El sonido de la musica swing hizo que tus ojos se abrieran de golpe.
Sentiste como si hubieras dormido dos dias seguidos pero tu ultimo recuerdo era el de la caida en paracaidas. No obstante te encontrabas en una habitacion bonito, con cortinas blancas y mucha luz. No era una habitacion de hospital, era mas como la habitacion de una casa lujosa. La cama era mullida y aunque estabas entumedico podias moverte.
En el brazo notaste nuevas marcas de pinchazos y las venas mas inchadas de lo normal pero ese era todo el daño que habias recibido.
Sobre la mesa del precioso escritorio de madera una radio antigua sonaba. No estaba alta pero a ti te retumbaba cada nota en la cabeza. El resto del moviliario era sencillo, el corriente de la epoca. Un armario grande, con una puerta abierta, te mostraba tu ropa bien planchada. Lo que tenias puesto era una especie de pijama en un tono azulon.
Olia a limpio, todo olia a limpio y nuevo. Incluso la biblia que alguien habia dejado en la mesilla parecia no haber sido abierta jamas.
Pero... ¿Qué coño...? ¿Más pinchazos? Puto ejército de los huevos que no paraba de tocarme la moral... Pero curiosamente ese sitio no parecía del ejército... Todo limpio, música, bonita decoración... no, no era ejército.
Pero... ¿Qué demonios...? ¡Pero si hay una biblia! Por favor... que no sean monjas... por favor... Odiaba a Dios, y la religión, y la biblia... y sobre todo... a las monjas.
Traté de levantarme de la cama mientras intentaba orientarme sobre dónde estaba. Dios... llevo un pijama... No recuerdo haberme quitado la ropa... No, no... bueno, sí... pero antes de tirarme por el paracaídas estaba vestida. Pufff... todo esto es muuy raro.
- ¿Hola? - Dije dando un grito. - ¿Hay alguien ahí?
Intenté inspeccionar un poco la habitación, y tratar de ver en que casa me encontraba... Oh, a lo mejor está aquí Stark... eso sería divertido. Sonreí para mis adentros.
La puerta se abrio en poco rato, apenas te dio tiempo a entender que todo estaba demasiado nuevo, demasiado preparado...
- Buenos dias señorita.- dijo un hombre alto, vestido con una bata blanca pero con mas aire de cientifico que de medico.- Soy el doctor Frank Schuler. ¿Como se encuentra?
Rubio... media melena... Mmm.... no está mal... Rachel... ¡Concéntrate! Sonreí al médico tratando de parecer sincera, aunque por dentro me carcomia la idea de que ese tipo había estado experimentando conmigo.
- Hola doctor... Verá... me encuentro enfadada, desorientada, y algo indignada. ¿Dónde coño estoy? - Convento no, por favor... convento no... - ¿Qué me ha pasado? ¿Quién me ha puesto este pijama? - Si había sido él... quizá no era tan mala opción, al menos no habría caído tan bajo.
Se encuentra en un lugar seguro, señorita.- Aseguro el hombre siendo muy ambiguo al respecto.- Es normal que se encuentre desorientada dadas las circustancias. Vera señorita, usted y sus compañeros han permanecido un tiempo en un proceso llamado "animacion suspendida". En algun momento de la mision que estaban llevando a cabo terminaron en unas capsulas criogenicas que recuperamos hace tan solo unos meses. El proceso a sido lento pero parece ser que solo una pequeña parte de sus recuerdos a sido borrada como consecuencia de las secuelas... ¿Podria decirme que es lo ultimo que recuerda?
Le miré confusa... Genial... otro payaso del ejército que no me quiere contar nada. ¿"Animación suspendida"? Eso me sonaba al futuro... ¿Se lo estaría inventando todo ese tipo?
- Sï... yo te diré lo último que recuerdo... Pero cuando me digas donde estamos... y quién coño eres tú de verdad o para quién trabajas. - Estos del ejército no dejaban de chulearme y empezaba a joderme... A saber que mierda me habían hecho esta vez. Iba a matar a mi padre, tarde o temprano... pero le mataría, o a menos obtendría mi venganza del algún modo.
Trabajo para el SHIELDS, para la division centifica del mismo... es una unidad contra el terrorismo internacional... pero no vas a crerme hasta que no lo veas asi que si prometes no escapar te llevo a dar un paseo.
- Prometo ser buena. - Dije poniendo una carita dulce mientras sonreía tiernamente. - Suena bien lo del paseo.
Me dispuse a seguir a aquel hombre, levantándome con cuidado y vigilando que a través del pijama no se vieran mis pezones, o que fuera de esos pijamas con los que llevas el culo al aire. Comencé a caminar a paso ligero, algo nerviosa por dónde se supone que estaba. Shield.... Sonaba ejército también... Que mal rollo...
En fin, respiré hondo y pensé que era mejor no decir nada, pero la curiosidad me podía.
- ¿Tengo algún tipo de amnesia? Recuerdo pocas cosas... ¿He venido sola aquí? - Pensé en Stark... ¿Tendría la suerte de que estuviera en el edificio? Quizá el podía hacerme una visita guiada más entretenida...
En el mismo momento que preguntaste sufriste una especie de regresion. Viste unas urnas de cristal que contenian un liquido que emitia un frio inhumano.
Tu memoria recordo un nombre y una cara. Adler Freedon, un hijo de puta general nazi. Ese recuerdo era duro y doloroso, te producia ansiedad, axfisia incluso....
El sonido de una alarma de seguridad te devolvio a la realidad.
El medico te miraba preocupado las pupilas cuando la sirenas le sobresaltaron.- ¿Se encuentra bien? Quedese aqui, ire a ver que pasa.- Aseguro con tono dulce.
Humm.... Todo esto es muy raro.
Miré confusa al médico mientras se alejaba mientras aquella imágen bailaba en mi cabeza. ¿Me habría cogido los nazis? Aprovechando que me quede sola empecé a husmear, tratando de averiguar donde me encontraba.
Toda la habitacion olia a nuevo. Las sabanas tenian un tejido que no te resultaba familiar, eran distintas, era como un decorado para ti. Sobre tu cabeza escuchaste el sonido de algo rectado por los conductos del aire. Era algo o alguien grande, sin duda no era un animal o una rata.
¿Alguien en el conducto de ventilación? Me pudo la curiosidad y quise saber que había sobre mi cabeza. Busqué alguna entrada a los conductos de ventilación, o algún otro modo para descubrir quién estaba ahí arriba.
La cama estaba cerca del armario y sobre el armario una entrada a los conductos. Trepar no fue dificil, soltar la reja lo fue un poco mas pero al final salio dejandote libre el acceso a un laberinto de tuneles por los que podias pasar gateando.
Eras una chica observadora, el polvo se acumulaba en el suelo pero viste un conducto por el que parecia que alguien habia dejado marcas de gateo. Imaginaste que seria esa persona que habias escuchado pasar y la seguiste.
Continua en escena 4 ^^