Partida Rol por web

Me levante una vez más, esta vez para despedirme de de Rachel. Le di la mano y un beso, reiterando que mi casa estaba a su disposición.
Bueno… que os parece si salimos a dar esa vuelta que comentábamos.

- Bueno, ¿alguna idea de por dónde comenzar? Yo quiero ver algo de deporte... - sugerí sin saber muy bien por dónde empezar.

Trataba de quitarme la despedida de Rachel de la cabeza... era un momento triste, sí... pero sería mejor para ella y para todos. Y además continuaríamos viéndonos...

-Hazlo- Ordenó consciente de que se estaban estableciendo los roles entre ellos y que no podía dejar que la hija del jodido demonio le tomase por alguien que iba a hacer todo lo que ella quisiera.

-Búscale- Dijo mientras la agarraba del precioso cabello con violencia y le besaba el cuello. Conocía que pago quería la puta de Babilonia y se lo iba a dar, mucho mejor aquello que estar pensando en Hanna o permitir que ella simplemente la mencionara. Ensuciaba su nombre.

La arrastró a la cama como si la forzara aunque sabía que era lo que estaba deseando, la dejó caer sobre la cama, le arrancó la ropa para montarla a cuatro patas como a una perra.

Marion estaba muy satisfecha de tu reaccion. Era lo que necesitaba y lo disfrutaba tanto como tu. Todo tu odio y rabia eran como manjares añadidos a la mesa para ella.

Cuando terminaste te sentiste cansado, nada que no se pudiera arreglar con un rato de sueño. En cambio Marion estaba mas fresca que antes y tenia mejor aspecto.

- Gracias.- susurro en tu oido.- Voy a buscar la informacion que me has pedido ¿podras arreglartelas sin mi un ratito?.- pregunto melosa.- Puedes ver la tele.. dormir un poco... pedir comida al servicio de habitaciones... tirarte a la doncella....- sugirio y beso tu pecho antes de levantarse de la cama.

Tardó un par de minutos en poder levantarse de la cama, aquella zorra se lo bebía. Por suerte su poder mutante le permitía resistir aquello a pesar del tributo que le requería, se preguntó que pasaría entre ella y un pobre desgraciado normal. Se metió en la ducha, agua fría y helada como siempre. 

Se sentía sucio y asqueroso, aquella zorra despertaba en el cosas que no creía que fueran posible, no había nada de amor entre los dos solo atracción física que casi resultaba dolorosa y deseo, se soprendió de las perversidades que escondía su alma en aquellos asuntos, unas perversidades que Marion explotaba gozosa. Se preguntó si podría sentir algo otra vez con una mujer normal. Sintió la erección y trató de dejar de pensar en ella, era una especie de droga que podía terminar matándolo.

Aún empapado se quedó mirando la pastilla que le entregaran los soldados, se preguntó que hacer y si era bueno recordar. Pensó que se lo merecía, recordar lo que había perdido, recordar a Hanna... Se colocó la pastilla en los labios, echó la cabeza hacia atrás y tragó.

El sueño llego rapidamente. Tu ereccion hizo que lo primero que recordaras fuera la primera noche con Hanna. Ella te amaba, la habias cuidado mientras estaba mal pero la droga que os habian metido antes de tiraros en alemania habia hecho que poco a poco su cerebro se regenerase. Habia tomado la costumbre de meterse en tu cama para dormir, como una niña que busca un lugar seguro acurrucada en tus brazos.

Al recuperarse seguia haciendo, adicta a tu olor y la sensacion de proteccion que le dabas.

Hanna era hija de una prostituta, se habia criado en la calle hasta que un inmigrante japones se hizo cargo de educarla solo porque tenia unas facultades estupendas y el necesitaba un aprendiz de sus artes. Eras la primera persona le daba cariño de verdad. Aveces dudas de que te amara de verdad y solo estuviera cegada por esa carencia de cariño, volcandose en la primera persona que se lo daba, de la misma forma que pensabas que tu sentimiento por ella era el deseo de acostarte con una chica blanca.

Estabais en aquella cabaña. Stark y Rachel hacian resonar los muelles de su cama con frecuencia pero esa noche estaban cansados y no se escuchaba un raton por la casa. Hanna estaba acurrucada entre tus brazos, os besasteis... os dejasteis llevar... La primera vez de ella la disfrutaste tu...

Recordaste cada beso y caricia, cada gemido acallado que le arrancaste en un tiempo que parecia detenido para vosotros Despues, por la mañana, abrazado a ella, te sentiste miserable al entender que Hanna no tenia ninguna duda, que te amaba mientras tu aun no sabias si aquello habia sido tan solo una necesidad de tus pelotas. En todo caso, plena alemania nazi, un negro y una chica como ella, aun si salierais de esa situacion ¿Que futuro podias darle?

Te distanciaste de ella, le pusiste tus creencias como pretexto pero ya no podias estar lejos de ella comenzando un juego de besos furtivos que despues terminaban en desconcierto para ella y agua fria para ti.

Mientras la mision se ponia seria. Habiais cumplido, desmantelado el artefacto que os mandaron destruir pero nadie os fue a recoger. El experimento del suero del supersoldado que os habian hecho era ilegal, no querian que quedara nada vivo que pudiera demostrarlo. Asi habia llegado Stark, en una locura de vuelo que habia terminado con su propio accidente y lo habiais tenido que rescatar.

Atrapados en aquella cabaña haciais guerra de guerrillas a los soldados alemanes, hasta que descubristeis que habian hecho otra maquina y traian la pieza clave para hacerla funcionar....

... recordaste que esa fue la primera vez que viste a tu actual jefe. Queria el cubo y que trabajaras para el, te prometio a Hanna para ti, te prometio oro, lo que desearas... le dijiste que no y el te dijo "Nos volveremos a ver" con una sonrisa cinica.

Os preparasteis para atacar los camiones que transportaban el cubo. El capitan america habia estado atacando muchas de sus bases y las medidas de seguridad eran grandes. Lo teniais todo planeado... pero Stark habia estado fabricando una radio y logrado que un avion fuera a rescataros. Era vuestra ultima oportunidad de escapar con vida de alemania pero coincidia con el dia señalado.

Rachel y Stark habian tenido un bebe pocas semanas antes, era logico que decidieran irse. Hanna se quedo porque tu te quedaste y los demas por su sentido militar del deber.

En el ultimo momento Rachel cambio de idea, dejo a Stark en el avion con el bebe y corrio para ayudaros, cayendo en la misma trampa que vosotros.

Harrisom habia encontrado otro "ayudante" para procurarle el cubo, Patrick Orphen.

Os apresaron a todos. Descubrieron que vuestra sangre tenia el suero y comenzaron las pruebas, por separado, no sabiais si los demas estaban vivos.

Entonces aparecio el general, con una chica rubia vestida con el uniforme nazi. No pudiste creer que fuera ella pero era Hanna. Le habia lavado el cerebro y convertido en su asesina, ademas de su amante. Entonces no sabias que le habian echo, creiste que era una traidora porque era lo que te hicieron creer, la odiaste sin saber que fingiendo estar a su lado Hanna solo estaba buscando la oportunidad de sacaros de alli a todos.

Lo logro. Iban a mataros pero cambiaron de idea, provando unas capsulas de animacion suspendida de origen no terrestre. Justo cuando estabais a salvo dentro de ellas una sucesion de explosiones volaron todo el complejo... eso destruyo el arma.

Escapó un gemido por su garganta mientras se tapaba la boca con la almohada por no gritar, se maldijo a si mismo y a su estupidez por haber tomado la jodida pastilla. Habría sido más fácil seguir en la ignorancia, no recordar aquellas cosas, no recodar la primera noche con Hanna, lo que ella sentía, lo que él sintió. El recuerdo de la guerra era algo que podía soportar, las penúrias pasadas eran de entender, el alivio por saber que Hanna no era lo que Orphen le susurró era una bendición pero lo que sus espaldas no podían sobrellevar era el recuerdo de ella.

Le había amado de verdad, aquella sensación de recordar sus labios, su cuerpo estremeciendose bajo él, las largas noches los dos abrazados... Parecía que su cuerpo amenazase con estallar, que su alma quebrada tratase de abandonar su cuerpo por las lágrimas que escapaban de sus ojos. Había cometido el peor error de su vida y era algo que ya no podía deshacer. Había perdido su alma y jamás podría recuperarlas, a ninguna de ambas.

Se quedó tumbado en la cama esperando el sueño o la muerte aunque sabía que ninguna de ellas llegaría. 

En lugar de ellas aparecio Marion. No sabias cuanto tiempo habia pasado, ahora que la pastilla habia hecho su efecto los recuerdos te ahogaban en un oceano de imagenes.

Al menos Marion tuvo la decencia de llamar a la puerta antes de abrirla ella misma, eso te dio unos segundos para esconder tus sentimientos. - Siento haber tardado, pense que te gustaria cenar algo, llevas muchas horas sin comer y te prefiero en plena forma.- dijo enseñandote un bote de carton grande lleno de pedazos de pollo frito.

- El hermano de la chica esta bien, se a quedado un poco...digamos.... afectado por la catrastrofe y anda por la zona alta gritando a los cuatro vientos que los mutantes son malos y se debe terminar con ellos. Esta reuniendo a un grupito de afectados tambien cabreados y no se quiere hacer un comando terrorista o una secta pero en lo ultimo que piensa es en su hermana.... bueno, ahora esta dormidito.- dijo y te giño el ojo.- Yo tambien tenia que cenar.- se justifico coqueta.- No te preocupes, mañana se levantara como si tuviera resaca, nada mas. Le he dejado un mensaje para que llame a su hermana ¿Estas contento?.- pregunto mirandote como si no pudiera esperar por el postre.

Brown no pudo sino que reír presa de la amargura. Pensaba que quizá un modo de expiar algo su culpa era encontrar al hermano de aquella pobre mujer, de intentar lograr hacer algo bueno con lo que le había pasado, pero no. No, maldita sea, ahora resultaba que el propio hermano era un asesino de mutantes en potencia... Sintió ganas de golpear a alguien de pura frustración, el odio que sentía por si mismo se alargaba y se extendía hacia los demás... Ese tío quería vengarse, lo que había sufrido se lo quería hora hacer pasar a mutantes fueran inocentes o culpables.

Hanna era una mutante, Berlin quizá tambien lo era, en aquel mundo corrupto incluso los mejores deseos se volvían corruptos como el agua estancada. Mientras delante suyo Marion le miraba como una buena niña que esperaba un premio. Puta de los infiernos... Tenía ganas de golpearla, de castigarla a ella y a todos los demás. la arrastró a la cama, a cuatro patas la montó por detrás como a un animal, más con furia que con pasión aunque la zorra no dejaba de gemir y alimentarse de él. En algunos momentos mientras ella se retorcía le pareció ver el rostro de Hanna. Se descargó dentro, no le importaba, algo mareado se apartó. El cuerpo se sentía agotado pero su alma pensaba en vengarse de aquel hombre que de algún modo le había fallado tambien.

-Vistete, llévame ante ese hombre. No va a dañar a inocentes-

Marion estaba feliz. Tenia un compañero con una fortaleza increible que le daba todo el sexo que necesitaba y siendo una sucubo eso era muy dificil de encontrar.

Al oirte Marion te miro algo confusa.- Pero aun no ha hecho nada malo, el mismo es inocente hasta que no haga daño a alguien.... aunque se me ocurre algo.- dijo y por primera vez no era sexo.- Si apareces ante el y dices que eres mutante, si te mata...ya no es inocente y puedes hacer lo que quieras con el. ¿Recuerdas tus poderes de mutante? Mi padre me dijo que podias hacer cosas asombrosas...no solo en la cama.

La pastilla seguia haciendo su efecto en tu mente. Recordaste tu poder y como funcionaba.

No era el recuerdo de su poder lo que le preocupaba, miró un momento a Marion aún retozando como una serpiente que mudase la piel sobre la cama.

Claro y si le... cosecho -dijo a falta de que se le ocurriera algo mejor- siendo inocente no será para tu padre. ¿Y no queremos eso verdad? -Le preguntó sardónico-.

Salió al balcón del estupendo hotel, era invierno y hacía frío, mejor, serviría para despejar su mente aún embotada y dolorida por los recuerdos. No voy a provocarle -decidió-, le vigilaré a él y a los suyos y cuando se condenen actuaré pero no voy a precipitarle al abismo tendiéndole una trampa. Cerró los ojos, aspiró aire y se colocó bajo el agua helada de la ducha. Ojalá el agua fría se llevara todo el odio que se acumulaba en su pecho.

- No, no queremos mas martires.- dijo Marion dejando que salieras al balcon y te ducharas.
Los dias siguientes Marion te enseño lo basico de los cambios que se habian producido en el mundo, siempre desde su particular punto de vista.
Te llevo a restaurantes selectos, a todos los lugares en los que jamas soñaste que te permitieran entrar y donde te llamaban señor con total respeto.
Marion no queria que pensaras en trabajo, solo dejaba que te adaptaras mientras el nivel del agua descendia.

Paso una semana. Marion aparecio ese dia con ropa normal, vaqueros y una camiseta. Era raro verla con ropa puesta. Aveces aparecia con lenceria deseando que se la arrancaras o con vestidos muy caros para acompañarte a sitios distinguidos.
- Buenos dias.- dijo feliz.- Despierta semental.- añadio mimosa.- Hoy tenemos cosas que hacer y te van a gustar. Primero vamos a comprar un vehiculo que te guste, un coche, una moto...lo que quieras. Despues vamos al parque de atracciones...tenemos un alma muy mala que cazar.
Te dio unos segundos para que asimilaras la informacion.
- Se llama Walter, es un metamorfo... un mutante que cambia de forma, puede tener la apariencia de cualquiera pero tiene el alma tan negra que no te costara localizarlo. Ese tipo comenzo comprando bebes a gente pobre y vendiendolos a ricos esteriles...despues descubrio que robandolos su margen de beneficio subia mucho. En todas las grandes catastrofes aparece dispuesto a llevarse niños perdidos.- aseguro.- Pero con los años a perdido los pocos escrupulos que tenia. Ahora secuestra niños a la carta para depravados, para trafico de organos... ¿Ya tienes ganas de ponerle las manos encima? Estara esta tarde en el parque de atracciones, espera "cazar" a un par de crios, les a seguido la pista durante semanas... ¿Te gusta el plan, Jeremiah?

La vida de un sirviente del diablo no era mala, eso se lo enseñó Marion. Uno hasta podía acostumbrarse a ella. De repente tenía todo lo que había podido llegar a soñar incluso en sus fantasías más locas de adolescente. Parecía que tener aquel plastiquito dorado -una tarjeta de crédito había aprendido- abría las puertas del paraíso, entraba ahí donde un negro de su tiempo no podía siquiera echar un vistazo cuando estuviera cerrado y ahora camareros de todas las razas le ponían copas completamente serviles. Lo único que veían era a un negro alto y rico -seguro que muchos pensaban que era uno de aquellos raperos con su música odiosa- con una blanca despamanante del brazo. A Marion le encantaba provocar miradas y el deseo en los que tenía delante, ya fueran hombres o mujeres, vestía como una ramera con clase y le encantaba sentirse deseada y que la desnudaran con la mirada, aquello se había convertido en su juego, Marion era una puta pero de algún modo la había llegado a considerar SU puta así que ella se dejaba adular e incluso sobar en los lavabos de los sitios a sabiendas que aquello solo inflamaba la furia y la pasión se Brown que luego arremetía en la cama contra ella hasta caer rendido. Tenía dinero, tenía sexo descarnado... Lo tenía todo pero el saber de donde provenía y el recuerdo cada vez más lejano de Hanna y Berlin le daba al final un regusto a ceniza a todos aquellos placeres.

La sorprendió verla vestida de calle, tejanos ajustados y camisa atada a la cintura, casi le dijo que estaba más guapa así pero se calló, no había nada entre ellos que no fuera artificial así se limitó a admirarla en silencio e imaginar cuanto costaría bajarle los tejanos hasta las rodillas... Se estaba volviendo un enferme y consciente se esforzó en escucharla. Sintió algo de su viejo yo arder en el pecho cuando le empezó a relatar lo del niños y aquel bastardo. Ya en su época desaparecían niños, el mundo solo cambiaba a peor se recordó y ni siquiera Dios podría discutirle que el mundo sería un lugar mejor sin aquella escoria. Ávido de apartar los recuerdos dolorosos de su mente asintió y aceptó aquello casi como si fuera un regalo del altíssimo aunque se guardó de demostrar tal entusiasmo delante de Marion. -Muy bien, quiero una moto- dijo levantándose y metiéndose unos segundos en la ducha.

-Vamos a saludar a Walter- Y por Dios que a Walter no le iba a gustar la visita.

Marion sonrio y dio un par de palmaditas, estaba contenta de que te gustara el plan. Primero pasasteis por el mejor concesionario de la ciudad, escogiste la mota que querias y te la llevaste...asi de sencillo era todo cuando uno tenia el dinero suficiente.
Marion se agarro a tu cintura, asegurandose de que sintieras sus pechos en tu espalda mientras comentaba lo bien que te sentaria una cazadora de cuero a tu preciosa anatomia negra.

A lo lejos divisasteis la feria. Marion te dijo que el tipo aun no habia llegado, que podias entrar y dar un paseo hasta que apareciera. Te explico que los niños a los que queria Walter eran una parejita de crios de siete y nueve años a los que les encantaba la noria, asi que seria el primer sitio donde querrian ir.

La moto que quería... No hubo dudas en la mente de Brown al menos no en aquello, siempre había ansiado una de aquellas máquinas de dos ruedas que habían sido siempre símbolo de libertad y de aquello que un negro de Harlem nunca se pudo permitir. Escogió una choper, con un gruñido asintió cuando le dijeron que era un modelo clasico, la Fatboy de Harley Davidson, clasico... De algún modo él era tambien un clásico se dijo viendo al tío que trataba de hacer una venta que ya era segura, podría ser su abuelo.

Por mucho que la detestase en su fuero interno tenía que reconocer que Marion a pesar de que le excitaba y repugnaba  a partes iguales por lo que era, resultaba una excelente compañera de viaje aunque en el fondo tuviese muy claro de que en realidad se trataba de su carcelera... Al sentir el cuerpo de la súcubo aplastado contra su espalda pensó que podría ser una condena peor. Asintió ante la idea del cuero mientras ponía a ronronear la moto pero primero había que limpiar un poco el mundo de escoria y luego se ocuparía de los regalitos... Una chaqueta de cuero... La imagen mental de Marion solo con cuero le hizo apretar los dientes, aceleró. Tenía prisa por cazar a aquel mierda.