Partida Rol por web

La flecha voló directamente hacia el bandido, y cuando lo alcanzó, lo atravesó limpiamente. El bandido cayó al suelo de rodillas, mirando la flecha empapada en su sangre incrustada en el suelo frente a él, y el agujero de su pecho por el que no paraba de manar sangre, para tras unos instantes, terminar de caer, muerto. Por desgracia, el tiempo apremiaba, por lo que en lugar de observar su muerte, desaté la cuerda y me acerqué hacia los agujeros para quitar los cuerpos de dentro y evaluar su estado para ver si aun podían usarse.

Si han escuchado el cuerno, apenas nos queda tiempo antes de que lleguen- pensé.

Rápido, hay poco tiempo, preparemos lo que podamos y dejémoslo de forma que piensen que hemos huido- les dije a mis compañeros, instándoles para que se dieran prisa.

Su mano acudía nuevamente a recoger una flecha cuando observaba como el objetivo caía al suelo sin vida. Se acercaba hacia los cuerpos para mirar el estado de las fosas y recuperar los objetos que pudieran servirle en la próxima emboscada. No tenían tiempo que perder, quizás aún les quedara una oportunidad para utilizar la otra cuerda y freír nuevamente a los bandidos.

Imitó los pasos del líder y comenzó a retirar cuerpos de inmediato, aprovechando para revisarlos después.

Había que ocultar los cuerpos y era un trabajo pesado en el que primaba la fuerza. Erackand se dispuso a ayudar todo lo que pudo.

Luego observó que la cuerda se podía ver así que se esforzó en destensarla y ocultarla otra vez.

Tenemos que ocultar esto dijo hablando de la cuerda

Que alguien espante los caballos

Pues los caballos que estaban desperdigados y sin jinetes harían como poco pararse a cualquiera que apareciese. Luego se le ocurrió una idea.

Si alguien avanza a caballo y toca el cuerno más adelante despistará a los que vengan, pero estaremos uno menos. ¿Qué hacemos?

Y miró a Gareth. Estaba claro que el jefe estaba para estas situaciones.

Salgo de mi posición y comienzo a mirar el campo de batalla de lo que ha sido nuestra exitosa emboscada. Me acerco al fuego que prendió Vargad e intento apagarlo para no llamar la atención de los refuerzos que vengan de los bandidos:

 - "Si ven este fuego, sabrán que aquí hay algo y se detendrán antes. Además el humo y la luz puede llamar su atención de lejos."

Sigo apagando el humo y solo cuando termino, comienzo a poner nueva hojarasca de repuesto en las zonas donde ya no hay y donde hay que ocultar fosos que serán muy útiles al momento de la sorpresa, tal como lo fueron antes.

Para adelantar, voy tirando por los caballos y el dinero

Es imposible que podamos ocultar los caballos y los cadáveres. Solo se me ocurre que no lo intentemos, vamos a reponer las hojas, volvamos a ocultar los agujeros y acerquemos los cadáveres a la zona inmediatamente posterior a la zona de la emboscada. Allí podemos dejar a algunos de nosotros junto a los cadáveres, como si acabáramos de vencerlos. Nuestros enemigos, al vernos, correrán a matarnos pensando que acabamos de segar la vida de sus compañeros -dicho esto comienzo a buscar hojarasca para sustituir a la quemada.

Ciara no podría ayudar mucho en la remoción de los cadáveres, sus brazos no podrían con tal tarea. Lo mejor que podía hacer es volver a buscar hojas. - ¡Yo voy a juntar hojas!  

Mientras bajaba de las rocas donde había permanecido durante el combate eche un vistazo al camino. La tarea de mover todos aquellos cadáveres me parecía imposible, teniendo en cuenta que el enemigo habría oído con toda seguridad el cuerno y que no tardaría en llegar.

Necesitaremos mucho tiempo para limpiar esto, tiempo que no tenemos. Pensé al ver  los cuerpos de los pesados animales inmóviles.

-Gareth debemos pensar en algo. La idea de Vargad de ponernos de cebo no me apetece nada, pero creo que podría funcionar y su sed de sangre quizá les hiciera caer en la trampa. Dije mientras ayudaba a retirar los cadáveres de los agujeros.

Apago el fuego rápidamente y veo lo que hay alrededor. Varios cuerpos para unos cuantos caballos, algunos heridos otros sanos. Me acerco a uno de los caballos y se me ocurre una idea para despejar rápidamente el campo:

 - "Gareth, atemos los cadáveres a los caballos y que ellos hagan el trabajo. Les sacamos de la trampa y los espantamos a golpes para que corran al sur. Juntamos hojarasca y tapamos las huellas que queden para prenderlas nuevamente. Solo los caballos tienen la fuerza para hacerlo rápidamente. Si no nos queda cuerda, usemos las de los arcos de los bandidos para atarlos cuanto antes."

Comienzo a buscar hojarasca para poder tapar los pozos, la hierba quemada, la sangre y las huellas que dejen los cadáveres arrastrados por los caballos. Aun así no alcancemos a tapar los rastros, los cadáveres son mucho más notorios y amenazantes que unas marcas en el suelo.

De nuevo, la responsabilidad volvía a recaer en mí, y aunque empezaba a acostumbrarme, seguía sin gustarme nada, pero por desgracia, no había tiempo para lamentarse.

Estoy con Sondra, a mí tampoco me gusta nada la idea... por desgracia, creo que es lo mejor que podemos hacer- les dije, refiriéndome al plan de Vargad -Pongamos los cuerpos pasando los agujeros, pero a los lados, como si los hubiésemos derrotado ahí, de forma que si  piensan que hay trampas, que crean que están en los lados y no en el centro- añadí, mientras dejaba el cuerpo que había estado arrastrando y tomaba un breve respiro -Yo haré de cebo- les dije.

No me gusta, pero ya que son mis órdenes, es lo menos que puedo hacer- pensé, mientras volvía a cargar a uno de los bandidos.

Buena idea Amon, ¿ha quedado alguno que podamos usar?- le dije, pues varios de los caballos de los bandidos habian acabado muertos o moribundos.

Mientras recogía algunas monedas y flechas de los cuerpos que pudo apartar del camino, se arrepentía de aquellos caballos que sufrirían una pequeña agonía por culpa de la escoria que acaban de sentenciar. ¡Mercenarios! Llevaban flechas y espadas, podríamos usarlas para reforzar las trampas. Mantuvo su esfuerzo en despejar el camino y los fosos, con suerte tendrían otra oportunidad de utilizaros. Espero que esta vez Waldric asome la cabeza, de no ser así dejádme a uno vivo e iremos tras él.

Inmediatamente después de abatir al último de los bandidos que habían caído en su trampa, los legionarios se movilizaron para preparar todo para una segunda emboscada. Las cosas serian mas difíciles ahora pues había rastros de sangre y cuerpo; pero al parecer el grupo liderado por Gareth tenia un plan preparado para las actuales circunstancias.

Tras la ardua tarea de apartar algunos bandidos, se atrevió a sacar un pesado caballo de uno de los fosos con la ayuda del grupo. Parecía haber invertido una eternidad para tan sólo apartarlo un par de metros de las fosas, pero peor era que eso significaba que los bandidos llegarían en cualquier momento, por lo que se apresuró a prepararse para el combate. Recogió su arco de la espalda acompañado de una flecha ansiosa de conocer su destino.

El tiempo se nos echa encima y Gareth no hace caso de mis consejos, por lo que al terminar de cubrir las trampas, me acerco a uno de los cuerpo e intento moverlo. Es pesado, nunca había pensado que tanto. Lamentablemente no conozco ningún hechizo para mover escoria como esta, así que aprieto bien mis manos y estiro mis piernas para mover al maldito fiambre y sacarlo de allí.

Comienzo a arrastrarlo intentando mantener mi espalda derecha para no dañarla y mover al tipo lo más rápido que puedo hacía donde están dejando al resto de los cadáveres escondidos.

Por desgracia, cuatro de los caballos de los bandidos habían quedado en las trampas,  inutilizándolas, así que me puse a apartarlos. Pesaban una barbaridad, pero al final conseguí mover a tres de ellos, y dado que cuando fui a por el cuarto Cassandra ya se había ocupado de él, me dispuse a colocar los cuerpos de los bandidos, atento a cualquier señal de que llegasen más bandidos para que no me pillasen desprevenido, con el arco ya preparado junto a los cuerpos, cogiéndolo cuando acabó de mover todos los cuerpos que pudo.

Como no queda otra cosa mejor que hacer me dispongo a ayudar a mis compañeros a arrastrar cuerpos. Conocedor de mi escasa fuerza me acerco a Amon y le ayudo como puedo, disimulando así mi escasa habilidad en estos temas.

Podía notar como el sudor impregnaba todo mi cuerpo mientras tiraba con fuerza. A pesar de la desagradable tarea que me ocupaba mi mente estaba en otro lugar. Imaginaba una enorme bañera con agua caliente y a mi en su interior disfrutando del momento, relajada, sabiendo que había salido victoriosa de una difícil tarea.

-Deja de fantasear idiota. Mi dije a mi misma con un hilo de voz mientras seguía tirando.