Partida Rol por web

Tras separarse de la capitana Marconi (que se marchó rauda a la lucha con el gigante zombi), Marlene, Xen y Lianid se pusieron de camino al castillo. Conforme avanzaban pudieron comprobar aliviados que el catillo no estaba en llamas. Era una columna de polvo lo que se había levantado. Quizás simplemente la estructura había colapsado por los temblores. Porque sí, el suelo seguía temblando.

Marlene por la radio recibía noticias. El comodoro Beheit y el cabo Titán, estaban haciendo todo lo posible por retener al zombi gigante, mientras el resto de sus compañeros también hacían lo que podían por contener las hordas zombis. Era evidente que el plan había sido un éxito y la mayoría de los no-muertos estaban allí, con ellos. Pero no todo era bueno, pese al traje de Techie, las bajas empezaban a ser una realidad. No todos volverían a casa. 

Por el camino, se encontraron algunos grupos sueltos de zombis de los que las pareja de marines dio cuenta sin problemas. Cuando eso ocurría, Lianid desaparecía usando sus poderes, para aparecer a intervalos intermitentes hasta asegurarse de que estuvieran muertos (o remuertos).

Justo antes de llegar a los pies de la colina sobre la que se encontraba el castillo, Marlene escuchó la noticia de que Lass había hecho acto de presencia. Ella, el comodoro y el cabo hacían una fuerza militar temible. Quizás podrían tener éxito. Pero ellos tenían su propia misión, así que siguiéndola comenzaron el ascenso a la colina. Era una subida un poco empinada, nada difícil pero si hacía que los marines tuvieran que sudar un poco. Seguramente al orondo Tunad había sufrido más con el ascenso. Finalmente tras un rato, la pareja de marines y el niño terminaron su ascenso.

Ante ellos estaba la trasera del castillo, que aunque magnífica no era tan hermosa como la frontal. Desde donde estaban y hasta el edificio, había una pequeña zona de lo que en su momento debieron ser unos jardines. El castillo era de piedra gris, el muro era liso con algunas ventanas talladas en la piedra y un torreón a cada lado. Varios pisos arriba se vislumbraba un balcón con una balaustrada de alguna piedra blanca.. Seguramente los reyes de Nibana observaban desde allí las vistas de la zona norte de la isla. Aunque ahora no se vería muy bien por la cantidad de polvo que había en el ambiente, pues este ya había empezado a caer.

Por último, Marlene y Xen vieron un un par de puertas por las que acceder al interior del castillo desde ese jardín. La ruta parecía bastante clara.

Tomando una bocanada de aire a causa de la carrera que habían echado, Xen miró a las puertas de aquel castillo. Tomando una enorme bocanada, instantáneamente se agacho al suelo e intentó buscar un rastro. Algo que no les hiciera buscar de arriba para abajo a sus compañeros mientras un gigante zombie arrasará con las tropas de marines al otro lado de la isla. Si bien de Jester no conocía tan bien  su olor, de Tunad confiaba encontrarlo fácilmente.

Pero, por más que buscaba...¡No encontraba nada! 

Espera ¿que cojones?

-Un momento, Marlene, no están aquí ¡no encuentro nada!

He visto lo suficiente a Xen en acción como para confiar en su olfato. Al fin y al cabo, los perros y los lobos son famoso por tener un olfato casi mágico, al menos para los humanos normales. Se decía que incluso podían oler enfermedades mientras estaban aún dentro del cuerpo.

Hmmm. Por la radio no han mencionado que haya ocurrido ningún movimiento o algo especialmente notable en la zona del castillo. Por supuesto, eso solo quiere decir que no ha pasado nada lo bastante grande para verlo desde la distancia... pero a saber qué puede haber pasado sin llamar la atención. Supongo que si han abandonado el lugar sin esperarnos es porque ocurrió algo o vieron algo con más prioridad que las directivas de misión. Cabo, ¿hay algún olor similar a los nuestros? ¿Alguna criatura humana o animálida.? Viva a poder ser, aunque prefiero no decir nada, que la gafo. ¿O estamos solos aquí?

La verdad es que la confianza de Marlene sorprendió a Xen. Mira tu, tan mal que habían empezado, y ya actuaban como un equipo.

Eeeeeeeehm... bueno, no he encontrado ningún otro rastro por aquí. Sospechó que han abandonado este lugar desde hace poco. Tendría que buscar algún otro rastro para poder seguir. Quizás..... quizás han ido al pueblo. Es el lugar más probable donde se habrian ocultado. Dijo mirando al camino que llevaba al pueblo. Si pasamos por ahí, igual podría encontrar algún olor. Será fácil. Cuando Tunad suda, se le debería oler a kilómetros de distancia. Metafóricamente hablando.

—Entonces, ¿a dónde vamos?—preguntó Lianid—¿Al pueblo? ¿No están ahí los zombis? ¿No está ahí... el capitán?

Me froto las sienes. Esto se complica. Pero está bien. Es una misión, como tantas otras. Con más muertos asesinos, pero al final, se trata de mantener la calma y no perder los nervios. Actuar con lógica y método.

Lianid tiene razón, por esa zona está la Capitan y el... su rival, junto al grueso de nuestra fuerza de choque- tres personas, en realidad. Behelt, Lass y Titán valían por todos los otros Marines de la zona en combate.  Si Tunad y Savant se han dirigido hacia allí, alguien debería haberlos visto ya y la radio lo habría mencionado, y aun en caso de que no, eso quiere decir que estarían con la Capitana y el Comodoro. Están en mejores manos que las nuestras.

Centrémonos en investigar la zona. Si hay algún indicio de lo que les puede haber obligado a replegarse y en qué dirección, estará en el castillo. Sin pistas, cualquier dirección que tomemos será un apuesta. Vamos allá. Cabo, detrás mío. No dudo de sus capacidades de batalla, pero si algo nos salta encima o hay un derrumbe mejor dos heridos leves que uno grave- ... o mejor dos graves que uno muerto, pienso, aunque me lo callo. Y si quedo atrapada, hay una posibilidad de que pueda usar a Casta Diva de remolque. No sería la primera vez. Lianid, detrás de Xen.

Sin más preámbulos, me doy la vuelta y cruzo la puerta. Casi sin darme cuenta, he adoptado el tono de mando, aunque realmente Xen no es mi subordinado y Lianid no es militar... pero es algo que me sale de forma natural cuando estoy pensando o enfrentando un problema.

-Espero que lo que les haya hecho huir no sea peor que...su capitán. Tambien podríamos mirar por la torres. Sería bueno tener una imagen general de la zona. Mientras avanzaba hacia dentro del castillo, le hizo un gesto a Lianid para que se acercase

Chico, conmigo. No te separes. Recuerda, si ves que, por alguna razón la situación se descontrola, sal corriendo. Aunque no creo que vaya a pasar nada grave. 

Dijo, aunque una mirada observadora vería como el lobo sujetaba fuertemente la lanza. A saber que habría allí dentro.

Lianid parpadeó delante de Marlene y Xen.

—No os preocupéis. Puedo ponerme a salvo—entonces miró con angustia al castillo—Aunque no me gusta ese sitio. Hay muertos y no hay comida. ¿De verdad tenemos que entrar?

Me gusta tan poco como a ti, pero tenemos que intentar averiguar dónde están los sargentos. Tenemos nuestra misión, y no dejamos a nadie atrás. O volvemos todos juntos... o no volvemos.

La resolución en la voz de Marlene indica que no lo está diciendo como un discurso para levantar la moral, aunque en parte supone que oirlo debería ser tranquilizador. Pero algo en el tono de su voz y en su mirada mientras avanza hacia la puerta indica que cree firmemente en cada palabra que ha dicho.

Aunque sus compañeros no lo sepan, esto no le viene de ahora. Ya pensaba así desde sus primeros tiempos. De no haberlo hecho, quizás nunca habría acabado trasladada a Befehlgard en vez de a una prisión.

Y volvería a hacerlo.

Las palabras de Marlene sorprendieron ligeramente a Xen. Había costado, pero poco a poco a Xen se había dado cuenta de que Marlene era más de lo que aparentaba. Mucho más que la soldado con un palo metido por el culo que aparentaba con ese rostro que exudaba felicidad (¿qué? es lo que le parece). Se notaba que aquellas palabras eran más que un discurso vacío, y a Xen le agotaban los discursos vacíos. Prefería a gente con convicción. En general aquellos que eranmejor persona que él.

- Recuerda, Marlene, aquí no debería haber nadie, y si lo hay, es un enemigo. Si algo se nos acerca, que apenas le de tiempo a arrepentirse. 

Dijo Xen, mientras agarraba la lanza con fuerza.

Decididos a entrar en el castillo aunque con la certeza de que sus compañeros no se encontraban allí, los dos marines y el chiquillo se dirigieron a entrar en el edificio. Y al vislumbrar el portal de entrada al castillo, dos puntos destelleantes y un rugido llamó su atención.

—¡GRRWWWWL!

Los marines se apartaron, cada uno a un lado de la puertas, mientras una criatura de gran tamaño saltaba hacía ellos. Lianid había usado sus habilidades de parpadeo para ponerse a salvo desapareciendo. ¿Qué era esa cosa? Habiéndose podido cubrir, Xen y Marlene tuvieron unos segundos para ver a la criatura. Se trataba de un enorme felino parecido a la leona pero mucho más grande (más que un caballo incluso) Tenía heridas por todo el cuerpo y manchas de sangre seca por todo el pelaje. Y una lanza lo había atravesado de lado a lado. Si se estaba moviendo, ¡es que era un zombi!

¡Hora de las TCOM chicos!

Entro en el castillo, espada en mano. Parece abandonado desde fuera, y Xen no ha detectado nada, pero a lo que a mi respecta, estamos en territorio enemigo. Además, no puedo quitarme la impresión de que me vigilan. Supongo que es la paranoia, pero...

Pero no. Resulta que no.

Cuando estoy a punto de llegar a la puerta, un escalofrío en el espinazo me hace pararme, y en ese instante en que mis ojos medio se empiezan a ajustar la diferencia de la penumbra del interior con la luz de donde estamos, veo dos puntos de luz, apagados, distinguibles y a una distancia regular. El tipo de puntos de luz que solo pueden venir de un par de ojos. Apenas los veo salto hacia un lado, e instantes después, el propietario cae sobre el suelo en el lugar en donde estaba.

Mierda. No se ni de qué me extraño, los reyes y los nobles siempre tienen gatos grandes. Por qué no se podrán conformar con tener loros o ratas amaestradas, eso nos haría la vida mucho más fácil. Lo que no recordaba es que existieran de este tamaño. Como decía un amigo mío, la vida es como una caja de bombones. Las buenas de verdad solo las hacen para los ricos.

Empiezo a hacer girar la cadena, esperando que el ruido distraiga al bicho lo bastante para que Xen le pueda entrar, o yo le encuentre un hueco...

Pero Xen no esperó a que la estrategia de distraer al felino. Había dos criaturas de ka que Xen era antagonista: los perfidos gatos, y los zombies hasta hace poco. Y un gato gigante zombie....era demasiado.

En un grito de guerra, Xen soltó dos potentes ladridos de manera involuntaria, y sin pensárselo mucho, siguiendo su instinto de cruzado contra la causa antigatuna, saltó directamente contra la creatura, en pos de matar y expulsar de este mundo a tal aberración, con la mente centrada en su noble misión perruna.

Los dos marines se prepararon para pelear con el recién llegado no-muerto cuando un grito desgarrador quebró el aire.

—¡SARAFINA!—escucharon—¡NOOOOOOOO! ¡TU NOOOO! ¡BUAAAAAAAAAAAAAAA!

Marlene y Xen se giraron para ver al pequeño Lianid llorar desconsolado. Pero desconsolado a un nivel exagerado. ¿Acaso conocía al enorme gato? 

Como era de esperar el zombi no reaccionó a los gritos y llantos del niño. O mejor dicho, no reacciono de la manera que este esperaba. El temible felino giró su cabeza y miró a Lianid como quien vez un tentempié. Estaba claro que armar mucho ruido era sinónimo de ser apetitoso en el mundo de los muertos vivientes.

¡Es el turno de Marlene!

Iniciativa: [15] Marlene [12] Zombi felino [11] Xen

Marlene transformó uno de sus brazos en Casta Diva y la lanzó con fuerza hacia la cabeza del felino. El zombi, quizás conservando parte de sus instintos, intentó apartarse del ataque de la marine. Y aunque consiguió que no le alcanzara en la testa, no pudo evitar que la punta de la cadena se clavara profundamente en el cuerpo.

El felino, Sarafina como la había llamado Lianid, cambió su atención de Lianid a Marlene y se abalanzó sobre la cabo a modo de respuesta. Estaba claro que los instintos que le quedaban eran muy básicos. Hacías ruido, te llevabas la atención. Atacabas, te llevabas la atención. Seguramente si corrías, también te llevarías la atención.

La cabo Hatcher al ver como el enorme zombi se lanzaba contra ella, optó por intentar esquivar las garras o los dientes de la bestia. Y viendo que no podía evadirla completamente, optó por lanzarse contra el viente del felino para chocar contra él. Por supuesto, el choque fue completamente desigual y Marlene acabó por los suelos rodando dolorida. Pero no sólo había conseguido evitar la peor parte, sino que el zombi se había desequilibrado lo suficiente como para que ella pudiera recomponerse y seguir peleando.

Marlene le hace 11 puntos de daño al Zombi felino. Éste reduce en 5 y recibe 6 puntos de daño.
Zombie Felino le provoca 7 puntos de daño a Marlene. Ésta reduce en 4 y recibe 3 puntos de daño.

¡Es el turno de Xen!

Iniciativa: [15] Marlene [12] Zombi felino [11] Xen

ESTADO - FÍSICO
Xen - 10 puntos de daño - GRAVE
Zombi felino - 6 puntos de daño.
Marlene - 3 puntos de daño.

ESTADO - MENTAL
Marlene - 11 puntos de daño.
Xen - 2 puntos de daño.

Escuchando el grito de Lianid, la ira oficina antipatía de Xen remitió lo suficiente para que volviera a estar consciente. Genial, el gato es amigo suyo. Bueno, más bien amiga. Pensó, mirando al felino. La verdad, es que menuda temporada de mierda le ha tocado vivir al chico.

Pensó en sus oportunidades de luchar en aquel momento. Sinceramente, no era el mejor momento para lanzarse a pelear sin pensar, ya que aquella bestia, por mucho que me doliera decirlo, parecía poderosa. Y en el estado que se encontraba, no estaba en el momento más óptimo de su vida. Aunque observo los movimientos de la criatura. Todo aquello que se movía al alcance de la vista de aquella cosa, era atacado al instante. Si quería pelear en condiciones, tendría que esperar el momento apropiado y lanzar solo golpes certeros, aprovechando que su atención estaba centrada en Marlene, y no parecía que le estuviera costando demasiado manejarla.

Lianid, escucha- Dijo Xen, al pobre niño, mientras flexionaba las piernas preparandose para saltar en cualquier momento, mientras agarraba con firmeza la lanza- Recuerda lo importante: ahora mismo tus proapridades es que sobrevivas a todo esto. Se que es duro ver lo que le ha ocurrido a tus antiguos camaradas, pero lo pasado, pasado esta. Nosotros nos... encargaremos, tu aléjate sin que te vea y cuando acabemos ven......

Lo siento.

Marlene y Xen habían sido aquellos que habían tratado peor a Lianid al encontrarse con ellos. Seguramente ese era el motivo por el que la capitana Marconi había hecho que la acompañaran a buscar al niño. Y había sido una buena idea, pues el mero hecho de ver al niño al peligro, primero perseguido por una horda zombi y después amenazado por un felino no-muerto, había provocado que la coraza personal y sentimental de ambos cabos se viniera abajo. Estaba claro que eran mejores personas de lo que decían.

¡Hora de nuevas TCOM!

Iniciativa: [15] Marlene [12] Zombi felino [11] Xen

ESTADO - FÍSICO
Xen - 10 puntos de daño - GRAVE
Zombi felino - 6 puntos de daño.
Marlene - 3 puntos de daño.

ESTADO - MENTAL
Marlene - 11 puntos de daño.
Xen - 2 puntos de daño.

Confiando en qué Lianid se pondría a salvo, Xen rodeo lentamente a aquella bestia, con pasos tan cuidados como los de un depredador al acecho de su presa. Podía notar que aquel golpe podría si iba a ser certero, pero necesitaba una mejor posición.

Solo un poco más. Un poco más...