Partida Rol por web

Despertáis en un cubo diferente, en una posición diferente. Estáis sentados en rincones opuestos, uno frente al otro. Os duele el cuerpo y la cabeza, como una gran resaca, y tenéis marcas de haber sido atados en los brazos y las piernas. La luz es blanca. Notáis que os faltan cosas. Os han quitado algunas cosas que teníais. Al despertar y daros cuenta de lo que ha ocurrido, sentís miedo, os sabéis totalmente vulnerables.

A Zhi le da un ataque de pánico, empieza a respirar fuertemente, mientras que Alexia le observa, tranquila, desde el otro lado.

Desde este momento eres un ser irracional. Has perdido toda la salud mental, toda la cordura. Desconfías de todo, de todos, tienes visiones de personas muertas a tu alrededor, de sangre, tienes pensamientos que te dicen que todos quieren matarte, oyes voces. Te será imposible confiar en nadie.

Parece que el niño no miente, conoce el cubo de abajo, pero aun así quiero abrir la compuerta para ver si el agua sigue ahí y poder recoger algo de ella. Aunque estoy convencida de que estará vacía.

Al entrar la escotilla se cierra tras de mí y entonces escuchamos un “click”. Cierro los ojos asumiendo lo que acabo de hacer. Noto el pinchazo en el hombro y caigo de rodillas asumiendo que nada bueno puede pasar con ese dardo impregnado de  líquido blanco. Un enorme picor me abrasa la zona pero cuando voy a retirarlo noto como me flaquean las fuerzas como si todo mi cuerpo se estuviera adormeciendo. Manteniendo abiertos los pesados parpados intento no perder de vista al niño, pero está yaciendo como  yo, afectado por otro dardo.

Harta y cansada de toda esta mierda me dejo sucumbir por el deseo de cerrar los ojos, ya no importa si despierto o no, solo quiero dormir.

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Despierto con la misma sensación como cuando desperté junto a Cliff y la niñata. Una misma sensación de resaca golpea mi cabeza, solo que esta vez el cubo es nítidamente blanco y la luz traspasa mis parpados. Abro los ojos y trato de adaptarme a la luz. Siento hormigueo en mis muñecas y entonces comprendo que he sido atada. Las masajeo mientras me levanto y trato de recomponer de nuevo mis ideas.

Pero entonces veo al niño al otro extremo del cubo dormido y recuerdo lo último que pasó. Los dardos nos dieron y de alguna forma estos hijos de puta nos han movido. Toda la información me hace tambalear aturdida y casi caer si no fuera porque estoy apoyada contra la pared. Pero el niño no parecer tomarlo con  la misma tranquilidad todo lo que nos ocurre. Despierta y su expresión se vuelve confusa. Su respiración empieza a ser entrecortada y nerviosa hasta hiperventilar. Creo que le está dando un ataque de pánico.

Me vuelvo hacia la pared. Joder no quiero verlo así... Pero cojo aire y me vuelvo hacia él corriendo hasta quedar frente a él.

-Escúchame- cojo su mano y la poso sobre mi pecho – Respira conmigo- inspiro aire profundamente hinchando mis pulmones para que él lo vea y lo note. Expiro el aire de mis pulmones. Era la primera vez que trataba de tranquilizar a alguien. –Respira - y repito de nuevo el procedimiento. – Saldremos de aquí.- Le miento para calmarlo.

Una vez que siento que el niño retoma el control de su respiración abro la escotilla más cercana para averiguar en qué cubo estamos.

Alexia se acerca a ti con actitud amistosa, te tranquiliza un poco. Agarra tu mano y la pone sobre su pecho desnudo (sólo tiene el sujetador). Eso es confuso para ti, no entiendes bien lo que quiere hacer. A tu edad, y en esta situación, tocar a una mujer así, atractiva y joven, te produce sensaciones encontradas. No sabes cómo reaccionar.

Oyes voces que te dicen que no confíes, que te quiere matar, otras voces te dicen que la tomes, que tomes a esa mujer, algo en ti te empuja, notas algo en la entrepierna. Lo mismo que sentiste con aquella chica que parecía dormida.

La cara de Zhi cuando te llevas su mano a tu pecho desnudo (sólo llevas el sujetador) es de confusión total. Tus palabras le calman pero tu gesto le aturde. Ves cómo se fija en tus pechos, cómo dentro de sí hay un dilema. Te mira entre asustado, extrañado, y excitado.

Tras acciones estúpidas finales estúpidos, eso fue lo ultimo que pensé antes de caer dormido por un segundo dardo, debí de haberme ido cuando tuve oportunidad debí de seguir solo y olvidarme de la tía, debí de intentarlo por el cubo de las bolas y continuar... puto miedo irracional, puto cubo, puta locura...

Todo aquello llegaba a gran velocidad a mi mente bombeando mis sienes y haciendo que me doliera la cabeza, como su me faltara aire y alguien picoteara en mi cabeza, así es como me sentía: rabioso, desconfiado y nervioso a la vez, hasta que aquella tipa me acerco la mano a su pecho, a esa teta blanda para intentar que confié en ella, supongo, ¿Para darme su cuerpo? No se... pero ahora me pica allá abajo.

Mientras ella me da la espalda o el culo, me rasco la entrepierna intentando recolocar eso en mis calzoncillos, mientras me enciendo un pito, al menos aun tengo mi zippo y los cigarrillos, pero esos cabrones se llevaron lo demás, hasta mi puto pegamento, ¿Lo tendrá ella?

-Oye, vamos a hacerlo, ¿Si?-Pregunte, sentado con la mano en mi paquete, conteniendo el picor, mientras le doy un larga calada al cigarro.