, en nombre del pueblo trabajador, celebro profundamente. - Dice Leopoldo, con un tono que no parece tener nada que celebrar, quizá amargado por no haber ganado ninguna postulación hasta ahora. - Es por lo que, sea cual sea la fórmula de gobierno que se presente en esta legislatura contará con mi voto de aprobación, siempre y cuando esa persona prometa promulgar una política liberal.
Hace una pequeña pausa mientras uno de sus edecanes susurra algo en su oído.
- Porque YA BASTA DE ENGAÑOS, YA BASTA DE POLÍTICOS QUE PARECEN PARALÍTICOS. Este Parlamento es DEL PUEBLO y el pueblo será quien juzgue al Presidente y al Canciller cuando prometan algo que no podrán cumplir. Porque la amenaza del fascismo ES LATENTE y palpable para todos los que hacemos vida en este hemiciclo, en los pasillos se oye la amenaza facista, en los lobbys, en las reuniones de los partidos. Es por eso que votaré a favor de cualquier fórmula de gobierno que prometa promulgar una política liberal, aún y cuando no, pues es la voluntad que Dio... el Pueblo me dio. Pues la lección de humildad de la anterior legislatura me enseñó a no interponerme entre los intereses legítimos del pueblo, y con propiedad puedo decir que mi desinterés en una candidatura me hacen, entre todos, el parlamentario más humilde de toda esta gran Asamblea.
Toma un sorbo de café kopi luwak que uno de sus edecanes acababa de servir de una prensa francesa.
- Y eso es todo lo que tengo que decir.
— Gracias por su confianza ¡Emprendamos esta nueva etapa con liberalismo!
mi candidato es Leo Frank
La candidatura oficial es presentada al parlamento. El candidato a Presidente es Alan Turing y su candidato a Canciller es Leo Frank. Es ahora el turno de los honorables parlamentarios de discutir y votar si aceptan esta nueva opción de gobierno o si por el contrario, le dan la espalda a esta alternativa para el nuevo año.
Candidato a Presidente
Candidato a Canciller
Las votaciones están oficialmente abiertas. Ésta escena y los votos estarán abiertas a todos hasta el Lunes 27 de Marzo a las 11:59 pm. (5 días, sin contar el Domingo). Si a partir del Sábado, todos los votos han sido emitidos, la escena podría cerrar antes.
-Bien, confío en que hayas elegido sabiamente. Todo sería mejor si Leo Frank hablara y nos diera tranquilidad, o al menos aclarara si Sancho eligió entre dos liberales o una fascista o una liberal, lo que le daría algo más de confianza. Pero el tiempo pasa, y Frank parece algo ausente.
Esperaba que entrara en cabeza y decidiera centrarse en aparecer, pues sinceramente Scott creía que Frank era liberal.
Doble B, no salio de su asombro, votar por Sanchez como canciller era una cosa, había demostrado que tipo de política deseaba, pero no sabían nada realmente de Leo ¿Y ahora lo nombraban canciller? Inaudito.
-¿Pero están en sus cabales? Ese hombre no ha abierto la boca desde dios sabe cuando y eso demuestra un desinterés tal en las elecciones como en el propio gobierno. Si deseaba uno de los principales representantes, hubiera admitido al Sr.Sanchez, pero ese hombre, perdón ¿Esa piedra sin sangre? O habla en las próximas horas/días para convencerme que él es algo mas que una simple estatua o votare en contra de esta alianza, el pueblo necesita personas implicadas y dispuestas a darlo todo, no alguien que se mantiene con un perfil bajo y reza a sus dioses capitalistas, porque todo vaya bien. -Estaba siendo duro con el presidente, eso podrían pensar el resto pero en verdad, solo deseaba lo mejor para la gente y Leo Frank, no era adecuado.
Leo Frank sonreía al ver como dos políticas liberales habían sido promulgadas, las cosas tenían buena pinta para él y sus simpatizantes. Una nueva ronda de debates empezaba ahora, y se esperaba que esta fuera larga y pesada, pues los fascistas ahora deberían dar más guerra para oponerse a ese frente liberal que estaba haciéndose con el poder.
- Compañeros y compañeras, es un honor ser escogido como candidato a canciller por parte del señor Turing. Y les prometo que emplearé el 110% de mis esfuerzos en continuar avanzando en esta pequeña pero fuerte senda que hemos iniciado en el parlamento. Las políticas liberales son ahora más necesarias que nunca, debemos luchar contra el fascismo con todas nuestras fuerzas. ¡Y eso haremos!
Se obró el milagro, y del gobierno salió una política liberal. Respirando aliviado, Sancho observó la vuelta de los miembros del ejecutivo ya caduco a la cámara. Observando su actitud, muy poco a poco algunas de las dudas que lo atenazaban con respecto a Rupert Sommerfeld se iban disipando. Pese a su enorme bocaza en la campaña anterior, su gobierno había llevado a cabo una política liberal-socialista, y eso era lo que se esperaba de un canciller. Sin embargo, Scott Philips, hombre sereno y taimado hasta el momento, parecía demasiado atareado en dar demasiadas explicaciones de algo que no las requería, pues el equipo de gobierno había hecho lo que se esperaba de ellos.
-¿Y si estuviera mintiendo? ¿Y si era un fascista que había forzado al canciller a elegir entre una política liberal y otra fascista, en la esperanza de que éste fuera de los suyos, y le había salido el tiro por la culata?
Estos pensamientos rondaban la cabeza de Sancho mientras se proclamaba al nuevo candidato a canciller, y no pudo evitar poner una cara de decepción profunda, pues esperaba que ante la inactividad de Leo Frank Turing le eligiese a él. Ahora debía elegir. Estaba completamente convencido de que Leo Frank haría una excelente labor como canciller, pues había trabajado con él mano a mano y era un político honrado. De Turing no estaba seguro, pues hasta el momento sólo había soltado una verborrea racionalista que le asemejaba al señor Spock más que a alguien que tiene que cargar con el destino de un pueblo, quizá hubiese intereses ocultos detrás de esa fachada. De todas formas, de momento tenía bastante de su confianza. ¿Podría esto más que el ego del excanciller Pérez? Ya estaba bien. Una ley le había impedido llegar a la jefatura de gobierno la anterior legislatura, pero esta vez tenía que haber sido él, el héroe del pueblo debía regresar y llenar de democracia y liberalismo el país.
Forzó una enorme sonrisa de oreja a oreja y se dirigió a la bancada: -Leo, me alegro mucho de tu candidatura. Estoy seguro de que ese 110% incluso lo podrías superar. No te quepa duda alguna de mi apoyo, amigo. Grandísima elección, Alan. Me alegra ver que estamos ante un nuevo gobierno liberal.
-Me alegro de que haya vuelto, se le echaba de menos por aquí. Espero que Turing haya acertado, aunque es posible viendo que sus actos como presidente fueron exitosos. por cierto, Leo, ¿puede decirnos si Sancho eligió entre dos políticas distintas o ambas eran liberales?
Miró con desagrado a Blaine. Solo ponía pegas. Si por él fuese, dos políticas liberales habrían sido rechazadas. Sin embargo, seguía acusando a otros de hacerlo mal.
-Me alegro de que haya vuelto, se le echaba de menos por aquí. Espero que Turing haya acertado, aunque es posible viendo que sus actos como presidente fueron exitosos. por cierto, Leo, ¿puede decirnos si Sancho eligió entre dos políticas distintas o ambas eran liberales?
Sancho no tuvo muchas opciones a la hora de escoger, ya que yo mismo ejercí antes que él como filtro a la hora de descartar una política fascista.
El problema ahora es que cada vez hay menos políticas liberales y más fascistas.
Otra votación cerrada, de esas de contener la respiración y cruzar los dedos. Los votos se parten y reparten, mientras el parlamento se muestra igual de dividido que la última vez. Al final, con sólo un voto de ventaja, Alan Turing y Leo Frank son elegidos como el nuevo Presidente y Canciller. Y a pesar de lo duro del debate, de las acusaciones y las constantes peleas, al menos las elecciones habían sido decididas y varios suspiros de alivio se escucharon entre los presentes. El gobierno seguiría adelante, y, con algo de suerte, avanzaría la agenda Liberal que había tomado ventaja.
Alan Turing y Leo Frank reciben su investidura, entre aplausos y celebraciones. La gente festeja nuevamente, los fuegos artificiales no se dejan esperar, y la instauración del nuevo gobierno llena de esperanza, alegría y fe a todos los ciudadanos. El futuro del país estaba en juego, y lo que seguía quedaba en manos de los nuevos vencedores de otra contienda democrática.
Pero las maquinarias políticas nunca se detienen, y es un secreto a voces quien será el próximo candidato: Blaine Babineaux. Tratos vuelan, las campañas comienzan a recolectar nuevo financiamiento, manos se estrechan y la política sigue su cauce natural. En un año, sería el turno de doble B para proponer su Canciller y ser votado para la presidencia.
Alan Turing y Leo Frank son el nuevo Presidente y Canciller, y van a decidir que ley promulgar. Podrán leer esta escena, pero ellos mismos no pueden responder aquí.
Esta escena queda abierta mientras el gobierno delibera, para que discutáis sobre la opción del próximo gobierno. Blaine Babineaux, el siguiente en la lista es el próximo candidato presidencial. Su candidato a la Cancilleria puede ser cualquiera, menos el actual Presidente y Canciller, dejando 6 alternativas sobre la mesa.
Todos tenéis esta escena para empezar a deliberar la próxima opción de gobierno.