Luego de descansar por aproximadamente una hora, con temblores que se siguen sucediendo, se sienten un poco más recuperados.
El viento fresco que entra por el orificio en el techo, les proporciona una ventilación adecuada, y, aunque frío, les permite descansar y atender sus heridas.
Salen al exterior, fijándose en que están en la cima de una pequeña colina, fácilmente bajable a pie.
Quedan restos de lo que parece ser una trozo de tienda de campaña, con algunos aparejos trasgoides.
Desde el sendero que desciende, a lo lejos, se puede ver la forma de 2 jinetes, humanos, que se vienen acercando a un paso constante, pero no al trote.
El sol se siente un poco extraño en sus ojos, que ya se estaban acostumbrando a la semi penumbra.
Cuando están más cerca, pueden ver que, de las 2 figuras, una es un señor mas mayor, con símbolos clericales, y una capa sobre su armadura.
El segundo jinete, parece ser una cleriga, también con armadura, y con una capucha que le cubre la cabeza.
Todavía no llegan donde están ustedes.
Augustus se dirige a la cima del acantilado, procediendo con un poco de premura.
El sol brilla ahora en el cielo, y un aire frío golpea sus rostros, mientras el camino sigue subiendo unos minutos.
Al cabo de lo que parece unos minutos llegan a una especie de explanada, cuyo sector más oriental tiene una pequeña colina.
Por uno de sus lados, se puede apreciar una puerta de piedra resquebrajada y tirada en el piso.
La entrada, donde presumiblemente se encontraba la puerta, se encuentra derruida y tapada en tierra y rocas, haciendo imposible la entrada.
En la parte superior de la colina, se pueden ver 4 figuras: un guerrero humano, un humano con túnica, otro humano y finalmente un gnomo de pelo verde , muy vistoso.
Augustus aminora el paso y se dirige a ellos.
¿Donde estamos respecto a la entrada de la gruta? Habrá que ir por los caballos.
Panacea trató de ayudar a Aramin a reconocer el símbolo de la clériga y su acompañante.
¿No será....?
Disfrutó el sol y la forma en que permitía ver inclusive algunas cosas más lejanas que su nariz, que de por si era pequeña.
¿Los aparejos trasgoides? ¿Estaban intentando abrir la cámara desde arriba? -Los examinó.
Hey, Gael, no vayan a estar los dueños de estos aparejos por aquí todavía y se nos aparezcan de nuevo... -dijo, con aparente tranquilidad y lista para convertirse en un ser de buen olfato para saber la respuesta a su pregunta.
Motivo: religión
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+2)=22 [20]
¿El descanso corto qué nos permitió?
Ascendiendo notó el aire puro, ahora gracias al descanso veía las cosas mejor pues habían logrado derrotar a un monstruo terrible lo que fue un buen acto, el tipo de logros que quería hacer en su búsqueda de aventuras. Mirando a lo lejos aparecían dos figuras resguardadas por sus capas, a caballo.
- Nuestro caballo estaba en la entrada, espero que siga allí, no tiene que estar más que a unos minutos de distancia. Respecto a esos jinetes en cuanto se acerquen podremos ver sus símbolos sagrados.
Decía esperando que pudieran reconocerlos, Sir Gael no tenía prisa, pero tampoco los que se aproximaban por lo que dando unos pasos quiso ver mejor los restos de la tienda que habían en el suelo.
Durante el descanso corto quiero recuperar vida.
Miro los restos por si hay algo interesante.
Descanso corto.
Panacea, al transformarte a gnomo, sientes que tu cuerpo casi se desmaya. (Tenías mucho daño antes de cambiar de forma).
Todos pueden recuperar hasta 2dg (ya que son nivel 2).
Druida recupera usos de su forma animal.
Tirada oculta
Motivo: descanso
Tirada: 2d10
Resultado: 5(+3)=8, 2(+3)=5 (Suma: 13)
Tiro 2d10 + 6 correspondientes al descanso.
Continuaron avanzando sin cesar hasta que por fin encontraron algo. O más bien a alguien. Los pudo reconocer fácilmente sobretodo a la druida con la que había pasado más tiempo. Los saludó desde la distancia con la mano y siguió rauda al enano que ya se dirigía hacia ellos.
- Ellos son los aventureros con los que combatí contra los goblins. Los conozco y son buena gente. ¿Qué harán por aquí? ¿Habrán tenido algo que ver con el temblor? le preguntó.
Panacea se va recuperando poco a poco. Su forma gnoma era más débil que la animal, pero al final es suficiente el descanso para que pueda seguir adelante.
Sabe que se podrá convertir de nuevo en animales varios, y eso la hace sonreir.
Motivo: recuperación
Tirada: 2d10
Resultado: 12 [8, 4]
Motivo: Descanso corto
Tirada: 2d8
Resultado: 5 [4, 1]
Tirada oculta
Motivo: Descanso corto
Tirada: 2d8
Resultado: 11 [8, 3]
Editado por DM: los druidas lanzan dados d8 para recuperarse, no d10. Lance los 2 por ti. (Y en tirada oculta)
A pesar de que era relativamente temprano para un día soleado (tipo 6pm) el sol ya se ponía rojo al otro lado de las montañosas donde se encontraban los héroes.
Luego de mucho tiempo (tal vez mas del que recordaba el grupo dentro de la tumba, y menos de lo que recordaba la Maga) el grupo se volvió a reunir.
Ahi, en la cumbre de esa montaña, la Maga Ylian, ahora abrazando también la fé, la druida Panacea, el hechicero Lasar, el guerrero Gael, el clérigo Aramin volvían a verse, cada uno tenía una historia distinta que contar, ademas de un curioso personaje que estaba ahi, un clérigo llamado Augustus.
Se reencontraron mientras Augustus alababa al grupo por sus proezas, a la Maga/cleriga por su valentía y por haberse embarcado en este viaje de fe, y a los dioses por haber permitido la limpieza de este cubil del mal.
El sol se ponía rojo mientras los héroes decidieron encaminarse al pueblo, había mucho que hablar.
Ante el pesado y sustancioso botín, Augustus presta su caballo, para cargar con la pesada bolsa de los aventureros.
Mientras se hace de noche y se toman con mucha calma la vuelta, los héroes contuvieron un poco su lengua, pero al llegar a la posada, al otro día durante la mañana todo cambia.
Lo primero que les llama la atención, al otro día al entrar en el pueblo, es la variedad y cantidad de gente que se ve en las calles.
Muchos negocios abiertos, un excelente clima soleado, y el alcalde a la puerta de la posada desde donde salieron.
Les da un gran abrazo a cada uno, y mientras lo hace, pueden ver como varias personas los rodean, como en una especie de homenaje y aplauden con vítores y "hurra" de vez en cuando.
Augustus indica a Ylian que se ubique entre ellos, lo cual la Maga cleriga hace con un poco de rubor en sus mejillas.
Les dedica un gran aplauso, mientras la mayoría de la gente también aplaude en consecuencia.
Mientras les cierra un ojo, les dice "mañana conversemos en la alcaldía, no se que hicieron, pero hace días que la gente empezó a volver al pueblo, miren nada más..." su sonrisa es amplia , les guiña nuevamente el ojo y se retira en la, ahora multitud que los vitorea.
Dejo escena abierta para sus posts de llegada, estoy abriendo escena epílogo para finalizar.
Al alcanzarles la pareja resultaba que una de aquellas caras era conocida, por lo que el caballero saludó a ambos de manera amistosa. Sonrió a la mujer y la saludó con cordialidad pero sin ser efusivo: con educación. Le agradaba que estuviera bien. Ella podía ver que tenía la armadura abollada de tanto que la había logrado interponer para detener golpes, fueron unas horas muy duras las que habían pasado.
- Era ese gran trasgo no-muerto el que traía la maldad a este lugar.
Gael había creído que encontrarían una explicación más arcana, la presencia de un nigromante, pero no fue así. No entendía mucho de muertos vivientes o magia arcana, el grupo en conjunto estaba mucho mejor informado pues eran practicantes todos ellos. Quizá en algún momento alguien extrajera alguna conclusión, él estaba contento por haber logrado su primera hazaña exitosa, un primer buen sabor de boca.
Trató de encontrar el caballo que dejaron a la espera, un asunto que tras ser resuelto les permitió regresar al pueblo para recibir unos aplausos que para el caballero eran bien merecidos, un reconocimiento al buen hacer dentro del túmulo enfrentando a un enemigo que fue muy poderoso.
- Derrotamos un gran mal, eso es lo que hicimos. Ha debido de tener alguna consecuencia en los caminos.
Parecía una explicación plausible, él prefirió pensar en otra cosa, en los arreglos que iba a necesitar el escudo y cada pieza de armadura, conocía cada una al detalle, de ahí que lograra una protección tan excelsa.
Preguntilla, ¿sigue vivo el caballo que dejamos atrás?
Panacea recibió con alegría a la maga-clériga Ylian, le contó todo sobre la aventura en las catacumbas, añadiendo de paso algunos hechos que no habían r-r-realmente pasado, pero que hacían la sonar a la historia aún más impresionante. Deverdad que así paso...
Recibió también con gusto los agradecimientos de Augustus y el resto de la gente del pueblo. Realmente no hicimos nada especial, sólo entrar ahí y hacer nuestras labores. -explicaba, con modestia. Aunque realmente casi pierden la vida en más de una ocasión. Y en buena parte por algunas decisiones de novatos, especialmente de ella, no de los demás, que se comportaban como héroes que eran realmente..
Debí haber enredado a los esqueletos primeros, en vez de disparar fuego al inicio. Debí haber entrado como araña al túnel y no como loba. Debí haber.... y así, un montón de "debí-s", pero bueno, se lo perdonamos por ser novata en esto de ser una defensora de la gente.
Hablando de ser defensora ... -pensó.
Y se fue corriendo, sin mucho más que saludar a los niños (estaba a su altura), hablar con los animales (estaban contentos también), y su rumbo fue:
Hola viejo árbol. -Se colocó entre sus gruesas raices que salían del suelo, sosteniéndolo a la tierra como bastiones.
Gracias por tus consejos y visiones. Parece que el equilibrio no será amenazado en esta ocasión.
Como recompensa de esta gente, en favores o escuchares, pediré que no os corten, que les respeten su espacio al bosque, que dejen santuarios, que los dejen crecer, que respeten el ritmo de la naturaleza.
Lo abrazó, y así se quedó un buen rato, confundida con el follaje verde y la madera oscura.
Arbolacéa, la podríamos llamar.
El encuentro fue muy agradable para Ylian que con un gran abrazo recibió a la simpática gnoma con la que había compartido camino hacía unos días antes de que cayera herida ante los goblins y con cordialidad al resto pues a pesar de haber combatido juntos no habían tenido tiempo para conocerse, además de preguntarles si necesitaban sanación. Apenas había conseguido el favor de Mystra pero no quería que los héroes que emergían de aquel tenebroso lugar sufrieran más de lo debido.
Les volvió a mirar ya que para nada se esperaba encontrarles salir de allí que según le contó Panacea era un completo cubil del mal cosa que Augustus no paraba de corroborar. Asintió con alegría a todo lo que esta le contaba y les miraba con felicidad, sentía haberse separado de ellos pero la llamada que había sentido era imposible de rechazar, además de haber supuesto un importante cambio en ella. Habían tenido suerte los dos sirvientes de Mystra de no haber tenido que enfrentarse solos a ese cúmulo de maldad, pues viendo cómo estaba de abollada la armadura Gael, habría sido mortal.
Trató de encontrar el caballo que dejaron a la espera,
Notó a Gael inquieto mirando de un lado a otro y le preguntó que era lo que le inquietaba pues salían victoriosos de un gran peligro y cuando este le contó que habían dejado un caballo en el exterior Ylian le contó como habían visto a un caballo bajar a medio galope por la montaña, probablemente asustado por los temblores que sacudieron la montaña. Como le vio tan preocupado le pidió por favor a Argolan, su búho celestial, que volara para localizar el caballo señalando el lugar por el que este había bajado la ladera y pudieran encontrarlo en su camino de vuelta. Ofreció su caballo a Gael y Panacea para que cuando retornara Argolan les llevara directos hasta el caballo, sabía que la druida ayudaría a Gael a recuperar el caballo y sabría comunicarse con Argolan para encontrarlo.
Presentó al grupo a Augustus su mentor y de camino a la ciudad les contó sobre su visión y su acercamiento hacia Mystra. De como había llegado hasta el templo y allí había conocido a Augustus que le había guiado durante días en el camino de Mystra, de como la magia arcana y divina se unían para ella dentro del mismo tejido y de tantas cosas sobre como estaba unida la magia que sólo Lasar pudo entender si era capaz de seguir las palabras de la excitada mujer enamorada del conocimiento.
Al llegar a la ciudad la gente estaba muy agradecida con ellos y cuando el alcalde felicitó a los verdaderos héroes, Augustus la hizo ponerse con ellos aunque ella no había participado ni había aportado. Cuando el alcalde llegó a ella se escusó y explico que ella no había podido ayudarles.
Cuando vio que Augustus marchaba no supo bien que hacer, si seguirle o quedarse pero como este no le había dicho que le siguiera. Se retiró hacia un lado con Argolan subido en su hombro para dejar que los verdaderos héroes se llevaran el mérito y dio gracias a Mystra por dejar que ellos hubieran librado la tierra de aquel gran mal.
Como ha comentado Gael lo del caballo y Ylian lo vio bajando la ladera trato de ayudarle para recuperarlo en el camino de vuelta.