Partida Rol por web

Tras muchas penurias pasadas en la isla, la tropa de la capitana Marconi se reencontró. Por un lado Marlene, Xen y el pequeño Lianid. Por otro Savant, Tunad y un zombi bastante pacífico y vestido con una armadura herrumbrosa que debía de ser Sir Igul.

No había duda de que los dos grupos había sufrido lo suyo. Xen tenía un hombro  dislocado, Marlene tenía varios cortes, a Tunad se lo veía bastante magullad y a Savant se lo veía un poco desquiciado. Y eso sin olvidar que todos estaban cubiertos de fluidos zombis. La experiencia de la isla de los muertos estaba siendo dura para los marines. Más de lo que se habían imaginado cuando abandonaron Befhelgard.

Pero allí estaban. Habían encontrado a Sir Igul. Habían encontrado a Lianid. La misión estaba cumplida.

Tunad se alegró tanto de ver al resto que casi echa a llorar - BIEN, EL RESTO - Salió corriendo hacia ellos y les dió un abrazo a los tres - Anda, si está hasta el pequeñín - Decía mientras le acarició la cabeza - Espera, uno... Dos... Tres... Y la capitana? - Dijo con miedo - No me digáis que... Nosotros... Sleut... - La felicidad por el reencuentro duró poco, como se podía intuir por su reacción, Sleuth habia sido presa de los zombies y ahora el piscido temía que la capitana también.

-Luego hablamos- Le dijo al niño tras observar con alegría la aparición de los 2 marines y el caballero. No iba a dejar que aquella pelea la ganase el niño ¡el se alzaria victorioso! Pero primero, habia que hacer el recibimiento. Un recibimiento que Xen pensaba que iba a ser feliz, hasta que escuchó las palabras de Tunad, con aquella cara entristecido, mientras les daba aquel abrazo.

No había pensado demasiado en porque no había aparecido Sleut. Había pensado que, quizás, se había quedado un poco atrás, que en cualquier momento aparecería, pero, mirando a la nada mientras perdía su sonrisa lentamente, entendió que no iba a volver

Ooooooh......mierda.

Xen ya había perdido a gente antes. Era el día a día de un marine, y una de las cosas que más rápido se tenían  que aprender era saber encajar el golpe. La pérdida. Pero al final, salvo aquellos con el corazón más negro, había una verdad que todo marine sabía. Las perdidas nunca dejaban de doler, por mucho que, como cualquier otro soldado, Xen tragase saliva, intentando encajar aquel golpe. La verdad es que había cogido cariño a aquel crío, no iba a mentir. De hecho, es gracioso, pero se había planteado en que, cuando salieran de allí... podría haberle enseñado a luchar. Luchar de verdad, para salvar la vida, y enseñarle que uno no podía tomarse contemplaciones cuando la vida de uno estaba en juego.

Pero ya no iba a servir de nada.

Joder, ya no iba a servir de nada.

Aferrándose con ambas manos a Tunad en aquel abrazo, antes de separarse, con la cara llena de tristeza y sin derramar lagrima alguna, Xen intento reconfortan a Tunad con dos palmadas en el hombro.

-La capitana está bien. Ha avanzado al frente para apollar a las tropas asentadas en la costa. Volverá...y nos aseguraremos que el sacrificio de Sleut no sea en bano. ¡Eh, tú!- Dijo dirigiendose a aquel... caballero. No era fácil tomarse tanta confianza con una de las criaturas que habían intentado matarlo, pero la vida se un marine era, como hemos podido ver, encajar golpes-Supongo que a ti eres el que hemos venido a buscar. Espero que se te de bien correr, porque nos largamos ya.

El suelo volvió a temblar, ésta vez con mucha más fuerza haciendo que todos perdieran el equilibrio.

—¡AY MI MADRE!—gritó Lianid asustado, llevándose las manos a la cara—¡EL CAPITÁN TIENE QUE ESTAR ACERCÁNDOSE!

Tunad se desequilibró un poco después de ese temblor, luego miró al niño extrañado - ¿Capitán? Ah ¿El que arrancó el bloqueo?... Espera... ¿El barco? No será ese barco ¿No? - Sabía que el capitán debía ser peligroso solo por romper el bloqueo, pero ahora empezaba a preocuparse por si ese capitán también era el causante de ese barco clavado en el techo - Oye chico, ¿por casualidad el barco que estaba clavado en el techo del castillo es vuestro? - Preguntó mientras tragaba saliva, si un capitán pirata era capaz de lanzar un barco por los aires además de cargarse el bloqueo naval, sin duda era un pirata al cual tener.

-Ah, bueno, sobre lo del barco no tengo ni idea de lo que estás hablando, pero si esta ahí  arriba lo más probable es que haya sido él. Verás, lo que pasa es que su capitán es un gigante que.....- De repente Xen abrió los ojos con sorpresa y terror combinados-Espera ¿¡COMO QUE SE ESTA ACERCANDO!? SE SUPONIA QUE LASS Y EL RESTO DEL EQUIPO LO ESTABAN CONTENIENDO AL SUR. VALE, NOS TENEMOS QUE LARGAR DE AQUÍ ¡YA!

—¿Qué acabas de decir?—preguntó Sir Igul a Xen—¿Hay un gigante en la isla? ¿Un....?

—Sí, un zombi gigante—lo interrumpió Lianid al que el miedo se le había pasado de golpe. Parecía que verse rodeado de un grupo de marines y de un caballero no muerto era suficiente como para devolverle el valor—. Es mi capitán, el capitán Uvgardian. Bueno o era... Ahora está muerto. 

—Oooooh genial. Un zombi gigante—Savant hizo un ademán de ponerse la pistora en la sien y dispararse. Por suerte no lo hizo—. La verdad es que creo que me apetece verlo. ¿Habéis dicho que está hacia el sur?

A través del equipo de comunicación que Lass le había dejado, Marlene empezó a recibir noticias más precisas. Ambas columnas se batían ya en retirada del zombi gigante, mientras que el comodoro Beheit y la capitana Marconi hacían lo posible por retener al capitán Uvgardian. Pero lo cierto era que no estaban teniendo mucho éxito.

Las... explicaciones, por llamarlas algo, de Xen y Lianid no hacen mucho por aclarar que ha pasado mientras yo me estaba echando la siesta totalmente indefensa. Lo que está claro es que el poder de Lianid parece habernos salvado a todos, sacando a la leona de la imagen. Cómo, si ni él mismo lo sabe, yo no voy a tener más éxito. Parece que su control de su poder aún es inmaduro- cosa no demasiado rara siendo un niño- pero de una magnitud que podríamos considerar preocupante.

La capitana ha actuado con buen juicio trayéndolo con nosotros, parece. Aunque sé perfectamente que no lo ha hecho por ese motivo.

Sin tiempo a pensar mucho, me veo obligada a centrar mi atención en los recién llegados. Nada menos que nuestros sargentos, uno de los cuales parece demostrar una emotividad poco profesional. Después del día que llevamos, y especialmente viendo que han tenido éxito en su misión, decido que no voy a mencionar nada. Los nervios y las emociones están altas, como suele pasar cuando te estás enfrentando a la muerte.

Hablando de eso...

Era un buen soldado. Quizás no el adecuado para estar aquí y en esta misión, ni el más preparado para lo que nos hemos encontrado, pero cumplió con su deber a pesar de todo hasta el final. No se le puede exigir más a nadie. Ahora nos toca a nosotros que su recuerdo no se pierda, y que no haya muerto en vano.

No siento la necesidad de ir dando vueltas alrededor de ello. La muerte es una realidad del día a día en nuestro mundo, y hay que afrontarla como tal. No es insensibilidad ni palabras vacías lo que he dicho. es la verdad. A los que han perdido un compañero les toca la responsabilidad de recordarle. Nadie más lo puede hacer.

Pero ante todo, tampoco conviene olvidar que seguimos teniendo una misión. Abro el canal de comunicación.

Aquí la cabo Marlene T.Hatcher a la Capitana Lass Marconi. Los objetivos de la misión se han cumplido. Comenzamos el repliegue hacia el punto de extracción. Informamos asimismo de la baja del cabo Sleut Louchford en combate. Repito, los objetivos se han cumplido, comenzando repliegue. Corto y cierro. Buena suerte a todos.

Me responde un sonido como el de un casquillo estallando dentro de una lata, y un ruido elctronico incomodamente alto, seguido por el silencio.

Eh... creo que no nos reciben ni tiene punta de que vaya a hacerlo.

Por ahora tendrá que valer. Ya habrá tiempo para exequias e informes detallados más tarde, de momento lo prioritario es volver a base con Ser Igul a nuestro cuidado. No puedo evitar repasarlo de arriba a abajo. Es el motivo de que estemos aquí, indirectamente. No se qué esperaba con la poca información que teníamos, así que su imagen no me produce ninguna impresión particular. Salvo que... ¿tiene unos modales muy educados? Para ser un zombi, al menos.

Por suerte, parece que todo el mundo está de acuerdo con el plan de acción. Especialmente sabiendo que el zombi gigante que puede levantar un bloqueo naval y tirar un barco a una torre de un castillo viene hacia nosotros. Cuando estoy por empezar a moverme, la radio crepita en mi oido. Escucho el mensaje, y me vuelvo hacia mis compañeros. Pasados y presentes.

Ok. Acaban de informar vía radio que las dos columnas de tropas se están retirando. El Comodoro Behelt y la Capitana Marconi están ganando tiempo para ellas, y nosotros indirectamente, conteniendo a Utgardian, pero por lo que parece no están teniendo mucho éxito. Veo poco probable que nosotros tengamos más, así que deberíamos ir hacia los barcos lo antes posible. Nuestra prioridad es asegurar la seguridad de...

Capto por el rabillo del ojo la expresión ansiosa de Lianid mientras mira hacia el sur. Él no es un objetivo de nuestra misión, ni es una prioridad del mando de Befehlgard. Ni siquiera sé que proceder habría que tomar en base. No deja de ser un pirata. Técnicamente, un enemigo nuestro al que habría que poner en custodia.

Ni deja de ser solo un niño. Un niño que probablemente nos ha salvado la vida a nosotros dos, cuando debería haber sido al revés, y cuyo miedo puedo entender sin dificultad cuando pienso en la figura peluda de la leona saltando sobre mi. ¿No ha sufrido ya bastante? ¿No lo hemos hecho todos? Sufrir es nuestro trabajo, a nosotros se nos puede exigir. No es el suyo.

... todas las personas a nuestro cargo, por encima de la nuestra si es menester. Y aquí está claro que no vamos a poder hacerlo.

El sargento escuchaba sin hablar, con cara de estar flipando, cuando Marlene terminó de dar su discurso esquizofrénico se decidió - Vale, si, un gigante zombie... Chicos, nos vamos cagando leches- Aunque luego pensó - Un momento... Si el capitán antes de ser zombie fue capaz de romper el bloqueo... Lianid ¿De que embergadura estamos hablando? ¿Sería capaz de salir andando de esta isla? Si es así no podemos dejar que salga de esta isla, tenemos que volver al barco e intentar reducirlo a cañonazos... Ademas... Joder... El barco está al sur - El sargento parecía decidido, aunque eso pudiese ser problematico, también era su misión evitar que esta maldición se propagase fuera de la isla, además, no era el primer caso de un gigante que podía desplazarse por el mar andando, había que tomar precauciones.

Empezó a intentar planificar una estrategia - Vale, chicos, tenemos que intentar llegar al barco y atraerlo hacia nosotros para que nos vaya persiguiendo por el mar, ahí será más lento y podremos liarle dando vueltas en círculos hasta que sea reducido... Esperemos que salga bien... ¿Alguna sugerencia u objeción?

Xen miró a Tunad con un grave gesto de confusión.

- Eeeeehm, objeción si. Una. Tunad, estamos heridos, a mi el brazo me mata de dolor, y llevamos un civil y al objetivo con nosotros. Creo que ahora no es el momento de heroicidades. Esta bien que quieras destruir a ese monstruo aquí y ahora para destruirlo, pero atraerlos ahora en nuestras condiciones actuales sería un suicidio. Si nos descuidamos y nos alcanza estamos muertos. Que lo destruyan el resto de barcos cuando nos reunamos toda la flota, pero creo que ahora sinceramente lo mejor es planear salir cagando ostias y que ese puto bicho no nos vea.

En cierta manera, era el sentido de autopreservacion tan metido dentro del lobo lo que habia hecho que Xen dijera tales palabras (algo que había entrado en conflicto bastantes veces con la actitud heroica y desinteresada de Tunad, como se ha podido ver), pero al menos esperaba que mencionar el hecho de que ahora su prioridad era escapar, con un civil y el caballero (lo cierto es que, si era caballero, técnicamente era un soldado, así que en la mente de Xen al menos Sir Igul no contaba como civil...¿verdad?)bajo su protección, lo que hiciera recapacitar a Tunad

Joder, que tampoco se les ocurra a estos ponerse en modo héroe. Pensó, echando una ligera mirada preocupada a Marlene y Savant para ver qué respondían.

—Creo que podría matarlo—dijo entonces Sir Igul. Lo había dicho en voz baja, pero lo suficientemente fuerte como para que todos lo oyeran—. Pero necesitaría ayuda.

Desde su posición elevada en el castillo, los marines vieron como por el este, por la zona donde terminaba el poblado aparecía una de las columnas. No tardaron en identificar al cabo Titán repartiendo estopa a los zombis, seguramente por eso era la que más había avanzado. También pudieron ver el barco, que se dirigía al extremo norte de la isla. Vista la situación, para escapar, tendrían que abrir una abertura por el norte. La otra opción consistía en acabar con el zombi del capitán Utgardian.

Si se me permite, estoy de acuerdo con el Cabo Wu, señor. El objetivo de nuestra misión debería ser la prioridad más alta. Y poner a los civiles a salvo y fuera del area contagiada debería ser una segunda solo un poco menos importante. No dejamos de ser sus protectores. Y probablemente necesitemos el armamento de los barcos.

¿Lo eran? En el fondo de su mente, Marlene empezó a notar la confusión agitarse. Qué poco le había llevado considerar a Lianid como un civil, y no como un enemigo. Uno potencialmente escurridizo y peligroso. O a sentir el deber de protegerle. Marlene casi siempre consideraba que si había que proteger de algo a la gente, era de ellos mismos. Se veia más como una gendarme que como una rescatadora. Y sin embargo, sus palabras habían salido de una convicción verdadera, al menos al momento de decirlas.

¿Quizás pensaba que el chico aún no era mala hierba, que su inocencia aún estaba más o menos intacta y que tenía el potencial de un futuro ante el si no se juntaba con reaccionarios?

¿Quizás había visto en las acciones de los demás que confiar no era debilidad? ¿Que ser sincero no es necesariamente ser vulnerable y que ser justo no es necesariamente ser fuerte?

¿O quizás estaban pasando demasiado tiempo con Lass?

Fuera como fuese, tendrían que salir vivos de aqui para averiguarlo...

Puedo entregar la radio y dirigirme hacia Utgardian. No se si puedo contribuir mucho a un combate, no más que los oficiales de alto rango o el cabo Titán, por ejemplo. Pero no estoy herida de gavedad, y Casta Diva me da mucha movilidad. Si puedo aguantar la linea * aunque sean uno o dos minutos, es un tiempo valioso que los demás podrían usar en...

- ... matarlo. Pero necesitaré ayuda.

Me vuelvo hacia la persona que ha hablado. Es la única voz del grupo que no conozco, así que no me cuesta saber con quién hablo. ¿Es esto buena idea?. A ver, *era* el caballero mayor del reino antes de que cayese. Malo peleando no creo que sea. Y es un... bueno. O sea... ya está muerto. Eso tiene que contar para algo. 

porque está muerto, ¿no?

Agh. La metafísica de los ángeles no es algo como para pensarlo ahora. Decido ser directa.

¿Es buena idea? De que logremos ponerle  salvo puede depender no solo su vida, sino que logremos entender lo que ha sucedido aquí y sepamos como afrontarlo. Puede representar la esperanza para mucha gente.

...puede representar también que Techie se pase los siguientes meses usando un montón de instrumentos quirúrgicos y cortándole como un jamón al horno encima de una mesa, que es lo que realmente estoy pensando. Pero ni siquiera yo son tan insensible como para decir algo así.

Pero si está decidido... supongo que puede contar con mi ayuda. Eventualmente vamos a tener que matarlo igual. Es demasiado peligroso. No solo por su tamaño, sino por lo que puede pasar si escapa de este lugar.

La respuesta de Marlene, sinceramente, no fue de mucho agrado para Xen, y menos el hecho de que, en parte, tenía razón. Además, viendo como estaba situado o no, no había camino seguro por el que pasar. Tendrían que luchar quisieran o no. Y sinceramente, no conocía de mucho a Sir Igul, aparte de la sensación de peligro que le provocaba el hecho de su aspecto zombificado, pero si el tenía un plan para acabar con el grande, en cierta manera quizás enfrentarse al gigante fuera la mejor de las opciones.

-Mierda, si queremos salir de esta isla, mejor permanecer unidos. Además, si tienes un plan para matarlo, supongo que enfrentarnos al grandecito es el mal menor. Bueno ¿Que pensais hacer? Quizás no pueda enfrentarme a él con todas mis fuerzas, pero creo que podría distraerlo. Soy bueno esquivando golpes. Aunque antes de eso, os recuerdo que tenemos a un civil con nosotros- Dijo, señalando con la lanza a Lianid. Se daba cuenta de que en verdad, sentía más preocupación por la vida de aquel chico de la que en su momento pensaba que jamás podría tener. En cierta manera, le preocupaba la seguridad de todos los presentes. Ya habían perdido a uno en aquella misió, y no le apetecía enfrentarse a otra más- ¿Que hacemos con él? ¿Alguien se encarga de llevárselo a un lugar seguro mientras distraemos al gigante? 

—¡YO NO SOY UN CIVIL!—gritó Lianid ofendido. Seguramente no supiera lo que significaba civil—¡Yo soy un pi..._rata!

Consciente de su error, el chiquillo no tardó en corregirlo.

—¡SOY UN MARINO! ¡SOY UN MARINO! ¡Y LLEVO EN ESTA ISLA MÁS DÍAS QUE VOSOTROS!

Con una sonrisa de medio lado más cálida de lo habitual, Xen le dijo.

¿Seguro? Porque yo juraría que antes me habías comentado que eras un chico normal y corriente, y eso a mi me suena a civil- Esta vez un poco más serio, pero con una actitud sorprendentemente...¿paternal? Xen se acercó al chaval, poniéndole una mano en el hombro-Mira, chico, ninguno de los que estamos aquí quiere que te ocurra nada. Esto que vamos a hacer quizás sea muy peligroso, y a veces, hasta el más valiente, sabe que hay cosas a las que es mejor evitar. Si estoy diciendo esto no es por infravalorarte. Es por tu seguridad. Créeme, no es el momento de pasarse de orgulloso. Algún día serás capaz de demostrarnos a todos tu valía, pero no aquí.

Sir Igul desenvainó su espada. Su hoja estaba oxidada y herrumbrosa, producto de cinco años de desuso, poco cuidado y ambientes inadecuados.

—Con mi espada en este estado sólo tendré una oportunidad—dijo el zombi—. Desde antaño, los caballeros de Nibana hemos sido poseedores de una técnica única: la Espada  de la Estrella Pentagonal. Creo que podría ser suficiente para acabar con ese zombi... Si sois capaces de evitar que se mueva durante unos segundos.

Una discreta melodía comenzó a sonar.

—¡Oooooh! ¡Ahora es cuando hacemos el plan!—dijo Savant frotándose las manos—¡Bien empezaré yo! Mi tarea empezaré conmigo cogiendo a Lanid de la cola mientras lloriquea y lo llevo con el cabo Titán. Él se quejará, pateara y acabará desapareciendo con esos poderes suyos. Al final, los dos acabaremos donde estáis vosotros, ejecutando el resto del plan. Y lo lógico es que aportemos la pieza clave que falla en el último momento. 

Era difícil saber si el sargento Jester estaba bromeando o no con la máscara puesta. Pero parecía haberlo dicho muy en serio, como si estuviera anticipando el futuro. Como... ¿si tuviera dotes de narrador? ¡Oh no! ¿Crisis de identidad?