Partida Rol por web

¿quisieras jugar algo con tu mujercita?

Sabía que mi joven mujer había estado preocupada últimamente, muchas eran las habladurías sobre el hecho de que aun no tuviésemos un niño, y de alguna forma quería compensarla. Tenía bastantes obligaciones, y sabía que no podía dedicarle mucho rato a Alanna, pero tampoco la podía dejar de lado. No quería que la angustia la terminara consumiendo por dentro. Así que conseguí liberar algo de mi tiempo y la invité a pasear por el mercado del águila. Siempre disfrutaba contemplando la hermosa estatua de aquel bello animal. Y quizás realizar alguna compra o trueque animara a Alanna.

Puede que hubiera fallado a la hora de concebir, pero al fin y al cabo yo también la había fallado. Una vida mejor nos esperaba si empezaba a destacar más, y era por ello precisamente por lo que pasaba tantas horas fuera, nuestra familia sería una familia importante, estaba seguro, nuestros nombres no caerían en el olvido.

Centre entonces la mirada en mi mujer, no había ningún contacto físico, solo caminaba a su lado.

-¿Veis algo que os guste mi señora?- Pregunté cortesmente esbozando una ligera sonrisa.

Máster, ¿queda algo por hacer? es que veo por ahí una retahíla de preguntas que no se si te contestó el anterior jugador o no. Aunque el tiempo límite era el 9 de Diciembre xD

La joven estaba muy distraída, y aunque agradeció que su marido le diera algo de tiempo para ella, no estaba demasiado presente, sólo caminaba al lado de su marido, observando distraídamente las cosas que se exhibían en ese mercado. Algunas pieles, algunas telas, algunas joyas o hierbas, muchas cosas que otra mujer podría desear, pero ella no, estaba ahí, caminando y mirando al cielo, en esos días no había dejado de pensar en Mailcom  y cada día se estaba volviendo más complicado tratarlo sin pensar en sus palabras, en sus promesas que no podría cumplir. Cuando Marcio le habló, ella pestañeó,  y luego desvió la mirada avergonzada, estaba pensando en otro hombre, que si bien no lo deseaban, si deseaba lo que juraba darle por la pasión que ella despertaba en él, no como su marido que apenas la tocaba, como si la despreciara. 

Marcio había dicho que la apreciaba, que era su esposa, y que los hijos pronto llegarían, pero seguía así, frío, distante, Alanna casi ya ni lo buscaba con la mirada o con algún gesto dulce, luego de la conversación con Mailcom, su corazón se ubicaba lejos de la frialdad de su esposo.

- no... nada - responde acomodando en sus hombros la manta que llevaba, hacía frío, era pleno diciembre ya - ¿hace frío no? deberíamos volver - comenta  mojando sus labios carnosos.

El paseo había sido del todo inútil, parecía solo servir para que ambos perdieran un tiempo que posiblemente podrían emplear algo mejor.
Era cierto que hacía algo de frío, pero aquello me sonó como una excusa para volver, lo cual me enfadó ligeramente, había reservado el día para ella, y ella parecía despreciar el gesto. Aun así no dije nada al respecto, simplemente me encogí de hombros.

-Como deseéis.- Respondí retomando el camino a casa.

En un mundo donde a la mujer se la trataba como un mero instrumento me sentía muy diferente al resto de los hombres. Tomaba en consideración las palabras de mi mujer, jamás le había levantado la mano y siempre le sería fiel. Pero a pesar de todo esto había algo, no sabía el que exactamente, pero sabía que algo iba mal. Aunque no sabía si ella me lo mencionaría en algún momento, yo desde luego no me veía en disposición de preguntárselo. Cada uno tenía sus obligaciones, y un hombre que tuviese que estar tan atento de lo que le pasaba a su mujer rozaba lo absurdo.

Caminaron uno lejos del otro, Alanna observaba sus pies, y luego el camino, repasando las caras de los que los miraban, y suelta un pequeño suspiro, llevando su mano a su cabeza, le dolía ligeramente, tendría que tomar algo al llegar al castillo, pensaba en eso cuando un hombre pasa demasiado cerca de Alanna y la empuja ligeramente hacia su esposo, haciendo que su cuerpo se apoye en el pecho de él, eso hace que las mejillas de la joven se enciendan al levantar la vista y ver a su recio marido. Lo amaba, pero él a ella no...y a pesar de todo lo que supuestamente debía ser una mujer, era triste saber que no eres más que estimada, o lo que su esposo parecía sentir por ella.

- ¿lograréis amarme algún día?- soltó en un susurro, que sale en un momento poco oportuno, pero salió, Mailcom la había insentivado a buscar en su marido lo que necesitaba, y comprobar así que no la merecía, pero ella creía que si la merecía, era ella la incapaz de conseguir que él la amara. Sus ojos se humedecieron y se apartó de su marido - lo... lo siento, no debí preguntar...- susurró, pasando su mano por sus ojos, y lo quedó mirando, Marcio volvería a ver la calidez de su mujer, vetada por oscuros pensamientos.

Máster, ¿queda algo por hacer? es que veo por ahí una retahíla de preguntas que no se si te contestó el anterior jugador o no. Aunque el tiempo límite era el 9 de Diciembre xD

El anterior jugador no llegó a responderlas. Ni a hacer el post anual. Si lo haces, y dado que acabas de "apropiarte" del personaje, me vale

No me queda claro como va lo del post anual, ¿puedo ver alguno de ejemplo?, además ¿donde se hace? ¿en "Siempre hemos vivido en el castillo" y solo para el dire o aquí?

Cuando el hombre la empujó al ir demasiado ocupado por sus propios problemas estuve a punto de decirle algo, pero entonces Alanna me dedicó su mirada, y aquellas inexperadas palabras.

-¿Porque me preguntáis eso?- Le pregunté confuso.- Claro que os amo, no podría haber deseado una mejor esposa.

Dicho esto coloco mis manos en sus hombros intentando reconfortarla, pues Alanna parece estar peor de lo que había pensado en un principio.

La joven, porque era una joven tan sólo, una niña casi que sólo lo había conocido a él, sonrió con tal alegría como si le hubieran dado un nuevo día, y así, tomó sus manos, las besó, las besó suavemente dos o tres veces, y volvió a buscar sus ojos - no quiero comprar nada, pero tampoco quiero volver a casa- susurra la joven y toma  su mano entrelazando sus dedos.

Avanza llevando al romano entre las personas, caminando casi rapidamente hasta llegar al extra radio de la ciudad, poder llegar una zona más tranquila, colindante a los muros de la fortaleza, Ahí Alanna soltó las manos de su marido y lo quedó mirando con un turbio gesto, mordiéndose ligeramente el labio inferior.

- Marcio - lo llamó por su nombre de pila - os quiero decir que también os amo, pero desearía algo de vuestra parte, - se acerca un poco más a él - que... me demostréis más este amor, - tomó su mano y la puso en  mejilla - sé que os complica, pero yo jamás os pido nada, hasta ahora, lo necesito - busca de nuevo su mirada con ardiente deseo por él.

Acompañé a Alanna sin protestas, al fin y al cabo había decidido dedicarle aquel día solo a ella, y lo mismo me daba que fuera en lugar o en otro. Además me acababa de demostrar que algo le pasaba.
Entonces me hizo aquella extraña petición.

-¿Que deseáis que haga por vos esposa mía? Bien sabes que moriría por vos sin dudarlo.

No estaba seguro de lo que me pedía, haría cualquier cosa por ella, ¿que más quería de mi?

busca que no haya nadie, y no había nadie, miró a todos lados, pero estaban solos, la joven cerró sus ojos, y pasó sus manos por las mejillas de aquel romano, y lo fue empujando delicadamente contra uno de los troncos de los árboles, buscó sus labios y los rozó suavemente.

- amaros, y que me ames - dice con su boca en sus labios - sé que sois prudente y recatado, pero deseo enseñaros que conmigo... no seáis tan así... no deseo vuestra prudencia, deseo vuestra pasión, no sé si la habéis conocido con otra mujer, o la buscáis en otra mujer, pero yo estoy dispuesta  a ser toda vuestra mujer, os amo marido mio... - besa su cuello, y luego busca de nuevo sus labios - ¿me regalaréis esto? - preguntó en un susurro.

Modificaciones por el año 468

Se aumentan las siguientes habilidades:

Por entrenamiento: (aun no determinado)

Por experiencia: +1 percepción (13); +1 batalla (15); +1 espada (16)

Gloria al final de este año: 

- Gloria heredada: 218

- La batalla del castillo del Monte Snowdon (volvió tarde pero coordinó la defensa de la retaguardia): 200

- Habilidades: 50

- Por rasgos y pasiones: 26

- Por participación y calidad en la partida: 77

- Por boda con Alanna: 254

Por tu participación en la batalla recibes botín por valor de una libra.