Partida Rol por web

Casi le acaricia el rostro con la mirada. ¿Con quién tengo que hablar?, pregunta Sam y ella, buscando en él motivos suficientes de confianza recorre cada rasgo de su cara con el afán de un escultor ciego.

Los ojos, ese espejo del alma que ahora tiemblan como en un terremoto, sabiendose mirados y hacen ese gracioso vaiven que hacen sincronizadas las miradas de todos los pasajeros del metropolitano cuando llegan a una estación.

Rebecca se bebe los detalles de cada gesto como aquella vez ante aquel busto de Lorenzo el Magnífico. Stendhal, llaman algunos a ese trance. Delirio otros. Para aquella chica era una más de esas pérdidas de contacto con la realidad que se producían cuando el contacto era más exhaustivo que nunca. Se sonríe un poco, se hace gracia, se da cuenta de la reacción que ha provocado y lejos de sentirse incómoda, como sin duda hubiera pasado de haber mirado a otro, se sentía en cierto modo reconfortada por el titubear del parapsicólogo.

- Con Raphael, Sam, tendrás que hablar con Raphael

Y sin moverse un milímetro giró los ojos hacia la ventana, quizá forzando demasiado lo que no ayudaba a mantener una imágen cuerda de si misma. Pero ¿a quién le importa la cordura ahora que el sol se apaga y se hacen fuertes las sombras?

¿Volver a Cloak's? ¿Regresar a donde todo comenzó?...Quizá ese fuese el buen camino, pero me costaba aceptar la idea de llevar mis pasos de nuevo hasta allí, hasta el lugar que me había perdonado la vida pero llenado mi pecho de muerte, arrasando mi alma con una ráfaga de frío metal.

Y entonces mi menté regresó al lugar, justamente en sentido contrario al que mi voluntad quería dirigirse, pero ya no era dueño de mí mismo, había perdido cualquier oportunidad de elegir mi destino cuando atravesé aquellas puertas....cierto que podía negarme a ir, o levantarme en aquel instante y largarme sin volver la vista atrás, pero sabía que no lo haría....no podía hacerlo y lo sabía.

Está bien - admití finalmente asintiendo lentamente, cansado y afligido - vayamos allí entonces y veamos de dónde salió ese monstruo...quizá haya algo en la pintura que pueda darnos una pista de cómo acabar con él.

Aquellas palabras que surgían de entre mis labios eran más para infundirme ánimos que porque pensara que realmente pudiese servir de algo, pero existía una oportunidad, y eso era más de lo que habíamos tenido hasta ahora....mejor no desaprovecharla.

Bien, entonces… vamos…? Había crecido? Me sentía más alta… De pie junto a la mesa, esperando que todos me siguieran hasta él… Mierda… Él… Siempre él…

Hay recuerdos que te bosquejan un cuadro en los ojos, y te traen las luces, las líneas, los colores… te llevan a la imagen y parecen vívidos pero, tarde o temprano, esos recuerdos se pierden y se olvidan… Existen otros recuerdos… unos que se funden en negro negándote los detalles de las formas, pero que te devuelven a las sensaciones… que te devuelven a la vivencia… Lo malo de recordar no es volver a ver… es volver a vivir…

Volver a verle… volver a sentirle… La certeza de saberme frente al pozo negro de sus ojos me condenó a uno de esos recuerdos... viviendo de nuevo el momento, con Mat muriendo entre mis brazos… con los ojos de Alas transmutándose de mis pupilas que enseñaban a sus pozos que ahogaban y consumían… de mis ojos, que nunca perdieron la esperanza, a los suyos que nunca la tuvieron…

El súbito dolor me hizo consciente de la fuerza con la que me mordía el labio… de dónde estaba… de a dónde tenía que ir… Y caminé hacia la puerta con la resaca de lo vivido aún en mi interior… Alas… Pronto volveríamos a vernos….

- Hey ho, let's go... - canturrea como suenan las canciones de juego de los niños, como un finders keepers, como un lo que se da no se quita.

Se pone en pie de tal modo que en lugar de arrojar sombra sobre el grupo es la sombra la que se lanza sobre ella como un manto que la cubre la parte superior del torso. Se adivina una sonrisa curiosa, una sonrisa que sabiéndose traviesa no deja de transmitir preocupación, como le sonríe el colgado a la cuerda.

- Venga... - da dos pasos hacia la barra mientras se mete las manos en los bolsillos y el tercer paso es casi graciosa pirueta para girarse por completo de nuevo hacia sus acompañantes. Se muerde el labio como si hubiese hecho algo malo y vuelve a sonreir mientras se saca las manos de los bolsillos y mira, uno a uno, al resto deteniéndose en Saunders - Michael... ¿nos invitas?

Poco después abandonan al caballo blanco, the white horse, para probablemente encontrarse con la yegua nocturna, the night mare.

Abandonáis aquel bar después de que Michael pague la cuenta de lo que habéis tomado, el día continúa lluvioso y las dificultades para encontrar taxi son considerables, así que Selene y Rebecca permanecen resguardadas en un portal mientras Sam y Michael se afanan en para uno, tras unos minutos, el piloto consigue por fin el objetivo…

Le indicáis el lugar al que queréis ir, y tras unos veinte minutos de pesado y silencioso camino, el fatídico lugar se alza ante vosotros, oscuro y tétrico, las cintas policiales rodean la entrada principal y los poco transeúntes lo esquivan usando la acera contraria, abandonándolo a su suerte…

El taxista se detiene y mira el lugar con curiosidad, tal vez haya oído las noticias…