Partida Rol por web

TERCIO:

- Tirada de Carisma +10.

El Capitán mira intensamente a Tercio antes de responder, es evidente que está sopesando la idea de mandaros a los seis al cuerno. Finalmente, parece que decide confiar en vosotros.

- "Está bien, ciento cincuenta tronos ahora mismo, los otros ciento cincuenta mañana por la mañana. Este barco no zarpará si no se hace antes el pago. ¿Estamos?" -

- "¡Eh, Joff! ¿Viste lo que pasó antes, cuando todas las gaviotas se fueron volando hacia el Norte?" -

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- "Sí, fue muy raro, pero eso no fue lo peor. Aquí en los muelles vimos a las ratas, cientos de ellas, corriendo para tirarse al mar. Para mí que esto es cosa de brujería." -

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- "Y que lo digas." -

- Le reintegraré el dinero de mi pasaje tan pronto disponga de efectivo en caso de que nuestro patrón no considere oportuno hacerlo él mismo- informó a Intius.

Nada más dijo, pero por qué hacerlo. Todos debían colaborar con lo que pudiesen para llevar a buen término la misión que les habían encomendado la Inquisición, sin necesidad de dar las gracias cada vez que se proporcionaba algo. Nadie le había dado las gracias a Xerxes por meterle un balazo entre ceja y ceja a uno de los desarrapados que les habían emboscado o a Arlan por convertirlos en un montón balbuceante de matones aterrorizados, así que por que debía cambiar la cosa por ser la habilidad de Intius la de disponer de desorbitadas cantidades de dinero.

Iba a esperar para que se decidiese qué se hacía, si regresar todos juntos al antro o dividirse, cuando escuchó mencionar el nombre del más infame de los animales según su opinión y experiencia. Al instante los ojos del Cuestor se abrieron como platos, pues Xerxes sabía que si había un animal que podía sobrevivir a cualquier cosa ese era la rata. Así que temiendo que regresasen exactamente por el mismo sitio por el que habían huido se alejó cuanto pudo del borde que daba al mar.

- Debemos irnos cuantos antes…- musitó antes de llevarse con manos temblorosas una de sus pastillas a la boca.

¿Y si las ratas regresaban cuando él estaba de guardia? O lo que era peor, ¿y si regresaban cuando estaba dormido? Aquella noche Xerxes no podría dormir tranquilo, aunque en general nunca lo hacía.

TERCIO:

- Los 120 Tronos que tienes en efectivo en realidad no son tuyos, te los dieron en la última misión por si hacía falta pagar sobornos.

- Pese a que vuestra anterior misión fue un fracaso, nunca te reclamaron el dinero.

- Estupendo entonces - dije sonriente ante mi evidente triunfo.- Aquí tienes mis 50 tronos, Intius - eché mano a la bolsa donde guardaba el dinero y conté rápidamente la cantidad.- No se preocupe, amigo, el barco estará tal y como lo ha dejado.

- Titus Nihilius entrega a Varnias 14 Tronos con el símbolo de la rueda dentada y la calavera del Mechanicus. Varnias añade a eso 136, para un total de 150 Tronos que paga al Capitán.

- Tercio le da 50 Tronos a Varnias para su parte del pago para la mañana siguiente.

- Hex sacó 50 Tronos de dinero en efectivo en la máquina del Emporio de Veto. Se los da a Varnias para que se ocupe de la transacción del pasaje.

- Vladymir no tiene suficiente encima, por lo que deberá de acompañarle.

- Los seis embarcan en la barcaza, junto con la carga (que parece consistir principalmente en pescado en salazón).

- Vladymir va (con quien quiera acompañarle) al Emporio de Veto a sacar dinero en efectivo (indicad cuánto sacáis).

Itsua se limitó a dar el dinero a Intius mientras permanecía impasible ante los comentarios de ratas y pájaros huyendo. Sabía a qué se había debido ello. Había estado demasiado cerca. Su poder había excedido cierto límite sutil pero real y, con ello, habría despertado sin duda ciertas alarmas.

Sin embargo, no le pasó desapercibida la nerviosa reacción de Xerxes, aunque no supo calibrar exactamente la razón de la misma. Pero sí comprobaba que cada cierto tiempo, en situaciones particulares donde la higiene estaba en entredicho, el Munitorum echaba mano de aquellas pastillas. Algo que se iba repitiendo y que le provocaba una relativa curiosidad.

-Von Braun, tus pastillas. No voy a preguntarte por qué las tomas. Pero, ¿tienes las necesarias? Ten en cuenta que vamos a una zona sitiada, donde recursos tales como los medicamentos serán un lujo -su voz áspera parecía rascar contra la garganta-. Aún recuerdo la primera vez que te vi y tu reacción creyendo que... habían desaparecido. No quisiera verte de igual modo en una situación de crisis en medio de un entorno poco halagüeño -hizo una pusa. Pareció que iba a añadir algo pero no dijo nada finalmente si bien los rojos ojos de Itsua permanecieron clavados en Xerxes.

Después de darme una vuelta por el barco, cosa que no me llevó demasiado tiempo, sólo se me ocurrió una cosa para no perder más tiempo en aquella chatarra infernal.

- ¿Alguien cree que sería capaz de pilotar este chisme? - pregunté cuando estuvimos todos juntos.- Ese tipo no es de fiar, a saber con qué clase de escoria está hablando ahora mismo seguramente para tendernos una trampa... un mercenario que se precie se adelantaría y le robaría la embarcación, además, tampoco es que nos sobre el tiempo...

Es cierto que era una buena idea, y plenamente justificada, pero yo lo que realmente quería era vengarme de aquel tipo que tan mal me había tratado.

-Tercio, tu mente criminal es deficiente -repuso Itsua ante la intervención de su compañero-. Si habría que decidirse por un acto como ese, mejor sería esperar a que se nos llevara a nuestro destino y una vez allí, hacer lo que debiera hacerse, lo cual implicaría recuperar lo que ya se ha pagado. Siguiendo tu línea de pensamiento, perderíamos lo abonado, podrían dar la alarma de robo y desconocemos estas aguas. El riesgo supera al beneficio y pondría en peligro nuestro trabajo. Y eso es inaceptable.

-Estoy de acuerdo con el psíquico... Aún en el caso de que pudiéramos sustraer el barco, y supieras manejarlo, no conocemos estas aguas, ni la ruta, ni el estado actual de las cosas en general con el maldito asedio. No es buena idea-sentenció el guardia imperial. 

"Y además, no creo que sea correcto robar alegremente, pero supongo que éso ahora es lo de menos."

VA TRANSCURRIENDO LA NOCHE.

- ¡Oh! Gracias por el cumplido - respondí con ironía.- Si y no, dudo mucho que las autoridades portuarias o a quién corresponda vayan a pringarse en buscar una sucia embarcación robada que se ha dirigido a la zona de guerra, un desperdicio de recursos, sin duda alguna... además, yo no estaría tan seguro de que ese tipo no haya gastado o escondido ya el dinero que le hemos dado... En cualquier caso, tu plan me parece aceptable, desde luego va a ser necesario un "reembolso" al menos de una parte de lo que pretende cobrarnos.

VLADYMIR:

- Dejas tu cuenta a 0 (tenías 190 Tronos).

- Ahora tienes 220 Tronos, le das 50 a Varnias y te quedan 170.

VARNIAS:

- Hex, Veridio y Ostrogov te han dado cada uno 50 Tronos, ahora tienes 150 Tronos para el Capitán y 0 para ti.

- Como antiguo agente de la ley te parecen repulsivas las palabras de Tercio, incluso aunque hayas sido un convicto. A fin de cuentas, eras inocente y se desmotró tu inocencia.

Entrego el poco dinero que tengo a Intius y miro alrededor mientras juntamos los Tronos y se los entregamos al anciano. Por nuestra última experiencia de combate, no dudo que en este balde de escoria abundan los asaltantes y rateros desesperados, por lo que nunca está de más tener precaución.

Ingresamos y creo que es buen momento para ensamblar mi arma principal. Me siento en algún sitio más o menos cómodo y abro mi maletín. Comienzo a sacar las piezas con destreza y las uno en sus partes con gran precisión. Las partes del fusil, la mira láser y finalmente el silenciador. Una vez he terminado, reviso que todo esté en orden y le cargo con munición normal.

Finalmente me lo cuelgo en la espalda con la correa que tiene. Ahora me siento listo y, a pesar de que mi rifle debe llamar un poco la atención por sus accesorios, el arma no es nada del otro mundo, nada que no tengan algunos tipos buenos para disparar, sobre todo deportivamente. Sea como sea, con esta arma presta me siento mucho más seguro que con pistolas de juguete que si bien sirven para defenderse, distan mucho de la mágica capacidad óptima de robar una vida.

Ahora se supone que debemos quedarnos cuidando la embarcación, por lo que busco la parte más alta de este, ojalá alguna clase de nido de águilas, para quedarme a cuidar el perímetro y darle un buen uso a mi juguete en caso de ser necesario.

Intius recogió los tronos que sus compañeros le dieron. En total había 250 faltando tan solo los 50 tronos que el vostroyano debía sacar. Por lo menos Tercio había conseguido que el pago fuera de 150 tronos ahora para mantener reservado el pasaje y otros 150 en el momento de partir. Se acercó al Capitán y le dio los 150 tronos.

-Tome, el resto se lo daremos como hemos acordado. Aquí somos todos gente de palabra ¿verdad?

Intius acarició el mango de su garrote. Sus palabras no eran tan solo para tranquilizar al Capitán y asegurarle que cumplirían con el resto del trato, también quería mandarle un mensaje de advertencia. Si intentaba jurgarsela le molerían a palos. Para Intius no había nada más importante que poder confiar en la palabra de un hombre. Se guardó el resto de tronos para realizar el pago cuando tuvieran todo el dinero y dárselo al día siguiente como habían acordado.
Volvió junto a sus compañeros y las palabras de Tercio causaron un amargo desagrado en su persona. Al fin y al cabo era un agente de la ley, a pesar de todas las circunstancias que habían envuelto su vida hasta aquel momento seguía creyendo en la justicia. No aprobaba ese tipo de pensamientos, aunque sabía que quizá en el cumplimiento de su misión tuviera que hacer cosas no del todo correctas.

No si puedo evitarlo.

Negó con la cabeza mientras algunos de sus compañeros parecían no aceptar tampoco el plan de Tercio.

-No haremos nada de eso. Ni habrá robo de embarcación ni habrá reembolso alguno. Hemos llegado a un trato con el Capitán y lo cumpliremos, siempre que él cumpla con su parte claro está.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.