No lo encontró en la habitación, pero no tardó en sentirlo detrás de ella, abrazándola y recorriendo sus hombros blancos a punta de besos, y como su mano buscaba tocar su vientre, Hotaru queda detenida, sintiendo esos besos que la estaba   haciendo duda de que estaba haciendo ahí, y estuvo apunto sólo seguirlo, tomar su mano y que hiciera con ella, lo que quisiera. Hotaru suspiró, y cuando la soltó y aseguro  que tenía miedo, ella bajo la mirada, y era verdad, temía a lo que fuera a pasar, y él le promete algo, sin ser del todo claro. Hotaru miró hacia un costado y luego ladeo su rosto hacia y tomó su mano,  veía su ojos relampagueantes y eso la atraía, pero el miedo era superior.

- Yami-san...no... no estoy lista...- murmuró al fin,  y comenzó a soltar su mano -  me has puesto en una encrucijada... y no sé que hacer,  quiero... quiero... sólo... besarte-  sus labios sobre los de ella le habían gustado, había sido dulce, había sido, Hotaru dio unos pasos hacia él y lo  abrazó por la cintura,  y levantó sus rostro para él,  y cogió su nuca para jalarlo hacia ella y besarlo en los labios, era guapo, era él, lo besó dulcemente dando señales contrarias, pero ¿que se le puede pedir a una adolescente?. Además, podía ser una de sus bromas, si lo era, lo maltrataría por hacerla pensar que deseaba hacerle el amor...

Sonrió, y devuelvo su beso, dulce cariñoso. Mis labios fríos envuelven los suyos, suave. Cuando rompemos el contacto mantengo el abrazo y la miro a los ojos.- No hace falta ir más lejos. Me basta saber que vendrías.- La abrazo fuerte inclinándome sobre ella. Acaricio su espalda, su hombro con una mano y con la otra bajando poco a poco.

Me río y con un gesto rápido la levanto, tomándola en brazos. Le sonrió juguetón, y la llevo a la cama. Allí la tumbo y me coloco sobre ella, apoyando las manos al lado de sus hombros y las rodillas al lado de las suyas. Le sonrió abiertamente, está a mi merced. En realidad podría someterla si quisiera, fácilmente. Pero tan solo quiero tontear un poco con ella. La miro con intensidad, y aspiro su aroma. Dejo que se retuerza un poco y dude, hasta que finalmente bajo la cabeza para besarla un poco un roce, para ponerla mas nerviosa. Le sonrío juguetón, y vuelvo a bajar, pero esta vez con pasión y amor, enterrando mis dedos en su cabello. Me atrevo a tentar un poco con mi lengua, esperando su respuesta.

¿sólo era necesario llegar a su habitación? Hotaru tragó saliva, y lo sintió rodeándola, escuchando sus latidos acelerados, sus nervios y como esa situación la estaba arrastrando a una sensación de pérdida, estaba perdida en sus emociones, en el compromiso, en Edward, ¿y eso beso que le dio a Yami no fue una traición?, pero igual no tenía nada con el mago, sin embargo, estaba Yami, estaba su compañía, su cabeza le daba vueltas como si estuviera enferma, con fiebre. Yami debía estar alimentándose muy bien de sus dudas y de su miedo. 

La tomó en vilo y ella se apoyó en su pecho, como cuando era niña, pequeña, y él la cargaba, Hotaru cerró sus ojos, hasta cuando la puso en la cama y se quedó así hasta cuando sintió su cuerpo sobre el de ella, dándole un pequeño beso, ella sonrió, y guió sus labios entorno a los labios de él. 

Era un beso misterioso un beso que la asustaba, abrió sus ojos, y él vería esas emociones en su interior, justo antes de besarla con mayor pasión, incluso amor, Hotaru se dejó llevar y sus labios se entreabrieron  para recibir su lengua, y sus mimos ahogados, pero cuando el beso se fue acabando, ella quedó con sus brazos, entorno a la espalda de él. 

- Yami-kun...- pudo recuperar la voz -¿qué...qué sientes por mí realmente? - preguntó, él habia mostrado en ese beso algo más que un simple deseo o travesura... tuvo miedo de su respuesta.

-Amor, niña- No tengo que pensarlo. He vivido mucho, lo he visto tantas veces; lo he sentido de otros y lo he comprendido yo mismo. Pongo mi mano sobre su rostro para acariciarlo, sin apartar mi vista de sus ojos. Noto sus manos en mi espalda crispándose con mis palabras. Esbozo una media sonrisa. Me separo de ella, rompiendo el contacto y me levanto de la cama, dándole la espalda, pero sin alejarme.

Recupero mi forma, la negra sombra de una silueta con ojos brillantes. Estoy henchido con sus sentimientos que se desbordan, alimentándome para poder hacer esto yo solo. Llevo mi diestra a mi pecho e introduzco un afilado dedo, bajando y abriendo una línea tras la que se percibe una luz azulada. Con la misma mano hago la hendidura más grande revelando mi núcleo, mi punto más vulnerable.- A lo largo de mi existencia, tan solo unas pocas personas han visto esto Hotaru.- Introduzco la  mano izquierda, en aquella bola azul. Ahogo un gemido, y saco la mano.

Tan pronto como mi mano esta fuera, cierro la abertura. Perdiendo pie, y casi derrumbándome sobre la cama, adopto mi forma humana. Me noto cálido y unas gotas de sudor me perfilan el rostro. Yo nunca sudo. Tomo aire, y sonrió.- Jamás me acostumbrare a esto.- Le alcanzo la mano izquierda mostrando un anillo negro con una gema azul.- Esto soy yo. Una parte de mí. Te la entrego niña, para estar siempre contigo.- Le sonrió, cansado, sin fuerzas, débil.- Esperabas contacto físico, no negare que es algo que también deseo pero este paso es más importante. Hotaru Fukuhoshi, te ofrezco este anillo como símbolo de mi devoción y sello de nuestro pacto.- Estoy apoyado en la cama. Extendiéndole la joya y esperando que la acepte. Si no…

Amor, eso es lo que le responde, amor, Hotaru abre muchos sis ojos sorprendida, y extrañada, no sabía que los Oni podían sentir amor, debía ser un milagro, como el vuelo de las aves, como el llanto de un bebe, como un Oni amando, la joven sonrió, y cuando él se separó, ella se sentó en la cama, ya más tranquila de lo que estaba pasando, recogió sus piernas, y al ver que no se apartaba imaginó que algo iba a suceder, Hotaru contempló la forma original de Yami, así lo habia visto la primera vez, y ahora, él hacia algo que no lo había visto hacer jamás, intenta detenerlo, pero sus manos quedan a medio camino de alcanzarlo, hasta que él cae rendido en la cama cansado y mostrando un anillo, símbolo de lo que ambos eran, Hotaru llevó su vista a ese anillo negro, y luego a Yami, preguntándose si realmente estaba seguro, porque ella si estaba segura de su decisión, Hotaru asintió con su cabeza, sí, estaba dispuesta a tomar ese pacto, y cogió el anillo, para colocárselo en su dedo del corazón derecho, lo contempló un segundo, y sin mediar palabra alguna, fue donde Yami, y lo jaló a la cama, acomodándolo como pudo, estaba cansado, sudoroso y tibio...¿tibio? 

- debes tener más cuidado...- le dice quedando sentada en la cama, sobre sus pantorrillas, y se acercó más a él, hasta poder besar su perlada frente, y acariciar sus cabello negros -¿estas bien Yami-kun? - le pregunta, acomodando la cabeza de él en sus piernas, y acariciar su cabello con la mano en donde ahora estaba su anillo.

Me dejo hacer, apenas tengo fuerzas y bebo de sus sensaciones como haría un hombre perdido en el desierto con un oasis. Sonrió cuando se pone el anillo, y alzo la mano para acariciar su mejilla.- Estoy hambriento y débil mí niña. Pero quería que supieras, lo importante que eres para mí.- Ahora podía sentirla incluso más que antes y en cuanto recupere mi fuerza, ella podría sentirme. No volverá a estar en peligro sin que yo lo sepa.

-Te mostrare tantas cosas mí niña.- Le prometo, acariciando su rostro, con dulzura. Trato de incorporarme, para llevar mi rostro al suyo.- Pero tengo hambre ahora. Y te necesito.- Avanzo un poco más, acercándome a su rostro. Finalmente dejo caer mi peso sobre ella, quedando tendidos sobre la cama. Busco sus labios, sé que sus emociones empiezan a dispararse. La vuelvo a besar, porque lo necesito, porque le gusta, porque me gusta, porque quiero. Mi cuerpo esta cálido ahora, y débil; tan solo puedo hacer esto.

Lo iba a poner de nuevo en la cama, pero él se resistió y decidió moverse hasta su rostro, para luego ponerse cerca de su rostro,acariciando con la punta de sus dedos su mejilla, ella sonrió, era agradable realmente sentirlo más fisícamente, y le dijo que debería volver a recostarse, pero Yami no se recuperaría como un humano durmiendo y comiendo, él necesitaba de otra cosa para poder recuperarse. 

Yami suplicó por comida y dejó caer su pesado cuerpo sobre el de ella y ambos debieron quedar en la cama,  ella bajo su peso, y sintiendo su fuerza, su intensidad como un verdadero hombre. Hotaru no sólo sintió nerviosismo sino ese cosquilleo que acarrea la excitación, después de todo era humano, y sentía como tal. Cerró sus ojos, y recibió el primero de sus besos, correspondiéndolo con tranquilidad pero a medida que el beso se iba manteniéndose, la pasión iba creciendo más y más y más, ella cerró sus ojos, y lo siguió abrazando,  hasta que lo colocó de espaldas, se habían besado, pero ella no quiso dar otro paso, no estaba lista, no... 

- ¿estas mejor? -preguntó, acurrucada contra su pecho, , y cubriendo sus piernas con la de ella, que se quedó flectada sobre su muslo - te siento más cálido... ¿que significa lo que ha pasado? - pregunta,tenía una idea, pero quería que él se lo explicara.

-Tenemos un pacto mi niña. Algo que los humanos nos ofrecéis a nosotros.-Disfruto su contacto, su presencia, nuestra nueva conexión.- Pero yo no soy al uso. Ahora estoy débil, pero soy yo quien ha realizado el pacto. Ahora soy tuyo, mi niña.- Llevo mi mano a su cabeza y acaricio el suave cabello. Sonrió al percibir algo.- Ya no me temes mi niña.- Digo sin borrar mi sonrisa. Respiro aliviado y tranquilo, feliz tan solo de que ella tomara el anillo, de que viniera, de que aquella primera noche me saludara.

Mi temperatura debería comenzar a bajar, sus emociones son fuertes, y su energía más aún. Recuperarme no me llevara más de un rato.- Mis fuerzas quedaron muy mermadas cuando invoque el anillo.- Giro la cabeza para mirarla con los ojos entrecerrados.- Estoy mejor, pronto podré volver a mi aspecto original y mi temperatura volverá a ser la de antes.- No hago ningún gesto, sentir su peso sobre mí, su preocupación sincera. Tal vez mi cuerpo ahora más humano que nunca, reaccionara de manera natural; pero aun mantengo el control sobre mi acciones. No tomare lo que ella no quiera darme. Aunque la mera idea resultaba tan tentadora, teniéndola tan cerca.

Dibujo círculos en su cuello con el dedo, no tiene la misma reacción.-Dime Hotaru ¿Me amarías como a un hombre?- Siento curiosidad, noto sus sensaciones pero quería escucharla y ver como sus emociones reaccionaban. Entierro los dedos en su cabello, hasta alcanzar su nuca, comienzo a masajearla. No tiene porque ser ahora, pero sigo siendo travieso y verla dudar es tan divertido. Con la otra mano llevo un dedo bajo su cuello, y apenas rozando, lo recorro hacia aarriba hasta llegar a su barbilla; después bajo con toda la mano deteniéndome antes de llegar a sus senos. La miro con una sonrisa juguetona.

Acomodada a su costado, respiraba su aroma, sí, sentía su aroma, incluso su forma, sentía que existía mucho más, y se fue adormeciendo lentamente, ante sus caricias, sonriendo tímidamente, ya estaba por atarle las manos para que dejara sus juegos, que la estaban poniendo demasiado nerviosa, incluso cuando le hizo esa pregunta, una gran pregunta. Hotaru deja de estar acurrucada, y aunque él sigue acariciándola,  hasta rozar el comienzo de la curva de sus pechos, eso la inquieta y aprieta los dientes y termina yendo a su brazo y se lo mordió con algo de fuerza.

- ya basta...-  gruñó con sus dientes en la tela negra de su ropa, lo dice algo rara por tener la boca ocupada y lo suelta,  echándose hacia atrás e inflando sus mofletes como una niña, tenía las mejillas sonrojadas.

- pero Yami, no eres un hombre, ¿en serio quieres que te ame sabiendo que yo moriré y tú seguirás vivo?-  le pregunta quedándose boca arriba, suspirando, aun cruzada de brazos, meditando ¿y si se llegara a enamorar?, ¿y si eso pasara? ¿él la amaría? - te estas alimentando mucho de mí - hace un puchero, y se da la vuelta, quedando de espaldas a él, aún enfurruñada. 

- deberemos ver la forma de alimentarte mejor, entrenaremos con Lucius y saldremos en las noches... a buscar contendientes - dice más seria, el mira su cabello  extendido y la curva de su cintura...

Retiro la mano del inicio de su busto, con expresión de fingida sorpresa e inocencia. En seguida adopto una sonrisa divertida. Ahogo una risa que la molestaría más, pero me encanta cuando tiene estas reacciones.

La miro, entendiendo su preocupación. Me llevo una mano al pecho, y recordando a cada una de ellas. Me incorporo, para abrazarla por la cintura y descanso la cabeza en su hombro.- Lo sé, y esa es mi condena. - El día que no este, ese pedazo de mí se ira con ella. Puede que algún día encuentre descanso sin desaparecer, devorado por otro espíritu. Pienso mientras acaricio la mano cerca del anillo, símbolo de nuestro pacto, una parte de mi. -Tú me alimentas muy bien.- Le beso el cuello y me retiro.- Tan solo quería que supieras que te amo.

Abandono el disfraz humano, y adopto la forma del gato sombrío. Que la mira con ojillos brillantes para calmarla. –Mew.- Digo y me acerco a su regazo para mirarla de frente y descansar sobre sus rodillas. Poco a poco recupero mi temperatura. 

La amaba, aunque no sabía en que sentido la amaba, suspiró, y lo acogió en su forma de gato contra su regazo, para poder dormir, Yami se alimentaba bien de ella, pero no podía estar constantemente picándola y ponéndola contra las tablas, más si con Edward se comprometían, no quería problemas entre ellos, no quería en realidad... movió la cabeza de lado a lado, y lo abrazó contra sí.

~~FIN ~~

Fin de la Escena