"¿Quién cuidará de mi, amor mío, mi ángel oscuro, cuando te hayas ido?"
Claudia, la vampiresa
La noche es fría y el comerciante se frota las manos mientras os adentráis en el bosque colindante para conseguir algo de intimidad.
A pesar del frío, el hombre parece estar orgulloso de finalmente poder recolectar el fruto de sus esfuerzos.
Por unos momentos llegó a pensar que le habíais estado utilizando y que nunca ibais a cumplir vuestra promesa, pero ahora avanza en silencio y con una sonrisa en los labios desconocedor de la muerte y la locura que le esperan a unos pocos pasos de allí.
Ya nos hemos separado del grupo, aun así permanezco en silencio un momento, rezando en silencio. Nunca he compartido esta oscura condenación, y desde luego no crei que llegado el momento fuera en una situación así. Sin embargo, mas alla del trato con Bernini y lo útil que nos haya sido, me parece lo adecuado.
-Este es entonces el momento. Pero antes de darte el beso de Cain tengo una pregunta para ti, ¿que es lo que buscas con esto?¿tan valiosa es para ti la vida eterna como para negarte el sol y el amor de los hombres?¿para vivir el resto de tus noches de la sangre de los vivos?-
La pregunta es totalmente sincera, me gustaría conocer su punto de vista, ya que yo no tuve elección alguna
- Con todos mis respetos,
Bernini parecía relajarse por momentos y quizás por primera vez desde que habíais emprendido el viaje te hablaba ahora como un igual
- Me importa una mierda el sol, tanto o más que el "amor de los hombres."
Había sorna en su réplica
- Estoy harto de hacer el trabajo sucio de los de arriba. Quiero ser YO el que este arriba, después de todo me lo merezco y por eso he llegado hasta aquí.
Distinguías el orgullo y la rabia en su tono a partes iguales.
- Quiero demostrarles a esos Giovanni que el mundo ya no es como ellos creen: ya no existen ni la nobleza ni los legados de sangre. - lanza un escupitajo al suelo - El que vale, vale... en los tiempos que vivimos la burguesía destrona a la nobleza y quienes se aferren a los antiguos dogmas están destinados a la extinción.
La franqueza de Bernini me hace sonreir, es bueno ver al fin de verdad al hombre, aunque sea momentos antes de que deje de serlo.
-bien, me alegro de que no vayas a tener remordimientos tras esto. Tu has elegido después de todo. Y te he de dar la razón, los tiempos cambian y yo he visto muy de cerca algunos de esos cambios que mencionas. Tanto los Giovanni como muchos otros tendrán que aprender esa lección-
Miro a mi alrededor, las sombras se han reunido, como esperando por el espectáculo. Y no tiene sentido demorarlo ya
-Bien Bernini, es la hora. Ofrece tu cuello-
Bernini hace un gesto con la cabeza y procede de forma expeditiva: se desabrocha un par de botones de la camisa, y desliza esta hasta su hombro. Su piel esta sudada y huele mal, probablemente lleve varios días o semanas sin darse un baño. Una sonrisa nerviosa se dibuja bajo su bigote.
Echa la cabeza a un lado ligeramente con un pequeño temblor casi imperceptible en los labios.
Era tu turno, por primera vez ibas a realizar un procedimiento del que solo habías oído hablar; te desenvolvías con confianza, pero en el fondo había ciertas dudas ¿lo lograrías? ¿le imbuirías del suficiente poder o crearías un esbirro débil y enfermizo? ...podías incluso matarlo por accidente.
Haz una tirada de astucia dif.7 para ver como de bien maniobras la transformación. (ya que no puedes hacer int+ocultismo porque no tienes puntuación en ocultismo).
Si bebes de él toda su sangre (10 puntos) dime cuántos le vas a devolver para que tenga lugar la transformación.
Ahora que he visto que tienes puntuación 0 en ocultismo te comento algo. A efectos prácticos de juego esto significaría que no tienes conocimientos de prácticamente nada entorno a lo sobrenatural; no deberías ni conocer cuáles son los otros clanes o criaturas de la noche y mucho menos el tema de las disciplinas o en qué consiste el proceso para crear a ghouls u otros vástagos. Por interpretación ahora no lo vamos a tener en cuenta y te permito que lleves a cabo el proceso normalmente, pero tenlo en cuenta de ahora en adelante o gasta puntos en ocultismo cuando tengas la oportunidad. El defecto de tu clan tampoco lo conoces como tal, sabes que la locura es lo que te ocurrió a ti, pero eso es todo.
Observo el gesto de Bernini que parece haber visto esta operación mas veces que yo. El recuerdo de aquella última cena sigue fresco en mi memoria, pero mas como un espectaculo de horror que como una idea detallada del proceso en si. El haber pasado estos siglos lejos del resto de los condenados no ayuda demasiado, pero creo que tengo una vaga idea del proceso
"mi creadora se alimento de mi y al verse rodeada por los fundadores me dio de su sangre, debería ser sencillo"
Reafirmandome en esa idea me inclino y hundo mis colmillos en el cuello del hombre, ignorando los desagradables olores y sabores que acompañan al puro extasis de la vitae
"se supone que morimos en el proceso, tendré que beber toda su sangre o casi, y ¿cuanta he de devolverle luego?"
Las dudas hacen que no pueda disfrutar de este banquete, y cuando acaba el flujo de sangre me sorprendo de lo breve que ha sido en esta ocasión. El cuerpo de Bernini se derrumba como un saco, un peso muerto, que es exactamente lo que es
"¿como ha de beber mi sangre si esta muerto?" la idea se me ocurre de repente, y miro horrorizado el cuerpo y luego a las sombras a mi alrededor, estas parecen encontrar muy divertido mi dilema
-dejaos de chanzas, si no vais a ayudarme al menos no molesteis- hago aspavientos furiosos a las sombras intentando alejarlas sin mucho éxito antes de desistir y volver con el mortecino Bernini
-de algún modo lo bebi incluso en esa condición, recuerdo despertar con el sabor de la sangre en la boca, espero por tu bien que esto funcione-
Abro su boca y corto mi muñeca para ponerla encima, el precioso liquido carmesi fluye hasta sus labios, espero que no en vano
Motivo: astucia
Dificultad: 7
Tirada (3 dados): 9, 9, 5
Éxitos: 2
le dare 4 puntos de sangre
La sangre tarda unos largos minutos en hacer su efecto y finalmente los párpados de Bernini se abren de par en par.
El hombre mira primero tu cara, luego a su alrededor: el bosque está lleno de nuevos matices para él y puedes notarlo en el movimiento constante de sus pupilas hacia los rincones más insospechados. Finalmente, éstas se vuelven a posar sobre tu rostro
- ¿Qué es esto que siento?
te pregunta con desasosiego llevándose ambas manos al cuello y apretando con los dedos su garganta. Por su expresión no parecía una sensación placentera.
Observo con interes, y cierto alivio, las reacciones de Bernini. Mi propio nacimiento a esta no vida estuvo tan lleno de confusión y muerte que apenas recuerdo los detalles.
-lo que sientes es la muerte, uno se acostumbra a ella- respondo mientras le tiendo la mano para que se ponga en pie
-no tengo mucho tiempo para instruirte, tendras que aguantar con lo fundamental. En Basilea caza con moderación y se prudente, buscate pronto un buen refugio.Habrán otros de nuestra estirpe, se cauteloso pero educado-
Me entretengo un momento en observar como ha cambiado el aura de Bernini, ojala se me hubiera ocurrido observar todo el proceso con mis dones
-ah si, mis dones- asiento a la sombra que amablemente me ha hecho un gesto para recordarme ese detalle
-Entre los nuestros existe una gran variedad de dones. Supongo que tu habrás heredado los mios. Estos son, la capacidad de aumentar la percepción de tus sentidos hasta límites sobrenaturales. La capacidad de ocultarte a plena vista. Y la capacidad de manipular las emociones de los demás. Deberías hacer algunas pruebas antes de marchar, aunque la parte de las emociones mejor no la uses sobre mi-
no pongo tirada para vision del aura porque es algo narrativo
la parte de que práctique un poco el auspex y ofuscación tu dirás como la hacemos
Los ojos de Bernini miran a un lado y al otro, de una sombra del bosque a la otra con los ojos abiertos como platos. Esta asustado y a penas escucha las palabras que le dices con sosegada calma y ánimo pedagógico.
- No, no.... no puede ser. No lo has hecho bien.
Aquellas emociones desbordadas no encajaban con la forma de proceder y la seguridad habitual del hombre de negocios.
- Me has matado, pero no del todo. Has engañado al todopoderoso, pero esta vez se ha dado cuenta.
Bernini se apoya en el suelo para incorporarse y una vez en pié se sacude el polvo de las ropas ¿Estaba hablando contigo? lo parece y sin embargo no te mira.
- Mierda, sabía que me ibas a fallar.
Sus ojos siguen resiguiendo el paisaje, lugares donde no debería haber nada.
- Tengo hambre.
Puedes ver un proceso de cambio en los colores que rodean al chico, estos palidecen y vuelven a oscurecerse por un segundo para palidecer nueva y lentamente. En un momento dado, el aura que le rodea empieza a arremolinarse y se distorsiona de forma confusa y errática.
Me mantengo calmado mientras el se adapta a su nueva situación, o al menos reacciona a ella, me pregunto si el también es capaz de ver las sombras de los muertos y que debe significar esa distorsión de su aura
-hambre, por supuesto. No he podido darte mucha vitae tras este largo viaje. Puedes alimentarte de animales, pero son menos... nutritivos.- dejando por un momento de estudiar a mi chiquillo dirijo mi vista hacia las luces de Basilea
-me gustaría acompañarte en esta primera noche, pero los otros no me esperarian- dejo colgar esas palabras un momento y luego señalo a la ciudad
-allí encontrarás tu sustento, pero escuchame bien. Controla tu ansia auqnue sientas que te devora por dentro. Procura no matar a tus víctimas. Y encuentra pronto un refugio para pasar el día-
Le podría decir muchas cosas, pero prefiero que se quede con estas dos mas importantes, espero que sea capaz de sobrevivir
-Cuando esto acabe volveré a Basilea, espero que volvamos a encontrarnos-
Su aura se arremolinaba por momentos, coincidiendo con su mirada perdida y cuando volvía a calmarse un poco notabas como los ojos del hombre conseguían salir de la infinidad para mirarte de nuevo ¿Te había escuchado? y si era así ¿Habría entendido lo que le habías dicho?
Bernini se lleva las manos a las sienes y abre la boca de par en par sin emitir ningún ruido.
Luego vuelve a ti.
- No me abandones, amo... por favor. Te necesito.
Las dos últimas palabras las dice en un susurro, como una súplica. ¿Te lo está diciendo a ti o está sufriendo alucinaciones? Sabes que os queda poco tiempo y debéis volver a los carruajes o el sol os alcanzará.
De nuevo levanto la vista, pero ahora no siguiendo las sombras que tan solo yo puedo ver sino mirando el color del cielo buscando el anuncio del amanecer
-¿me acompañarás entonces tras los pasos de Ambrogino Giovanni? sabes que ese es mi destino y que no puedo evitarlo-
Dejo que lo piense un momento, pero no demasiado, el tiempo corre
-no deberías llamarme amo, es lo que dijiste antes. Los tiempos cambian y cualquiera puede estar arriba si tiene los arrestos para situarse allí. Debes ir a Basilea, y debes hacerlo rápido, has de encontrar un refugio para pasar el día o moriras cuando salga el sol.-
Agarro a Bernini por los hombros y le hago mirarme a los ojos
-no desperdicies el don que te he dado Bernini, no tan rápido. Si dios quiere volveremos a encontrarnos, pero ahora nuestros caminos se separan. Ten valor porque entras en un mundo de horror y tinieblas-
Me inclino y beso sus mejillas, luego hago la señal de la cruz
-Adios Bernini, ve con Dios-
Dicho esto le doy la espalda y vuelvo a los carruajes
Vuelves al carruaje y el sueño no tarda en llegar. La noche siguiente Bernini habría desaparecido sin dejar huella, pero tu has dado un paso sin retorno: ahora tienes tu propia progenie. Has esparcido la semilla del mal a otro condenado que si es lo suficientemente astuto, sobrevivirá el paso de los tiempos, o por el contrario si lo que hacía brillar es su estupidez, se convertirá en cenizas en lo que canta un gallo.
Las voces en tu cabeza te atormentaron especialmente en los sueños de la siguiente velada. Unas te decían que eras responsable de alguien ahora, las otras que habías corrompido a un inocente, algunas te advertían de su regreso enfurecido y otras te felicitaban por haber mantenido tu promesa.
A pesar de todo, el viaje y tu misión continuaba.
Fin de la escena.