Partida Rol por web

Una vez en la relativa seguridad del exterior de la casa en llamas dejo a Sav en el suelo. Parece que el incendio se va a extender por la ciudad, y yo me siento sencillamente exhausto.

-Violetta, creo que de nuevo necesitamos de vuestra hospitalidad. Sav ha de recuperarse de sus heridas, y aunque las mias son solo algo menos graves el hambre me corroe las entrañas. Me temo que estamos en vuestras manos-

Miro de nuevo a la casa esperando que el insensato Bernini sea capaz de salir, no me esperaba su fatal parálisis

Pero aun hay otra persona en esta historia con la que quiero hablar

-Marianna, permiteme darte las gracias por tu oportuna aparición, pero ¿como llegaste aquí tan a tiempo? al no estar con nosotros al ser convocados en Roma temí que hubieras perecido en estos siglos. Acompáñanos en el próximo día hermana-

- ¡Hay que movilizar al vecindario!

Dice escandalizado un hombre rudo con pintas de estibador. Violetta le responde llamando su atención con la mirada después de haber asentido a las palabras del Malkavian.

 - Lo imperante ahora es cargar a este buen hombre al coche.

Hechizados por los poderes de la Toreador, dos chicos jóvenes se acercan y toman en brazos el cuerpo de Sav al que depositan con cuidado en el interior del carruaje que aguarda en la calzada. La justicar escolta a los hombres y empieza a dar órdenes al chófer mientras observa el incendio con preocupación.

- Nunca me separé de vosotros. Los contactos de Synovea me abrieron las puertas del Monasterio Negro y asistí a la quema de brujas en las montañas de Suiza. Creí que el setita User me había descubierto entre los asistentes de aquel abominable juicio ¿no os dijo nada? 

Una expresión dudosa recorre el rostro de Marianna, pero finalmente te revela la verdad.

- Vuestro amigo no murió.- no cabe duda que la Giovanni se refiere a User- le encontré en una cabaña de pastores calcinado y al borde de la destrucción. Pasé un par de noches junto a él y le dejé sustento suficiente para poder recuperarse, aunque esas heridas le habrán dejado secuelas.

Entonces Marianna niega con la cabeza.

- Mi camino es solitario, y así debe seguir siéndolo. Hasta pronto, Giani Vitello.

Ves el color del aura de Marianna de un azul claro con destellos dorados cuando se da la vuelta para subir a un carruaje. Ante las riendas hay una mujer pelirroja, una vampira de aspecto europeo que viste con capa gris, capucha y parece muda. Las dos desaparecen por las calles oscuras.

Mientras el fuego crepita a tus espaldas, Violetta te espera para que también subas a su carruaje junto a Sav mientras dedica una última mirada melancólica a la casa en llamas donde visteis desaparecer a Bernini por última vez.