Partida Rol por web

Mars no volvio a replicar al doctor, estando en el jumper el enfado habia pasado a un cuarto nivel practicamente avocado a la extinción pero aun seguia dolido por el que creia haber conseguido un amigo sin embargo no le impidio mover la nave por el mar, dando alguna que otra vuelta inecesaria con una leve sonrisa en la cara, pilotar ese trasto era como pasear entre las nubes hacerse invisble era como pilotar un F-XX... mientras conducia poca conversación le daba al conductor no queria despistarse de todo y caer al vacio.

Una vez en el continente se coloco bien su p-90 no iba a utilizarla pero siempre la llevaba a cuestas por si acaso y se apoyo en ella con un suspiro largo completamente relajado a la medida que caminaba entre los arboles, la maleza, el sol, las piedras...todo era paz y tranquilidad nada que ver con Atlantis y en cierta manera le recordaba a su tierra.

Cuando encontro el poblado.

- Bien, ya hemos llegado, Dasha!- en el momento en que ella se gira el la saluda con la mano de forma amistosa

El buen doctor salió del aparato casi con la cara pálida. No iba a intentar engañar a nadie, el viaje había sido una locura. Y lo peor era que el jovenzuelo tenía que llevarlo de vuelta.

Así que bajo como pudo, y se froto el brazo, porque en más de dos ocasiones se había chocado contra las paredes del Jumper mientras el capitán lo hacía descender.

Si todo lo conduce igual, seguramente haya venido porque trafico lo tiene que tener en su lista negra.

Iba a decirle algo parecido a lo que estaba pensando cuando vio a Dasha. Algo en ella era distinto. Además del aspecto, parecía que Dasha había madurado. Quizás solo fuera una impresión, pero pensaba que Dasha aprendía muy rápido todo. Eso en cierta manera le parecía fascinante, pero supuso que simplemente se dejaba seducir por la frescura de aquella chiquilla, que parecía ajena a los problemas de la galaxia.

Y quizás, esa misma galaxia guardara algún secreto que ella podía desvelar así que detrás de Mars se fue acercando a la joven, haciendo un parco gesto de saludo. En el que quedo patente, que las relaciones humanas, a veces no eran su fuerte.

Dasha aparta la mirada de la extensa manta que cubre sus piernas y la de la mujer que os mira algo más extrañada en cuanto Zac exclama un saludo como si ella estuviera esperándoos.
Se muestra un par de segundos sorprendida pero enseguida sonríe amplia y radiantemente levantándose del pequeño taburete animadamente.

-¡Sac!- grita acercándose al joven capitán para abrazarse a su cuello efusivamente, con una leve risa alegre antes de girarse hacia el arqueólogo -Y Korigan...- imita el gesto anterior con el doctor añadiendo un afectuoso beso en la mejilla antes de apartarse y mirar a ambos con expectación y curiosidad, enfundada en un llamativo peto con falda de color rosa que le da aún más aspecto añiñado. O al menos infantil.

-¿Tú vuela?- pregunta entonces al capitán al comprobar que nadie más os acompaña, bastante convencida de que ha sido él y no Bret, extendiendo un poco los brazos y moviendo las manos como si agarrara algún tipo de volante.

Zac cuando ve a Dasha con esa sonrisa irremediablemente acaba sonriendo haciendo que cualquier mosqueo se le pasara enseguida.

- a que me estabas esperando?- burlonamente, en el momento en que ella se le abraza el que da un leve traspies para atras pero enseguida sonrie abiertamente y le devuelve el abrazo.

En cuanto abraza a Korrigan no puede evitar sonreir aunque acaba carraspeando mirando al suelo para volver a ponerse serio

- Si! apartir de ahora vuelo que te parece?- que le pone la mano en la cabeza al comprobar que ya no lleva sus preciosas rastas.

- Que has hecho con tu pelo pequeña?, te pareces a Will cuando tenia 14 años...- medio riendose y dandole en la cabecilla y acaba frotandole un poco revolviendole mas el pelo.

- Ya sabes hablar bien?- era evidente.

Korrigan se vio superado por un momento por el repentino abrazo de la joven. No se lo esperaba. Los trataba como una especia de familia, o viejos amigos. Algo encantador.

Hola Dasha, he venido a hablar contigo, si quieres, me gustaría mucho poder charlar un rato y que me cuentes muchas cosas. ¿Te parece bien?

Sonrió como pudo, no es que no fuera capaz, solo que no le salía con naturalidad, como muchas otras cosas. Si se trataba de recitar un texto en hebreo, era capaz de hacerlo sin inmutarse, pero sonreír, bueno eso era harina de otro costal.

Recorrió con la vista la zona que andaban. Busco un lugar no demasiado alejado y tranquilo para poder empezar su investigación. Dasha era una fuente de información importante, y prefería algo de intimidad.

En ese momento se percato de que quizás no era apropiado haberle dicho que venía directamente a hablar con ella, a sonsacarle información, podría parecer que no le apetecía verla. Pero era demasiado tarde para ratificar. Así que aspiro hondo y señalo un lugar no muy lejano bajo unos árboles, que parecía idóneo para tener la conversación que tenía pendiente con la joven.

Allí, ¿es un buen lugar?

Dijo señalando el lugar que había marcado con la vista. Se sintió realmente estúpido por preguntarlo, en realidad pretendía afirmarlo, pero las relaciones humanas parecían de otra galaxia, y el estaba fuera de lugar. Se sentía turbado e incomodo.

Dasha sonríe a Zac ante la idea de que "ahora vuele", palpándose luego su propio cabello como si continuara resultándole extraño, sobretodo cuando desciende hacia el cogote.
-Pelo corto... luego crece- afirma tranquilamente dejando claro que el aspecto poco atractivo que pueda ofrecer ahora le da completamente igual.

A la última pregunta de Mars responde moviendo la cabeza de lado a lado, dando a entender que comprende y habla algo pero todavía no del todo.
Después de eso observa a Korrigan con fijeza para atender a sus palabras y poder comprenderle mejor, girándose hacia el par de bancos de madera vacíos que señala el doctor.

-¿Korigan quiere saber historias? ¡Vale...!- espeta con entusiasmo que no se molesta en disimular, cogiendo la mano de Bret para ir con él hasta uno de esos bancos en los que los athosianos deben reunirse a charlar amigablemente del mismo modo que vosotros mismos ahora.

La joven muchacha toma asiento junto al arqueólogo y espera a que éste formule las preguntas que quiera. Por el momento parece más que dispuesta a responder cualquier cosa pero habría que plantearse si su actitud puede cambiar dependiendo de las preguntas...

Bien, por donde empezar...

Korrigan se tomo un par de segundos despues de haber llegado a los bancos. Tenia que plantearse como queria enfocar las preguntas.

Bueno..., esto..., ¿quien construyo las piedras que estaban al lado del portal por el que te trajimos aqui?

Miro a la joven intentando saber si ella habia entendido lo que el habia querido decir. Porque ni el mismo sabia si lo habia expresado bien.

Zac se mantiene amigable y alegre al igual que la joven Dasha como si le hiciera gracia estar con ella.

- no importa te queda bien...- sonriendole de forma disternida cuando se palpa el cabello.

No puede evitar gruñir cuando corrigan se muestra tan soso como siempre, el pobre tenia que aprender y quien mas que Dasha para enseñarle.

- muy bien yo estare por aqui si me necesitais...- mira alrededor a ver si ve a algun Atosiano conocido mientras chuta una pequeña piedra aspirando el profundo y puro aire, relajandose mas con el paisaje y intentando mezclarse entre el pueblo Atosiano.

Zac se aleja enseguida, dispuesto a relajarse y pasar un rato tranquilo... pero no tanto como para acabar dormido entre explicaciones que no le interesan demasiado.
Pulula de aquí a allá, preguntando a algunos athosianos más amigables por sus tareas y otras curiosidades que se le ocurren, descubriendo así que al parecer no se llevan muy bien con los recién llegados y quieren que Teyla ejerza de mediadora unos días.

Por su parte, Bret entabla una corta charla con Dasha, la cuál no parece tener ningún problema en contestar a todas sus preguntas, sin embargo no llega a hacerlo con todos los detalles que al arqueólogo le gustaría, sea porque el dominio de vuestra lengua aún no es completo o porque sencillamente no quiere.

Aún así, averigua cosas bastante interesantes. Según la joven, su madre le enseñó que las rocas fueron transportadas allí por los llamados Antiguos, los cuáles tallaron en ellas las instrucciones para encontrarles si un día fuera necesario. La madre de Dasha le enseñó a leer esa lengua así como a respetar esa raza de la que sólo ella hablaba, sin embargo al resto de Aodarin no le agradaba esas ideas, probablemente por el simple hecho de no entenderlo, uno de los motivos por el que ambas eran a veces repudiadas, aunque muchos de los aldeanos hacían caso omiso de esto gracias a los dotes curativos de la madre de Dasha.

Seguramente Bret querría preguntar más cosas, pero empieza a oscurecer y el joven Mars no está seguro de querer volver a oscuras hasta Atlantis, así que por hoy no hay más respuestas y ambos volvéis sin problemas a la ciudad.

Teyla se dirige con paso rápido a la enfermería otra vez, con las prisas de alguien que todavía tiene montones de cosas que hacer.
Por su parte, el doctor Korrigan abandona la susodicha sala justamente para dirigirse al sitio del que proviene la athosiana: la sala de control, donde probablemente encuentre a la doctora Weir enfrascada en alguno de los muchos informes. La verdad es que es raro verla salir de su despacho para tomarse descansos.

Así pues, ambos se encuentran en un término medio del camino, por uno de los amplios pasillos de la ciudad a través del cual no para de pasar gente de un lado a otro.

Vaya, le estaba buscando Señor Korrigan, la Doctora Weir me pidio que deje su analisis de lo que averiguo en el planeta donde estaba, hace poco, para llevarlo a los científicos de Atlantis. Cuando lo haga tomese el resyo del díalibre, descanse, estos últimos días se le ve muy nervioso y preocupado, asi que le pido que se tome el resto de tiempo libre , me gustaria tenerlo al 100 % cuando vayamos a la siguiente mision.

Teyla sonrie a Korrigan.

Descansado y tranquilo estará mucho mejor.Teyla hace una leve inclinación a modo de respeto y despedida, despidiéndose de esa manera a Korrigan y  dirigiéndose al Gimnasio donde seguro le esperará Ronon.

Eh.. esto...

Korrigan no tiene casi tiempo de hablar con la joven. Ella ha dicho todo lo que tenia que decir, de manera correcta, pero sin darle casi tiempo a argumentar nada.

Bueno ahora sabia algo que Weir queria. Entregaria esos informes en cuanto los tubiera. Pero antes tenia que comentarle una duda que le habia surgido.  Y en cuanto a lo de estar preocupado. Si, era verdad, ultimamente ese era su estado natural. Pero que mas podia hacer que preocuparse. Estaban en otra galaxia y a cada nuevo viaje pasaban mas y mas cosas extrañas.

No entendia como Jackson podia aguantar aquella presion y seguir siendo persona. Era extraordinario. Lo que le producia un desasosiego mayo aun si cabia.

Se despidio con un gesto de la mano de su compañera.

Adios, supongo.