Partida Rol por web

Durante su avance escucha algo que lo hace detenerse para prestar mayor atención, dado que la noche acaecida no le permite vislumbrar más allá de lo que la limitada visión de un hombre logra alcanzar. En efecto algo se encuentra en movimiento, el sonido sibilante de las hojas al rozar contra una superficie no deja lugar a las dudas, más si a la especulación. Maganyos se queda inmóvil manteniendo a raya las emociones, acostumbrado a pasar desapercibido en circunstancias como esa, enfocando sus sentidos en la tarea de dar nombre y forma en su cabeza a lo que allí se encuentra al acecho.

Me acerco a Sir Haguen todo lo silenciosamente que puedo. Hay alguien más ahí fuera. No creo que sea buena idea que andemos desperdigados por el bosque.

Sondra no podía creerlo. De repente, Sir Haguen había desaparecido de donde estaba. La comerciante se esforzó y se esforzó pero no quedaba ni rastro de él. Surgió de la oscuridad que la cobijaba y se acercó hacia el árbol de Cassandra.

-¡Cassandra! ¿Has visto a Sir Haguen?

He visto algo por allí -susurro a mis compañeros señalando a la dirección en la que ví algo raro. Bajo la mano y señalo a otro lugar, otra dirección significativa y solo digo un nombre -Sondra. Sin embargo mis ojos no se apartan del primer lugar que he señalado, ante la incertidumbre de que es lo que acecha oculto en el bosque.

Espero en mi posición sin hacer ruido, hasta que mis compañeros se reunan a mi lado.

Espero a que lleguen nuestros compañeros, con una notoria cara de aburrido. Entiendo la importancia de actuar como un grupo y estoy completamente de acuerdo con las palabras del resto, pero yo no me alejé tanto por la leña, solo a los alrededores inmediatos. En cambio nuestros otros compañeros parece se fueron a explorar el Bosque completo.

No me gusta esperar y la paciencia sin sentido no es mi fuerte. A menos que haya un beneficio claro en la espera, intento saltármela. En esta ocasión, solo me doy cuenta de que Sir Haguen desaparece y de que Vargad divisa lo que al parecer es Sondra.

Sin confiar mucho en nada de lo que me rodea y conociendo estos lugares, saco mi vara disimuladamente y la mantengo en mi mano derecha ante una eventual emboscada.

Trate de ver donde indicaba Vargad. Quiza habia visto a nuestros compañeros... o quiza al propio Sir Haguen, aunque habiendonos dejado este para montar un campamento no era probable que volviese a nosotros. Sin duda esperaria que le buscasemos...

No veo nada.

Erackand afianzó las piernas sobre el terreno intentando encontrar una postura cómoda y con un movimiento fluido descolgó una de aquellas pequeñas hachas arrojadizas que portaba hasta tenerla en la mano, presta y dispuesta. Algo le erizaba el vello y afianzó las trenzas de su barba en su cinturón para que no le molestasen en el combate. Lentamente fue deslizando la mano izquierda hasta descolgar el escudo y ajustarlo en el brazo. Se aseguró de que la espada bastarda deslizaba bien hacia fuera de su funda y se preparó para que comenzase el combate.

Lentamente, mirando a todos lados, especialmente a donde Vargad había avisado se acercó a éste para poder hablarle en voz queda, de modo que sus enemigos no les oyesen si les escuchaban, o por lo menos que les fuese muy difícil hacerlo.

Vargad, si nos atacan, una buena explosión o algo parecido además de calentarles en el frío de la noche nos permitirá ver mejor a todos. El resto tenemos que atacar a distancia sobre lo que veamos cuando el elfo use su magia. Yo me lanzaré sobre lo más grande que vea.

Sin darse cuenta y por mero impulso el enano acababa de asumir el mando en una situacion que consideraba de combate.

Antes de que Cassandra tuviese tiempo de contestar a mi pregunta, un movimiento a cierta distancia llamo mi atención, y al fijarme vi que era Sondra. Parece que Vargad también la ha visto.

¿Alguien ve a Sir Haguen? No hace tanto que se ha ido como para haberse alejado tanto ¿no creéis?- les pregunte, con la esperanza de que supiesen hacia donde había partido. Luego me gire hacia Vargad -Tienes razón Vargad, es Sondra yo también la veo. Erackand, estoy de acuerdo contigo, creo que a Sondra le pasa algo, parece alterada, no para de mirar a su alrededor como si buscase algo, estad atentos.- añadí en voz más baja, compartiendo la preocupación de Erackand, así que tras dejar el fajo de arbustos junto a Viento, desenvaine la espada y el escudo, listo para ir a ayudar a Sondra si pasaba algo.- El arco no es lo mío, prefiero no arriesgarme siendo de noche, yo estaré preparado por si están demasiado cerca  o si tenemos que correr a ayudar a Sondra.

Si la actitud de Sondra me había preocupado, el comentario de Erackand, lo hizo aun más.

No sé que ha visto, pero mejor estar atentos- pensé mientras miraba a mí alrededor para intentar ver algo.