Petrakis responde de inmediato. El sonido de la transmisión es de peor calidad, con abundantes interferencias debido a la distancia, indicativo de que ya no se hace por satélite y se emplea la antena de radiofrecuencia convencional, menos potente.
Recibido Hurón. Reduzca ...shhsshh... transmisones al min...sshshssh... triangular su posición ...sshssshsss... rastreadores de frecu ...shhshhsshh...
Pasan unos segundos hasta que Petrakis vuelve a hablar, pero en esta ocasión emplea, como Kirkpatrick anteriormente, una frecuencia abierta y sin codificar para dirigirse a los habitantes de Kaen Prime. Nuevamente la señal llega hasta ellos bastante deteriorada, pero inteligible:
Atención. Este ...sshssshssh... mensaje para las Fuerzas de ...sshssshssh... Khon Kaen. Todas ...sshssshssh... soltar de inmediato toda su ...sshssshssh... y aterrizar de inmediato ...sshssshssh... rendición. No ...sshssshssh... o morirán. No ...sshhssh... ninguna posibilidad. No ...sshssshssh... piedad para aquellos que ...sshssshssh... ahora mismo. Derribaré vuestros ...sshssshssh... y arrasaremos la puta ...sshssshssh... nuestras exigencias. Repito, si esos ...sshssshssh... la pista de inmediato ...sshssshssh... fuegos artificiales.
Que mierda de transmisión... pero bueno parece que todo sigue su curso previsto...
La nave es puntual como un reloj. En dieciocho minutos La Saltarina, aunque pintada y camuflada con el nombre de Mistral, aparece atronando con sus motores cuando comienza la maniobra de aterrizaje en descenso vertical.
Una vez en tierra una de las compuertas de la bodega se abre y el cabo Estrada y los marineros Kifimbo y Chew salen para ayudar al personal técnico a reembarcar con todo el equipo del campamento, que a estas alturas ya han recogido. No tardan más de quince o veinte minutos en asegurar de nuevo en la bodega el material y la nave en seguida vibra de nuevo mientras los motores aumentan su potencia preparándose para el despegue.
La voz de la sargento Flores suena en la megafonía de la nave mientras Lewonsky terminaba de volver a colocar sus cosas en la taquilla...
Lewonsky, acuda al puente de mando.
Bueno, espero que no recuerden el incidente de la señal...
Y se dirige al puente de mando, pasando antes por las taquillas y cogiendo una gran bolsa de patatas fritas
En el puente se encuentra a Sabatini en uno de los puestos de piloto, a la primer oficial Lyle en el otro, a la sargento Flores en el puesto de comunicaciones y a la marinero Bojanowski en uno de los puestos de artillería.
Mientras Sabatini le señala el sillón que hay frente a la mesa holográfica de la computadora de batalla para que Lewonsky lo ocupe, el cabo Estrada entra y se coloca en el otro puesto de artillería y se abrocha los cinturones, completando la dotación del puente de mando.
Sabatini hace girar el sillón para mirar a Lewonsky, y mientras la teniente Lyle prepara la secuencia de despegue, comienza a hablarle.
Con gesto de indiferencia, comienza a hablar a Lewonsky de forma distendida.
- Bien, Lewonsky, parece que nuestros amiguitos tienen todo controlado en el cuartel. Nos reuniremos con ellos en menos de quince minutos. Mientras tanto, charlaremos un rato. Y no, no es para echarle en cara su falta de atención a las comunicaciones que nos han costado una horas de retraso... afortunadamente nuestra superioridad es tal que lo mismo hubiera dado atacarles en plenas maniobras de combate con toda la compañía de carros de combate juntos en el campo.
Mira de reojo por el ventanal de la izquierda mientras la nave se traquetea por el despegue vertical que la teniente Lyle comienza a efectuar, y luego continúa.
- Mientras llegamos, voy a contactar con la lanza de ataque para darles nuestro tiempo estimado de llegada y luego lo voy a ceder el canal a usted. Quiero que les solicite a cada uno de ellos un informe de daños completo, a ver si son necesarias reparaciones de campo urgentes cuando aterricemos en el cuartel. Si no hay más que magulladuras en el blindaje y no hace falta parchear sistemas importantes, me gustaría partir cuanto antes a las inmediaciones de la ciudad.
Con la nave ya en el aire comenzando a ganar altura y acelerar, Sabatini se relaja en el sillón y gira a derecha e izquierda pensativo mientras sigue hablando.
- Si, tal como espero, no hay que reparar nada, tendremos una hora u hora y media mientras embarcamos a los BattleMechs y a las tropas de Nagato. Quiero que mientras tanto se encargue de echar un vistazo a todo lo que haya en ese pequeño cuartel que podamos cargar en la bodega. Munición, blindaje, armas para los battlemechs, combustible... incluso tenemos sitio para algún vehículo ligero en el módulo de Nagato y sus hombres.
Y dicho eso, se coloca los auriculares y abre comunicación con la lanza de ataque.
- Aquí Guardián para Depredadores y Serpiente. Hemos terminado nuestra primera parada y estamos en el aire. Tiempo estimado de llegada: quince minutos. Os dejo a Ballena en el canal. Cambio.
Con un asentimiento de su cabeza, le pasa a Lewonsky el control de las ondas...
Bien, entendido...
Tras acabar de hablar Sabatini, da un para de golpecitos en el micro para comprobar que se escucha...
(toc-toc)... probando...
Bien zoológico, aquí Ballena. Solicito informe sobre los arañazos recibidos para ver si tengo que lamer alguna herida. jeje
Aquí se paró sonriendo pues le pareció que había sido un chiste genial. Miró hacia Lyle y ésta, que le había mirado un momento de reojo, tenia un semblante muy serio, luego miró a Flores y parecía vislumbrar un atisbo de sonrisa, pero estaba serio y le apartó la mirada... Sabatini permanecía de espaldas y no pudo saber si estaba con media sonrisa o con cara de asombro por lo payaso que había sido.
No entiendo, si ha sido gracioso, pensó... panda de sosos
Repito entonces, informad sobre vuestro estado.
Corto.
Se quedó entonces a la espera de las contestaciones de los diferentes MechWarrirors
Lo envío sólo para el director para, si quieres, hacerles llegar sólo la información que hablo, pues no me ven (aunque creo que pueden leerlo todo).
Tú mismo.
El primero en contestar es el noble lirano:
Ballena, aquí lobo. Dos impactos de láser medio. Uno en brazo izquierdo y otro en en pierna izquierda.
Luego Cassandra toma el testigo en la radio:
Aquí León, yo tampoco necesito reparaciones, solo hay ligeros rasguños en el pellejo. Corto.
La siguiente en responder es Vega, con voz un poco atropellada:
Yo...yo tampoco necesito reparaciones. Me han alcanzado en el torso y en el brazo izquierdo, pero no es nada preocupante
Finalmente, la voz de Kirkpatrick suena con música de fondo y se diría que está sumamente relajado:
Apenas nos hemos despeinado, nene, Pero no te me entretengas, que cuando llegues tengo otro trabajo para ti…
Luego se oye algo parecido a un brindis entre un vaso de plástico con hielo y un micrófono...
Oír a Kirkpatrick de la manera que lo oye le relaja, es síntoma inequívoco de que todo ha ido bien.
Bueno señor sabatini, parece que los a Mechs sólo hay que quitarles un poco el polvo...
¿He de contactar también con Halcón?, dijo recostándose sobremanera sobre su silla.
Se gira a medias el capitán en su puesto y con media sonrisa le contesta a Lewonsky:
- No, gracias Tom... al pajarito ya me encargo yo de darle instrucciones. ¿O era pichón como lo llamaba Kirkpatrick?... je, je, je...
Sabatini también está de buen humor, todo está saliendo mejor incluso de lo que había previsto. En unos pocos minutos estarán aterrizando en el cuartel conquistado y reuniéndose con sus compañeros, que afortunadamente apenas han sufrido impactos superficiales y Tom podrá encargarse de la tarea encomendada por Sabatini de saquear lo que resulte útil y pueda cargarse en la nave...
Se cierra la escena. En breve te incorporarás a la de el ataque al cuartel con los mechwarriors.