El hombre vestia ropa elegante y estaba cubierto por una capa larga y guarecido en su capucha. Fuera quien fuera no parecia muy dispuesto a dar la cara.
- ¿Quien sois? - exigió saber - No es a vos a quien esperaba...
Dante se sentó ante el tipo encapuchado.
-Lamento desepcionar a vuestra merced.
Dijo encogiendo los hombros.
-Mi contacto me dijo, segun entendí, que solo tenía que venir a la plaza y me pagarían buena suma. Poco más se.
Dante sacó la nota y se la enseñó.
-Era un favor...personal
Aclaró el espadachín y en parte así era.
Tomó la nota y la leyó, luego te miró estudiandote. Pudiste entrever sus facciones ligeramente.
- Decidme, ¿cual es vuestro nombre?
Dante observó lo poco que podía ver de su interlocutor.
-Dante. Supongo que aunque os lo pidiera, vos no me dareis vuestro nombre ¿cierto?
- No necesitais conocer mi nombre - sentenció
Guardó la nota entre sus ropas
- ¿Que ocurrió con el que debia hacerme llegar este mensaje personalmente? Vos no sois castellano - estaba claro que tu acento te delataba
-No lo sé, me pagan para haber el trabajo, para nada mas, ya me entendeis.
Dante se encogió de hombros. No iba a delatar al tal Marco, no por ahora.
-¿Vos teneis lo mio?
Hubo un silencio en el solo se dejaban oir los cascos de los caballos contra el empedrado de la ciudad
- ¿Lo vuestro? ¿y que creeis que es lo vuestro?
Inquirió
-Me prometieron dinero a cambio de entregar la carta. Yo hice mi trabajo.
Dante se pasó la mano por la nariz. Con disimulo, la otra la dejó caer sobre el muslo, muy cerca de la daga.
Adivinaste una sonrisa por parte del hombre
- El dinero os lo dará vuestro patrón, no yo...
Dante empezó a sospechar. La mano cayó hacia un lateral, mas cerca de la daga.
-Mi patrón me dijo que al entregar la carta su sirviente me daría el dinero. Así que deduzco que vos no sois su sirviente. Ahora bien. Vais a hacer dos cosas. Decidme quien sois y devolverme la carta o juro por los profetas que os mato aqui mismo. ¿Nos entendemos?
La voz de Dante sonaba oscura y rota, pero claramente convincente.
- No, por favor... haya paz.
Introdujo de nuevo la mano entre su ropa y te tendió la carta
- Haced lo que creais conveniente con ella... yo no sirvo a nadie.
-Quiero saber para quien trabajais, por que habeis interceptado mi mensaje y que pretendiais.
Dante cogió la carga y sacó el cuchillo, mirando de reojo el papel quería comprobar si era esa u otra. Sonrió de forma afilada.
-Soy inculto, no idiota.
La carta te pareció la misma. En cuanto a él era muy posible que mantuviera la mirada en tu daga por la inclinación de su cabeza.
- Si el mensaje esta en mis manos, es porque yo era su verdadero destinatario... y ya os he dicho que no trabajo para nadie... marchaos de aqui antes de que termineis con mi paciencia - su tono era autoritario, quizá una treta o quizá la dura realidad
Dante trató de escudriñar si decía la verdad o no mirándolo a los ojos.
-No tiene porqué ser cierto, pudisteis interceptar al verdadero sirviente de mi patrón.
¿puedo hacer una tirada para averiguar si miente o algo así?
Hazme una tirada de ingenio dif 15.
2 d10 ¿no?
Anda me equivoque y los lancé separados, pero vamos, puedes sumarlos ¿no?
- ¿De verdad lo creeis? - se decepciona - porque en ese caso quizá cometieron un error enviandoos a vos
Hace un gesto altanero con la mano
- Guardad el arma.
El tipo te parece absolutamente convincente.
-Je, no tenteis a la suerte.
Dijo Dante, enfundando el cuchillo. Lo cierto es que el espadachin pensaba lo mismo.
-Me bajo aqui.