Me sitúo junto a mi hermana y la dejo hablar, las mujeres suelen tener más tacto para estas cosas, pero sigo alerta por lo que pueda pasarnos.
Los dos hombres que habían interpelado a Kaede y Yuki se miraron con una expresión que los muchachos no supieron identificar. El tercero, que era el más anciano, habló.
- Si lo que hay dentro del carro es un hombre... no, creo que no se encuentra muy bien -dijo sombríamente-. Pero mejor venid a verlo con vuestros propios ojos.
Kaede y Yuki se acercaron, acompañando a los tres hombres, y se unieron al grupo. Se abrieron paso hasta la primera fila y contemplaron un espectáculo horrible.
Era sin duda el carro de Kafuse. Sin embargo, estaba destrozado y convertido en un amasijo irreparable. Además, era muy extraño. En lugar de estar hecho pedazos o quemado, era como si la madera y la tela se hubiesen derretido, formando densos chorretones que ya se habían secado. En la silla del conductor, pudieron ver una masa informe y chamuscada. Supusieron que eran los restos del desgraciado Kafuse. El caballo, sin embargo, parecía haberse liberado a tiempo, porque no había ni rastro de él.
- Jamás habíamos visto algo así -dijo el hombre anciano-. ¿Qué creeis que lo provocó?
Miré a Yuki con cara de incomprensión - ¿Tendrán algo que ver las cosas que nos atacaron en la noche?¿Dónde había ido el caballo?¿Tendría algo que ver con nuestra misión? - las dudas se cernían sobre mi cabeza así que simplemente guardé silencio y dejé a Yuki que hablara.
Al ver el cuerpo carbonizado, siento como si me hubiesen dado un mazazo en el estomago. Pobre hombre, prometimos que lo protegeriamos a cambio de no tener que pagar por el transporte, y cuando finalmente corrimos un peligro real, no pudimos salvarle.
Consternada, me giro a Kaede- Debimos hacer algo. maldita sea, no merecia un destino tan cruel...
A la pregunta del anciano, dudo un pocoantes de responder. No estoy segura de que decir la verdad sea lo mas idoneo, pero creo que tampoco ganamos mucho ocultando lo sucedido. Quizas esta probre gente corra peligro.- A decir verdad, tengo una ligera sospecha de que pudo ser. Ayer por la noche, lo que provoco que nos separasemos de nuestro guia.- indico con la cabeza hacia el carro.- fueron unas extrañas bolas de fuego flotantes. Se que suena absurdo, pero es la verdad, no se si eran fruto de brujeria o pequeños demonios, pero una bolas de fuego nos pusieron a mi hermano y ami a la fuga, no sin antes prender fuego al carro. Al sentir el calor, el caballo corrio asustado, y por eso nos separamos.
Espero preocupada la reaccion de los campesinos. Y si nos toman por embusteros y nos apresan? o nos culpan del extraño incendio que vimos? confio en que el buen juicio, y mi sinceridad los hagan decidir correctamente
Algunos de los congregados intercambiaron miradas de sospecha y murmullos cuando Yuki terminó de hablar. Sin embargo el anciano les hizo callar con un chasquido de lengua, y el silenció volvió al grupo.
- Muy bien... pese a que es una historia bastante extraña, os creemos -dijo el anciano-. Pero deberéis darnos algo para confiar en vosotros, ya que sois forasteros. ¿A dónde os dirigíais y por qué?
Mientras decía aquello, seis aldeanos se colocaron lentamente a las espaldas de Yuki y Kaede, quienes los contaron y valoraron sus posiciones y armas instintivamente, gracias a su entrenamiento. Les estaban rodeando para que, en caso de que sus respuestas no fueran satisfactorias, atraparlos con rapidez y eficacia. Tanto Yuki como Kaede sabían que esos hombres no serían rivales para ellos... pero un discípulo de Gaisei jamás dañaría a personas inocentes. El viejo habló de nuevo mientras reflexionaban.
- Vamos, contadnos a dónde os guiaba este hombre...
Los campesinos nos rodean a la espera de que respondiesemos la pregunta del anciano. No era una perspectiva muy agradable. Aunque todos juntos probablemente no serian rivales para nosotros dos, son gente inocente que no nos ha ec ho ningun mal, y no me gustaria hacerles daño. Mantengo mi arma colgada de la espalda, pero por si acaso me coloco disimuladamente en una posicion defensiva, mas idonea para recibir detener un posible ataque.
En vista de que la sinceridad no nos ha echo especial bien, pero tampoco ningun mal, decido mantener esa via. - Viajamos a las tierras del norte, hacia Ishagi. Buscamos a un hombre llamado Shigen. solo estabamos de paso por estas tierras, lo juramos.- añado con gesto solemne, y espero a la reaccion de la gente. Miro a KAede para que apoyo mis palabras, dos mejor que uno...
- Así es caballeros - respondo tras las palabras de mi hermana y miro la reacción de los hombres. Espero que nos podamos zafar de lo que se nos venga encima. Somos inocentes de lo que quiera que haya pasado, pero, ¿nos creerán?
Los hombres parecieron dubitativos durante los segundos siguientes, pero el anciano cambió de expresión al oír el nombre de Shigen. Su rostro se tranquilizó y se volvió un poco más amable.
- El maestro Shigen... hacía mucho tiempo que no oía hablar de él -dijo a Yuki y Kaede-. Estáis a una jornada de camino de su hogar, en bosques rocosos al norte de aquí.
Les indicó la dirección con un gesto que señalaba el horizonte.
- Si os poneis en marcha, llegaréis allí mañana por la mañana. Vive en una hoquedad en la roca, pero... no le gusta mucho recibir visitas. Será mejor que tengais una buena razón para importunarle.
Luego se volvió al resto de hombres y puso la mano en el hombro de uno de ellos.
- Dejad que se marchen... Dicen la verdad.
Así que el grupo de gente se separó de los dos guerreros y volvieron a examinar el carro, comenzando a retirar sus restos. Yuki y Kaede eran ahora libres de continuar su camino, y además, sabían mejor a dónde debían dirigirse.
Aliviada por haber evitado la pelea, agradezco al anciano que nos permita continuar sin problemas.- Muchas gracias por la informacion, señor, y sentimos mucho si le hemos causado cualquier molestia
Acto seguido, me aproximo al carro y rezo una oracion silenciosa por el alma de Kafuse. Es lo minimo que podia hacer por el, ya que antes no habiamos conseguido salvarlo. En el fondo me duele no poder haber echo nada mas, pero poco conseguire ahora lamentando mis fracasos.
En cuanto me siento lista para continuar, vuelvo con Kaede.- Bien, ahora tendremos mas facil encontrar a ese misterioso guardian. No perdamos tiempo-. Pienso unos segundos.- paramos para comer primero en el poblado de esta buena gente? aun queda todo un dia de viaje, nos vendra bien
Escucho atentamente a mi alrededor mientras pienso - ¿Dónde estará nuestro hermano?No será fácil llegar a destino, hay fuerzas intentando impedirlo... De repente Yuki me saca de mis pensamientos - Me parece bien. Emprenderemos la marcha después de haber llenado los estómagos, será lo mejor.
Mientras andamos hacia un lugar en el que poder comer, la impaciencia empieza a crecer en mi.
Como Yuki y Kaede habían decidido detenerse a recuperar fuerzas y alimentarse, preguntaron al anciano dónde quedaba su aldea para poder tomar algo de comida. De buen grado, los habitantes de la zona les acompañaron hasta su pueblo, y allí pudieron sentarse en un pequeño porche y degustar un arroz hervido y un poco de pescado. Tal vez una comida frugal, pero suficiente para un guerrero bien entrenado, que sabía utilizar sólo la energía necesaria en cada movimiento.
Estaban disfrutando de ese corto momento de relajación, cuando de pronto Yuki notó algo en el pie. Bajó la vista intrigada y pudo ver una tortuguita que se había colocado encima de su pie derecho, con un papelito doblado y atado al caparazón.
-Yuki, cojela con cuidado - le dije al ver a la tortuga - ¿Qué es eso que tiene en el caparazón?
Mientras hablaba, miraba con intriga a la tortuga
mientras disfruto de la comida que los amables aldeanos nos habian proporcionado, noto algo sobre el pie.
Sorprendida por encontrarme a la pequeña tortuga, la cojo con delicadeza, como Kaede me habia dicho. - Vaya, hola chiquitina, nos traes un mensaje?- comento sonriente mientras cojo la nota que lleva a la espalda.
Yuki desplegó el papelito que había estado atado al caparazón de la tortuga que ahora le mordía el dedo. Estaba algo húmedo, pero la tinta se había afianzado al papel y el mensaje podía leerse con claridad:
La caligrafía era rápida y precisa. Yuki y Kaede nunca habían visto la letra del maestro Okina, pero no se les ocurría nadie que pudiera tenderles una trampa con eso. Además, el mensaje había llegado con una tortuga...
Observé el pergamino durante algún tiempo. Creo que deberíamos ir - le dije a mi hermana finalmente - Puede que sea una trampa, pero es por el bien de nuestro hermano.
La noticia de que Okina-Sensei habia encontrado a Moriya me da un vuelco al corazon. Una sensacion de alegria y optimismo comienza a invadirme, y siento la necesidad de ir inmediatamente al punto de reunion.- Lo ha encontrado, Kaede! Ha encontrado a Moriya, nuestro hermano! ahora podra explicarnos lo que realmente sucedio con Gaisei-Sensei, y todo se arreglara.-
Las sospechas de Kaede templan un poco mis prisas.- Bueno, el mensaje venia en una tortuga, como suele hacer Okina-sensei, y es un maestro muy poderoso. - Medito unos instantes sobre que hacer.- No perdemos nada por echar un vistazo, pero si vamos, mejor vayamos rapido para no impacientar a nadie.
Rapidamente termino mi plato, lo devuelvo a quien nos los hubiese dado con una reverencia, y me preparo para reemprender el viaje. Apenas nos queda menos de un dia de viaje, asi que no tardaremos mucho en saber que pasa realmente. Para bien, o para mal...
Yuki y Kaede se pusieron en camino sin tardanza, hacia el lugar donde el anciano maestro Genbu les había citado. ¿Sería realmente un mensaje suyo? Esperaban con todas sus fuerzas que sí.
Sin embargo... Moriya estaría también allí. Y el maestro no les había dicho nada más sobre él. ¿Se habría resistido? ¿Habría confesado su crimen? Ni Yuki ni Kaede querían creer que su hermano hubiera podido matar a su padre y maestro... pero todos los signos le apuntaban.
En cualquier caso, como Yuki bien había aventurado, pronto sabrían qué era el mal que se cernía sobre Japón, que ya se había cobrado varias vidas.
Fin del capítulo.