Miu seguía con la vista baja. Se lo estaba empezando a creer, pero eso no impedía que le costase mirarle a la cara cuando decía esas cosas. Sus mejillas, con un sonrojo adorable, también eran apreciables.
Cuando él terminó de hablar, ella dirigió la vista tímida hacia arriba. Pues hazlo.... Susurró dejándose llevar y cerrando los ojos y dejando su boca a su alcance.
Sus labios se unieron a los de Miu en un gesto rápido, deseoso de probarlos y unirse a ella. Estaba satisfecho y llevó su otra mano a la cintura de la joven, acercándola un poco a si mismo para hacer más profundo el beso. Fue soltando poco a poco la mano de Miu para subirla hasta su cuello, acariciándolo y abriendo los ojos cuando paraba brevemente de besarla para disfrutar de su belleza.
Miu disfrutó del beso, ahora sí, creyéndoselo y viviendo cada carícia y segundo. El beso terminó y ambos se miraron a los ojos. De entre sus labios, se escapó un suspiro. Estaban muy muy juntos, pero la verdad es que a Miu no le molestaba en absoluto. ¿Qué iba a ocurrir ahora? ¿Qué significaba ese beso? ¿Qué iba a cambiar ahora entre ellos? Se le pasaban por la cabeza todas estas preguntas, pero se veía incapaz de formularlas. Se sentía flotando en una nube entre sus brazos y no quería despertar ni bajar.