Lee había descansado y estaba listo para correr como el viento una vez más. La noche estaba siendo larga y agotadora... pero un monje shaolín está preparado para los mayores desafíos.
El rastro de la carreta era profundo y fácil de seguir. Se alejaba por el camino hacia el oeste. De vez en cuando veía pisadas, como si alguien se hubiese bajado del carro y vuelto a subir un poco más allá.
Sin embargo, una vez más se estaba alejando mucho de la aldea. Debía decidir si regresar junto a Akari y Juzoh, o por el contrario continuar siguiendo las huellas de la carreta y sus ocupantes.
Limpio el sudor de mi frente con mis grandes mangas mientras continúo la carrera.
"Toda vida es sagrada".
Ese, es parte del codigo de un monje Shaolin. Si hay vidas en juego, un monje tiene que hacer todo lo posible para evitar el mayor numero de muertes posibles.
Juzoh se hinchó como un sapo cuando el enigmático anciano elogió sus habilidades, y posó su manaza sobre su hermanita cuando hechizó al asesino con tamaña habilidad.
- ¿A un día...? ¿Tan cerca? - el gigantón se quedó con la boca abierta. ¿Estaba tan cerca la Puerta del Infierno? - Habéis sido muy amable, anciano. Que los Dioses velen vuestro camino.
Estaba emocionado. ¡Pronto encontrarían la respuesta que buscaban! ¡Salvarían a Hikari!
- Hermana ¿has oído? - dijo, tomándola de la cintura y alzándola con una sonrisa - Pronto, muy pronto, ¡encontraremos la respuesta!
¿Akari hace algo o seguimos...? xD
Lee siguió sin demora las huellas de la carreta, que se internaban cada vez más en el oeste. Ahora estaba muy lejos del pueblo, y sería tarde para volver junto a los dos hermanos.
De vez en cuando, el rastro se hacía confuso y difícil de seguir, sobre todo cuando el suelo se endurecía, pero volvía a surgir con fuerza un poco más allá. Lee corrió durante horas, deteniéndose solo de vez en cuando para realizar ejercicios de recuperación y poder continuar la marcha. Un ser humano normal jamás habría aguantado semejante ritmo, pero Lee no era un ser humano normal. Había recibido uno de los entrenamientos más severos y eficaces que existían y era más que capaz de proezas como esa.
Pero incluso él tenía un límite. Tras unas seis horas de carrera intermitente, su cuerpo le envió señales características. Debía parar y descansar, pues su alma necesitaba dormir... al menos por un rato.
Puedes seguir si lo prefieres, pero estás bastante cansado incluso siendo tan resistente a la fatiga como eres.
De todas formas, el carro o el lugar al que iba no pueden estar lejos ya, pues has recorrido mucha distancia y eres más rápido corriendo que un carro al trote.
-Gracias venerable anciano! - hace una profunda reverencia - Haremos lo que esté en nuestras manos para salvar a todas las personas que sufren esta maldición.
Antes de que se marche desea pedirle un favor así que se acerca a él.
-Se que será mucho pedir por todo el mal que ha hecho a vuestra aldea, pero ¿podríais acoger a ese hombre? Nadie le ha visto la cara así que nadie lo reconocerá... y como está herido, pensarán que es otra victima.
Perdón, perdón T_T
EDIT del Master: Tranquila, lo del Off-topic no iba por ti. xD
Es que tengo una escena que está literalmente parada desde hace semanas. Me da que los personajes de aquella se van a quedar fuera de la trama principal y seguiré con vosotros y los de la escena que también tira, porque si no no acabamos...
EDIT de la jugadora (XD): Es que he comenzado hace nada prácticas y no tengo mucho tiempo... a ver si hoy puedo ponerme a postar bien en todas mis partis -.-
EDIT del Master: OK, tú tranquila. En estas fechas estamos todos igual. Pero yo de todas formas pregunto para saber en qué anda la gente y que no nos dejen tirados... =P
EDIT de la jugadora: ya sabes que yo no te dejo tirado XD
EDIT del Master: Eso me ha llegado... =)
El dolor en mis extremidades y mi dificultad para respirar me obliga a parar un momento a recuperar el aire. Necesito descansar, necesito dormir. Mi cuerpo me lo pide, pero... yo soy un monje, un monje shaolin.
Y antes que nada, tengo un deber que cumplir.
Respiro profundo, y sigo el rastro de la carrera, aunque aligerando un poco el paso para caer desfallecido.
El anciano sonrió ante la bondad de la joven onmyoji y asintió con gravedad.
- Aquí no le pasará nada, en cuanto deje a esta joven en un lugar seguro, volveré a buscarlo y me ocuparé de él. Sed prudentes.
Se marchó entre los arbustos, portando en sus ancianos pero fuertes brazos a la muchacha enferma. Akari y Juzoh se quedaron solos, pero al menos ahora sabían cuál era su objetivo y a dónde debían dirigirse. Muy pronto, Hikari estaría una vez más fuera de peligro, y podrían regresar a casa.
Se miraron un momento y estuvieron de acuerdo al instante. Sin dudarlo un momento enfilaron el camino del oeste, hacia Edo y lo que fuera que les aguardaba allí.
- FIN DEL CAPÍTULO -
Obligándose a resistir, Lee continuó lo más deprisa que pudo. Era mucho lo que estaba en juego, y el mundo no aceptaría excusas. Si había algún momento en su vida en el que debiera demostrar que era un monje auténtico, era ese.
El camino serpenteaba, dejando atrás bosquecillos, riachuelos y peñascos. El rastro del carro aquí y allá tomaba algún desvío o parecía ir más a trompicones, pero siempre se dirigía al oeste. Lee lo siguió durante algunas horas más, hasta que, sorprendido, descubrió que llevaba hasta una mansión de arquitectura occidental.
Pudo verla a lo lejos, y le llamó mucho la atención. ¿Quién construiría una mansión de ese tipo en el corazón de Japón? No sabía dónde se encontraba exactamente, pero sí estaba seguro de que aquello no era usual. La casa estaba completamente en silencio y todas sus ventanas apagadas... pero Lee captaba algo en el ambiente. Decidió permanecer atento y vigilante, pues algo le decía que había llegado a un lugar importante.
Nada más pararse, el cansancio le llegó de golpe, pero ya no le importó. Había llegado a la meta. Ahora dormiría, recuperaría fuerzas y al día siguiente averiguaría todo lo que le había llevado a viajar allí desde China.
- FIN DEL CAPÍTULO -