Partida Rol por web

Llegas al Gran Comedor de tu mansión. Allí encuentras a Frederic, el fiel mayordomo de tu padre, junto a una de las majestuosas sillas situadas alrededor de la enorme mesa del comedor. Parece como si supiese que ibas a entrar en aquel preciso instante, pero no te sorprende: Frederic siempre ha sido así de atento y eficiente.

-Buenos días, señorita. - te dice.

-Buenos días Frederic. -saludo con una amplia sonrisa. -Esto ayer... -empiezo diciendo pero me paro de golpe. -Bueno, nada. -añado. Seguro que si pregunto por lo de la lluvia de meteoritos se reirá de mi.

-Podrías traerme el desayuno, me gustaría salir a dar un paseo matutino. -digo mientras me siento en mi silla habitual.

-Un paseo matutino, ¿eh? - responde Frederic con una sonrisa cuando, tras marcharse del comedor, vuelve y pone ante ti una gran bandeja con un tazón de leche, tostadas recién hechas, mermelada de varios sabores, una copa con zumo de naranja y un surtido de dulces. - No pretenderá escaparse todo el día de nuevo... como ayer, ¿verdad?

Me conoce demasiado bien... pienso mientras hincho los moflete y miro fijamente a Frederic. -Ya sabes que no me gusta quedarme aquí encerrada. Volveré para la hora de comer. -digo volviendo a mi expresión habitual.

Empiezo a desayunar tranquilamente, untando las tostadas con mermelada. Con cada mordisco doy un pequeño sorbo de leche para que pase mejor. Una vez terminadas las tostadas decido atacar los dulces. -Muy bueno todo, como siempre. -añado mientras me levanto y me bebo el baso de zumo de una sola vez.

-¡Y no le digas nada a papi, por favor! -grito mientras salgo corriendo hacia mi habitación.