Partida Rol por web

Dark Heresy: Capítulo Segundo.

Bastion Serpentis.

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07/11/2012, 22:39
Tercio Veridio.

He de reconocer que aquel pequeño gesto me alegró el día. Alargué la mano para recoger la petaca y le di un buen trago, un trago me hizo entrar en calor y despejó mi mente de los extraños pensamientos que a veces la poblaban.

- ¡Ahhh! Gracias compañero, realmente lo necesitaba - le dije sonriendo mientras le devolvía la petaca.- Aunque Itsua no quiera aventurarse a hacer conjeturas, yo estoy casi seguro de que nos espera una misión muy pronto. Y me da en la nariz que los novatos y los veteranos van a estar juntos, pero no revueltos - sonreí de nuevo, enarcando las cejas.- Claro que esto sólo es una conjetura... aunque apostaría por ello, ya lo creo.

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08/11/2012, 03:21
Titus Nihilius.

Continúo bebiendo mi recafeinado mientras Itsua habla de la situación de Scintilla mientras mi rostro muestra una carencia absoluta de expresiones. Una vez termina, le contesto sin ninguna emoción en la voz:

 - "Tienes un gran don, Itsua. Hablaste por minutos sin decir absolutamente nada útil. Creo que ni intentándolo sería capaz de algo así. Es admirable."

Luego me giro hacía Tercio y le hablo:

 - "Interesante pensamiento, Tercio. Cuéntame: ¿Que trabajo les hace a ustedes veteranos? A todo esto, excelente peinado el tuyo."

Espero la respuesta en silencio mientras le miro de frente con mis ojos oscuros inmóviles ante su imagen. Mis manos se dirigen a mi cabello para asegurarme de que esté en posición y no haya perdido mi estilo visual.

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08/11/2012, 08:45
Inquisición.
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TERCIO:

- Este amasec es un destilado de una calidad extraordinaria. Te parece que nunca habías probado algo igual.

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08/11/2012, 08:51
Bastión Serpentis.

- Ha transcurrido un rato y todos habéis terminado de comer, aunque seguís alrededor de la mesa, excepto el oficial del Munitorum.

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08/11/2012, 13:09
Xerxes von Braun.

Xerxes salió de su habitación al rato y se encaminó al comedor. Todo había sido ya ordenado. Todo menos el equipo bélico, que seguía llevando encima. Sí, aquel lugar parecía seguro- nada más y nada menos que una fortaleza de la Inquisición-, pero que lo pareciera no significaba que lo fuera. Había enemigos del Imperio por doquier. Incluso podía haber alguno allí dentro agazapado entre las sombras o tras el recodo de algún pasillo esperando que llegara su oportunidad…

Ante tan intranquilos pensamientos volvió a echar un vistazo a toda la habitación, pero tras no encontrar nada y a nadie más que a los sentados en la mesa, se sirvió una ración de nutrigachas y se sentó. Aun así la preocupación seguía allí y entre cucharadas siguió mirando en rededor y pensando de qué manera lo golpearían.

- ¡La comida! ¡Han envenenado la comida!- El súbito pensamiento fue tan destructivo como un cañón de plasma e hizo que el Cuestor se estremeciera en el sitio. Dejó caer la cuchara preguntándose cuantas veces la había enviado ya a su boca con su deletéreo contenido y acto seguido, sin tiempo ni para un suspiro, comenzó a palmear con nerviosismo sus costados.

Para los que lo veían bien podía parecer que se había atragantado, pero tan pronto exclamó - “¡Me han robado!”- esa opción quedó descartada.

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08/11/2012, 17:31
Intius Varnias.

Intius dio un trago de la petaca cuando Tercio Veridio se la devolvió. Si el muchacho estaba en lo cierto era probable que todos ellos tuvieran que trabajar juntos, así que tendría que acostumbrarse a sus nuevos compañeros.

He tratado gente peor.

Aunque no dijo nada no estaba de acuerdo con las palabras de Titus, para él todo lo que había dicho Itusa podía resultar muy útil y mientras estaba pensando eso un grito interrumpió la conversación.
Se giró hacia el hombre impecable con extrañeza. ¿Como le iban a robar allí? Solo eran seis, y nadie sería tan tonto de intentar robar nada en aquel recinto.

Quizá le robaron antes de venir y no se ha dado cuenta hasta ahora.

Centró su atención en Xerxes esperando a ver que hacía o decía a continuación.

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08/11/2012, 18:40
Arlan Hex.

Itsua miraba a Titus cuando este se volvió a Tercio, tras su pretendidamente inteligente y corrosivo comentario. No pudo apreciar la suave sonrisa del psíquico y aún menos especular acerca de lo que este podría estar elucubrando. Pero la nueva adquisición había demostrado muy rápidamente su pasta, su particular forma de ser, amén de no haber sabido desbrozar la información global para obtener aquello que buscaba. Sí, una vez más, no sería la inteligencia lo que allí brillara. Y como una polilla había ido en busca de una luz más brillante y como un torpe cortesano, administraba una dosis de azúcar de cara a la consecución de sus fines.

-¡Me han robado!

El comentario fue a un tiempo una acusación y cortó todo rastro de conversación.

-Una grave acusación que espero puedas demostrar -señaló roncamente.

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08/11/2012, 19:09
Tercio Veridio.

Casi me meo de risa cuando aquel tipo le dijo a Itsua que su información no valía para nada, por suerte, me contuve lo suficiente. No es que estuviera de acuerdo pero, sencillamente es que no me lo esperaba. A decir verdad habían juntado a una curiosa panda de gente, parecía que la misión sería al menos entretenida.

- Bueno, ya sabes, hemos hecho algunos encargos y sabemos de qué va la cosa... No somos veteranos de cien guerras pero tampoco acabamos de caernos de un guindo, tú ya me entiendes - le respondí al tipo de las gafas de espejo.- Gracias, amigo, trato de cuidar mi aspecto, es mi sello personal y no puedo perderlo por nada del mundo.

Y si antes había pensado que el otro tipo era un loco maníatico ahora estaba completamente convencido, es que hasta se movía como un loco, maldita sea.

- No te gustan las nutrigachas ¿eh? - dije con una sonrisita al ver la extraña forma que tenía de comer.- No te culpo, podrían arreglar los agujeros del casco de una nave con esto - entonces se puso realmente nervioso y al final dijo que le habían robado... ¡Ja! ¡Qué le habían robado!.- Ehmmm... ¿Te refieres a que te han robado de verdad o a algo metafórico como cuando una mujer te dice que le has robado la inocencia? - me quedé un instante en silencio, mirando a todos lados.- Bueno... no es que me hayan dicho eso nunca... noooo... claro que no...

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08/11/2012, 22:35
Sargento Vladymir Ostrogov.

Asistió a la conversación sin participar mucho, aprovechando para servirse otra taza de recafeinado mientras tanto. Parecía que iban a tener un duelo de egos, y que el tipo de las gafas de espejo tenía bastantes malas pulgas.

"En fin, nadie podía esperar que todo el mundo fuera capaz de aguantar a Itsua fácilmente... Condenados psíquicos, que raros son..."

Sin embargo, su rostro acrecentó su seriedad habitual, y la profundidad de su ceño fruncido, al mencionar el tema del robo. 

-Itsua tiene razón, es una acusación grave... ¿Qué te han robado, y cuando fue la última vez que lo tenías?-y aunque la situación era seria, la verdad es que el comentario de Tercio tenía cierta gracia, lo que suavizó levemente su gesto. 

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10/11/2012, 12:45
HOROLOGIO.

- Se va acercando la hora de que los nuevos Acólitos se enfrenten a la Predestinación Imperial, en su encuentro con los Videntes en el Último Subnivel del Bastión Serpentis.

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10/11/2012, 18:39
Xerxes von Braun.

Por supuesto que era una acusación grave: ¡era un robo! Y ni más ni menos que a él. Como Cuestor había tenido que lidiar diariamente con los hurtos de los soldados de moral más relajada. Sabía muy bien cómo era un robo, numerosos formularios firmados con su mano en los que solicitaba sanciones a los infractores lo demostraban, y aunque allí no tenía inventario alguno de sus pertenencias sabía que faltaba algo de lo que le pertenecía.

- “Y la razón de que falte algo que no debería faltar es el robo.”- concluyó para sus adentros.

Pero tras mirar con suspicacia los rostros que le rodeaban Xerxes llegó a la conclusión de que no podía decirles qué le habían robado. Podía resultar peligroso que lo hiciera, bien porque ellos hiciesen uso directo de ese conocimiento o porque se fueran de la lengua. Sobre todo aquel de la sonrisa que con tanta facilidad revelaba detalles de su vida amorosa.

- No será necesaria vuestra ayuda en la investigación- respondió con rapidez.- Pero si necesitaría que me indicarais dónde está la Enfermería- añadió con nerviosismo mal ocultado.

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10/11/2012, 18:53
Arlan Hex.

-Hablas de robo en un lugar donde solo están los que te rodean. Eso implica acusarnos del mismo. Mal punto de partida si en un futuro nos corresponde trabajar juntos, pues estás sembrando gratuitamente la desconfianza. ¿Es maledicencia o un hecho real? -formuló Itsua caústico-. ¿O mera imaginación pues donde crees que hay hurto hay simple pérdida u olvido? ¿Cuál es el medicamento que no encuentras en tu bolsillo? -la referencia de aquel cuyo nombre aún no había escuchado hacia la Enfermería era demasiado relevante como para que pasara desapercibida para el psíquico, al igual que la urgencia de su lenguaje corporal-. Habla rápido pues no disponéis de mucho tiempo. Os esperan y solo tenéis unos minutos ante vosotros.

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10/11/2012, 19:50
Xerxes von Braun.

Con indiferencia el Cuestor miró directamente a las prótesis que sustituían los ojos del hombre que le acusaba de haberlos acusado. Él no los había acusado -no directamente-, aunque obviamente eran perfectos candidatos a sospechoso. Y era algo normal. Cuando se comete un delito es obligación del investigador considerar a todo el mundo como sospechoso. Es más tarde, con trabajo y esfuerzo, cuando se descubre al verdadero culpable y se libra al resto de toda sospecha sobre su autoría en el delito resuelto, pero no en los futuros que se cometan. Ofenderse por ello era una pérdida de tiempo.

Estudiando a los sentados alrededor de la mesa Xerxes había llegado a la conclusión de que desconocía si disponían de medios para el latrocinio y si tenían un móvil para el mismo, pero de lo que estaba seguro era de que habían tenido oportunidad de cometer el delito al igual que todas las personas con las que se había cruzado desde la última vez que había comprobado que las tenía en el bolsillo…

- “¡Del abrigo! ¡El bolsillo del abrigo!”

En un instante pasó de tener los ojos entornados a abrirlos de par en par ante la maravillosa y tranquilizadora revelación. Sin responder a las preguntas del hombre con dos nombres se levantó y corrió hacia a su habitación a por sus pastillas. Y cuando las encontró donde las había dejado se tomó una por el veneno, otra por el robo y una última de regalo.

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10/11/2012, 20:14
Titus Nihilius.

El tipo con olor a betún es realmente extraño y le miro sin importancia cuando acusa un robo. Luego veo como discute Itsua con él hasta irse finalmente corriendo. Me giro sin ninguna expresión hacía mi taza para notar que está vacía. No deseo beber más la verdad, era solo la compulsión por acabar lo que ya había empezado. Miro al psíquico y entiendo que es un tipo formal pero a la vez sumamente mordaz. No entiendo como piensa y la verdad es que mi trabajo muchas veces me lo exige, cosa que me molesta un poco, aunque el no poder ponerme en los zapatos de mi objetivo nunca le ha dado la capacidad de sobrevivir.

Es casi la hora de cierta reunión de la que nada quisieron decirme y no me importa pues antes o después lo sabré igual y creo estar preparado para lo que sea que me espere. Creo que la presencia de mis armas es inútil aquí pero no me desprendería de ellas a menos que se me diese esa orden. La verdad es que estoy acostumbrado a ser emboscado o a seguir mi instinto acerca de cuando la atmósfera me dice que se trama algo en mi contra. En este caso, no he sentido ese estímulo y eso hace que me sienta en seguridad, cosa que no provoca una baja en mi guardia.

Espero tranquilamente a que se me convoque para la reunión.

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11/11/2012, 10:29
Intius Varnias.

Intius observó con curiosidad toda la escena, que le parecía rara de por si. Sin lugar a dudas las palabras de Xerxes dejaban entrever que alguno de ellos podía haber sido el culpable del robo, pero él no se sintió ofendido por ello, de peores cosas le habían acusado y como en este caso se sentía inocente.
Cuando el tipo se levantó repentinamente y salió corriendo hacia las habitaciones Intius miró a sus acompañantes escrutando la expresión de sus rostros.

-¿Creéis que ha decidido marcharse?

Mostró cierta ironía en su tono de voz y lo acompaño con un nuevo trago de su petaca. No creía que nadie pudiera abandonar ese sitio por propia voluntad, al menos él no podía. Sin lugar a dudas el tipo había decidido buscar aquello que le habían "robado" entre sus otras pertenencias.

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11/11/2012, 13:24
Arlan Hex.

-No. Ha ido a buscar los medicamentos que creía robados por no encontrarlos donde creía estaban -respondió Itsua en lo que era una evidencia que no comprendía los demás no percibieran-. Es la hora. Intius, Titus, acompañadme. Os llevaré hasta el elevador que os conducirá a vuestra cita. Por el camino recogeremos a nuestro tercer y nervioso anónimo.

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11/11/2012, 13:28
Intius Varnias.

¿Medicamentos? ¿Como podía Itsua saber aquello?

Quizá pudiera leer las mentes, no tenía ni idea de lo que eran capaces los psíquicos, pero en todo caso sería mejor tener cuidado hasta con sus pensamientos.
Ante las palabras de Itsua se levantó y le siguió sin decir una palabra, incluso intentando no pensar.

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11/11/2012, 13:31
Sargento Vladymir Ostrogov.

-Sospecho que el sexto tiene la lengua demasiado larga... Acusar así, sin haber comprobado antes no tenerlos él...-el vostroyano chasqueó la lengua, en un gesto de decepción. Esperaba bastante más de un miembro del Munitorum. Pero ésa clase de desagradables sorpresas solían ser habituales. 

-Itsua tiene razón, es la hora-dijo, poniéndose en pie y avanzando para guiar a los nuevos a la sala a la que debían ir. 

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11/11/2012, 19:00
Bastión Serpentis.

- Itsua, Vladymir y Tercio acompañan a Titus y a Intius hacia la sala del elevador. Enseguida se les une el oficial del Munitorum (cuyo nombre aún no ha sido pronunciado).

- Los tres deben descender solos al subnivel más profundo, a los corredores oscuros y los muros negros donde moran los Videntes de la Inquisición.

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12/11/2012, 04:23
Titus Nihilius.

El espectáculo de mi compañero novato parecía haber acabado e Itsua nos invita a descender por el ascensor hacía nuestro destino, por lo que me pongo de pie de un grácil movimiento y camino junto a los veteranos hacía la maquina que nos llevará hacía las profundidades de aquel complejo. En el camino se nos une nuestro singular compañero y finalmente llegamos a las puertas del elevador. Le miro sin ninguna sorpresa pues para un nacido donde yo lo hice, las máquinas son parte de la naturaleza tan normales como el agua y el aire.

Me giro a los veteranos, que no nos acompañarán, por lo que les hablo:

 - "Bueno, muchas gracias por la bienvenida. Ahora debemos seguir solo nosotros pero estoy seguro que no será nuestro último encuentro. Ha sido un placer conocerles. Hasta la vista."

Luego entro en el elevador y espero a que este me lleve al destino que me espera junto con los videntes en los niveles más inferiores de esta sagrada e imponente estructura.