Partida Rol por web

Entonces empecé a recordar en los colores. Había despertado en una sala roja si mal no recordaba, quizá la trampa era yo y no me estaba dando cuenta. -Esos cerdos, están jugando con nosotros como si fueramos sus putas marionetas..- Pensé al quedarme quieto cuando escuché como se cerraba al instante una de las compuertas que había abierto para dar paso a abrir la compuerta que tenía enfrente.

Sigo escuchando y pruebo otras dos posibilidades mientras Woody da su teoría sobre los colores. Vuelve a ocurrir lo mismo con las compuertas. Me doy por vencido. -¡Joder!. Entonces, me quedo mirando el color de esta sala, si dices que el naranja podría advertirnos, también podría avisarnos de peligros que están por llegar ¿no?. Quizá los colores estén relacionados con los números o quizá solo esté para alterar nuestro organismo. El rojo podría implicar ansias de cometer asesinatos, el verde podría registrar sinónimo de paz al igual que el azul. No se, lo que no me gusta es estar permaneciendo en esta sala y creo que no hay otra solución que tomar una decisión por una de las compuertas. ¿Jack?, ¿Helena?..-

Digo sin reparos por si uno de ellos dos tienen algo que añadir.

-En esta sala todos los números son impares... curioso...

Doy una palmadita en el hombro de John, y lo miro con severidad unos segundos, para después asentir con la cabeza. Muy bien chico. Si perdemos la cabeza, también perderemos las pelotas. Tenemos que mantenernos cuerdos anque la verdad... cada vez es más jodido.

-Colores...-Permanezco en silencio unos segundos, con la mano en el mentón, pensativo.-Quizá no tengan nada que ver con las trampas. Quizá sea otra cosa. Estamos presuponiendo demasiadas cosas, quizá los colores indiquen de alguna forma la posición de cada sala, como decía Woody.

Como en un cubo de rubik... rojo, amarillo... azul... Esto debe ser algo más simple, no somos genios matemáticos, y una cosa es segura, no estaríamos aquí si con nuestras capacidades fuese imposible que averiguásemos la forma de salir.

-Si las salas se están moviendo, quizá debamos esperar a que los colores se alineen. Pero eso sería presuponer que las salas se mueven, y tampoco es seguro. Tenemos que trabajar con hechos, no con suposiciones.

Y no me veo siguiendo el camino de "cubos" amarillos, como la jodida Dorothy, con Totó, camino de Kansas. Aunque la verdad es que se está mejor en casa que en ningún sitio... y más visto lo visto...

-206. Es lo que suman los números de esta sala. ¿Alguien sabe cuanto es 206 entre 43?

Si le dedico un rato podría hacer yo la operación, pero supongo que John o alguno de los presentes está mas acostumbrado a hacer estas cuentas de memoria.

El chico tiene razón. Si seguimos viendo este color, nos acabaremos tirando las botas que nos quedan a la cabeza...

- Es cierto, son los colores de un juguete - digo pensativa. Pero un cubo de juguete no te fríe si alineas mal una hilera.. - No sabemos qué hora era cuando se movió aquel cubo..Si se movió, ni podemos quedarnos aquí. Debemos seguir los números, si parecen seguros.

Continúo pensando en los colores, que hasta ahora no había relacionado con Rubik. Tal vez tuvieran su simbología con las trampas: rojo, trampas de calor, azul, de frío..¿Y el ácido y los virotes?

Yo también me había dado cuenta de que todos lo números de esta sala eran impares, aunque no le daba mucho cuerda en el interior de mi cabeza por que realmente no me parecía la solución para salir de aquí. Al menos me daba esa sensación y por el momento hay que tratar de descifrar esos números y esos colores que yo creo que empezaban a cojer mas importancia de lo que en un principio me daban a entender.

-Lo de los colores es para jugar con nuestro subsconciente y también nos alerta de los peligros o de seguridad en la sala, estoy convencido que se deben a eso. Pero de momento eso no nos sacará de este lugar, tenemos que pensar y saber como encontrar las salas seguras que nos indican los números. Por eso creo que los colores deben de estar relacionados con los números..- Sigo cabilando en los colores y Jack me saca de esa concentración con una pregunta sencilla, aunque tiene un plus de dificultad debido a este lugar, que es capaz de convertir en villano hasta al más benévolo.

Tardo algunos segundos hasta que mi mente realiza un viaje por el interior de la cabeza para dar con la respuesta. -4,7 para ser exactos. ¿Por qué?- Pregunto expectante tras darle la respuesta al soldado.

Mirada natural, y el desvanecimiento de una sonrisa. El gimnasta parece tener nociones de cálculo, o puede incluso que lo haya calculado...mal. A los oidos de Woody no llega información nueva, sólo suposiciones. Ignorar las suyas por estar basadas en "un juguete" es ignorarlas aleatoriamente. Estados de ánimo...jeh...Era obvio que todas serían amarillas. Y no...era el caso.

  Seguiría a Jack como un autómata, sin abrir la boca. Pero el chavalín empieza a tocarme mucho los cojones, tanto que puede que le fría alguna trampa. Quizás así él viese esto como "un juego" también. Cuestión de perspectiva...nada...más.

  Silencio, y un rostro serio pero desenfadado. Acabo por quitarme las gafas, las llevo en la mano, acariciando el hierro con sutilidad.

-4.7.... pues 47... ¿no?

Me encojo de hombros, y miro a John como cuando respondes algo al azar y no sabes muy bien si has dicho una completa gilipollez. En fin... todo sea por ir descartando cosas. Me acerco a la sala con el número 47, y abro la trampilla, después de hacer una comprobación visual, lanzo la maltrecha bota para comprobar si hay alguna trampa.

Las paredes son rojas. La sala está completamente vacía y la bota vuelve intacta, después de golpear el suelo de la sala.

El verme rodeada de números, algo que no puedo controlar, hace que me sienta incómoda, al menos, todavía mas. Mi cara se tuerce en un gesto de disgusto cuando la pauta que seguíamos decide cambiar y aparecer un número con decimales. Y ahora, ¿qué hacemos? ¿nos metemos por algo más de la mitad de una escotilla? La seguridad que proporcionaba antes el patrón y el usar las botas como prueba no me resulta suficiente. Comienzo a recordar todas las trampas: fuego, ácido, frío, cortes..Todas ellas saltaban ante el primer contacto, y me hacen pensar, de una forma un tanto macabra, que al menos moriríamos rápido.

¿Qué otra forma puede haber de activar una trampa?

Me acerco a Jack, preguntándole:

- ¿Conoces trampas que funcionen si haces ruido? - Pregunto, mientras me acerco un poco a la escotilla abierta y dirijo un grito hacia allí - ¡¡Eoh!!-

Miro a Helena directamente a los ojos de una forma que de por si sola podría transmitirle seguridad y confianza. Asiento con la cabeza a su pregunta, y agrego unas palabras con tono calmado.

-El sonido de la bota al caer sobre la chapa metálica sería suficiente para activar ese tipo de trampas.

Vuelvo a mirar hacia la sala, rojo. Rojo... no me gusta. El rojo siempre está asociado a peligro. Permanezco en silencio, analizando cada centímetro de aquella sala, olfateando el ambiente, como un sabueso. Cojones, Hammer. Tienes que sacar a esta gente de aquí.

-Hay otros mecanismos que me preocupan más que eso, Helena. Por ejemplo, que en el suelo hubiera un sensor de presión, como el de las minas antipersona. No se activan si un roedor o algún otro animal pequeño les pasa por encima. Si han pensando en un sensor de presión que se active, por ejemplo, a partir de unos 40 kilos, estamos bien jodidos.

Miro a John, y después a Woody, como esperándo que de súbito, a alguno de ellos se le ocurra alguna brillante idea sobre los colores o las trampas. Casi prefiero Iraq... demonios, al menos allí sabía a lo que me enfrentaba, moros con Ak-47. Un montón de moros hijos de la gran puta, talibanes, locos de remate, y aún así me iría allí encantado con tal de salir de esta puta lata de sardinas.

-También podrían jodernos a base de bien con alguna trampa que se activara al detectar calor corporal. En este sitio cualquier cosa es posible, se ve que esos hijos de puta no han reparado en gastos.

Empiezo a trepar por la escalerilla, y me introduzo por el túnel que lleva a la sala 47. Ahí vamos, que Dios me ayude. Que nos ayude a todos.

-Deseame suerte, Helena

Miro hacia atrás, y sonrío de medio lado.

- Suerte...- digo con un hilo de voz. En todos los años que había estudiado el avance del ser humano nunca me había dado cuenta del desarrollo que se podía alcanzar en materia de acabar con sus semejantes.

Aveces todo parecía sencillo en el lugar. Quizá cada sala se reolviera de una forma, alguna suma, alguna resta, alguna división de las que te enseñan en primaria, todo parecía ser sencillo cuando cada uno de nosotros aportaba una idea diferente.

La verdad que el soldado había sacado una solución, aunque me daba el espinazo de que solo sería una mera casualidad. Iba a darle una sonora palmanda en la espalda y agradecer todo lo que hace por nosotros, pero de nuevo esa irritante mirada hace que me detenga. Me detengo para observar su rostro serio y como cuida y manusea sus gafas como la mayor parte del tiempo que pasa dentro de esta feria. No se, quizá el tio sea homo-sexual y le guste.

Aparto la mirada de sus ojos y pego la vista al otro lado, a ver como lo llevan la profesora y el soldado. -Hey Jack. Ten cuidado tio..- El color de esa nueva sala no me gustaba nada de nada, presentía que algo iba a ir mal, pero era solo eso, un presentimiento.

Por mi cabeza empezaban a pasar todas las trampas que me he encontrado en videojuegos y en películas americanas, pero no consigo sacar nada nuevo. Así que tendré que hacer memoria para sacar alguna conclusión sobre las trampas. Miro a Woody.

-Venga sube. Yo subiré el último..-

Al cruzar a la siguiente sala... simplemente... no ocurre nada.

  En esta ocasión Woody pasó de los primeros, siguiendo a Jack sin variar su expresión, no era tan segura como la del soldado pero seguramente lograse ser mucho más inquietante. Unas pequeñas arrugas se formaban bajo sus ojos, abiertos como platos, observando los detalles, antes de deslizarse por la trampilla observó el número, no aperentaba estar pensativo, pero su cabeza trabajaba en algo, eso era obvio...puede que en algo contra John. No lo miraba, y lo excluía de su visión a proposito, de forma sutil pero no del todo discreta.

 Se arrastró con cautela pero con rapidez.

Eso sería demasiado fácil...y puede fallar...

¡Esto no tiene sentido! pienso mientras paso a la número 47. Sigue habiendo demasiados cabos sueltos en la teoría como para poder pensar que nos movemos libremente.