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Cachorros

El Doc a las trincheras - Prólogo

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16/05/2014, 17:20
Guardián Ciego

La noche era cerrada, pero con suficiente luz como para hacer una incursión nocturna en una trinchera alemana. Las operaciones ofensivas eran algo raro en el ritmo de la guerra actual, que solía oscilar entre eternas vigilancias y la vida de trinchera que era similar a vivir en el las calles del por barrio de las ciudades modernas. Barro, ratas, humedad interminable. El teniente médico de la unidad solía atender tantos heridos por el combate como enfermos por las condiciones de vida que allí se llevaban.

Quizá el cambio era bueno, muchos tendrían la emoción que buscaban, otros podrían morir como héroes, por su patria; el resto iba porque se lo habían ordenado, rezándole a sus dioses que le dieran otro día de vida.

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16/05/2014, 17:26
George Lombard

El capitán Lombard mismo lideraba ésta expedición. No era su primera escaramuza, el veterano soldado solía mostrarle a sus hombres que no ostentaba el rango por estar detrás de un escritorio.

Agachado, en una baja posición sin llegar a cuerpo a tierra, el capitán intentaba otear algo de la cercana trinchera, mientras les hacía seña a los infantes para que lo siguiesen, en silencio, listos para asaltar la posición enemiga.

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18/05/2014, 02:51
Michael "Doc" Van DeVere

Encontrar a Michael era muy sencillo, "ve a donde estén los gritos, allí le encontrarás", con tantos heridos y tan pocos suministros, las cirugías se realizaban a noche abierta y en la mayoría de los casos las víctimas se retorcían tanto del dolor que era necesario inmobilizarlos, cosa que hacían entre 2 o 3 soldados robustos.

Diariamente llegaban nuevos heridos y enfermos, tantos eran que escribirle a Michelle se había convertido en un lujo del cual muchas veces debía de prescindir, aunque esta noche era diferente, pues se rumoreaba que el Capitán Lombard estaba reuniendo un puñado de hombres para una incursión nocturna y él debía de participar. Fue entonces que lavó sus manos, e inmediatamente bosquejó una carta rápida con pocas líneas:

"Michelle, esta semana ha sido realmente muy buena, finalmente ha parado de llover y las agresiones alemanas parecen ceder. Al parecer se rendirán pronto y tengo la seguridad de que encontraré a Jason una vez que todo esto termine. Por favor, cuéntame más de tu jardín de rosas, ya han florecido? No olvides por favor llevarle flores a la tumba de mi madre en cuanto te sea posible, te estaré inmensamente agradecido por ello. Muero por volver a degustar tu pastel de moras y frutos rojos, por favor no dejes de prepararlo! Espero que la semana próxima sea tan buena como esta, ya luego te contaré en mi próxima misiva. Que tengas buenas noches, dulce Michelle y deseo más que nada que descanses bien y segura. Con cariño, Michael Van DeVere".

Tras terminar de escribir, revisó por segunda vez todos sus pertrechos, en especial aquellos que utilizaba con más urgencia: Un semi vacío y maltrecho botiquín de latón, sus herramientas de cirugía y un encendedor a vencina utilizado para esterilizar las herramientas. Juntó todo y lo colgó en su cinturón. Revisó su arma, la cargó y deseó no tener que utilizarla, de nuevo...

Finalmente, colocó la Cruz Roja en su brazo derecho que lo identificaba como personal médico y en su otra mano la carta, la llevó hasta una enfermera y le dijo:

- Por favor, envía esto por mí en cuanto puedas, va a Estados Unidos. Muchas gracias.

Giró, volvió sobre sus pasos y fue al encuentro del Capitán Lombard, a quien saludo en silencio llevándose la mano a la altura de la sien, a la vez que asintía con la cabeza "Estoy listo..." pensó.

Notas de juego

Realmente desconozco si a los médicos estadounidenses les daban un "arma reglamentaria" ya que pertenecían a la Cruz Roja.

No sé si el relato está bien o si debo de continuar escribiendo, pasa que no quiero invadir tu relato :P

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18/05/2014, 14:11
Guardián Ciego

Mientra el Doc intentaba recapitular sus memorias, éstas parecían desvanecerse en la bruma del tiempo. ¿Era realmente eso lo que había sucedido antes de tan peligrosa incursión? Había enviado tantas misivas, pasado tanto tiempo en las trincheras o cosiendo feas heridas que era complicado distinguir todo.

Estaba bien claro que tenía el rifle en ambas manos sudadas, el corazón que parecía querer saltar de su pecho y la determinación de obedecer a su superior aún hasta la muerte. Quizá la guerra terminaría pronto y Nicholas retornaría. El pensamiento sonaba alentador en su mente, pero el presente parecía un callejón sin salida.

Notas de juego

Tus preguntas las voy a responder en tu página de creación de personajes.

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18/05/2014, 15:17
George Lombard

Ya demasiado cerca de aquella trinchera enemiga, el capitán se detuvo, no parecía temblar, por unos momentos fue una estátua viviente. Con unas señales rápidas, dos de los oficiales que iban pegados a Lombard lanzas sendas granadas en rincones opuestos de aquél hoyo, mantiendo la posición baja.

Ambos explosivos surcan el aire de manera magistral, dibujando un arco perfecto y hundíendose en la pesada oscuridad de la trinchera. El único sonido emitido fue similar al deglutir un alimento, o bien cuando una rana salta a un pantano en la noche, no hubo explosión, ni golpeteos, ni gritos.

El ambiente era tan tenso, que podría cortarse con un cuchillo, la unidad de asalto estaba helada, expectante, Lombard parecía un gato listo para saltar por su presa.

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18/05/2014, 20:08
Michael "Doc" Van DeVere

Tras las explosiones de las granadas, Michael miró a Lombard. Saltaremos sobre una letrina?

Su entrenamiento le dictaminaba que él no debía de ir primero, por lo que se preparó para dar fuego de cobertura al primer grupo que asaltara la trinchera enemiga. Una vez ellos hubiesen entrado en la misma, él también saltaría.

Aguzó la vista y el oído, dispararía a cualquier cosa que se moviese.

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18/05/2014, 21:39
Guardián Ciego

Las granadas nunca explotaron... como si el mismo infierno se abriese en un abismo interminable detrás de aquellas bolsas de arena. Cuando el capitán intentó dar un paso al frente, algo surgió del pozo negro...

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18/05/2014, 21:42
Algo indescriptible

Un amasijo de téntáculos y apéndicen informes, cubierto de una substancia babosa y espesa comenzó a elevarse como una torre viviente. Moviéndose, cambiando de forma tan súbitamente que era imposible determinar los límites de semejante abominación.

Los tentáculos se movieron como dirigidos por una voluntad ignota, tomando el cuerpo del capitán, elevándolo en el aire y descuatizándolo sin piedad, sin detenerse, lanzando los miembros rotos y carne aún palpitante a lo que podría ser el centro de ese ser, que comenzaba a absorverlos hasta que desparecieron. Los gritos de dolor y terror de Lombard crecieron y se apagaron rápidamente, como la luz del lejano atardecer.

El pelotón observaba inmóvil, absorto de terror, sin poder decir una palabra... sin incluso poder respirar libremente. El Doc no era diferente al resto, la imagen dantesca había despertado en él una sensación que solamente había sentido en sus peores pesadillas. Ahora le estaba carcomiendo por dentro, como un esclavo condenado a morir sin poder ver jamás la libertad.

Cuando solamente quedaron entre aquellos miembros viscosos restos de sangre y órganos destrozados, una voz surgió desde una profundidades cavernosas, que hizo retumbar todo.

¡Ahora yo soy vuestro capitán!

Notas de juego

Fin del prólogo.