Partida Rol por web

Habían pasado un par de horas desde que hubieran zarpado en Befelgard. El navío de la Armada había alcanzado la velocidad de crucero y la mayoría de los soldados tenían "tiempo libre". En un camarote privado, la capitana Lass Marconi aguardaba la llegada de los hombres y mujeres que había convocado. Era la típica habitación que se usaba para colocar mapas de guerra y que el mando se reuniera. En aquella ocasión no iba a aguardar a un grupo tan altas miras, pero la reunión se antojaba igual de importante.

El primero en llegar fue el cabo Sleut Louckford, tras saludar cortadamente a la capitana se sentó en una de las sillas. Ni al lado de ella, ni muy lejos. La típica decisión un poco obsesiva compulsiva para no parecer que ni se tomaba muchas confianzas ni que no quería estar con ella.

Knock knock, tras ese ruido que sonó la puerta se abrió y el piscido se asomó -Aquí estoy capitana- Se terminó de abrir la puerta, Tunad entró, se acercó a la mesa e hizo un saludo militar, tras eso se sentó a la silla de la izquierda más próxima a la capitana, a él no le importaban tanto las formalidades y además, mostraba cierta predilección por la capitana, ya sabéis, le admira bastante. Los otros no tardarán en llegar, los he visto de camino ¿Necesita aquí también a Pugpo? Con un simple silbido vendrá corriendo GROGROGRO

Tras esas palabras cruzó las piernas y se acomodó en la silla con una gran sonrisa, miró al cabo y le saludó con la cabeza- ¿Tú también? Vamos a ser unos cuantos entonces, no se si alegrarme o ponerme más serio ​​​- Miró a la capitana con cara extrañada y ya cerró su bocaza.​​

¿Adláteres?¿ entonces por qué el de la máscara seguía sus órdenes?

Xen le había estado dando vueltas durante un rato a la nueva información sobre su misión en el muro, hasta que llegó  el siguiente  a la sala donde estaban Tunad, Marconi, y.....Sleut.

No somo tengo que hacer la misión con esa niñata, sino que encima nos toca hacer de niñeras. Pensó Xen con desagrado. Bueno, no hay mal que por bien no venga.

- Capitana, estoy aquí para recibir órdenes- Dijo Xen, manteniendo una pose firme delante de la mesa sin sentarse aún en la silla. Marconi ya se había ganado su respeto en aquella misión, así que prefería mantener las formalidades con ella. Una forma de mostrarla su fidelidad, podría decirse. 

Las tareas típicas de echar un barco a la mar estaban teniendo a Marlene razonablemente ocupada. Había troneras que revisar, cargo que asegurar y  cordaje que soltar. Por supuesto, con 50 personas actuando coordinadamente- y eso era d elo primero que se aprendía, las cosas eran notablemente más fáciles, y las tareas fueron pasando sin novedad, excepto un ocasión en la que  tuvo que tirar de su cadena para coger al vuelo un nuedo que alguien había dejado mal atado mientras estaba haciendo el suyo propio.

Nada fuera de lo común. Esas cosas también pasaban cuando había tante gente atendiendo a cosas.

Mientras se afanaba en los preparativos, pensaba en qué querría decirles exactamente la capitana Marconi, pero no llegó a ninguna conclusión más... excepto la de que probablemente no les fuese a gustar. Y de que lo iban a hacer igual.

En cuanto su cupo de tareas se hubo completado, informó a su Sargento al cargo y se dirigió al camarote. El píscido y el fúrido ya estaban ahí. El segundo la miró al entrar con mal disimulada hostilidad, cosa que no le importó excesivamente. No había venido a la Gloriosa a hacer amigos. Mientras hiciese su trabajo, le daba bastante igual que lo hiciese a gusto o disgusto con ella. Y si no lo hacía, ya se ocuparía de darle motivos de disgusto.

Cabo Hatcher presente, a sus órdenes- reporta sin más florituras, haciendo un corto saludo. No hay realmente necesidad de hacer o decir más, al menos hasta que sepa de qué va esto.

—Tunad por favor—dijo la capitana Marconi—, ¿puedes ir a buscar al sargento Savant?

El píscido salió del camarote para buscar a su compañero y, por suerte para todos, no tardó mucho en venir. Lass le dirigió una dura mirada al marine enmascarado.

—Sargento Savant, ni excusas ni florituras, tomad asiento en silencio—lo amonestó sabiendo de las maneras del artista y con un tono que no esperaba réplica

Tras la reprimenda, la capitana miró al resto con el gesto más suavizado.

—Quiero que sepáis que estáis aquí es porque os he elegido personalmente. Estáis más que capacitados para lo que vamos a hacer, así que lo único que espero es que deis lo mejor de vosotros—dijo con una sonrisa.

Por eso se había disculpado con Tunad y Xen. Lass había querido contar con ellos pese a no tener un traje de protección específico para su morfología especial. Conociéndola a ella, uno podía sentirse honrado pues ella no era de las que usaban a la tropa como carne de cañón. Y no era la primera vez que se rumoreaba a un mando usar a los no humánidos de esa manera.

—El comandante y el comodoro ya os han explicado el objetivo de nuestra incursión en Nibana, pero la misión de encontrar a Sirg Igul y traerlo sano y salvo, recae expresamente sobre nosotros. Somos el equipo de extracción.

Tras una mirada intensa y un pensamiento de excitación por ser elegido personalmente por el mando que más respetaba de toda la base, Tunad volvió en sí, esa tarea iba a ser bastante chunga, es decir, tenemos que ir al centro de todo y sacar a un tío cuyas intenciones desconocemos realmente de un sitio como ese.

Capitana, no es por ser insolente, pero tengo mis dudas sobre Sir Igor ¿Cómo sabemos que sus intenciones no son salir de la isla para extender mas allá el caos zombie? ¿Tenemos algún plan B para ese escenario? Ya que vamos a ser la lanza de este plan me gustaría estar preparado para todas las posibilidades, como en un buen partido de Aqua baseball

Se echó la mano a la cabeza y soltó una sonrisa preocupada y nerviosa, no quería molestar a la capitana, pero está preocupación corroía al piscido desde que el plan fue explicado, aún le parecía raro que Sir Igor despertase sin más y se volviese consciente, quería saber la naturaleza de su poder, si se volvió una especie de ente que transformaba en zombies todo a su paso ¿Como sabemos que ese ente no ha adquirido consciencia e intenta estafar a la Armada?

Además, me gustaría saber todo lo relativo a su poder, algo aquí sabe como el potaje de mar del tío Bishop.

Miró a la capitana con un gesto de disculpa, no quería cuestionar nada el plan, pero mejor ir totalmente preparado.​​​

Xen se quedó en silencio, pero la mirada atenta que dirigió a Lars mostraba que le interesaba la respuesta. La idea de que lo que hubiera hecho despertar a Igor fuera el hambre de carne fresca y que realmente los estuviera llevando a una trampa no dejaba de ser una posibilidad, y quería saber si tenían alguna garantía de que el caballero fuera a colaborar en su propio rescate. Por supuesto que podían haber muchas más razones para que despertarse su consciencia, como que de alguna manera su voluntad se hubiera impuesto a la del elixir, ya fuera por su propia fortaleza mental o por algún estimulo externo, o que de alguna manera desconocida hubiera tenido algún tipo de contacto con sacrometal, pero por ahora era mejor ir descartando opciones.

Marlene metió baza en la conversación justo después de que Tunad terminase.

Con el debido respeto, estoy de acuerdo con el sargento. Con la naturaleza del poder de Sir Igor, y habida cuenta del tiempo pasado hasta lo sucedido, uno no puede por menos que pensar que es raro que esto haya sucedido justo ahora. Hay mucho de este incidente que no sabemos, o que es parte de los secretos de la base, y en estas situaciones lo que no sabes puede matarte.

Aunque por supuesto, iré a donde se me ordene y haré la misión que se me encomiende o moriré en el empeño. Eso puede darlo por descontado.

He tratado poco con la Capitana, pero he visto y oído lo suficiente para saber que es alguien que merece respeto y obediencia. No como... otros elementos que he encontrado en mi carrera. Pero aún así, no puedo evitar pensar que la explicación más racional a la pregunta del por qué es que se hayan quedado sin vivos y necesiten más.

Savant entró apresuradamente en la habitación, se sentó en su puesto y escuchó el resumen de su misión por parte de Lass.

Una lástima la verdad, tenía pensado que nos fortificarnos en una posición, subir la música a tope y resistir una incontable horda de zombies mientras nuestros compañeros hacían el trabajo fácil de buscar a "Sirigor". Bueno, lo mismo al final toca acabar haciéndolo...

Dejando lágrimas al lado, comparto parte de las ideas de nuestros compañeros, por eso propongo que una vez lo encontremos y comencemos la escolta si alguien ve a Sirigor haciendo algo sospechoso que diga la palabra "aguacate". Entonces, como personas con delicadeza y autoridad, le partimos brazos y piernas, pero nada letal, no vale trincharlo como un pavo, Xen. 

La capitana Marconi sonrió al escuchar a sus hombres.

—¿Importan las intenciones de Sir Igul, Tunad?—dijo con voz suave— ¿Qué más da que haya ocurrido justo ahora, cabo Marlene? ¿No habéis entendido el objetivo de la misión? Necesitamos estudiar el poder del zombielixir, no por el hoy, sino por el mañana. Necesitamos conocer su debilidad. Me da igual que haya recobrado la conciencia justo ahora, que la haya tenido siempre y sea un mamón maníaco, o que esté intentando engañarnos.

Lass se recostó sobre su silla

—Tarde o temprano esta misión se hubiera llevado a cabo. Ya habéis escuchado al comandante. Lleva años planeando retomar Nibana. Si Sir Igul vuelve a ser quién era, mejor para él y para nosotros. Pero tened claro que su despertar sólo ha abierto una ventana de oportunidad para algo que iba a ocurrir.

La mujer miró a los marines que todavía no habían dicho nada

—¿Vosotros también teneis dudas?

Sleut se puso rojo y se atragantó con su propia saliva.

—N... cojj cojjj... ¡No señora!

Lass ensanchó la sonrisa.

—Tranquilo Sleut, no os estoy reprochando nada. Lo que quiero deciros es que esas preguntas son irrelevantes. No porque no sean importantes, sino porque no podemos conocer su respuesta. Pero hay una cosa que me preocupa de todo esto y es que dudéis del mando. Claro que hay un plan B, Tunad. Y no hay ninguna información secreta. De hecho, se os ha dado más información de lo que sería normal. ¿Creéis que todo lo que ha conseguido la Armada, lo hace mandando a la gente a una muerte segura?

La capitana inspiró profundamente.

—Ya sabéis la misión. Pero no quiero que forméis parte de ella porque os lo ordene. Para tener éxito necesito un equipo que esté dispuesto a saltar al vacío sin saber lo que se va a encontrar—Lass hizo una pausa—. Si alguno de vosotros no se siente preparado, que lo diga con libertad y será reasignado.

GROGROGROGROGRO- La risa sonó por toda la habitación- Bueno, no voy a rechazar la oferta de esta heroica hazaña, si no se sabe nada más, a ganar este partido - Tunad sonrió e hizo un swing con los brazos para mostrar su determinación- ¿Sabemos la posición de Sir Igul y dónde atracaremos? -Puso sus manos sobre sus piernas y se inclinó hacia la capitana con mirada atenta Habría que ver la ruta más corta hacia nuestro destino, cuanto más rápido hagamos esto mejor, no quiero arriesgar demasiado en esta misión pensó

Xen se queda firme, bastando su silencio para responder que va a continuar en la misión. Con o sin garantias de supervivencia  lo iba a hacer de todos modos. 

Las misiones suicidas están para disfrutarlas, después de todo- Pensó mientras no podía evitar que se le asomase una pequeña sonrisa. Mientras la estrategia  de romperles  brazos y piernas de Jester funcionase, todos saldrían beneficiados. Pero si con eso no servía.... bueno, Xen tenía claras sus prioridades.

Marlene se remueve inquieta en el sitio cuando la capitana menciona que la Gloriosa no envía gente a una muerte segura. No puede evitar sentir eso como un reproche personal, aunque sea racionalmente consciente de que es probable que no lo sea. La sombra de su consejo de guerra es alargada en sus registros, pero más larga aún en su memoria. No hay día que no la reconcoma por dentro. Y lo peor es que la haga suspicaz con los mandos. Eso es algo que realmente no puede permitirse. Ya escapó de algo mucho peor una vez. Si se vuelve a meter en problemas con la autoridad, es poco probable que sean laxos con ella.

No solo eso, sino que además va contra su mismo carácter. Marconi es una buena oficial, en eso coincide todo el mundo que ha oído hablar de ella. Debería esforzarse en aprender de ella, no en cuestionarla. Máxime cuando su explicación le hace darse cuenta de que hay muchas cosas involucradas en esto que no había sospechado a primera vista. Por eso, cuando la capitana pregunta si aún siguen decididos, no le cuesta encontrar la respuesta.

Mis disculpas, Capitana. Tiene usted razón. Si el fin justifica el esfuerzo, eso es todo lo que deberíamos necesitar saber. Por mi parte, estoy dispuesta a lanzarme a la misión sin dudas, sea lo que sea que nos espera en Nibana. De hecho, mentiría si dijera que no siento curiosidad por verlo yo misma.

Yo nunca he tenido ningún problema con la misión, simplemente me resulta raro - y fíjate quien está diciendo esto - que justo después de un atentado terrorista dediquemos los mejores y más eficaces recursos de la fortaleza para esta misión. - hizo una breve pausa - Pero sé que de eso se encarga el comandante y confío en su criterio. 

También digo que está claro que no voy a dejar pasar una oportunidad como esta, pocas oportunidades tiene alguien de matar a un muerto. Siento que le estoy haciendo intrusismo laboral a la Parca. Así que por favor, sigamos con esta reunión.

—No conoces a mucha gente en la fortaleza si crees que aquí están destinados los mejores recursos—le dijo la capitana a Savant—. Y creo que de los rebeldes se quiere encargar el comandante en persona. Pero me llama la atención que tú precisamente no estés viendo esto como un director de orquesta.

Estaba claro que dados los antecedentes de Jester la metáfora no estaba elegida por casualidad. Lass se había asegurado de conocer a los hombres que había reclutado.

—Dirigiendo todos los recursos a derrotar a los rebeldes, simplemente estás devolviendo el golpe. El mensaje que mandarías es que si te golpean vas a devolver el golpe. Y si por un casual fracasas, será todavía peor—la mujer negó con la cabeza—. Este tren marino era muy importante para las gentes inocentes del archipiélago. Representaba la esperanza de que alguien iba a ayudarlos entre tantos piratas, rebeldes e indeseables. Con el incidente, esa esperanza se ha visto retrasada. Y aunque nosotros no tuviéramos nada que ver, somos los que estamos aquí junto a ellos. El Imperio está demasiado lejos. El comandante quiere que todos sepan que aunque a veces pasen cosas malas, nosotros estaremos ahí. No sólo para responder a los ataques, sino para hacer que sus vidas sean mejores. O al menos eso creo yo. Es lo que haría en su lugar. Quizás es que tengo muy buena opinión sobre él.

Lass se levantó de la silla y fue hasta uno de los muebles para coger un estuche largo cilíndrico, de esos que se usan para guardar mapas.

—Si os preguntáis porque me molesto en contaros todo esto, para mí la confianza es fundamental. Conozco la Armada lo suficiente como para saber que hay gente de todo tipo. Hay ciertos ideales de justicia que honestamente, se parecen a cualquier cosa menos a justicia. Y supongo que eso es lo que os hace tan suspicaces a todo. Pero no bajo mi mando.

La capitana volvió a sentarse, abrió el estuche y sacó un rollo de papel. Tras desplegarlo lo puso encima de la mesa.

—Esto es Nibana, o mejor dicho, lo era antes de su caída. Esperemos que no haya cambiado mucho.

—Como puntos reseñables: los cinco molinos,los ancestrales campos de trigo plateado al oeste, el castillo en la colina central, y al norte la arboleda Pentagonal. Lo que es el pueblo ocupa prácticamente la mitad de la isla. Cuando lleguemos allí atracaremos en el puerto. El comandante Beheit y el cabo Dan lideraran un grupo cada uno. Avanzaran por este y oeste, intentando arrastrar al mayor número de zombis. Así tendremos nosotros vía libre para poder entrar y buscar a Sir Igul.

Oh, esta isla parece un campo de Aqua Baseball pero muuuucho más grande Tunad miró el mapa detenidamente -​​​​​​Supongo que nuestra primera parada será el castillo ¿Verdad?- Era el edificio más grande y al estar en el centro era el mejor punto para ir a otro sitio- Si Sur Igul no está en él será más fácil ir a otro sitio desde ahí, además si lo aseguramos ya tendríamos una fortaleza desde donde atacar el resto de puntos para liberar la isla- Puso su mano en la barbilla pensativo.

No era un buen estratega, al menos no en cuanto a tácticas de guerra se refiere, pero asegurar un castillo fortificado le parecía uno de los mejores objetivos para asegurar la isla, esta operación iba a ser dura y también pasaba por su cabeza tener un banquillo disponible para poder pensar con claridad en el siguiente movimiento durante la batalla, al fin y al cabo, Tunad pensaba en todo como si fuese un partido más.

Vaya, menuda simetría. Pensó Xen.

Supongo que de todos los lugares, hay más probabilidades de que se encuentre ahí. Probablemente sea el sitio que mejor conozca. Sus recovecos, su estructura... si este era el encargado de proteger el reino hasta que todo acabó como acabó, supongo que se sentirá más cómodo en el castillo que tenía que proteger. Y si no siempre podemos aprovechar su altura para advertirle de nuestra presencia con algo discreto. 

Aquí hay algo que no cuadra - pensó Savant - Somos un grupo de personas con habilidades excepcionales planeando algo... falta algo. 

Mucho mejor.

- Podemos tirar por el puerto, eso seguro que estará lleno de zombies y nos dará una oportunidad para desempolvarnos un poco... pero, los zombies son como un pueblo en verbena: pocas capacidades para razonar y van corriendo donde haya ruido. Podríamos utilizar eso para hacer lo siguiente...

- En vez de desembarcar en el puerto, podríamos coger unos botes y desembarcar en esta zona al este, menos poblada y posiblemente con menos zombies. Mientras vamos desembarcando, el barco se acerca al puerto y descarga un buen par de andanadas, con extra de pólvora para que haga mucho ruido. Si un cañonazo diera en un antiguo almacén con pólvora o a al campanario de una iglesia estaría chido.  

- Claro está, después de encontrar a Sirigor, necesitaríamos algo para ponernos en contacto, posiblemente una bengala - si existen, sino usaremos un tigre - o... espera un momento. ¿Cómo se puso Sirigor en contacto con la Gloriosa? Lo mismo eso nos da una pista de donde está escondido.