Jajajajajaja le has dejado tirado! :O
Mario grita de dolor y desesperación. Zoe mira a Mario con impotencia. La compuerta que une el cubo 232 y el 242 se cierra, tragándose el trozo de bota que Mario dejó allí.
Junto a Mario se abre una compuerta por la que asoma un hombre joven, rubio y de ojos azules, trajeado, con cara de asombro.