El sacerdote cogió la hoja
- Le encontrará en la plaza Sttagio a medianoche - leyó - eso es todo lo que dice - te aclaró
Me daba la impresión de que te lo habias tomado por otras derroteras :)
-Muchas gracias padre.
Cogió la nota y la guardó en el bolsillo.
-¿Podría informarme sobre el camino?
No, no te preocupes, gracias por todo.
- Para llegar solo debe seguir toda esta calle hasta el final y luego a la derecha. La plaza es grande, la encontrará enseguida y cualquiera podrá indicarle donde esta.
- Buenos días.. - se acerca al mostrador - estaba mirando... teneis alguna novedad guardada?? Ya sabe lo que me gustan los objetos enigmáticos y los libros extraños - sonrie al tendero.
En tendero te acerca un libro, con misterio, sabe vender...
- Este llegó hace muy poco... pero tengo buenas vibraciones con él...
Es un libro de encuadernación oscura con grabados, demasiado desgastados como para ser leidos. Te lo tiende.
Lo mira maravillada, la encuadernación es muy bonita. Lo coge y lo observa con detenimiento.
- Me gusta.. me gusta.. ¿cúal es su precio? - mira al tendero.
- Para vos solo 5 gremiales - responde amable
Saca de su bolsita el dinero que le pide y se lo deja sobre el mostrador.
- Gracias.. pronto volveré a visitaros. Adiós
Se despide del tendero y se coloca el libro bajo el brazo. Sale de la tienda y va en dirección a su casa, ansiosa por leer el contenido del libro. Por el camino saluda a sus conocidos, pero no se detiene a comprar nada más, ya tenía suficiente. El día era perfecto para sentarse a leer en la calle, pero ese tipo de libros los prefiere leer en la soledad de su casa.
Abriste el tomo y lo primero que llamó tu atención fue un sobre que se encontraba en su interior, quizá a modo de punto de lectura. Cogiste el sobre, no estaba vacio.
Al abrir el libro encuentra un sobre a modo de marcador, le extraña y lo coge, no estaba vacío, sería de su antiguo dueño, pero no se lo pensó mucho el abrirlo para saber que guarda en su interior.
La misiva que contenia era muy breve y decia lo siguiente:
"El duque de Lucani será asesinado siete dias despues de la celebración del solsticio si vos no le prevenis, debe partir de viaje antes de esa noche o poco podrá hacer por defender su vida. La influencia del enemigo es grande. Hacedle llegar esta carta en mi nombre y confiará en vuestra palabra.
Vuestro amigo,
G."
Pensaste para ti, que la celebración del sosticio se celebró hacia tres dias, lo que dejaba cuatro dias para el supuesto asesinato del duque, aunque parecia que esa carta... fuera quien fuera el responsable de llevarla, no llegaria a su destino.
Lee la carta estupefacta, ¿será cierto o era solo una broma..? Demasiados datos se daban y demasiada la coincidencia de que le llegara a ella justo a tiempo para poder salvar la vida del Duque.
Se puso en pie y paseó durante largos minutos por toda la habitación, leyendo y releyendo la nota y pensando que debe hacer. ¿Y si fuera una broma..? Pero.. ¿y si no lo era? ¿Y si ese hombre moría cuando ella podía haberlo evitado? Demasiadas preguntas y demasiado complicado el asunto, maldecía el haber entrado en la tienda y haber comprado el libro, porque esto era algo que no podía ni olvidar ni ignorar.
Se sentó de nuevo y suspiró, apoyó la cabeza en la mesa durante unos segundos y al cabo de un rato, la levantó decidida, iría a entregarle la nota, aunque hiciera el ridículo, pero si el hombre fallecía ella se sentiría culpable de ello.
Todos sus planes habían cambiado, avisó a la casera para comunicarle que se marcharía unos días y tambien mandó una nota diciendo que esta noche se encontraba indispuesta y no podría asistir a la reunión. Una vez tuvo todo eso solucionado, preparó un cajón con sus ropas, no sabría cuanto tiempo iría a pasar fuera. Cuando tuvo todo listo, fue en busca de un carruaje para emprender el viaje hacia Lucanni.
Perdón.. creia que Lucanni era un nombre y no una ciudad jajaja
//Lucani es otra ciudad cercana, deberias buscar un transporte... si quieres me basta con que narres la llegada o al menos indiques con que transporte llegas hasta allí. Añade una linea a tu mensaje para indicarlo.
Dante asintió y se tocó el ala del sombrero. Hizo un movimiento casi galante para que la capa le envolviera antes de salir. Siguió las indicaciones del cura, pero su mano zurda estaba colocada sobre la daga, para sacar la filosa ante el primero que quisiera meterle una puñalada trapera sin darle un segundo. Dante no podía evitar pensar eso, aquellas intrigas eran demasiado para él, un analfabeto cuyo único oficio había sido matar.
Siento la tardanza, mis disculpas.
No tardaste demasiado en llegar a una plaza, que suponias era la plaza Sttagio, aunque todavia nadie te lo habia confirmado. Debias suponer que este era el lugar y medianoche el momento.
Dante se embozó en su capa y se caló el sombrero, se guareció en una esquina, observando, solo oteaba en busca de que alguien viniera o algo así, pasó las horas muertas allí, como una figura oscura y delgada.
Sonaban las campanadas de medianoche desde la torre de la iglesia cuando un carruaje cruzaba la plaza, podia ser tu objetivo o una gran coincidencia.
El espadachín se desembarazó de la capa y se acercó levemente, con precaución. Portaba la carta en la mano, si ese era su contacto, se fijaría en él, de no ser ellos, pasarían de largo. Por si acaso, echó mano de la pistola.
El cochero detuvo el carruaje y te miró, llevando la mano a su arma mientras dejaba que te acercaras a su pasajero. El pasajero abrió la puerta del carruaje dejandote entrar en el interior cuando llegaras.
Eso, sin duda, ya no podia ser coincidencia. En cualquier caso era tu decisión si subir y hablar con aquel desconocido o dar media vuelta para nunca jamás regresar.
Dante miró de reojo al cochero, con su mirada de perro de presa, de soldado viejo. Haciendo una mueca, el espadachín observó como la puerta se abría. Ahora ya no podía echarse atrás aunque tampoco tenía opciones si huía, ya que no tenia dineros para comer siquiera. Pese a todo, Dante se sentía mal, sucio, como si estuviera traicionando a toda Vodacce haciendo eso.
El espadachín se quitó el sombrero, sus cabellos, negros y revueltos, le cayeron sobre los hombros antes de pasar al interior, aceptando la invitación.