El papeleo es rápidamente comprobado de forma rutinaria y los guardias no ponen ningún impedimento ni realizan comprobación adicional alguna: no son más que parte de una tripulación y personal embarcado de una nave recién llegada que ha pasado una juerga en la ciudad tras un largo viaje entre las estrellas.
Sin embargo los que suben a La Saltarina están lejos de volver contentos de una juerga, ya que al final la noche se ha torcido y seguramente nadie duerma esta noche.
En el comedor de oficiales, Edmond se sienta en la mesa mientras alrededor los demás le observan con distintos grados de hostilidad, esperando que se explique...
El grado de Hostilidad de Tom es nulo, está como ausente, como si tuviese otro tema en la cabeza, está como agilipollao...
(ains) suspira
Mientras su socio Lewonsky parece estar exactamente igual que siempre, Kirkpatrick trata de disimular la tensión pero lo cierto es que está más que inquieto. Las cosas parecen estar a punto de torcerse echando por la borda una propuesta, la de formar una unidad mercenaria, que había llegado a parecerle realmente prometedora…
Pero aquí hay mucho más en juego, habrá que descubrir de una vez de qué pasta está hecho cada uno de los presentes. Por eso el de la Periferia calla y observa…
Petrakis parece haberse calmado un poco por el camino, pero de vez en cuando le dedica alguna mirada de resentimiento Edmond.
Una vez dentro, apoya su espalda en una de las mamparas del comedor y cruza los brazos delante de él, mirando fijamente a von Laskaris con cara de pocos amigos.
- Adelante, soy todo oidos. -y permanece en la misma postura esperando la respuesta, con las gafas de sol sobre su cabeza.
Vega observa a todos a su alrededor, pero sobre todo mantiene la mirada fija en Edmond -Venga, a ver si nos convencen tus argumentos- la mujer está muy seria y parece que afirma con la cabeza cuando Petrakis habla. Está deseando escuchar las patrañas o las verdades de ese hombre.
Edmond permanece de pie; escrutando las inquisitivas miradas de las que es objeto - Ciertamente no me esperaba esto - piensa - es la segunda reunión que tengo en la que no sé si voy a salir de una pieza... - Inspira varias veces intentando tranquilizarse y ordenar sus ideas - Cómo demonios les explico esto; con lo fácil que habría resultado la otra opción... -
- Bien. Empecemos por el principio. - dice - Tal y como todos sospechais, efectivamente conozco a quien nos ha contratado. Y lo conozco desde antes de que el difunto Sr. Kellermann nos reuniera para proponernos el trabajo. Contactó conmigo porque quería que alguien vigilase que se en ningún caso el grupo incursor incumpliera las cláusulas relativas a no hacer daño a personal ni instalaciones civiles. Así pues os diré que esa persona me convocó en el palacio ducal hace ya tiempo; si bien tengo dudas sobre si las ordenes partían de él mismo o de alguna instancia superior, ya que es consejero militar de la duquesa Deborah Astra IV. - En este punto se detiene para ver el efecto de sus palabras en los presentes.
- ¡¿Qué?! -dice con los ojos como platos.- ¿Le conocías y no has dicho nada? ¿Ni siquiera después de que intentara matarnos? -descruza los brazos y se incorpora, se pasa la mano por la cara de arriba a abajo mientras dá una vuelta sobre sí mismo y suelta un bufido con aires de indignación. Dá una palmada sobre su muslo tras pasar la mano por su rostro y la extiende hacia Edmond, pidiendo otra explicación.- Pero, ¿qué clase de extraña lealtad le debes a quien te trata como un trapo? Te utiliza y después te tira a la basura, y aún así, pactas de nuevo con él. Por si no te diste cuenta, ¡Intentó matarnos! -se apoya de nuevo en la mampara, de lado esta vez, y le suelta otra pregunta, en tono irónico.- Entonces nos vá a pagar lo que nos debe más un plus por las molestias, ¿no? -y vuelve la cabeza negando y bajando la cara.
Roark no se muestra sorprendido ante esas palabras, y cuando Edmond hace la pausa Alan dice - Deborah Astra IV... muy bien... ¿su consejero militar es el que paga? ¿y cual es su nombre?.
Jason no rompe su expectante silencio, pero permanece sumamente atento e incluso se relame inconscientemente, mientras sus ojillos brillan de maligno interés.
Eso, sigue hablando, señoritingo. Contesta al animador de la funeraria y dame más datos…
Sabe muy bien que por increíble que parezca, la gente como VonLaskaris se mueve por unos principios y unos códigos que le resultan alienígenas, completamente apartados de todo lo que él siempre ha conocido. Y de paso también ajenos a la lógica, qué queréis que os diga…
Si alguien intenta joderte y comete el imperdonable error de dejarte con vida, te tomas una revancha tan salvaje y desproporcionadamente sangrienta que cuando acabes y dejes atrás el cadáver humeante del fulano, su familia y sus vecinos… le hayas quitado a cualquier otro pardillo las ganas de probarlo de nuevo. No hay otra. Es una cuestión de supervivencia, joder...
Pero no, aquí el señoritingo estirado se piensa que aún le debe algo a quién le ha pateado el culo con el mío sentado justo al lado. Pues bien, tú puedes pretender perdonar y así salvar tu absurdo honor… y el psicópata este del Hurón carroñero puede amenazar en vano hasta desgañitarse, como un león que le ruge al viento… el cabrón que nos ha hecho esto siempre ha estado y continuará estando fuera de nuestro alcance, al menos del de un arma convencional… Pero hay otras formas de hacer las cosas. Ya lo creo. Yo sé muy bien dónde y cómo hacer más daño a esos mamones conspiradores de salón. Y desde luego que pienso hacérselo.
Además, hasta será divertido…
- Acaso me tomas por estúpido - mira con incredulidad a Roark - Os he dado suficiente información para que un asesino como tu le pueda mandar una felicitación en las próximas fiesta... Y es mucha mas información de la que le proporcioné a ese individuo sobre este grupo -
Ahora mira casi con desprecio al resto de los allí presentes - ¿Eso es todo lo que decís? Me he jugado el pescuezo por conseguir un acuerdo de tablas con esa persona, os he dado mas información de la que sin duda merecéis para ver si tenéis inteligencia suficiente como para saber que tiene muchos mas medios y recursos de los que nosotros podemos imaginar - hace una pausa para ver los gestos del resto del grupo - Seguramente solo tendría que ordenar buscarme en los ficheros de acceso del espaciopuerto y después dar la orden de asaltar la nave a las fuerza de seguridad de la capital... o quién sabe si destruirla directamente - mira a Sabatini con gesto serio - las pruebas las conseguirán después, de eso no me cabe la menor duda. Pensadlo bien, al traeros aquí le he dado una prueba irrefutable de que no sabéis nada de el; es una apuesta arriesgada lo sé, pero si efectivamente acepta dejar las cosas como están nos habremos quitado a un enemigo muy peligroso de encima -
Stephanos se queda unos segundos mirandole con las mandíbulas apretadas, pensativo.
Entonces comienza a hablar en tono tranquilo, aunque visiblemente molesto- Ya, veo que te gusta jugar por tu cuenta, sin contar con los demás. Cuando acepté este trabajo, estaba asumiendo unos riesgos voluntariamente, pero no me gusta que alguien que no sea yo, arriesgue mi vida sin consultarme antes, no sé si me explico. -Se rasca la barbilla y continúa.- ¿No crees que deberias habernos dicho esto mucho antes? Después del ataque traicionero de ese hijoputa, por ejemplo. Y no arrastrarnos a la boca del lobo sin preguntar si estamos dispuestos a correr el riesgo. -mira a hacia el suelo como si buscara la respuesta en él y sigue- No sé, a lo mejor hubieramos venido igual. Seguramente hubiera sido una buena opción, pero... ya sabes... No soy una puta oveja, ni tú eres quién para jugar con nuestras vidas, por muy noble que seas. Los nobles teneis la maldita costumbre de decidir qué es lo mejor para los demás sin consultar si es así o no. -se dirige a la mesa y apoya las manos en ella, girando hacia un lado para mirar a una esquina donde nadie pueda devolverle la mirada, y resopla.
A pesar de sus palabras, Stephanos parece mucho más calmado, como si la explicación le hubiese hecho comprender sus motivos para actuar así. No obstante deja claro que no aprueba la manera en la que lo ha hecho.
Kirkpatrick sorprende a propios y extraños cuando abre la boca para pronunciarse en voz alta y clara a favor del aristócrata:
- Por mí está bien – afirma – Opino igual que el pichón, no me gusta que tomen decisiones por mí, ni que me hagan correr riesgos sin ser siquiera consciente de ello… pero la cuestión es que la intención ha sido buena, para el bien del grupo, y sobretodo que las cosas parecen haber salido bien.
Les regala una vez más ese gesto tan característico suyo abriendo los brazos y mostrando las palmas de ambas manos y añade:
- Lo que queremos es que nos dejen en paz, tal vez así tengamos la oportunidad de que nos pierdan la pista y veamos un nuevo día… yo digo que aprovechemos lo que hay.
Y dicho esto, da un par de pasos para colocarse al lado de VonLaskaris, teatralizando su posicionamiento en este conflicto interno. Quién lo iba a decir.
O eso parece... ;)
El oriental, que se mantiene tenso mientras escucha a Edmond, mira de forma significativa a Alan Roark cuando el noble lirano indica que trabaja para alguien relacionado con la duquesa Deborah Astra IV, tal vez su consejero militar. Deja que termine de explicarse antes de dar su opinión y dar el tema por zanjado.
- Un poderoso enemigo nos hemos creado. Por lo que sabemos, la misma duquesa puede estar al tanto de nuestra operasión. Espero Edmond-san que su acuerdo de mutuo respeto con el misterioso contratante se mantenga. Sea como fuere, lo más oportuno es marcharse de aquí cuanto antes. ¿Quisás podríamos dejar las reparasiones para más adelante una ves lleguemos a Solaris VII, capitán Sabatini?. No quisiera tentar a la suerte pasando aquí más tiempo de la cuenta...
A pesar de estar un tanto despistado, las palabras del oriental le hacen decir algo.
Sí, opino igual que... que él, dice señalando a Saburo. Mejor nos vamos a un lugar en que realmente (dijo esa palabra con énfasis) no nos conozcan y allí iniciamos las reparaciones... y tal... dijo mirando a Vega con una sonrisa...
Finalmente los ánimos parecen ir calmándose. El enemigo parece ser muy poderoso y tal vez un resultado de tablas y status quo sea aceptable dadas las circunstancias. Al final, se retoma la conversación sobre la posibilidad de consituirse oficialmente como unidad mercenaria y eso es algo que se puede discutir en tránsito hacia un punto de salto que les saque a todos del planeta donde su enemigo es todopoderoso...
NOTA: Fin de la escena. Pasamos al epílogo de la partida: "TABLAS - en tránsito a Solaris VII".