Partida Rol por web

Abriste la puerta del coche y viste la acera desfilando ante ti. Te tomaste un momento y te preparaste para saltar.

--¡Eh! --gritó el cochero, alertado por el golpetear de la puerta abierta contra el costado del carruaje.

Con más rapidez que pericia te arrojaste fuera, calculando mal el espacio que mediaba entre el suelo del carruaje y el de la calle. Caíste con el tobillo doblado en un ángulo antinatural y, aunque te repusiste con celeridad, empezaste a cojear calle arriba.

--¡Eh, eh! --llamaba el cochero, que detuvo el carruaje y se bajó. No hacía falta que miraras atrás para saber que había visto la matanza del interior del carro cuando chilló: --¡Asesina, asesina! ¡Ha matado al Comte! ¡Que alguien la detenga!

Soltó un gruñido, consecuencia de tragarse un grito de dolor, y se alejó cojeando de los gritos del cochero, on la esperanza de que si lograba salir de esa calle le sería más fácil esconderse e ir... todavía no sabía a dónde. No podía pensar tan por adelantado. No muy bien dónde estaban. Imaginaba que no muy lejos de donde habían empezado, pero ella tampoco podía mucho más allá.

Tratango de ignorar el latigazo de dolor que sentía con cada paso corrió buscando un lugar seguro de los guardias y los gritos acusadores.