Angustiados, probaron con otra puerta. De nuevo se abría a un palco del mismo teatro, pero esta vez el escenario quedaba debajo a su derecha. Y de nuevo los seis actores plantados sobre él llevaban máscaras, grotescas o más depuradas, y Alicia y Antonio pudieron reconocerse en dos de ellas, y también a Ibrahim, y a Carla (la más lograda, que incluso les hacía dudar de si no se trataría de ella misma) y al tal Thorin, y a Espectro, quien era la que ahora atacaba un diálogo:
-Hay destinos peores que la muerte. Thorin os dijo que ignoraba el origen del Kyon. Yo he meditado muchísimo en torno a ello. Las ideas de Dédalo eran tortuosas en correspondencia con su mutación, y tenía el gusto de impartírnoslas.
“Se preguntaba si la mutación seguía teniendo un propósito en la especie humana, habida cuenta de que esta había alcanzado un status en que no había amenaza flagrante para su supervivencia. ¿Constituían los mutados caprichos de la naturaleza, saltos evolutivos sin causalidad? Sin embargo, Lars le había inspirado una vía de comprensión a la luz de las habilidades de sus cinco acólitos: ¿a través de qué clase de espacio saltaba Dunwich cuando se teletransportaba? Meteoro, que era capaz de atraer hacia sí y luego expulsar la totalidad de la fuerza de la gravedad, ¿dónde encontraba su sustrato? ELLA, que transpiraba una atmósfera de características jovianas por sus poros y orificios corporales, ¿en dónde había imbuido su ser?
“Habían postulado la existencia de esferas habitadas por mutantes de origen terrestre o extraterrestre que, habiendo trascendido a la propia materialidad del ADN, devenidos en mutantes o mutaciones no corpóreos, se hubiesen erigido en la causa agente de ciertos tipos de mutación, revestidos por tanto con algún propósito. ELLOS, como toda cosa viva-muerta, debían sentir el anhelo de la vida corpórea, eran atraídos hacia las esferas-dimensiones inferiores habitadas por seres inteligentes corpóreos. ELLOS experimentarían la nostalgia por la cadena material de adn. Y entonces, en cuanto descubriesen un PASAJE, "manipularían" esas mutaciones.
“Trabajaban para entrar en contacto con la esfera que estimaban más cercana, a la cual denominaban: El Drama. Los griegos habrían expresado su conocimiento de esta esfera en las tragedias, donde el conflicto entre coro y protagonista refleja la forma en que ELLOS se dirigen a los mutantes "elegidos". Las tragedias griegas entonces, ¿ocurrieron realmente o fueron inspiradas por los habitantes del Drama? Ambas cosas podían ser válidas. Los héroes, los semidioses, podían haber sido mutantes, por más que las mutaciones comenzaran a documentarse científicamente después de la segunda guerra mundial.
“El Drama sería un motor (secundario, en la sombra) de la humanidad, que mutaría con más eficiencia a sus seleccionados (muta, orienta) en estados colectivos de profundo sufrimiento y angustia, cuando la humanidad da lo peor de sí, comete incesto, crímenes de sangre o desencadena holocaustos. Su influencia en el genoma se plasmaría mejor cuando los individuos estuviesen sometidos a situaciones extremas. ELLOS utilizarían a los mutados como cabeza de puente, se “encarnan” en ellos, en su condición de mutaciones sin sujeto.
“No tenían ni idea de lo que hablaban. Nosotros vislumbramos el Drama AQUEL DÍA. Paradójicamente, el contacto, o más bien la colisión, no fue intencionada. Lars intentaba repetir su éxito con la hija de Picasso. En este caso, se trataba de un bebé, de una niña. No había forma de calmar su llanto. ELLA entró a estabilizarla, era su don, pero la situación se descontroló, de algún modo. No estábamos presentes cuando ocurrió. Íbero irrumpió en nuestros dormitorios, detrás venía el hombre con el bebé en brazos. Dédalo y Béjar ya habían huido. Nos sacaron a rastras, los pasillos del laboratorio estaban preñados de tinieblas, unas venas de corrupción se disparaban para alcanzarnos, había coros fantasmales que atravesaban nuestras cabezas como agujas de lana. Nuestros ojos desencajados eran inútiles. Los cuatro acólitos restantes se habían demorado para intentar rescatar a Lars. ¡Aullaban! Su amor loco nos dio la oportunidad. Del piélago enronquecido de sangre se recortaron legiones de seres con el rostro emborronado. Íbero luchó con ellos a brazo partido, había terror en sus ojos cuando nos gritó que huyésemos, que él los retendría. Encontramos la salida sólo después de haber recorrido la historia de pesadillas de la humanidad. El Sanatorio ya había sido evacuado. “¡Marchaos antes de que Dédalo regrese!”, nos gritó el hombre que abrazaba al bebé. Y eso hicimos. Alucinados, nos apoyamos los unos en los otros para alejarnos. Hubo una explosión y lo último que vimos fue a Íbero saliendo a la luz, despegándose a viva fuerza de unos cartílagos de sombra, y alejarse mediante saltos formidables en cuanto hubo recogido al hombre y su hija.
Tan hipnótica había sido la disertación, que sólo a su término habían empezado a apercibirse de que volvían a ser blanco de todas las miradas. Escaparon de nuevo.
El teatro, desplegado como un juego de biombos chinos, les estaba brindando piezas para resolver un complicado puzle. Así que probaron con otra puerta, porque, de todos modos, una acometida de títeres fluía en su dirección por el pasillo.
Entraron en otro palco que quedaba esta vez frente por frente del escenario, un palco regio.
(Dos actores en escena. Uno representa a Egeo, el otro al misterioso cirujano, envejecido.)
-Ayúdeme a salvarla.
-¿Qué le ocurre?
-Su mente es más extensa que su cuerpo.
-Explíquese.
-Mírela, es un bebé. Pero su intelecto está hiperdesarrollado. No puede dormir, llora sin parar, está sujeta al menor estímulo. Se está consumiendo.
-Ya veo…
-Apenas era un feto en formación cuando comenzó a comunicarse conmigo telepáticamente. Quiero que crezca como una niña mental.
-Uno de mis hijos, Aire, podría estabilizarla.
-Ya lo hicieron con la hija de Picasso.
-Ah, es verdad. ¿Cómo ha averiguado tantas cosas?
-Los cerebros de varios de sus peones son fáciles de forzar.
-(Ríe.) Y su mujer, ¿qué opina?
-Mi esposa no es su madre. Su madre está muerta, murió al dar a luz. Era la hermana de Guillermo.
-Pero qué culebrón me está contando.
-Sí, ella… Su mutación era camaleónica. Susana podía adoptar el aspecto de cualquier otro. Adoptó el de mi mujer, me engañó al principio… Estaba enamorada de mí. Y yo… En fin, flaqueé. Vivir con Llamarada es muy extenuante, a veces no puede evitar esos impulsos de calcinarlo todo.
-Ajá. Y ese otro amigo vuestro… Al que mantenéis preso.
-Mauricio, sí. (Hace un gesto de desesperación.) ¡No sabemos qué hacer con él! Era la pareja de Susana y su adicción a las drogas lo tiene fuera de sí. Es verdad que es nuestro amigo… Yo… Lo siento tanto.
-Dédalo podría ayudarte con eso. Amánsalo. Cuéntale una historia bonita. Que se la crea. ¿Podrías hacer eso?
-No lo sé…
-Claro que podrías. Vence esos remilgos. ¿De veras quieres a un enemigo? Que le hiciese la vida imposible a… vuestra hija. Un supervillano. (Ríe de nuevo.)
-Lo pensaré.
-Como quieras. Y bueno, se me ocurre que podríamos hacer un trato con relación a lo de sanar a tu hijita.
-Un trato…
-Una pequeña cirugía psíquica por tu parte. Aquí. En mi cerebro.
-No entiendo…
-No hay necesidad de que lo hagas. Pero te explicaré, no por ti, sino porque ahora Él pueda leerlo. Pero será demasiado tarde, ahora, cuando lo haga, porque ya casi me tendrá encima. Él es el Autor, el creador de personajes, el que los encarrila. Todos somos sus personajes, unos más que otros, lo tengo claro, porque Le descubrí, lo vi una vez, o más bien, lo volví a ver, siendo imposible de toda imposibilidad, el que volviera a verlo, pero lo hice. Fue el año pasado, en la estación de Atocha, dónde si no, en uno de esos lugares en que se cruzan todos los caminos, evitables, inevitables. Yo acababa de subir al tren y lo vi, en el andén. Nuestras miradas se encontraron, pero él no me reconoció. ¿Caerá en la cuenta ahora, al leer estas líneas? Espero que sí, que sólo ahora, entonces, cuando lo esté leyendo, si realizas a la perfección tu parte del trato. Lo conocí en Dachau, era un prisionero, un francés llamado Alain Dufresnes. Era el primer mutante con que me topaba en la vida. Sus poderes de regeneración celular eran únicos. Me fascinó. Le oculté el descubrimiento a Mengele, por supuesto. De su estudio elaboré mi fórmula mutante, el Kyon. El caso es que tuve que deshacerme de él, no podía permitir que cayese en otras manos, prefería destruirlo, así que lo incineré. Escúcheme, era imposible que hubiese podido reconstituirse. Pero allí estaba, más de cuarenta años después, tan tranquilo, aguardando su destino. Y eso sólo podía significar una cosa: que fuese un dios, y un dios desmemoriado. Pero no soy tan prosaico. Obtuve algunos éxitos clínicos en los setenta, aquí, en Madrid. Aire, la chica que debe asesorarnos con su hija, es uno de esos frutos. El análisis de sus habilidades me condujo a postular la hipótesis de la existencia del Drama. Lo llamé así, Drama, porque aunque aboque a los mutantes contenidos en su esfera de influencia a acciones y situaciones tensas y pasiones conflictivas, a distinción de la Tragedia, no exige un encaje perfecto de los personajes en sus papeles. Permite cierta flexibilidad. Pero fíjese, mi trabajo entonces tenía sus raíces en ese estado de cosas. ¿Qué le dice esto?
-Lo siento, creo que no…
-El prisionero, el viajero, son la misma persona en dos facetas distintas: la creadora y la mundana. Es el Autor, o uno de los Autores. Él nos ha creado. Se sirve de recursos dramáticos, o peor, melodramáticos, para retratar nuestro mundo y arrastrarnos hacia un fin. ¡Yo asistí a mi propia creación!
-Está usted dramatiz…
-¡Efectivamente! Escúcheme, el capítulo en Dachau, todas esas horas de tortura insensata a la que Le sometí, no era sino el de la epifanía de un Autor dejándose la piel para construir un villano carismático. Y quiero que extirpe de mi mente esta comprensión.
-¿Se refiere a ese recuerdo?
-¡No, a ese matiz! Quiero cortar ese puente fundamental que mantiene conmigo. Maneja muchos datos, demasiada información, y no se lo imaginará hasta que sea demasiado tarde.
-¿Pero qué pretende con ello?
-Yo especulo con la existencia de unos habitantes del Drama cuyo mayor desvelo es ser humanos en lugar de los hombres. Pero yo me propongo ser el Autor en lugar del Autor.
La puerta del palco retumbó bajo los puñetazos de los habitantes del Drama. ¡Estaban atrapados! Pero entonces, la localidad y luego la sala por completo, empezó a perder consistencia, a emborrarse y difuminarse, a desplomarse como una fumarola inversa sobre sus cabezas, y la oscuridad se hizo en cuestión de segundos, mientras ellos volvían a empuñar sus palillos de luz y se frotaban los ojos para descubrir que en realidad sus pies se asentaban en el suelo de un laboratorio, frente a una incubadora con los cristales hechos añicos
(los calcáreos restos de Humpy Dumpty)
y rodeados por una masa de entidades anónimas que querían ser humanos en lugar de los hombres.
Todo aquello me resultaba ajeno. Sabía que la historia se suponía que iba sobre nosotros, nuestro pasado. Pero, de algún modo, todo me resultaba tan forzado que era completamente incapaz de identificarme con aquella historia. No me pertenecía y, desde luego, no cambiaba mi forma de ver las cosas. Cinco, diez, tal vez media hora de representación no eran bastante para borrar años de vida.
Los recursos argumentales del drama estaban pensados para causar shock, pero años de guiones malos hacían que me costase tomar en serio lo de "tu madre murió en el parto". Para mi pesaban mucho más todas esas veces en las que mi madre me había cuidado cuando me ponía enferma o las navidades en familia, con los abuelos. Sin contar con que se suponía que Susana tenía sida y yo no.
Naturalmente, no es como si hubiéramos encontrado nada que no fueran historias cambiantes y contradictorias. Por tanto, ¿qué era lo que sabíamos realmente? Lo que sabía era que nuestro objetivo inmediato pasaba por poder defendernos de quien nos perseguía, encontrar a nuestros padres y salir más o menos indemnes.
- Menuda sarta de chorradas - terminé por decir entrecerrando los ojos.
En realidad, sospechaba que los capullos del drama eran como los psicópatas, que hacían todo eso porque en realidad eran incapaces de sentir verdaderas emociones, incapaces de empatizar. Por supuesto, también podían ser como los que escribían fanfics y simplemente estar buscando excusas para justificar escenas de sexo sin sentido. Si, a juzgar por toda aquella sobredósis de absurdo, eso era tan probable como lo otro. Esbocé una sonrisa ligeramente burlona, el humor me ayudaba a sobrellevar todo aquello. Y eso era lo otro que jamás tendrían, auténtico sentido del humor.
- Lo siento, pero matar a gente para que evolucionen los personajes es un recurso argumental pobre. Sólo hay algo peor y es resucitar a un personaje - les dije a las criaturas con la clara intención de ver si reaccionaban.
Aquellas criaturas eran insustanciales, por lo que parecía bastante absurdo intentar combatirlas con nada físico. Era mejor usar la voluntad o intentar razonar.
- ¿Dónde esta Carla? - les pregunté. - ¿E Ibrahim y su amigo?
Antonio miraba casi sin ver. Eso no iba con él. De vez en cuando giraba hacia Alicia, pero esta parecía llevar las cosas bien. Qué demonios era todo eso...
Al desaparecer el teatro, Antonio se da cuenta que quizá estaban jugando con su mente, no era nada real. Ahora estaban en un laboratorio... todo esto le parecía tan raro. Tan fuera de lugar. En fin, tiene que buscar a su madre.
Antonio mira a los seres. Estos son habitantes del Drama? Eso parece decir Alicia, o pensarlo... aunque la mente de Alicia viaja a velocidades que yo no puedo alcanzar. Quién sabe qué pensará. Me recuerda a los nuevos ordenadores, esos que hacen varias operaciones a la vez. Me imagino su mente pensando varias cosas a la vez. Una leve sonrisa aflora a mis labios.Entonces Alicia habla de Carla e Ibrahim. Y Antonio no puede evitar añadir:
¿Y mi madre, dónde está?
Ellos y aquella urna de aislamiento estaban atrapados en el centro de un corro. Las siluetas se desplazaban lentamente. Respondieron a una con voces sibilinas:
-Vuestras cuitas nos resultan
(ágapes, banquetes)
Quienes apuran el papel que les asignamos son recuperados en nuestra rueda eterna
(los recompensamos representándolos)
“Pero este poder de dictar la obra ha sido efímero desde que somos espectadores de vuestra realidad. ¡Y lo amamos! ¡Amamos el desgarro de vuestros corazones! Nuestro trato con Victor Lars cambiará las tornas. Está cumpliendo con lo que prometió… y con creces:
He aquí a la niña, venida por propia voluntad, que convirtió a Aire en placenta de nuestro mundo. ¿Hacia dónde trasciende Alicia, que no a nuestra esfera? ¿Tal vez a esa esfera habitada por ese Autor que Victor persigue en su locura? ¿Cuán cerca estás de convertirte de peón en reina?
“El plan está en marcha: las personas de bien masacrarán a los mutantes como ya pasó con los judíos, y los utilizarán como excusa para sus fines ruines, hasta que todo se reduzca a puro Drama. Carla, nuestra dulce niña, agoniza en el abismo junto a un torrente, abrazada a los restos de Aire. Pero Aracné ya sigue su rastro y nos la traerá. La reconstituiremos para encarnarnos en ella y transformar la atmósfera del planeta. A Carla la dejaremos morir sola en la oscuridad.
“La necesitamos para revolcarnos en vuestra ruina. Queremos sentirlo en los poros, olerlo, degustarlo. El raciocinio de Alicia obró en ella como una implosión. Liberamos a Victor Lars tras convencernos de que era irreemplazable, pero sólo pudo reunir en este sótano despojos polimórficos, cuya intimidad rayaba en lo inescrutable, y los cuales Dédalo fijó en la ilusión de un cofre y un libro. Era nuestro cebo para vosotros, los críos que Lars pudiera encontrar que hubiesen tenido relación con ella; vuestra proximidad, vuestras ansias, la reanimarían. Y, en efecto, la peripecia la está reconformando –nadie hubiera podido esperar que Ibrahim saltase con el cofre tras la pista de Dunwich y se sumergiese en El Drama, consiguiendo sobrevivir tan sólo merced a los extraordinarios dones que le otorgamos-.
“La familia de Alicia, Ibrahim, Rick… Todos ellos, ya sea amenazados o engañados, serán utilizados en guerras insensatas.
“Tu madre está aquí con nosotros, Antonio, y también tu padre.
En su rotación implacable, los cuerpos de los moradores del Drama dejaban fugazmente a la vista presencias escabrosas, como las de una mujer con un vestido rojo y las manos manchadas de sangre, un anciano con el cuello atravesado por una esquirla de cristal o una mujer desnuda cuya cabeza se oscilaba con la velocidad de un balón de pera, y en esta ocasión, se trató de la de un hombre envuelto en un brillo eléctrico rodeado de prisioneros carbonizados y que le dedicó a Antonio una sonrisa idiotizada. Fue eclipsada de nuevo por la masa de coreutas, que proseguía:
-¿Quieres rescatar a tu madre, Antonio? Sólo Alicia puede ayudarte, y sólo si acepta nuestro pacto:
Que nos abrace, que crea en nosotros y en nuestra versión, que pida un don del Drama a su gusto, y os dejaremos partir, a ti y a ella, con la sombra de tu madre siguiéndoos –amamos a Orfeo en su momento-.
“De lo contrario, os dejaremos partir a ti y a ella (puesto que no nos pertenece).
“Sara es nuestra. Mira, los hijos de Lars, ellos fueron atrapados cuando Aire se inflamó a la inversa y quisieron escapar usando sus poderes, pero ah, cómo se retorcieron y pervirtieron sus formas, míralos. ¡Qué ironía deleitosa, el intercambiar tu belleza por monstruosidad!
Se apartaban para descubrir cuatro presencias espasmódicas, aceleradas: una joven a la que unas patas arácnidas le rasgaban la caja torácica y se le abotagaba el abdomen; un joven con el rostro partido por una cuenca ocular que se abría desmesurada; otro que con cada nueva breve teletransportación adquiría tentáculos y un aspecto amorfo; otro, por último, que por momentos convertía partes de su cuerpo en singularidades, y que dejó de gritar cuando la cabeza se le quedó reducida a un punto.
Empezó como una risa floja que fue creciendo hasta convertirse en carcajadas. Orfeo jamás recuperó a Eurídice. Accedió al trato que le ofrecían Hades y Perséfone pero no la recuperó. Carla agonizaba y lo que tenían previsto era otro genocidio más. Aunque por algún extraño motivo no habían mencionado Camboya, donde Pol Pot había hecho un genocidio tan brutal como el de Hitler. No, sin duda el objeto de todo lo que habíamos vivido estos últimos días y de esta exposición era que me negase. Así que lo solté sin más.
- Lars os ha timado - le miré aún riéndome. Nadie en su sano juicio pactaría con ellos, ni siquiera aunque pareciese que no teníamos alternativa. Paré de reírme por un segundo y me serené - Vuestra oferta es una puta mierda. Peón o reina, las dos son piezas y su valor real, depende de su posición en el tablero, no de lo que mueven. Que os jodan, no acepto.
Sonreí a sabiendas de que lanzarían a todos contra mi, que era posible que muriese. Me habían arrebatado a mi familia, eso lo sabía. Lo que volviese serían solo sombras de ellos, no los reales. Cascaras vacías. Pero también sabía a quién culpar y no era a Lars, que simplemente era un cabrón. Considerando las circunstancias, no perdía nada por intentar un farol.
- Ahora escuchad el mio - dije con voz suave pero ligeramente amenazadora. - Me vais a devolver a mi familia, la de verdad, no sus cuerpos. A sus padres - señalé a Antonio - A sara. Dejaréis a Ibrahim, a Rick y a todos los jodidos mutantes en paz. Incluso vais a curar a Carla y... - miré a los supuestos hijos de Lars - y a ellos. Porque si no, cuando salga de aquí, a quien voy a aceptar y la versión que voy a aceptar, es la de la racionalidad extrema, el nudo gordiano. Eso alejaría este mundo del vuestro ¿no? - Esbocé una ligera sonrisa mirándoles. - En el fondo deberíais darme las gracias. ¿No es mucho más dramático así? - solté una ligera risa. Si había algo que tenía claro es que ni de coña pensaba abrazar el drama como Carla.
Bueno, creo que todos sabíamos qué respondería.
Os dejo música apropiada XD
Antonio mira a Alicia. Suponía cuál sería la respuesta, pero ahora es cuando le asaltan las dudas. ¿Era esa la forma en que se suponía que Alicia salvaría a su familia? ¿Entregándose al drama? ¿Tendría razón Alicia en que, si les devolvieran a sus familias, lo más probable es que fuera una versión distorsionada, moldeada al gusto de los sádicos habitantes del drama? Antonio sabía que sí, sabía que su madre no sería la misma, pero... y si realmente cumplen lo que dicen? Entonces le asaltan recuerdos, recuerdos de su padre, con las manos manchadas de sangre. ¿Hasta qué punto tuvieron que ver en ello los del Drama? Parece que han dicho que en todo, que ellos son los responsables. Es decir, que lo más probable es que su madre le condujera a algo similar si es que se la devuelven. En definitiva, y pensando lógicamente, la solución única y evidente es la propuesta por Alicia, con lo que Antonio la apoyará.
Una obra... Una representación de lo que parecía haber sido sus vidas. Sara aguantó la respiración cuando la nombraron, diciendo que Aire había conseguido "dormir sus poderes" Entonces comprendió muchas cosas... Continuó observando en silencio las imágenes que se sucedían. Escuchando a aquellos hombres que hablaban del Drama y de los primeros mutantes. Un escalofrío recorrió la espalda de la joven y sintió como su corazón empezaba a latir dolorosamente... No quería creer, pero todo aquello... Sí, son las respuestas que hemos venido a buscar... La muchacha llevó su mano temblorosa hasta sus trémulos y lívidos labios para ahogar el grito que amenazaba con arrancar.
Dio dos pasos hacia atrás, pero volviéndose, comprobó con desazón que aquellas formas les rodeaban por todas partes... Y aquellas figuras grotescas que dejaban entrever. No, no quería seguir mirando...
Escuchaba sus voces sin comprender, inmersa en su propia desazón, ¿qué querían aquellos seres? ¿qué decían de que ella les pertenecía? No...
La voz de Alicia llegaba a través de un velo que rodeaba a Sara. La miró con los ojos completamente abiertos, sus pupilas dilatadas y con lágrimas enredadas en sus largas pestañas.
Sara, no te rindas... Lucha... Se dijo mientras estiraba los brazos abriendo completamente las palmas de sus manos. Sentía la fuerza en su interior, como pequeñas descargas eléctricas, recordándole que ella no pertenecía a nadie. Respiró, una, dos, tres veces... Su corazón poco a poco volvió a su ritmo habitual...
Esperó... Alicia les había retado y ella esperó a ver lo que hacían... Pero no se dejaría prender, no abrazaría lo que ellos llamaban drama. Se mordió el labio hasta hacerlo sangrar mientras los segundos pasaban y aquellos seres deformados, monstruosos, continuaban dejándose ver...
Perdón por el retraso... He estado bastantes días con la mente en blanco y aunque me ponía para escribir, no podía... De verdad, lo siento...
Motivo: EQM
Tirada: 1d100
Dificultad: 67-
Resultado: 68 (Fracaso)
-Sea. Confías en que podrás recuperar por ti misma lo que podríamos concederte en este mismo instante. No habrá marcha atrás –respondieron tras encajar el desafío de Alicia.
Las figuras, implacables como piezas de ajedrez, les franquearon a Antonio y ella la puerta de salida, pero en cambio rodearon a Sara, quien pugnaba por mantener la cabeza fuera en un océano de pánico y al mismo tiempo contenerlos con una especie de barrera invisible.
El brillo de la linterna de Sara no tardó en ser sofocado por una masa de cuerpos, y la invocación de unos glóbulos iridiscentes que se desprendían como granos maduros de los pavimentos y delataban la exudación de un vapor asfixiante de cuya propagación Antonio y Alicia no tuvieron más remedio que huir.
En el pasillo, descubrieron que se producía el mismo fenómeno. Las entrañas de Aire, aquella cápsula de Drama que el bebé Alicia había originado apenas dieciocho años atrás, se estaban revolviendo. El camino de vuelta al ascensor era sorprendentemente expedito, y lo que fue aún más maravilloso, el ascensor aún funcionaba.