Partida Rol por web

Una carta indeseable fue el despertar de tu mañana.

Era un dia gris de 1944 que nunca olvidarias por la orden de tu reenganche al ejercito.

No era una carta ordinaria, hasta el papel se te hizo diferente. En pocas lineas se te ordenaba presentarte en el Fuerte Leight, en Virginia, con el uniforme y esa carta en mano. Por la forma imperativa de su redaccion, incluso brusca para tratarse de un documento militar, percibiste que algo fuera de lo comun estaba aconteciendo.

Recordaste los rumores de pesimistas que afirmaban que la guerra se estaba perdiendo, que Hitler y sus tropas tenian armas secretas que el mundo jamas habia visto, pero no era momento de pensar en eso. Tenias dos opciones. Ir o desertar.

Et había vuelto a la casa de sus padres, una de esas mansiones de estilo colonial con cerca de 14 habitaciones, algunas de ellas no las habían ocupado nadie desde años y no era ninguna exageración, tranquilamente Et se podía pasear por la casa sin ver a su padres, pues cuando su padre estaba en casa o bien se metía en su despacho o en la biblioteca y su madre en un saloncito donde se solía reunir con sus amigas y se pasaba horas en sus reuniones sociales por llamarlas de alguna forma.
Sin saber como su padre se había enterado de su participación en la CIA aunque no tenia ni idea de lo que se trataba y era mucho mejor así. Por mi parte intentaba ocultarle todo lo relacionado con la CIA incluidas ciertas habilidades que había desarrollado en el programa F del cual era mejor no hablar a nadie.
Et se levanto como todos los días dispuesto a dar su paseo matutino con uno de sus caballos, pero antes se acercó a la cocina donde le esperaba el primer café del día, pero antes de que terminarse de saborear el café y una de las deliciosas rosquillas de Margaret (la cocinera desde hacia más de 30 años) alguien llamo a la puerta, una de las criadas me aviso de que habían traído una carta para mi y que era algo urgente.
Et cogió la carta aunque parecía del ejército no tenia la pinta de ser la típica parta que estaba acostumbrado a recibir, abrí el sobre varios factores dejaban claro que aquella no era la típica carta del ejercito incluso el papel era diferente. Aquello no era normal quizás se tratase de otro programa de la CIA, pero si era así porque no se especificaba en la carta. Tras pensárselo unos instantes miro a la cocinera.
Margaret si me hace el favor avise al servicio de que me preparen el equipaje y me planchen el uniforme, han solicitado mi renganche. Y si no es mucha molestia avise al chofer tengo que salir para coger el avión dentro de 3 horas.
Termino el café de un par de sorbos y se encamino al despacho de su padre, a esas horas estaría sentado leyendo los diferentes periódicos por si había alguna noticia que le pudiese afectar.
Et Pico a la puerta, Padre si tiene un momento me gustaría comentarle algo.

- Adelante, pasa.- dijo el viejo general. Tenia un diario entre las manos donde remarcaban de forma sensacionalista un bombardeo sobre alguna pobre capital europea.- Casi te agradezco la interrupcion, hijo. Las noticias son nefastas, se empeñan tanto en hacernos parecer vencedores que estoy seguro de que algo malo pasa, solo hay que saber leer entre lineas. Estos malditos alemanes no pararan hasta poner su bandera en el mismisimo polo norte.- gruño con enfado.

- Si tuviera unos años menos...- protesto deseando ponerse de nuevo el uniforme.- Disculpa, ¿De que querias hablarme?

Pase al despacho de mi padre cerrando la puerta detrás mio, me senté y escuche todo lo que dijo, al parecer el periódico no traía muy buenas noticias de lo que estaba pasando con las tropas de Hitler en Europa.
Me aclare la voz antes de empezar hablar.
Vera padre… acabo de recibir una notificación, se solicita mi renganche en el ejército y mi presencia de forma urgente en Fuerte Leight en Virginia, no se me especifica nada más, pero parece que es algo importante.
La posibilidad de desertar no era una opción, no para el hijo de un senador de los Estados Unidos y si el estado era Tejas eso era impensable.
Las tropas alemanas están causando muchos problemas.
He avisado a Margaret para que me preparen el equipaje y que avise al chofer, debo coger un avión dentro de tres horas.
Tan solo quería comentárselo padre… madre aun no lo sabe.

El hombre te miro serio un segundo, en el fondo temia perderte en la guerra pero antes que padre era general.- Es una noticia magnifica, ahora nuestras tropas vuelven a tener opciones de victoria.- dijo contento, a su manera.- No te preocupes por tu madre, salio temprano a un evento de caridad y no volvera hasta la noche, yo me despedire de ella por ti, es mejor que no pierdas tiempo. dijo levantandose.

Camino acia la estanteria donde se encontraban sus libros preferidos, algo pensativo.- Fuerte Leight... Es curioso, pensaba que esas instalaciones habian dejado de usarse, supongo que la guerra obliga a reutilizarlo todo. Tienes suerte hijo, vas a servir a tu pais de nuevo. ¿Como te sientes?.- pregunto esperando que la respuesta fuera clara y positiva. 

Et permaneció sentado, escuchando atentamente a todo lo que le decía su padre.
La reacción de su padre no le pillaba por sorpresa, sabia muy bien que pensaba en esos temas.
Me siento bien padre, orgulloso de poder ser útil a mi país tal y como tu me enseñaste desde niño.
Para ser sinceros me preocupaba esa extraña notificación, pero intentaba que no se me notara.
Solo… solo siento no poder despedirme en persona de madre, pero no tengo demasiado tiempo. A demás me gustaría pasar por la tumba del abuelo de camino al avión, no se por cuanto tiempo estaré fuera.

- Siempre he pensado que tu madre te mimaba demasiado, ¡Por Dios santo, hijo, ya no eres un niño! Tu madre estara aqui cuando vuelvas y tu abuelo no se habra ido a ninguna parte.- dijo algo molesto.- Eres un soldado, no puedes seguir con esos sentimentalismos absurdos. Tu pais te necesita, deberias estar corriendo ya acia alli.- te riño. Supiste que si le llamaran a el no tardaria ni medio segundo en dejarlo todo y correr a filas. En cierto modo vivia atraves de ti sus dias de gloria.

Tuve que suponer que reaccionaria así, parecía que no podía mantener una conversación con su padre sin tener una discusión o que este le riñera como si aun fuese un crio.
El deseo de despedirse de su madre y de pasar por la tumba de su abuelo solo era por si el regreso al hogar no se producía nunca, al menos se habría podido despedir de ellos. Desconocía la misión y las ordenes, pero de verse en el frente era una posibilidad como cualquier otra.
Pero a pesar de la regañina permanecí sentado y una vez termino de hablar, con voz seca y algo molesto le dije: Tiene usted razón padre es una tontería… si no tiene nada más que decirme voy a ver como esta el equipaje y a cambiarme.
Una vez en el coche camino al avión podría hacer lo que me conviniera, así que para que discutir…

El viaje se te hizo largo, pesado... Tenias la extraña sensacion de ser un cordero camino al matadero.

Al llegar al fuerte te diste cuenta que estaba completamente vigilado. Pasaste varios controles antes de acercarte a la puerta siquiera y alli otros tantos, siempre vigilado por soldados armados. Era evidente que aquello no era normal.

Despues de unas cuantas horas de espera te dijeron que debias presentarte ante el Capitan Eduard Stevens. Habias oido hablar de el, un cabron implacable, tan duro que no habia ascendido mas solo porque sus superiores no lo querian codeandose a su mismo nivel. Eduard tenia ademas el negro historial que aseguraba que habia matado de cansancio, fatiga y falta de sueño a dos hombres en una unidad que entrenaba para las fuerzas especiales.

En algun momento habias oido que lo expulsaron por la puerta trasera del ejercito pero sin duda, debia ser un bulo, ya que te encontrabas ante la puerta de su despacho.

El viaje se me hizo más pesado de lo esperado, aun así fui directamente a Fuerte Leight aunque según me acercaba empezaba a tener la sensación que me estaba metiendo el la mismísima boca del lobo.
Incluso mucho antes de pasar la puerta ya me encontré controles, aquello tenía pinta de ser más inexpugnable que el mismísimo Ford Knox o el Pentágono cuya construcción había terminado un año antes. Si aun tenía alguna duda que había sido llamado como mero formulismo para incorporarme a filas como un oficial más, acababan de ser totalmente despejadas.
Tras esperar unas horas que aun acentuaban un poco más el cansancio del viaje, me dijeron que debía presentarme ante el Capitán Eduard Stevens, en la escuela para candidatos a suboficiales de Fort Benning había oído autenticas salvajadas, como que había matado a un par de soldados de puro agotamiento y que por ello lo habían expulsado del ejercito al parecer exageraban, pero tantas barbaridades no podían ser todas inventadas.
Opte por presentarme de forma marcial y solo contestar a lo que me preguntase para evitar se su objetivo en aquel lugar, fura lo que fuese que hacía allí.
Solté mi equipaje y me cuadre inmediatamente. Se presenta el Teniente Ethan Peterson a sus órdenes.
Dije en un tono estrictamente militar y saludando como lo haría ante un General.

- Señor, solo le hare una pregunta.- dijo tajante nada mas cruzaste el marco de la puerta.- Su pais le necesita, la libertad del mundo exige una mision arriesgada para la que a sido seleccionado entre cientos de hombres y solo quiero saber ¿Hasta que punto esta dispuesto a entregarse por su pais?

Te miro serio, sus ojos parecieron atravesarte escudriñando algun rincon de tu alma. Era como mirar al diablo directamente a los ojos y que este se asomara a los tuyos.

Baje el brazo quedando en posición de firmes.
La pregunta del Capitán me descoloco un poco, pues se suponía que era un soldado y que el deber era darlo todo por la patria.
Mire a los ojos de aquel tipo intentando averiguar si aquella pregunta escondía algo.
Tras pocos segundos en voz alta y clara.
Capitán soy un soldado de los Estados Unidos de América, mi deber es defender mi país de cualquier enemigo ya sea Americano o Extranjero, Señor…
Pensaba que eso se daba por hecho de un soldado de un soldado, Capitán!!!
Con todos mis respetos Capitán ¿Esa pregunta es algún tipo de prueba?
Intentaba mantenerme lo más firme posible pero no pude evitar girar la cabeza un poco al responder a la pregunta.

Lo que voy a contarle es alto secreto. Vamos a prepararle para una mision de alto riesgo, una incursion en el mismo corazon de alemania. No vale cualquier soldado para algo asi, a sido seleccionado entre cientos de hombres para formar parte de un grupo especial.

¿Esta preparado?¿Piensa que podra dar la talla y estar a la altura?.- Te pregunto queriendo escudriñar cualquier atismo de duda en ti.

Ethan Peterson "Et" 

Empezaba a inquietarme todo aquello, misión de alto secreto, haber sido seleccionado entre tanta gente y aquel capitán que no paraba de hacerme preguntas como si mis respuesta fuesen decisivas aunque no sabia para que.
Intente disimular e nerviosismo.
Capitán, mi deber es hacer lo que me ordenan mis superiores. En cuanto a si doy o no la talla creo que debe decidirlo usted. Como usted ya sabrá he sido entrenado en escuela para candidatos a suboficiales de Fort Benning y posteriormente en otros destinos de los que no estoy autorizado hablar en un pasillo, pero que sin duda usted ya habrá sido informado.
 

El capitan solo te hizo una seña para que lo siguieras, parecia conforme con tu respuesta, lo suficiente al menos para aceptarte.

Te condujo por pasillos hasta un ala fuerte mente vigilada hasta un despacho sin ningun mueble salvo una mesa de escritorio una silla para trabajar en el. No habia ventanas y las paredes eran solidas como el granito. La puerta de una madera tan gruesa que pensasteis que quedando encerrado alli nadie te oiria ni aunque pasara por el mismo pasillo.

Alli habia otro soldado esperando en posicion de firme ya que no habia lugar donde sentarse. El capitan entro y cerro la puerta quedando los tres solos y aislados del mundo.