Partida Rol por web

Hacía cientos de años que Natsuki había presentado a Yami y Shirayuki entre si. La Kitsune había buscado por todos los medios que los dos espíritus mas importantes de su existencia se llevaban bien, por lo que no era de extrañar que les invitara a ambos a hacer alguna actividad en conjunto, así sea simplemente contemplar las estrellas en una noche despejada.

Esta oportunidad era distinta, puesto que se habían reunido en la montaña que oficiaba de refugio para la Yuki Onna. La temperatura era agradablemente fría, ya que se encontraban en invierno. La noche era hermosa, con luna llena y el cielo repleto de estrellas, como desde ninguna parte de la ciudad era capaz de contemplarse. Natsuki había conseguido algunos aperitivos del Bar y se preparaba para una larga noche de canciones, historias y mucha diversión.

Esa noche Shirayuki esperaba visitas, era algo poco común dada su forma de ser, pero siempre aceptaba de buen grado la compañía de su mas cercana amiga y su pareja.
Como dictaban los modales, informo a Karasu de la reunión para evitar la ira del tengu ante una posible invasion a sus tierras.
Ya desde temprano, Shirayuki esperaba a sus invitados subida a las ramas de un enorme roble de la zona. Era invierno, el bosque se hallaba mas tranquilo que de costumbre y hacia varios dias desde que el ultimo grupo de viajeros lo atravesara.
Ya cuando el primer grupo de estrellas alumbraba el cielo pudo ver que sus invitados se acercaban. Natsuki se veía emocionada y correteaba entre los árboles, intentando tomar por sorpresa a Yami, pero el siempre estaba un paso adelante de ella en lo que a travesuras concernia. Los observó unos minutos, disfrutando del afecto que ambos profesaban por el otro, pero aun asi sintiendo un poco de envidia.
En vez de ir a su encuentro, prefirio comenzar a entonar una canción y así atraer los hasta ella, de un modo similar al que lo hacía con sus victimas, pero tratando se de ellos lo hacía a modo de juego.
Ya cuando se encontraban a pocos metros descendió y se dirigió a su encuentro. Los saludó afectuosamente y los invitó a seguirla, mientras los guiaba a su refugio.
En medio de la montaña, en un espacio alejado, rodeada de vegetación, se hallaba la cabaña de la yukihime. Un agradable resplandor se reflejaba en las ventanas, llamando a todo aquel que buscara refugio.
Abrió la puerta y les dio la bienvenida a su hogar. La cabaña parecía estar habitada, se hallaba amoblada y en perfectas condiciones. Aquí podremos disfrutar de las delicias que tan amablemente han traído y si así lo desean, podremos luego dirigirnos al claro a disfrutar de la noche y su cielo estrellado Sonrió alegre, esa noche al menos no le tocaria pasarla en soledad.

Dos zorros saltando, brincando y jugando entre sí. Había estado correteando y retozando con Natsuki por prados y algún bosquecillo en nuestro camino a la montaña, hasta que llegamos al bar cercano. Tras una trastada con la luz, y unas sombras bien distribuidas, Natsu se hizo con algunas cosas y de paso, pudimos degustar el miedo y la sorpresa de los incautos humanos del local.

Mientras nos acercamos, podía sentirla y oler su frio, escuchamos su canción en la distancia. Shirayuki me es agradable. La Reina de la Montaña y Señora del Hielo, su presencia era confortante y a Natsuki le gustaba. La canción es hermosa y nos guia ante ella.

Descendió de entre los arboles con gracilidad. Yuki siempre se muestra afectiva, pero tal vez demasiado educada y formal, para mi gusto. Nos conocemos desde hace cientos de años, aunque es la primera vez que venimos a verla expresamente en luna llena. Curioso… ¿Tendrá algo en mente? Es de esperar que si.

Observo la cabaña, limpia y cómoda, como esperaba de ella. Antes de entrar, abandono mi forma de zorro y con una ligera inclinación le ofrezco a Natsu  una mano para ayudarla a entrar. Esta también adopta un aspecto humano, y con una sonrisa pícara pasa al hogar de Shirayuki. Atravieso el umbral tras ella, y con elegancia, sujeto la mano de nuestra anfitriona para darle un beso en el dorso.- Gracias por darnos cobijo bajo tu techo Yuki-hime. Soy tu humilde siervo, oh Princesa de las Nieves, pídeme lo que quieras y con gusto te ayudare.- Le sonrió divertido.

En su forma de zorro buscaba atrapar a Yami, saltándole encima, mordisqueándole las orejas y la cola, a veces incluso empujándolo con el cuerpo para hacerle perder el equilibrio. No siempre tenía buenos resultados, Yami era mas ágil que ella para esquivar y mas de una vez caía con sus zarpas sobre un puñado de sombras sin forma y un zorro oscuro se reía de ella algunos metros mas adelante. Al llegar a la morada, estira su pata hacia Yami y, al tomarla, toma forma humanizada, manteniendo sus orejas y colas.

Dejó los aperitivos sobre la mesa y se abalanzó a abrazar a Shirayuki por el cuello y plantarle un beso en la mejilla. ¡Deja de ser tan formal! Relajate un poco, esta noche vinimos a pasarla bien y ninguno de los dos nos ofenderemos porque nos trates de un modo mas coloquial. Se cruzó de brazos y se apoyó en el hombro de Shirayuki, mirando a Yami divertida, con una sonrisa picarona. ¿Así que harás cualquier cosa que te pidan? Vaya... a veces ni yo tengo ese placer. Mmm.... Se acercó al oído de Shirayuki y murmuró en un tono que era audible. Pídele algo íntimo... hoy es luna llena. Rió con picardia al saber que Shirayuki no sería capaz de algo así, aunque era bien sabido por los tres que las noches de Luna Llena eran los momentos íntimos de Yami y Natsuki.

Sonrió cómplice a Natsuki, y doy un par de teatreros pasos, casi como si bailara.- Porque a ti ya te doy lo que quieres, y si no lo tomas directamente.- Miro a Natsuki tras su pequeño comentario. Así que ese es tu plan.- Si es lo que quieres de mí, admito que será un placer.- Alargo una mano para acariciar la mejilla de Shirayuki con el dorso de mi mano. Su frio tacto me es sumamente deseable.

-Pero habíamos decidido ver las estrellas ¿Verdad? Y podrías ver bailar a Natsuki bajo la luna llena.- Contemplo a la kitsune con mucho cariño, aparto un mechón de cabello rebelde.- Brilla de manera especial cuando baila bajo un cielo como el de hoy.-Digo como si pensara para mí.- Seria completamente perfecto si pudiese escuchar tu bella voz mientras ella baila, un verdadero paraíso.- Digo distraído.

Shirayuki río junto a Yami dado el gesto, pero no pudo evitar sonrojarse, como siempre que hacía comentarios de ese tipo. Miró con algo de molestia a Natsuki por su comentario A eso pretendía llegar justamente... Na-tsu-ki -puso énfasis en cada sílaba, resaltando el hecho de no estar usando un honorífico- Hoy, siendo mis invitados y en mi hogar puedo distenderme un poco más y hablar de modo coloquial, prometo no usar honoríficos en toda la noche. Lo dijo en tono cómico, en ambientes reservados se comportaba con mayor familiaridad.

Ante la sugerencia de Natsuki, Shirayuki se sonrojó visiblemente ¡¿Cómo podría pedirle algo así a Yami?! empujó a Natsuki, levemente ofendida por la sugerencia No soy esa clase de mujer. Recién en ese momento reparaba en que esa noche había luna llena y que esas noches solían ser privadas entre ellos, miró curiosa a la sonriente Natsuki ¿Qué estás planeando, Natsuki?

Asintió con la cabeza a la respuesta de Yami y se sorprendió al sentir su mano acariciando su mejilla, pero en vez de alejarse como solía hacer, acompañó el movimiento con su cabeza, feliz de aceptar el gesto afectuoso.

Creo que Natsuki brilla especialmente siempre que está contigo, Yami, pero coincido, me encantaría verla bailar bañada en luz de luna. Ríe divertida ante la sutil sugerencia Siempre tendré una canción para ustedes, especialmente esta noche que son mis huéspedes. ¿Qué les parece si tomamos algunas cosas y nos dirigimos al mirador? Con ese nombre se refería Shirayuki a un sector particular de la zona desde donde se podían apreciar las estrellas casi como en su época, dejándose sumergir en el mar del cielo.

Tomó una parte de los aperitivos que trajeron y se ofreció a guiarlos hasta el lugar. Se comportaba de un modo mucho menos estructurado que de costumbre y sonreía más. Era un lado suyo que no se veía muy a menudo.

Avanzaron por el bosque hasta llegar a un claro, parecía que la vegetación se había agrupado en ese lugar y con esa forma adrede, como  si fueran las butacas para uno de los mejores espectáculos que la naturaleza podía ofrecer. Ese era uno de los lugares que había descubierto en sus años de vagar por el bosque por la noche y era la primera vez que llevaba a alguien allí. Los miró a ambos con una sonrisa en el rostro Ya llegamos, es un lugar hermoso ¿No les parece?-señaló el cielo con una mano- y el espectáculo ya ha comenzado, así que tomen asiento, aunque el mejor modo, a mi parecer, es simplemente acostarse en el pasto, parece que pudieras undirte en el cielo- este último comentario dicho con la mirada perdida arriba.

Le contestó a Shirayuki haciéndole caras, una pequeña burla divertida sin ánimos de ofender, aprovechando que la Yukihime había cedido a comunicarse de un moco menos cordial y mas cercano, lo cual era agradable para la Kitsune ya que habría hecho muy incómodos sus planes para aquella noche.

Disfrutó del paseo del bosque, del canto del viento acariciando los árboles y los ruidos propios de la naturaleza. Aquellos sonidos que en la ciudad eran imposibles de disfrutar y tanto alegraban su espíritu. Al llegar al lugar indicado, le sonrió a Yami con picardía, en un silencioso lenguaje que solo ellos entendían luego de tantos años juntos y se recostó junto a Shirayuki. Disfrutó durante unos pocos segundos del cielo estrellado y de la caricia de la hierba, hasta que se inclinó sobre su amiga.

El espectáculo ha comenzado... Miró a Yami y con los ojos indicó el otro extremo de Shirayuki, mientras que sus labios se posaron en la mejilla de su amiga y le dejaron un beso. Pero creo que estas mirando el espectáculo equivocado. Soltó una risita divertida y con las yemas de los dedos recorrió la figura de la Youkai de hielo. Cada luna llena Yami y yo salimos a divertirnos y los dedos sobre el estómago subieron lentamente, como pasos, hasta el escote de Shirayuki, avanzando entre sus pechos. me parece injusto que tu y yo nos podamos divertir cada día que queramos mientras que él tiene que esperar un mes. Antes de que Shirayuki pudiera quejarse o replicar algo, la mano ya estaba posada sobre su pecho, acariciándolo con movimientos circulares y le selló los labios con un intenso beso, evitando así que pudiera decir palabra. Esperó hasta que Shirayuki abandonara sus esfuerzos por quejarse para separar los labios de ella, en ese momento sus dedos ya estaban presionando el pezón sobre la tela. Así que pensé: ¿Porque no nos divertimos los tres la próxima luna llena? Nuevamente sus ojos se posaron en su amado, solo que esta vez transmitían excitación. Pasó su lengua lentamente por los labios de Shirayuki sin dejar de mirar a Yami, transmitiendo una simple idea: ¿Cuanto mas vas a esperar?

Shirayuki nos guía hasta un claro en el que la naturaleza había creado un lugar perfecto para admirar el cielo nocturno. Durante el camino, me deje embrujar una vez más por la belleza que Natsuki despedía mientras camina por el bosque. Antes de llegar me sonríe, entrecerré un poco los ojos, devolviéndole la sonrisa y comprendiendo su juego.- Es cierto que es un lugar hermoso, pero el cielo palidece con este espectáculo.- Digo contemplándolas a las dos echadas sobre el césped.

Se recuesta al lado de Shirayuki y yo al otro, dejando a la yuki-onna en medio. Ella no tarda mucho en comenzar. A pesar de todo, sigue siendo un espíritu impaciente y bastante caprichoso, pero eso también me gusta de ella. Las manos de la kyubi se mueven por la figura de Shirayuki, traviesas y provocadoras, mientras sus palabras revelan sus, ya claras, intenciones.

Me dirige una mirada mientras besa a la dama de hielo. Me giro, quedando recostado de lado, y apoyando mi cuerpo sobre el de Shirayuki, mi cadera sobre su trasero, mi pecho en su espalda, mi rostro en su pelo, que huele a invierno. Recorro con una mano el trasero de Shirayuki por encima de la tela de su kimono, mientras la otra retira el cabello de su cuello para besarlo. Su piel es fría y su esencia me es tan atrayente. Me acerco a su oído y con calculada voz le susurro.

-Así que juegas con ella todos los días.- Dejo que las palabras la acaricien y arrullen.- Dime Yuki ¿Qué te parece la idea de nuestra Yuki? Porque yo estoy más que dispuesto.- Finalizo la frase, con un pequeño mordisco afectuoso a su lóbulo. La mano que acariciaba su trasero, cambia en una afilada garra, que rasga la tela espiritual del kimono de Shirayuki y se introduce para masajear directamente su piel.

Shirayuki se sorprendió por los súbitos avances de su amiga en presencia de su pareja, pero en cuanto oyó que las noches de luna llena eran sus momentos especiales, comprendió rápidamente qué estaba sucediendo y se alarmó completamente, estaba dispuesta a quejarse, a reclamarle pero Natsuki la besó con ímpetu, acariciándole el pecho, impidiéndole pelear. Poco a poco fue aflojando su posición, entregándose al placer. Cuando finalmente se separó de ella, hizo pública la que desde un principio había sido su idea, quería que los tres compartieran esa noche. Iba a responderle, pero a su vez sintió el cuerpo de Yami acercarse al de ella pode detrás, lo que hizo que se estremeciera inmediatamente, aún más al sentir sus manos recorriendo su cuerpo y su aliento en su oído. N-no es t-todos los dí-días... contestó entre jadeos ¿Están seguros...? Yo- ah, no quisiera entrometerme... suspiró nuevamente, sintiendo cómo Yami rasgaba sus vestiduras para poder tocar directamente su piel Tramposos... musitó con un dejo de frustración y sin aviso previo, tiró de las ropas de Natsuki hacia ella y comenzó a besarla intensamente, llevando sus manos al pecho de la youkai y abriendo delicadamente sus ropas. Se separó suavemente, mordiéndole con suavidad el labio inferior, se lamió los labios y preguntó ¿Crees que Yami está preparado para jugar con nosotras? y se giró a mirar con una sonrisa al oni. Acercó su rostro al de él y le besó la comisura de los labios para luego lamerlos suavemente, mostrando que estaba dispuesta a jugar a su nivel. Llevó una de sus manos al cuello del joven y lo acarició con el borde de las uñas ¿Estás listo? preguntó con una sonrisa sugerente en los labios.

Sus labios son fríos, hace tanto que no pruebo unos labios fríos. Fríos pero apasionados. La punta de una uña recorre la piel de mi cuello y pregunta picarona. Le sonrió, y situó mis manos a los lados de su cuello, la miro ávido. Mi camisa comienza a desaparecer en jirones de sombras, reuniéndose a mi espalda, conformando los zarcillos que ondean deseosos de jugar.

-Piensas que estoy en desventaja pero comprobaras que…- Dejo que mis labios rocen delicadamente su cuello, subiendo hasta su oído.- la noche está hecha para Yami.- Beso sus labios y acerco mis apéndices sombríos a Natsuki, acariciando su rostro, y comenzando a desvestirla, mientras tanteo su cuerpo con impaciencia.

-Dime mi princesa ¿Cómo deberíamos empezar a jugar con Yuki?- Deslizo una mano bajo en el kimono de Shirayuki, palpando uno de sus senos, pellizcando y masajeándolo, al tiempo que busco deshacer el nudo que mantiene la prenda unida. Juego con Natsuki, toqueteando sus colas y tentándola tanto como puedo, no tardará mucho en comenzar a dejar atrás el control y a jugar de manera salvaje.