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Castroviejo: El origen

Prólogo: De cómo me convertí en habitante de un pueblo que no estaba interesado en mis historias

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19/01/2016, 00:56
Director

De aldea en aldea, el viento lo lleva siguiendo el sendero,

su patria es el mundo, como un vagabundo va el titiritero.

Viene de muy lejos, cruzando los viejos caminos de piedra.

Es de aquella raza, que de plaza en plaza, nos canta su pena.

¡Allez hop!, ¡Titiritero, allez hop!, de feria en feria.

Siempre risueño, canta sus sueños y sus miserias.

 

Los niños corrían a la plaza de piedra de la aldea convocados por la campanita del titiritero que hacía su entrada en el pueblo. Aunque era día de mercado, pronto hicieron su hueco creando un corro alrededor del carromato del feriante que ya desplegaba las cortinas de su teatrito de marionetas para deslumbrar a los aldeanos del lugar.

- Atiendan, damas y caballeros, niños y ancianos de esta aldea, atiendan el mundo de historias que este titiritero puede contarles... ¿Querrán escuchar tal vez la historia de Teseo o la del Cid Campeador? ¿O tal vez quieren...?

Algunas efigies de madera de los personajes citados fueron apareciendo hasta que hubo una incómoda pausa seguida del quejido de un niño que salió de detrás del escenario de un puntapié. 

- Disculpen damas y caballeros pero hemos tenido un pequeño intruso que quería robar... esta marioneta

Extraña elección de hurto... precisamente el títere de un.... ¿sabéis qué representa? 

- ¡UN LOBO! gritaron al unísono los niños

- Craso error, no es un lobo... Es un HOMBRE LOBO. ¿No habéis oído nunca hablar de un pueblo llamado Castronegro? 

Hubo un murmullo generalizado. Los adultos congregados se miraron entre sí y uno le gritó: 

- ¡Castronegro está muchas leguas al sur, comediante! ¡Y de él solo llegan leyendas y malos augurios! ¿No tienes otra historia que traer a este pueblo que la de crímenes contra natura y pecados contra el Señor de hace más de veinte años? 

El titiritero asomó su cabeza entre las cortinillas y se encogió de hombros

- Un titiritero solo cuenta aquello por lo que va a ser pagado, señores. Si quieren les haré otra actuación pero pensé que los niños querrían aprender sobre lo que es mentir y descubrir la verdad de alguien que estuvo allí en el año 1516. 

Ahora sí se produjo un alboroto. Algunos hombres incluso golpearon el carromato. Pero alguien reparó la pequeña campana con la que el hombre había anunciado su llegada

- Yo he visto esa campana en otros pueblos de la estepa castellana. Dinos, titiritero ¿la cogiste de allí? ¿verdaderamente estuviste en ese lugar maldito? 

- ¡Que cuente la historia, que cuente la historia! clamaron los niños cada vez más excitados ante lo que parecía un cuento que ni los mayores podrían perderse.

- Todo es verdad y todo les será mostrado. La terrible historia de los hombres lobo de Castronegro desfilará ante sus ojos con todos sus protagonistas aquí representados. Siéntense, siéntese en las piedras más calientes de la plaza pues hará frío cuando termine la función. 

Siéntense y escuchen. Escuchen... 

Notas de juego

Hay un audio en la parte de arriba. A veces tarda en cargar pero usaré música e imágenes para ambientar las escenas. 

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19/01/2016, 01:30
El titiritero

Corría el año de nuestro señor de 1516, el mismo año en que nuestro Monarca Carlos I había sido proclamado, cuando conduciendo un carromato mucho menos desgastado pero también más vacío de experiencias, entré en el pueblo de Castronegro. 

Mi inexperiencia y mis ansias de ganarme el pan no repararon en el devenir de carros y monturas que salían del pueblo, cruzándose conmigo en dirección contraria. Atravesé la colina donde un molino de piedra dormía frente a un cauce seco y lo seguí hasta que cobró vida lleno de agua, alimentando los campos de trigo por los que ya asomaba la iglesia del pueblo. Al entrar en sus empedradas calles, aminoré el paso del caballo para poder penetrar por un arco estrecho que daba a una pequeña plaza frente a la que se agolpaban casas humildes y una fuente en la que estaba esculpida una vid. 

Allí observé cómo la gente abandonaba sus casas. Todo el pueblo parecía en agitada procesión o inesperada mudanza. Solo entonces me percaté de la presencia de soldados que subían por otra cuesta. 

- ¿Es esta la plaza del mercado? pregunté a un lugareño que parecía tener menos prisa que el resto. Pero pronto fue reclamado por una señora que le pedía que recapacitara e hiciera su equipaje. 

Nadie parecía tener en cuenta mi presencia así que, herido en mi orgullo de trovador, volví a montar en mi carromato evitando la cuesta de soldados, no sin antes darme cuenta que ascendía aquella cuesta hasta una abadía destartalada pero soberbia en su estructura. 

Giré por otra calle llena de establos sin dejar de presenciar allí por dónde miraba cómo aquel pueblo estaba puesto en pie y parecía vaciarse por cada ventana y puerta. 

Temí que tal vez los partidarios de Juana de Castilla, madre de nuestro monarca, se hubieran sublevado y los doscientos habitantes de Castroviejo fueran los primeros en recibir la llamada de la guerra. Pero deseché mi idea mientras llegaba por fin a la Plaza del Mercado. ¡Cómo un pueblo tan anodino iba a ser el punto de partida de una guerra de estado!

Qué equivocado estaba. Lo que Castroviejo iba a vivir era una guerra mucho más importante que la que se disputan los tronos. 

El caso es que en la Plaza del Mercado había convocada una reunión. El Alcalde del pueblo había desertado, al parecer, y sin orden ni concierto los vecinos intervenían frente al portón de la Iglesia y donde debía haber colocado yo mi carromato

- Es una locura, ¡no podemos abandonar el pueblo atendiendo a la superchería! ¡Son nuestras casas y este pueblo sabe defenderse! 

- Ay, la defensa sería eficaz si el invasor tuviera rostro. Pero mata de noche y nadie ha sido capaz de detenerlos. Ya son catorce los muertos. 

- ¿Vamos a dejar que los lobos ganen la batalla a los hombres? 

- ¡Los lobos no abren puertas ni escalan a nuestros lechos!

- ¡Los lobos se alimentan de rebaño y no de nuestros hijos!

Recuerdo un escalofrío cuando el último argumento escuchado fue en boca de una aldeana desesperada, su mantón de bebé aún cubierto de sangre. Aquella asamblea se me antojó terrorífica de repente así que decidí preguntar a un soldado, que aun no teniendo gusto por la gente de mi clase, parecía tan foráneo y embobado como yo

- ¿Qué está ocurriendo en este pueblo, señor? 

- Crímenes, juglar. Crímenes horrendos que han provocado el caos y el terror en este pueblo. Empezaron hace un mes de manera escalonada. Obra de lobos, dijeron. Pero cuando han sido incapaces de controlar la sangría es cuándo nos han enviado al ejército

- ¿Y se ha detenido al culpable, ya? 

- Nuestra orden es de evacuar el pueblo hasta que se sepa qué está pasando. Un arzobispo fue enviado a santificar el lugar pero anoche fue destripado y el pueblo se debate entre abandonar el lugar o quedarse hasta comprender qué ocurre. 

Necesité sentarme en el pescante de mi carromato para seguir escuchando. Pero entonces algunos hombres y mujeres pasaron delante de mí y sus historias e intervenciones fueron cautivando mi interés como una tela de araña atrapa a una mosca. Y dos días después, sin que yo lo supiera, ya no podría abandonar el pueblo junto a los otros veinte lugareños, convirtiéndonos así en historia viviente del pueblo de Castronegro. ...

Notas de juego

Vuestro turno: 

Simplemente podéis hacer acto de aparición e intervenir a modo de presentación para el resto. Obviamente vuestros personajes por las razones que sean tampoco van a abandonar el pueblo. Algunos puede que quieran hacerlo y simplemente al final no lo lograran. Otros puede que desde el principio defiendan el quedarse aquí y hacer frente a esa extraña amenaza de crímenes animales. 

El jueves se repartirán las cartas y entonces empezará el verdadero juego. 

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19/01/2016, 03:40
Ramón Gutierrez

Una melodía se acerca al lugar de reunión y allí ve encantado el carromato de lo que parece un trovador, sin dejar de tocar durante su paseo, lo ve semisonriente, es raro que alguien sonría en un momento de tanta tensión, pero el joven tenía motivos.

- bienvenido a nuestro hogar buen hombre, mis padres han huido y me han dejado atrás, más sus gritos constantes eran diarios más incluso que un pequeño pedazo de pan, disculpad vos mi atrevimiento buen juglar, ¿no tendréis sitio en vuestro equipaje para un joven con su recién hayada libertad? Más deseoso estoy de vivir y viajar, con mi instrumento, de uno a otro lugar

Sin insistir, dejó de tocar para entrar respetuoso en la casa del hijo de dios. Ya tendría aquel hombre tiempo de pensar.

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19/01/2016, 09:54
Rodrigo Belmonte de la Poza

Un hombre recio, de generoso bigote castizo y ojos del color de la madera vieja pasó en aquel momento junto al joven Ramón, dándole un pequeño capón en su cogote a la que entraba a la Iglesia.

- Haz pausa ya en tus cantos de cuervo más que de alondra niño, que no está el pueblo para humores de sátira ni festejo. Y a vos lo mismo os advierto, titiritero, cuidad las palabras, que poca o ninguna es la alegría aquí hoy. - El hombre, que no era otro que el ebanista de Castroviejo como evidenciaban las herramientas que llevaba al cinto, señaló con su calloso índice al juglar en seria advertencia, tras lo que se santiguó.

- Yo no me marcho. - Anunció entonces a sus vecinos. - ¡Tengan a Dios nuestro Señor por testigo que a Rodrigo Belmonte no lo echan de su casa unos perros callejeros de medio pelo! Yo digo que los encontremos y los apaleemos y hagamos de ellos alfombras y mantas.

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19/01/2016, 10:45
Mireille de Remu

Mireille escuchaba medio apartada las historias que conrtaban. Pronto un juglar ataviado de una flauta se puso a hacer una melodía que le resultó agradable. Abruptamente un hombre de poblado bigote le cortó su pequeña evasión del cansancio y dolor de tobillos. 

La linda chica pelirroja tenía la mirada de una persona que ha visto más cosas de las que le gustaría, sus manos curtidas de los viajes contaban con algunas cicatrices de heridas mal curadas. Rara vez sonreía, el pasado se le agolpaba. Habái encontrado la paz por fin en esa aldea y una extraña leyenda parecía que se la quería arrebatar. 

- Hay que darles caza.- musitó. - Hay que darles caza... - susurró hacia si misma. 

 

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19/01/2016, 13:03
Miguel de León

Las muertes se habían sucedido una tras otra en los dias precedentes, y el reguero de sangre de sus vecinos había propiciado aquella inusual y preocupante situación. La muerte del arzobispo fue la gota que derramó el vaso, ya nadie podía vivir en Castronegro hasta que todo se resolviera, para bien o para mal.

Miguel había conseguido sacar a sus padres del pueblo con la ayuda de otros vecinos, pero su obligación era quedarse allí, defendiendo su puesto de trabajo y su hogar. Es cierto que deseaba irse y conocer el mundo, pero no así, no expulsado y con miedo. No, se quedaría a ayudar en lo que pudiera.

Pronto se empezaron a congregar los vecinos en la plaza. Rodrigo, el ebanista, a quien Miguel conocía, manifestó que se quedaría a terminar con la maldición que caía sobre el pueblo. Otros empezaban a acercarse también.

Miguel se acercó, pero se quedó callado. No era bueno hablando en público, y le daba algo de verguenza, pero su presencia allí suplía cualquier palabra. Se quedaría a defender su hogar.

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19/01/2016, 16:08
María de Vellí

El paso altanero de mi privilegiada porte claquea en los adoquines de la plaza con un ritmo digno de los salones de Toledo. Nada menos podría esperarse de mí, la cuarta hija (ilegítima, pero hija a fin de cuentas) de Don Felipe de San Quintín y Noyelles, Barón de Vellí.

Con la mirada altiva, paseo entre la asustada plebe presente. Al igual que ellos he decidido quedarme en el pueblo. Lo hago a voluntad desafiante y decidida. ¿Mi madre? Tiempo atrás salió corriendo en busca de otra charca en la que dejarse caer. ¿Mi padre? Nunca se rebajaría a pisar este erial... Es más, nunca lo ha hecho desde que yo nací... Pero eso no me quita un ápice de mi sangre noble... No, no y no. Alzo más la barbilla. Además...

- Lobos a mí, bah - musito entre dientes - historias de alcahuetas para asustar al ignorante populacho -

Miro al carromato que ha hecho su aparición reciente en el pueblo como novedad única aparte de la inquietante presencia de la fuerza de la ordenanza.

Por supuesto no soy capaz de leer lo que en él pone. Analfabeta como mi madre, eso de leer es cosa de curas y universitarios, no de damas nobles como yo. No, nosotras somos de otra clase. Una clase educada, decente. Y como tal, saludo a los locales con un devenir de mi mano a modo de emulación reverencial que, a los ojos de cualquier entendido, no quedaría sino como otro inútil intento por hacerme parecer sofisticada

- Buenos días nos de Dios -

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19/01/2016, 16:33
Fray Olegario

El ruido de sus tripas le sacó de sus plegarias al Señor.

Cuando llegó Don Clemente, venerado arzobispo, pareció como si el mismisimo Cielo se abriese para ofrecerles aquel presente, un hombre santo para santificar la villa y alejar a los demonios que habitaban la noche.

Fue alojado en sus aponsentos monacales por propia voluntad y el habitó una celda como el resto de sus hermanos. Su corazón estaba lleno de gozo... hasta la mañana que el arzobispo apareció destripado en su propia cama.

Desde entonces, había decidido ayunar hasta que el Señor nuestro Dios le mostrase el camino a la salvación.
 

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19/01/2016, 20:36
Diego de Narváez.

Pues no queda sino batirnos.

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20/01/2016, 01:32
Serafín Grimón "El Flamenco"

Observando al desconcertado titiritero, Serafín se acercó a su carromato -Bienvenido a este infectado pueblo, hijo...-dijo al titiritero- Nos esperan días de desconcierto y noches insomnes... No sabemos a qué nos enfrentamos, pero yo ya he oído de esto en los escritos... Hombres lobo, dicen... Llevo años, muchos años estudiando química y alquimia...descifrando la transmutación de la materia..., creeme que he visto y logrado cosas que muchos calificarían de milagro, pero como esto no he visto nada...-hizo una pausa- Joven titiritero, a mal lugar has venido para hacer negocio, pero si sobrevives, tendrás una buena historia que contar.

Yo aquí me quedaré -continuó hablando al feriante- Soy ya mayor, no tengo mucho que perder, pero confío en que mis conocimientos cultivados en Flandes y todo el territorio de Castilla, puedan sernos útiles para enfrentarnos a esta amenaza.

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20/01/2016, 10:02
Inés de Suárez

Inés había salido a la calle para conocer las nuevas de ese día. Al ver una reunión de lugareños se acercó y empezó a escuchar, quedándose en la retaguardia. 

Mientras los aldeanos seguían debatiendo, pensaba qué hacer. Aún no había conseguido autorización para marcharse en busca de su marido, de quien no había vuelto a saber nada desde que se marchó a la conquista de América. Ella estaba sola en una aldea que no la vio nacer. Su abuelo, quien la había criado junto con su madre, había fallecido dos años atrás. Su madre y su hermana Asunción, se quedaron en su Plasencia natal. Y de su padre nadie sabía nada desde antes de que Inés llegara a este mundo.

¿Debía salir en busca de quien fuera su esposo y a quien prometió fidelidad? Ésa había sido su obsesión hasta ahora. Sin embargo, un fuerte instinto la empujaba a quedarse y ayudar a esa gente; a fin de cuentas, ella siempre había soñado con ser una más en los ejércitos de las conquistas pese a ser mujer. Su espíritu valiente y luchador no la permitía quedarse de brazos cruzados y tampoco se iba a encontrar algo mejor en las Indias...

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20/01/2016, 11:39
Ramiro Benavente

Ramiro estuvo a punto de acompañar con la flauta al joven trovador. no es que Ramiro fuera un buen músico, más bien al contrario. Ramiro tocaba música, danzaba, contaba cuentos y hacía de todo, pero quitando alguna poesía mediocre o algún cuadro que no estaba mal, su talento como artista dejaba a veces que desear. La única razón por la que tocaba todos los palos era para incrementar su capacidad de ligoteo o para que le invitaran a un vino. Porque ni con sus cuadros más sobresalientes había conseguido mucho dinero. Era una época mala para ser artista.

Pero si no tocó la flauta en ese momento no fue porque no tocara bien, los vecinos del pueblo ya debían estar curados de espanto, si no por lo que se dijo. Lobos, en el pueblo, como el de las viejas historias y chanzas que había oído o incluso alguna vez contado él mismo, en una tasca.

-Yo... he oído hablar de ese cuento de viejas, aunque creía que era solo eso.

Si le preguntaban a él directamente, diría, incluso riéndose por solo planteárselo, que no es supersticioso ni cree en todas las historias que se cuentan. Sin embargo, la realidad es algo más compleja, y aunque se niegue a admitirlo, un escalofrío recorrió la espalda del artista. Esperaba que no, pero si la historia de los lobos era cierta iba a correr la sangre en el pueblo. Y la única manera de evitarlo, según las historias, era iniciando ellos mismos otro derramamiento de sangre, para cazar a los lobos. lo malo, es que la forma más fácil de cazarlos era linchándolos de día... con la esperanza de haber acertado.

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20/01/2016, 14:13
María Lucrecia Comares

-Buenos días tengáis vosotros-​cruz de hierro en mano pero sin descolgarla, marca en el cuello heridas rojas-Qué gracioso saltimbanqui. ¡Habrase visto un costal de huesos tan valiente! Venir aquí, a Castronegro con tanto perro dando vueltas-Se detiene para observar a los demás de cerca-¡Pero si hay soldados, feriantes, artistas...! Que alegría, que alboroto, que gozo. Mi buen Señor no querrá hacernos daño a ninguno. Sólo arrancará los ojos a los mentirosos-​Lucrecia sonríe y hace una reverencia- No temáis, estaremos todos a salvo- 

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20/01/2016, 14:59
Beatriz Bocanegra

Doña Beatriz y Pablo pasaban por la plaza del pueblo cuando, de seguida, reconoció la voz y las palabras de Rodrigo, que con ímpetu anunciaba a sus vecinos que se negaba a marcharse. Asintiendo repetidas veces, la anciana estaba de acuerdo con aquel hombre. Como iban unos supuestos lobos a provocar la huida de todo el pueblo. ¡Cuentos!

-Así se habla, sí señor.- musitó a ritmo de sus lentos andares acompañados de su bastón.

-Marchemos chiquillo, suficiente oscuridad tengo en mis ojos para que se nos haga de noche cuando terminemos nuestros rezos. -ordenó a Pablo para que la guiara hasta la iglesia a rezar. Desde aquellos infortunios sucesos, Beatriz iba mas a menudo a la iglesia.

Al alcanzar la capilla la anciana señora ocupó su sitio para rezar en silencio. Siempre intentaba obligar a su joven lazarillo para que le acompañara en sus ruegos. Pero, Pablo, salía a hurtadillas de la iglesia, creyendo que la vieja no se enteraba. Al menor chasquido del chico en su intento de escapar, Beatriz lo miraba severa por su irrespetuoso gesto ante los ojos de Dios.

Extrañamente, aquella tarde, al pillarle no recibió reprimenda alguna. – Antes de que el sol se ponga debes estar aquí. – advirtió permitiéndole al chico salir de la iglesia.

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20/01/2016, 15:24
Fray Olegario

creeme que he visto y logrado cosas que muchos calificarían de milagro, pero como esto no he visto nada...

Serafín Grimón

-¡No oseis llamar milagro a lo que a ojos de cualquier buen cristiano son brujerías! Más no tengo el ánimo suficiente ni la intención de que ésta villa pierda a más habitantes, aunque sean profanadores y conjureros, en estos tiempos aciagos... Si no, tened por seguro que al Santo Oficio daría cuentas de vuestras fechorías y tejemanejes...- dijo tras escuchar al llamado El Flamenco, que por alquimista y hombre de ciencia se tenía.

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20/01/2016, 18:16
Pedro Montes

Por allí andaba Pedro, escuchando entre el pequeño gentío reunido – Las bestias también caen en cuentos y leyendas – comenta este curtido hombre con voz testaruda. Sonando directamente a un lugareño que no abandonará su hogar aún a pesar del presumido peligro. Su hermano no había podido trasladar ni una tercera parte de sus vienes, y se había llevado a su pollino.

Lobos, se decía. Pero mas, hombres lobo. 

La inquietud, o el mismo miedo asolaba a las decenas que huían, aquel que este arriero llevaba evitando junto a su pollino durante los últimos 20-35 años de caminatas. Siempre, intentando orillear males por las mas rebuscadas rutas que enlazan con el oriundo pueblo de Castilla. Marchando y volviendo, pero jamas, jamas, jamas.... dejando que ninguna criatura (que no pudiese ver con sus propios ojos) frenase sus caminos a causa del terror. Cuan menos iba a temer a su aldea, punto de partida. Sus únicos allegados, que repercutían directamente en su actividad habían marchado, y por testaruda decisión propia... Pedro se quedaría en el pueblo.

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20/01/2016, 21:20
Rodrigo De pies oscuros

"Historias de lobos y muerte, Ja! Esos no son mas que tonterías de mayores, si hubiera lobos y fueran justos se hubieran comido a mis tíos hace un mes. Pero no, los vi marchar de aquí sin ni siquiera preocuparse de preguntar mi nombre en las calles, ojala con ellos se haya quedado alguno de esos y los devoren. Pero yo a lo mio, con tan poca gente, sera fácil entrar en sus hogares, buscar su pan de centeno y dormir en sus catres, eso seguro. Y que vengan esos lobos a por mi que de una patada los espanto. Yo Rodrigo les dará una lección con palos y piedras, que los adultos con espadas y lanzas no han logrado. Ja!"

Rodrigo caminaba orgulloso entre las pocas gentes que habían quedado, muchas caras conocidas otras muchas desconocidas, pero de seguro que todas ellas con los bolsillos llenos. La fondo un titiritero y Ramón distrayéndolo, era la presa perfecta para poder buscar algunas monedas. Porque mientras los demás penaban por el pueblo el robaba por vivir un día mas. Y allí que fue, agazapado entras las sombras de la media mañana, en busca del zurrón de aquel incauto viajero.

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20/01/2016, 23:27
Director

Notas de juego

Mi más sincera enhorabuena a los que habéis posteado hasta ahora. Se nota que he acertado con el casting. 

Pequeño tirón de orejas a los 7 que aún no os habéis presentado. Recordad que una vez repartidas las cartas, el no postear se verá penalizado con 1 voto en contra y si se hace de manera seguida puede peligrar el puesto en la partida. 

Sé que yo no os di buen ejemplo retrasándolo 24 horas, por eso esperaré hasta las 19 de la tarde para repartir las cartas mañana y que podáis haber hecho una buena entrada en la partida. 

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20/01/2016, 23:44
Lázaro

Lazaro estaba tan fatigado que no tenía ni fuerzas para hablar... Llevaba enterrado cuerpos desde que empezó la epidemia. ¿Lobos? ¿Hombres lobo? ¿Que hombres lobo ni que tres al cuarto? ¡Por favor! Lo que hay que oir. Son los muertos. Muertos vivientes. Eso es lo que son. No sé para que me paso todo el día enterrando cuerpos si luego ellos solitos se desentierran y ¡ala! a comer vecinos. ¡A ver! Que yo no los he visto pero los cuervos se ha ido... No queda ni uno, y eso no tiene otra explicación... Los muertos se los han comido.
Una cosa os digo... Desde hace unos días vengo enterrando a nuestros amigos y familiares con un cascabel atado al tobillo. Por los menos estos últimos no nos van a pillar desprevenidos. Y propongo que desde hoy me dejéis hacerles un funeral a la
parrilla... Desde el respeto y con la bendición del padre. 
Acto seguido se acercó al flautista y le preguntó ¿de qué está hecha la flauta de Nogal?
 

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21/01/2016, 00:30
Ramón Gutierrez

- No lo se buen hombre, flauta de pan me dijeron, pero de ser así de hace años el pan, más su dureza compite con la de un buen árbol - después vio al joven Rodrigo, cerca de escucriñar entre las posesiones del titiritero - perdonad amigo mi descaro, pero el hogar de mis padres ahora mio es, tras su marcha es más frío y sucio que hace un mes, pero encantado te ofrezco cobijo si no te importa escuchar, una flauta algunas noches antes de soñar, más la comida es escasa quizás, pero aun tengo algunos pequeños bienes que poder entregar a cambio de pan y queso de cabra con bondad, con dos habitaciones y una en soledad, pues mis padres en la suya solo la paja y el barro olvidaron de cargar, yo cargo cubos de agua con humildad y así gano unas monedas con las que aguantar, si aportàis vos el hombro, podremos convivir con mayor tranquilidad, y un leño al fuego cada noche nos calentará