Partida Rol por web

Narrador ausente.

Narrador ausente.

¡Será posible! ¡Esto es intolerable! ¿Amenazarme a mí? En fin, bueno, prosigamos. Los marines se encontraron a un niño un poco raro. Tenía el pelo azul y rizado, pecoso, delgaducho y con orejas y cola de ratón. Tenía que ser algún tipo de híbrido raro. ¿De dónde había salido el niño? Y lo más importante, ¿cómo podía estar vivo en un lugar como ese?

Savant sabía que algo no iba bien.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Hostia, ¡un niño! - dijo Savant sorprendido - Pues claro que es la hostia de fuerte, es el Sargento Tunad. ¿Y tu eres?

¿Qué? ¿Ya? Mirando la escena, se notaba mucho que Tunad se había quedado un poco loco con la situación, vale que se había puesto hecho un mandril a tirar bolas, pero no se esperaba exterminarlos, tras unos segundos de asimilación, sacó pecho, se apoyó el bate en el hombro y poniendo el otro brazo en jarra empezó a reír -​​​​​​-GROGROGRO Aún tengo un buen tiro- Miró a la capitana para aceptar los cumplidos pero... ¿Que hace ESE niño ahí? Es como si le sonará de algo, como si él mismo hubiese hecho a esa persona, que raro, si no tiene nada que ver con él ¿Por qué tendrá esta extraña sensación? Bueno, ya habrá tiempo para pensar en estas cosas, visto que Jester ya había hecho una de las preguntas claves y que tanto el chaval como el sargento le han adulado, se puso la mano contraria al bate sobre la cabeza y sonriente dijo -Bueno, me defiendo bien, pero queda mucho por conseguir, grogrogrogro, por cierto chico ¿Cómo has llegado aquí?

Marlene va progresivamente haciendo la rotación de su cadena más lenta a medida que, uno por uno, los zombies caen de espaldas ante los bolazos de Tunad y no vuelven a levntarse. Con una expresión difícil de definir, salvo quizás como una cosa a medio entre "¿Qué c***** acaba de pasar?" y la de una niña que se acaba de quedar sin piruleta, recoje su cadena, que recupera la forma de su brazo normal, y envaina el sable.

Ehm... supongo que esa es otra posible forma de eliminar a los muertos vivientes, si. Una... buena forma. Sí. No me importaría demasiado verla a menudo.

Sin mucho más que decir o hacer, Marlene retrocede de nuevo hacia el grupo. Marconi empieza a felicitarles cuando otra voz la interrumpe. Esto es lo que pasa, piensa, cuando la gente no tiene respeto por la cadena de mando y...

Esperaesperaesperaesperaespera. ¿Cómo que OTRA voz?

Sorprendida como todos, la joven se gira y ve que, contra todo pronóstico, no están solos en la isla. Hay al menos otro superviviente. Dallas Reviews Un niño-rata, para ser exactos.

Tunad y Savant ya parecen estar haciéndose cargo de comunicarse con él, así que Marlene se limita a quedarse callada a un lado, esperando que se fije en ella lo menos posible. No le gustan los niños. Son pesados, egoístas, no entienden de reglas, son una carga para los adultos alrededor, tienen voces molestas, gritan y patalean a la primera que pueden y son un coste material y personal enorme, por no mencionar lo que supone parirlos. Y lo que más le jode es que encima, la gente asuma que porque puede tenerlos, su vida no se sentirá completa de verdad hasta que tenga uno, o que tendrá predisposición a cuidarlos y protegerlos.

No, gracias. Aún así, hay algo que conviene aclarar.

¿Eres de los que entraron hace poco a través del bloqueo naval, o eres nativo de aquí? ¿Sabes dónde puede estar el resto de tu grupo?

Marlene ha usado su tono comprensivo, el que emplea con los reclutas más torpes cuando quiere ejercer "Liderazgo positivo" y mostrarse comprensiva y alentadora. Lo que quiere decir que ha pasado de sonar, de cara al exterior, menos como el ladrido de un bulldog y más como simplemente una mujer seca y cortante.

Je, madre mía Tunad, entre lo de la no muerte de Jester y esto te estas ganando puntos como máquina de mat....OSTIA, CUIDADO QUE TIENES AL LADI UN...niño-dijo, mientras se daba cuenta de que casi había lanzado su arma cual jabalina. Había estado tan ensimismado en ponerse a pelear que había sido escuchar al chaval y verle como una amenaza.....¿Aunque podía serlo? Entre esto, vio como los tres marines se iban acercando al chaval, preguntándole de donde había venido. La verdad es que había que reconocer que cara de aostiable tenía. No le extrañaría nada que le hubieran dejado aquí para que se muriese por no poder soportarle. Madre mía, mira que Sleut tiene cara de palurdo, pero este creo que se lleva el premio

He, he, HE. No os acerquéis a él, a ver si ha pillado la rabia ¿Como coño has acabado aquí? Esto no es ningún parque de atracciones, chaval- Le dijo señalándose con la lanza mientras mantenia distancias

El niño de pronto al ver que había atraído la atención de todos los marines se sintió amenazado y empezó a mirar a un lado y a otro, como si buscara una salida. Entonces desapareció en un parpadeo. ¿Qué había sido eso? Unos segundos después apareció a unos metros de distancia.

—Me... me llamo Lianid—dijo nervioso—. Vine...

Entonces se calló y miró confundido a Marlene.

—¿Qué es un bloqueo naval?

La capitana dio un paso al frente y le sonrió al chiquillo.

—Tranquilo, podemos ayudarte. Somos de la Armada—le explicó—. El bloqueo naval es la estructura que hay alrededor de la isla para que nadie entre. ¿Sabes a lo que me refiero?

Lianid pareció entender.

—¡AAAAAAAAAH! ¡Los palos esos! ¡Sí! ¡El capitán se encargó de quitarlos, sí!

—¿El capitán?—preguntó Sleut.

—Sí, el capitán Utgardion. Los agarró y tiró de ellos.

El niño hizo el gesto de agarrar un palo invisible y tirar, cuando entonces dio un respingo, como si acabara de darse cuenta de algo. Entonces volvió a mirar asustado a los marines.

—Un momento, ¿habéis dicho que sois de la Armada?

Marlene no necesita oir más. Alguien que se llama Capitán sin ser de la Armada, que rompe un bloqueo naval sobre una zona de cuarentena y que no lleva mucho tiempo en la isla. Piratas, claramente. Es parte de una tripulación pirata y, probablemente, viendo como se mueve, usuario de un elixir. Marlene aprovecha un momento en el que gira el cuerpo para poner el brazo detrás suyo, y en cuanto está oculto a la vista del niño, empieza a desenroscarse poco a poco como una serpiente. Marconi y Tunad pueden negociar, se les da bien. Pero en el momento en que el crío haga el más minimo amago de ir a escaparse, Casta Diva negociará a su manera.

Utgardion... Utgardion, puede ser que hubiese leído ese nombre antes,.ni idea, el piscido se quedó pensante un rato, a ver si la luz divina de volvía a caer encima... Mientras pensaba en segundo plano, miró al miedoso chaval, sonrió y omitiendo su pregunta le dijo - ​​​​​​Tunad, el héroe de los Local Fins, ya has visto como lanzó mis bolas rápidas, en los partidos de Aqua-Baseball siempre he sido un quebradero de cabeza GROGROGROGRO, ¿quieres un autógrafo chico? Te lo hago en un momento mientras nos cuentas más sobre tu capitán, tiene que ser bastante fuerte también sí ha conseguido quitar esos "palos"

Se fue acercando amigablemente al chaval poco a poco, para no intimidar, se agachó delante suya y llamó con la mano a Pugpo, que se acercó rápidamente - Este es Pugpo, mi fiel pitcher, puedes acariciarle si quieres GROGROGRO

-Espera un momento, Tunad, que este ha dicho capitán. ¿de que tipo de "capitán" exactamente estas hablando, chaval? ¿Y eso de romper un bloqueo de la Armada no te ha dicho tú "capitán" lo mala idea que es? ¿Cuántos más sois? ¿Que estáis haciendo aquí ¿Donde está ahora el resto de vosotros? Responde ahora, chaval, porque te garantizo que, ahora mismo, no estás en la mejor posición- Dijo Xen, al mismo tiempo que sostenía la lanza al niño acercándose a él amenazadoramente mientras le daba una mirada cómplice a Marlene, dándose cuenta de que ya había tomado posiciones.

 Da gusto trabajar con gente tan eficiente, la verdad. 

Lianid miró entusiasmado a Pugpo, mientras escuchaba atentamente a Tunad.

—¡Oh sí! El capitán es muy fuerte. Y no sólo por sacar los palos esos. Pero...—entonces en su rostro se dibujó el miedo— no creo que le gustara que hablara sobre él con la Armada. No, no—luego volvió a la normalidad y siguió hablando con el píscido mientras se acercaba a acariciar al octoperro—. ¿Tienes algo de comer?. Me duele la tripa de comer tantas hojas.

Entonces apareció Xen con su gesto y preguntas amenazadoras. El miedo volvió a aparecer en el rostro del niño que miró a izquierda y derecha buscando una salida. En ese momento, y viendo lo que iba a ocurrir, Marlene aprovechó para usar a Casta Diva y atrapar.

—¡AAAAAAY!—gritó asustado al verse aprisionado con las lágrimas aflorando por los ojos.

Entonces, el niño desapareció y Casta Diva agarró... la nada.

La capitana Marconi se cruzó de brazos. Era la primera vez que veían que no estaba contenta.

—Por norma general valoro que los hombres a mi cargo tengan iniciativa... Si son juiciosos. ¿De verdad os parece normal tratar así a un niño?—dijo haciendo énfasis— No quiero excusas. Me da igual que sea un pirata o cualquier otro criminal. Está claro que ese crío está en una posición vulnerable. No se hace Justicia amenazando a aquellos que no están en la mejor posición—dijo usando las palabras de Xen—. Pensé que tenía a mi cargo a héroes de la Gloriosa, no a un puñado de abusones

Menuda mirada, a Tunad se le notaba la decepción, asentía ante las palabras de la capitana, pero no despegaba sus ojos de los dos cabos, juzgaba con sus pupilas de una manera increíble, de esas miraditas que nunca quieres que te hagan, pero es lo que había, no le gustó nada la reacción, él estaba intentando hablar más tranquilamente con el chaval e intentar sacarle algo de información con el colegueo, encima le han jodido la oportunidad de dar un autógrafo... Muy mal, muy mal.

Pero que cojo.. Pensó mientras veía como aquel chaval desaparecía. Intentó mirar hacia los lados para ver si lo volvía a encontrar, sin éxito aparentemente. No fue hasta que la capitana comenzó a reprocharle cuando por fín salió de su ensimismamiento.

P...p...pero yo no sabía que... ¡Pero si ni le he dicho nada, m..!- Si bien al furido no le gustaba nada que nadie le contradijese, el peso de la cadena de mando fue lo que le salvo de terminar aquella palabra. Aunque no lo pareciera, sabía que en la Armada había unos límites que no se podían pasar, y menos para alguien como él. Junto a esto, estaba el hecho de que, joder, nunca había visto a Marconi con aquella mirada de decepción, y el hecho de que viniera de una persona a la que en cierta manera respetaba le...afectaba. Y, joder encima Tunad la estaba acompañando. Y juraría que la mirada bizca de Pugpo también le mirada con desaprobación.

Mierda... Pensó, dejando unos segundos de silencio, consciente de que ya la había cagado con esa salida de tono.

-Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir, capitana. Dijo mientras miraba hacia abajo, al mismo tiempo que sus orejas de lobo se caían ligeramente

Con el debido respeto, Capitana, Sargento, un pirata es un pirata. La justicia, en mi opinión, es que cada ser humano sea responsable de las decisiones y las acciones que toman.

Marlene recoge la cadena con expresión agria. La verdad es que todo ha ido mal. La intervención de Xen ha precipitado las cosas en una dirección, su incapacidad de prever que el niño podría ser capaz no de moverse rápido sino de desmaterializarse ha hecho que se les escurra entre las manos y la bronca de Marconi, esté de acuerdo con ella o no, no carece de justificación.

Pero lo peor de todo, y lo que realmente le molesta, es que aún y así, no ha podido evitar sentirse mal por el crío. No parecía hostil pese a su miedo, y realmente parecía hambriento. Sigue pensando que deberían haberlo cogido bajo custodia, pero quizás había una forma más... humana de hacerlo.

Te estás volviendo blanda, Marlene. La Comodoro Hatcher nunca se habría comprometido. Habría actuado en consecuencia para perseguir el mal, fuera hombre, mujer o niño. Y no le habría dolido que un superior le afease algo que hiciera, mientras ella supiera en su corazón que era correcto. Ya estás mayor para querer la aprobación de los demás. Mira dónde está tu padre por querer contentar a todos.

Pero mi opinión no debería prevalecer sobre los intereses de la misión y la Gloriosa, o sus representantes. Pido disculpas por haber actuado sin considerar la situación y la cadena de mando, y en el futuro consideraré primero el grado de necesidad de los demás antes de actuar de forma hostil o iniciar un conflicto. Lamento haberla decepcionado, Capitana. No se volverá a repetir.

Es obvio que en las palabras de la joven pesa más la jerarquía que la convicción real. Pero eso es todo lo que es capaz de dar de si. Está claro que va a haber que limar esas aristas de su carácter si la joven quiere ascender algún día, pero quizás este no sea el lugar ni el momento.

O quizás sea el mejor, quien sabe.