- Eso lo sabrá quien tenga negocios con él. Aunque el mundo es cada vez más ancho lejos del Sacro Imperio Romano, puede haber ido a cualquier lado.
Hace un gesto despreocupado con las manos, indicando lo poco que le incumbe aquel asunto.
- Probablemente habrá bajado a Basilea a por un carruaje si planea un viaje largo.
El hombre echa un vistazo a Aricia mientras ésta inspecciona el cuerpo del mozo de cuadra, su corazón sigue latiendo y una casi inexistente respiración se escapa por sus fosas nasales: sigue inconsciente, pero vivo.
- En fin, una pena que os queráis marchar también. Al menos tened el valor de despediros ante Alejandro y Meridie, no como vuestros compañeros.
"vuelta a Basilea a por un carruaje, y de alli.. a cualquier lugar" tiene sentido, de nuevo no tenemos pistas, y salir corriendo sin rumbo solo nos pone en peligro
-Bien, gracias por vuestras palabras. Por supuesto nos despediremos. Vuestra hospitalidad ha sido intachable y no podemos hacer menos. Si nos disculpais-
Me despido de Julian y salgo del establo antes de hablar con Aricia
-Don Alejandro parece ser el lider de este grupo y creo que es nuestra única esperanza de saber quien trataba con Ambrogino. Si nos vamos sin saber su destino tanto nos vale dedicarnos a huir de los Fundadores que buscar al Giovanni-
Tenemos un asunto personal con ese Giovani, señor Sanders. - digo, inclinando la cabeza a modo de despedida. - Es una pena no poder disfrutar más de la hospitalidad, pero el deber es el deber. Si tengo la oportunidad y soy bienvenida, me gustaría poder volver. Creo que puedo aprender mucho de estos muros.
Si nos disculpaís. - acompaño las palabras con una leve reverencia. - Ha sido un placer, señor Sanders.
Ya fuera del establo, escucho atenta a Gianni. Al parecer era el único con cabeza del grupo. Menos mal que no me separé de él.
- Vayamos pues a hablar con Alejandro. Quizás nos de alguna pista, quizás no, pero la educación es importante. - extiendo mi brazo en jarra para seguir a Giani.
Sanders se despide de forma agridulce, notáis cierto recelo despreocupado aunque acepta de buen grado la noticia de recibir de nuevo a Lady Aricia de Mytros.
Alejandro os recibe en el comedor central, donde daba órdenes a algunos criados.
- Umm buenas noches.
Su tono seguía siendo severo, pero se notaba mucho más relajado y tranquilo que la noche anterior
- ¿Vosotros también habéis decidido quedaros finalmente?
Sospecháis que Alejandro ya ha tenido una conversación con vuestro compañero Milos.
Al llegar donde Alejandro, sonrío a modo de saludo. Al menos está calmado. La huída de nuestros compañeros y su robo no parecía haber sentado tan mal.
- Lamentablemente, no es así, Maese Alejandro. Partimos esta noche, pues, por mi parte, tengo en alta estima el deber y el honor y la palabra dada. Sólo quería daros las gracias por habernos dado hospicio estos días y por lo que he podido aprender dentro de estas paredes. Espero poder volver en un futuro, cuando las responsabilidades me liberen y siempre que sea bienvenida.
De momento no hablo sobre Ambroginno o su posible cómplice. Eso podría esperar. Y seguro que Giani tendría mejores maneras de preguntarlo que yo.
- Mmmhm.
Asiente Alejandro agarrándose la barbilla
- En dicho caso,
Busca en uno de los bolsillos de su capa y saca con discreción una hoja de papel doblada tres veces
- Tomad esto en agradecimiento por habernos ayudado con el asunto de Intisar, además algunos de los residentes me han hecho llegar su contento por vuestra compañía.
Por primera vez veis como una sonrisa cínica que hiela la sangre se ensancha en el rostro de Alejandro
- Tras haber sido capturada, a la setita le espera una larga noche antes de saludar el sol.
Al encontrarnos con Don Alejandro dejo que Aricia empiece la conversación, mas interesado al parecer en unas sombras en una esquina, es cuando se menciona a la setita que vuelvo mi atención al caballero
-ah, un castigo adecuado a una adoradora del demonio. Yo como Aricia he de agradeceros vuestra hospitalidad, y la verdad que también me gustaría volver en el futuro, la conversación con Lord Mendel y lady Meridie es verdaderamente estimulante. Sin embargo ahora mismo nos ata el deber.- hago una pequeña paus, con las manos cruzadas frente a mi pecho
-y el deber es encontrar a Ambrogino Giovanni, el ladrón al que perseguimos, que por lo que he sabido algun miembro de vuestro grupo lo escondio y se marcho ayer. No tenemos derecho a exigir nada por supuesto, pero hemos de seguir la busqueda y os solicitamos ayuda, aunque solo sea revisar la celda en que se alojo durante su estancia-
Recojo el papel que me entrega Alejandro junto con esas palabras de apoyo y bienvenida con regocijo.
- El agradecimiento es nuestro por vuestra hospitalidad, perdonad que me repita, Don Alejandro. - digo, desenvolviendo lentamente el papel, no sea que me haga un gesto por el que, por educación, deba abrirlo más tarde.
También me muestro conforme con las palabras sobre Intisar y asiento ante las palabras de Giani sobre el justo castigo. Me mantengo en silencio ante su petición, esperando la respuesta de Alejandro. Con suerte, podríamos sacar mucho en útil de un par de horas más, en lo que conseguíamos preparar el viaje hacia Basilea.
La nota que ambos podéis leer al desplegar el papel no son más que dos palabras simples rasgadas a pluma.
Mallotte, Londres.
Don Alejandro no os quita el ojo de encima mientras inspeccionáis la nota, y como si con aquello quedaran todas vuestras dudas zanjadas, añade:
- Haré llamar un carruaje para que os encuentre a medio camino.
Con una señal hace que se acerque uno de los sirvientes y tras darle un par de órdenes rápidas y concisas, se despide con un llano.
- Hasta la próxima.
Se da la vuelta y se adentra por los pasillos con su noble y lúgubre porte.
El criado os conduce después hacia el ala oeste, una parte del monasterio en desuso. Puede que ya hubierais pisado aquella parte con anterioridad y no os hubiera parecido interesante. A priori era un rincón del monasterio antiguo y polvoriento, sin mobiliario con a penas luz en los portalámparas y pendiente de una urgente remodelación.
El sirviente finalmente se detiene frente a una puerta entreabierta, enseguida veis que la cerradura esta rota y su interior prácticamente tan vacío como el resto de habitaciones de esa parte del lugar.
- Para ir a encontrar vuestro carruaje deberemos bajar a pié por el desfiladero hasta la planicie donde os recogimos a vuestra llegada. Me han dado órdenes de acompañaros, si es lo que deseáis.
Os dice el ghoul erguido con un candelabro en la mano des del umbral de la puerta.
* Una tirada de percepción+investigación dif.6 puede determinar el tiempo que tardáis en buscar pistas y rastrear exhaustivamente la habitación.
Satisfecha con la charla con Alejandro, me giro hacia Giani para avanzar por los pasillos. Una última visita antes de la salida, aunque yo fuera completamente inútil en labores de búsqueda.
- Al menos tenemos un destino a donde ir, sea lo que sea lo que nos depare el futuro. - digo, quedandome parada en la puerta de la habitación. - No sé si seré de mucha ayuda para esto. Se me da fatal buscar pistas.
Tengo 0 en investigación. No se si eso no me deja hacer la tirada siquiera xD
Al ver lo escrito en el papel que nos entrega Don Alejandro inclino levemente la cabeza en señal de agradecimeinto y no añado nada mas sobre el tema
-Hasta la próxima y gracias-
Con esto sigo al siervo hasta la celda que debio ocupar el Giovanni, no parece que haya mucho con que trabajar, pero tal vez mis dones me resulten útiles aquí
Motivo: percepción+investigacion
Dificultad: 6
Tirada (4 dados): 6, 3, 8, 6
Éxitos: 3
Tirada oculta
Motivo: toque del espirituigacion (Especialidad)
Dificultad: 8
Tirada (8 dados): 2, 1, 3, 4, 10, 9, 5, 5
Éxitos: 1
yo también tengo 0 en investigación, pero buscar puede cualquiera, que se nos pasen por alto algunas sutilezas ya es otra cuestión
además uso Auspex:Toque del espíritu, en alguna cosa que me parezca significativa, que parezca que Ambrogino ha usado. Como supongo que no se habrá dejado nada personal pongo una dificultad alta y creo que mi especialidad en empatia ayuda
Investigas por la habitación siguiendo las alteraciones en el orden de las cosas, la ondulación del aire en los rincones, sientes los aromas a madera, ácaros y humedad.
Pasas las yemas de los dedos por encima de las telas que cubren los muebles, por la cama y entonces lo ves por un segundo en la periferia de tu visión.
Cuando volteas la mirada hacia la dirección de la visión, ésta ya ha desaparecido, pero estas seguro: era una figura saliendo por la puerta. No pudiste verle la cara, pero estas seguro, sentiste su presencia. Ambrogino Giovanni.
A parte de la cerradura rota no veis nada que os llame la atención especialmente en la habitación. Ambos dedicáis un buen rato a pasear en busca de aquel detalle que os alumbre el camino y ofrezca información de vuestra presa. Pero allí no hay nada a pesar de algunos muebles y una cama cubiertos con mantas para que no se llenen de polvo.
Quizás un explorador o un detective experimentado podría hablar con aquellas paredes, pero estaba claro que para vosotros era solamente una habitación más en aquel siniestro enclave.
- El carruaje estará esperando ¿Quieren que les acompañe o que me avance para decirles que les esperen más tiempo?
Dice el criado que no se había movido un centímetro del umbral de la puerta donde se había quedado.
La busqueda no es muy productiva, Ambrogino ha sido muy cuidadoso o simplemente no a pasado aquí suficiente tiempo para dejar algo para nosotros, de todos modos tampoco ha sido un tiempo inutil
-al menos creo que reconoceré a Ambrogino si le veo-
Algo es, y con eso en mente cuando el siervo nos pregunta yo ya he dado por concluido nuestro trabajo en el monasterio
-deberíamos aprovechar las horas de oscuridad y partir sin falta-
También me gustaría despedirme de Lady Meridie y Lord Mendel, pero el tiempo apremia
Al final la búsqueda resulta tan infructuosa como yo me esperaba, al menos por mi parte. Más tiempo perdido. La sensación de frustración comenzaba a volverse tediosa. Al menos Giani parece mantener la calma y tener una idea sobre lo que hacer.
- Sí, partamos. - digo, con un pequeño toque de ansiedad. No me gustaba estar quieta o realizar todo el rato acciones que no derivaran en nada. En definitiva, llevaba ya demasiado tiempo perdido.
Me encamino hacia la puerta y me dirijo al siervo. - Vayamos al carruaje ya. El tiempo apremia.
El sirviente asiente y os guía hasta el exterior.
Vuestra estancia en el Monasterio Negro había terminado. Lamentablemente la despedida no fue igual de calurosa que la llegada, pues no veis ni un alma en vuestro trayecto hacia el exterior. Pensáis que probablemente estén reunidos u ocupados.
Ya habéis empezado a descender por la colina cuando escucháis un escalofriantes grito de mujer romper el silencio de la noche, un aullido aterrador proferido de seguro por Intisar.
Fin de la escena 5
seguimos en la Escena 6: Llegada