Partida Rol por web

El joven te mira con ojos extrañados mientras le cuentas tu sueño y anota todo. 

Cuando terminas,  se limita a traer un vaso de agua y te mira con una cara que no puedes decir si es de cariño,  de aprecio o indiferencia. 

Ehm, yo ..yo... creo que... - sientes como titubea su voz - debemos esperar al maestre de ...de .. de hoy,  cr cr creo que es Augustus... -- termina de decir y en su cara se ve lo contrariado que está,  por alguna razón. 

Se queda mirando el piso unos segundos cuando se escuchan unos pasos cansinos al otro lado de la cerca. 

Yerko se pone en pie y va a la caseta a buscar sus apuntes. 

Entonces un barbón enano aparece con una túnica púrpura y se acerca al mayordomo Yerko.

A ver a ver - sientes su carrasposa voz - que tenemos por acá...

Empieza a leer lo que escribió el mayordomo dándote repentinas miradas de cuando en cuando.

Ylian... - dice,  mirando a Yerko,  quien aprueba el nombre con su cabeza - Ylian, señorita. 

Mi nombre es Augustus, y en todos mis años como clérigo de Mystra, nunca había escuchado una historia como la suya....

Se arregla la barba pensativamente mientras te mira  y cuando te levantas a decirle algo te interrumpe con el dedo - ... aunque eso no significa que nuestra señora no tenga planes para sus seguidores. 

Si bien tu descripción es muy similar a como vemos a nuestra señora,  también mencionaste muchos años de conocimiento,  en tu profesión,  eso es como normal, no? El estudio me refiero...

Pero el tema que nos convoca es otro... -se alisa la barba - ... si crees realmente que nuestra señora te llamó,  podemos encausar esa fe y ver que tienes para servir a nuestra señora Mystra...

Aunque te advierto,  serán un par de semanas muy duras!! Espero estés preparada , si empezamos hoy mismo,  podrías aprender mucho!!!

 Al fin,  una sonrisa se presenta en su cara llena de arrugas.  Te mira,  y espera tu respuesta. 

Poco después de sentase en el banco Yerco le trajo un vaso de agua que Ylian le agradeció con una sonrisa. Se lo bebió de una sentada y se sintió más fresca. Sin duda las vistas del jardín eran estupendas y le agradaba mucho estar en aquel lugar. Por algún motivo Yerco empezó a tartamudear unas palabras a las que Ylian asintió. El pobre chico parecía sentirse incomodo tanto rato al lado de ella o quizá fuera porque le intimidaba el maestre que iba a venir. La cara de Yerko había cambiado desde que había tocado el timbre, o quizá cuando le contó toda la historia. No sabía porqué pero tampoco quería incomodarle más por lo que se quedó mirando el jardín desde el banco.

Poco tiempo pasó cuando se comenzaron a oir unos pasos acercarse y Yerko comenzó a moverse por el lugar, abriendo de nuevo la libreta dónde había escrito su historia. Ylian aprovechó para levantarse, los pasos indicaban que el Maestre estaba por llegar así que se puso al lado del joven y esperó junto a él.

Entonces apareció un enano barbudo con una túnica morada, el mismo color con el que había visto a la figura en su sueño. Hizo una reverencia al enano cuando se acercó a ellos y le saludó. Este cogió las notas y empezó a repasarlas con interés.

- Encant... fue a decirle al enano cuando este se presentó pero no le dio tiempo pues el enano le cortó y continuó hablando anticipandose a cualquier palabra de Ylian que le devolvió una sonrisa mientras esperaba paciente a poder hablar.

- Si me ha llamado Mystra o no, es algo a lo que no tengo respuesta y por eso he venido hasta vosotros. Para que me guiéis y encontremos juntos esa respuesta. le devolvió la sonrisa. - ¿Me pides quedarme en un lugar lleno de libros repletos de conocimiento? No hay algo que más desearía. Me preocupa que también en el sueño me hablaba de que otros necesitan también mi ayuda pero creo que no voy a estar a la altura mientras no resuelva el misterio del sueño que me ha traído hasta aquí. Así que estoy dispuesta a hacer lo necesario para aprender más. He pasado años estudiando y dentro de mí siempre he sentido la necesidad de aprender más, llenar mi mente de conocimiento sobre el bonito mundo en el que vivimos y sus misterios. Salí de la torre para experimentar lo estudiado y aprender sobre la experiencia. Acarició al búho y miró seria pero con una ligera sonrisa de alegría al enano. - Estoy preparada y dispuesta a seguir el camino de Mys... de nuestra señora Mystra. le acabó diciendo.

Augustus te mira,  al decir tus últimas palabras. 

Como te explique,  el entrenamiento acá es profundo. Debes aprender a conectarte con la fe. 

Es probable que en tu entrenamiento debas hacer sacrificios personales,  todo es por el buen de nuestra señora Mystra. 

Sin embargo,  estaremos acá,  si aún tienes dudas, resuelvelas ahora.

Esta universidad de cultos te puede orientar hacia tu fe,  no encontrarás el conocimiento que veo, piensas encontrar en libros., pues los que hay acá,  son de creencias y rezos. 

Si estas lista,  pasemos, te despojarás de tus ropas mundanas y vestiras como aprendiz de Mystra. 

Escuchó a Augustus aquel enano debía de saber muchas cosas, pero sobre todo en eso que llamaban fe. Ella había estudiado pero no había sentido lo que era la fe hasta esa misma madrugada. Pues aún no sabiendo concretamente la deidad que se había adentrado en su consciencia ella sentía en su corazón que había sido Mystra. Nunca lo había sentido tan profundamente como aquel día, a pesar de saber de su existencia era algo para ella inalcanzable. Sin embargo, ella la había hablado directamente a su corazón, ella había depositado su fe en Ylian para llevar a cabo una labor que se revelaría más adelante. Ylian al haber sentido esa conexión había experimentado algo que no había sentido antes y estaba alegre por ello.

Sin embargo,  estaremos acá,  si aún tienes dudas, resuelvelas ahora.

- Estoy dispuesta a aprender, siempre lo he estado y haré lo que sea necesario para probarme ante Mystra pues ella ha llegado hasta mi por un motivo que aún desconozco pero siento que debo devolverla  esa confianza. En cuanto a mi mayor duda ahora mismo, es en el significado de la fe. Es algo que creo haber experimentado por primera vez. Pues hasta ahora mi trabajo ha estado relacionado con lo empírico manipulando el tejido de nuestra señora, siempre con el raciocinio por delante para llevar a cabo los conjuros. Sin embargo y por mi reciente experiencia creo que la fe, nace del propio corazón, del alma de uno mismo. ¿Esto es así? Se que tenemos mucho trabajo por delante pero creo que es importante que entienda el concepto de fe. le dijo sonriendo. Mientras hablaba sobre lo que había sentido por primera vez, se llevo las manos al pecho apoyándolas en el corazón.

- Aún así, creo que los libros ayudan mucho y me pueden ayudar en este camino*. le contestó, pues ella había llevado adelante grandes experimentos no instruidos en libros directamente pero si con la mezcla de conocimientos de varios libros. Quizá la fe fuera más espiritual pero el conocimiento sobre las deidades y su entorno era bien importante, o por lo menos eso creía ella.

Si estas lista,  pasemos, te despojarás de tus ropas mundanas y vestiras como aprendiz de Mystra. 

Se sonrojó un poco ante las palabras del enano. - Estoy lista, cuando desees podemos comenzar pero ... ¿Aquí mismo me he de cambiar? ¿Podría hacerlo en un lugar un poco más privado y dónde pueda dejar mis pertrechos? A pesar de todo le sonrió.

Día 1 - La iniciada

Mmmm, hagamos de esto algo con valor. Estoy nerviosa por el día tan excitante que he tenido. Primero el sueño, la llegada al templo, conocer a Augustus y todo lo que me ha enseñado hoy.

Lo primero que hemos echo ha sido realizar una breve visita al templo dónde se reúnen todos aquellos seguidores de Mystra. No ha realizado ninguna presentación pero parecen todos simpáticos. Creo que encajaré entre ellos. Me preocupa no haber visto ningún libro, eran un espacio abierto muy grande dónde había varias mesas y esterillas en el suelo dónde algunos se concentraban y por lo que me dijo Augustus trataban de entrar en comunión con Mystra. 

Después me llevo a una pequeña habitación dónde pude dejar mis cosas sobre un pequeño catre y vestirme con una bonita túnica morada que me puse al momento. La primera instrucción del día fue sobre el conocimiento de la fe y sobre Mystra. Augustus me contó muchas cosas sobre la diosa Mystra y el panteón de dioses de Faerun porque para comprender a Mystra debía entender sobre el equilibrio y la existencia de todos los dioses. Además para acentuar el conocimiento de cada uno de los dioses nos paseamos por todo el templo y nos entrevistamos con los semejantes en rango al enano que con mucho gusto nos contaron mucho sobre su dios. 

Todo lo que había escuchado le sonaba de que en su momento había leído en libros pero el escucharlo de cada uno de los puntos de vista de los seguidores de cada dios le transmitió un conocimiento por encima del que hubiera imaginado, pues una cosa eran las letras sobre las páginas y otras el sonido de la voz transmitiendo la palabra de su Señor o Señora directamente.

La noche se nos echó demasiado rápido, una lástima pues las conversaciones que había tenido durante el día le habían encantado, pero debía descansar. Por ello se retiró a su habitación y con la promesa de levantarse con el primer rayo de sol, tomó su cena en la habitación y descansó plácidamente soñando con la composición del panteón de los dioses.

Día 2 - El peso de la fe

Si bien el primer día fue tranquilo y muy espiritual, el segundo fue bastante más físico y sólo por el simple echo de que Augustus me hizo portar una camisa de mallas y un escudo, de una armería que había en la biblioteca. Aquello si que no me lo hubiera esperado, en este día pensaba que empezaríamos a trabajar mi fe y la búsqueda de Mystra en mi corazón y sin embargo tuve que portar esta pesada armadura. Y el escudo, hay lo que pesaba, pero Augustus me dijo que debíamos estar preparados para cualquier batalla y para ser decisivos y ayudar a la gente debíamos estar bien protegidos. No teníamos que estar en primera línea blandiendo un martillo de guerra, y menos mal porque apenas sabría usar un arma de tal calibre, pero teníamos que ser resilientes y una buena armadura haría tal efecto. Aún estaba en mi mente cuando aquellos goblins cayeron sobre mí y me acuchillaron, quizás si hubiera ido de aquella manera hubiera sobrevivido. Eso sí, debía comprar una armadura con algo de más estilo y si portaba un escudo que llevará el símbolo de Mystra. 

Nunca me había sentido tan incómoda además de no entender cómo podría realizar sus conjuros con un escudo en un brazo y el bastón en el otro. No tenía manos libres para realizar los movimientos somáticos necesarios para sus conjuros. No lo veía nada claro pero si Augustus lo veía necesario lo portaría durante su entrenamiento, sin embargo, para aprovechar todas sus habilidades el escudo era algo que casi no llevaría por el momento.

El resto de la mañana para maravilla mía la pasamos corriendo por los alrededores. Ambos con la armadura y el escudo. A Augustus parecía no afectarle para nada el peso de la armadura pues además de marcar el ritmo, continuó con sus enseñanzas sobre Mystra, sobre el tejido que muy bien conocía y sobre todo la diferencia entre lo divino y lo arcano. Era algo que Augustus no paraba de repetir pues entendía que lo arcano estaba bien asentado en mi mente pero para acceder al don de Mystra debía hacerlo mediante otras vías. Aún así, a pesar de la insistencia de Augustus comenzaba a hilar las similitudes entre el tejido de la propia Mystra y el poder de divino que esta otorgaba. Pues ella, al fin y al cabo, otorgaba la capacidad de moldear las energías por un lado a través del entretejer del tejido y por otro lado, a través del hebras del tejido que conectaban directamente con aquellos a los que otorgaba poder divino.

Con una media sonrisa porque sabía que a pesar de mi inteligencia, parecía que la propia Mystra me había guiado a esas suposiciones. Finalmente llegó la hora de comer, momento en el que se pudo quitar ya la armadura y el escudo. Asearse un poco y comer tranquilamente.

Por la tarde la orden de Augustus era clara. La meditación. Tratar de encontrar a Mystra y entrar en comunión con ella. Fue más dura que la mañana. Durante la mañana había sentido su toque, un conocimiento divino para desentrañar el papel de la magia divina frente a la magia arcana, pero ahora sólo había silencio. Augustus me contemplaba, lo sabía porque le oía sus gruñidos cuando desesperaba o me tensaba. Cuando llegó la noche recibí uno de los mejores consejos que ya había recibido antes, pero que había olvidado. "Los resultados llegan a través de la constancia y la paciencia". Una máxima muy útil y que recibí humildemente, pues a pesar de mi larga estancia en la torre parecía haberlos olvidado, tonta de mi.

Antes de escribir estas líneas he reflexionado sobre lo ocurrido en el día. Mi inquietud esta tarde ha llegado porque Mystra ya se había comunicado conmigo anteriormente y en ese momento yo no lo conseguía. Lo que no había sido capaz de ver era que Mystra había decidido transmirme algo. La vía de comunicación la había abierto la propia Mystra bajo su voluntad y mi trabajo durante este día era la vía inversa, no tenía que esperar a que Mystra volviera a comunicarse conmigo, es una diosa con un gran trabajo por delante para estar atenta a una simple persona y darse cuenta que trato de comunicarme con ella. No. En este caso, debo abrir mi corazón y mi mente para llegar hasta ella como ella llegó a mi y cuando sea capaz de hacer esto, podré entrar en comunión con ella.

Esta noche me va a ser imposible estudiar mi libro de conjuros. Estoy tan exhausta

Dia 2- Noche.

A pesar del cansancio, te vuelves a sumir en sueños de noches, con estrellas rutilantes y brillantes por todo el cielo.

Notas un patrón, vuelven a aparecer tus camaradas en sueños, aunque sabes que son ellos, notas que no puedes ver sus rostros, además, notas que uno o una de ellos, pequeña figura, repentinamente se hace grande, luego vuelve a ser pequeña, luego vuelve a ser grande. Te confunde.

Mientras meditas en esto, mas que ver, sientes lo mismo que habias sentido en tu revelacion en el bosque, un sonido como de un paño de seda arrastrandose por encima de tu cabeza.

Si, soy yo, adepta... - murmura la voz en tus sueños - .. has decidido el conocimiento, y al parecer has resuelto ya quedarte, es tu segundo día, sin embargo, te falta algo... -sigue diciendo -  .. y es que nunca dejas nada realmente atrás, una vez que abrazas algo, ese algo esta siempre contigo, formando parte de ti, de tu ser, de tu fe, de tu conocimiento... Ahora, cuentame, que has aprendido que antes no sabias?...

Le relatas todo lo que tienes escrito en tu diario, sin llegar a comprender el fondo de la pregunta completamente. ¿A que diantres se refiere? piensas en tu cabeza mientras ves cosas.

Las estrellas de tu cabeza repentinamente se transforman en una especie de oscuridad, lo oscuro empieza a brillar y te ciega por un momento, cuando te recuperas, el cielo no es cielo, sino un campo enorme, donde las estrellas infinitias se transforman en una especie de conos de color tierra, rodeados por un cìrculo de tierra, como trinchera...

La imagen se apaga tan rapidamente como llegó, y luego apareces nuevamente en el claro del bosque, donde antes viste a Argolan bajar del cielo en el primer sueño. Solo que esta vez no está.

Del otro lado del claro, se ve una figura borrosa de forma humanoide, tal vez femenina.

Sientes su mirada penetrante en ti, la misma mirada de Argolan cuando te podía hablar en el pasado, y luego la forma desaparece en una voluta de humo.

Sientes un rayo partir el cielo, y despiertas de subito en tu cama en la Universidad de culto.

Es cierto que has visto algunos aprendices, pero muy pocos durante el dia, y de diferentes credos.

Al parecer, por lo que has visto estos dias, se permite cualquier tipo de religion con libre entrada, sin embargo tambien a finales del primer dia, viste como un adepto era expulsado de la universidad, y ahora, durante la noche, recien despierta, empiezas a preguntarte por que.

Te levantas y vas a la biblioteca, ser raton de biblioteca te ha traido grandes satisfacciones, aunque tambien cansancio.

El bibliotecario te mira, con sus anteojos medialuna, y pareciera sonreir, sin moverse.

Entras lento y tus dedos se deslizan por varios libros, terminando finalmente en uno que te causa extrañeza: "El lenguaje orco y como comunicarte con gruñidos". No dice nada del autor, y para ser sincero, el libro tiene una tapa rustica, pero el contenido es muy entretenido, habla de frases comunes que puedes decir, algunas no te cuestan tanto repetir, aunque siguen sonando como un insulto la primera vez, tu memoria de estudio y magia parece brillar recordandote cosas del libro.

Sonries, mientras el tiempo vuela.

Pasadas varias horas, te recuerdas que debes descansar para el siguiente dia y te vas a acostar, dejando el libro donde estaba en la bilblioteca.

Despiertas al cabo de lo que te parecen 15 minutos, pero en realidad son varias horas, lista para el siguiente dia.

Día 3 - La noche tras el mensaje

Hoy ha sido un día extraño, Mystra volvió a comunicarse conmigo anoche. ¿O lo he soñado? No, no pude haberlo soñado, volvía a estar en el mismo bosque que la primera vez. Tenía que ser ella, además hoy he avanzado mucho pues he podido abrir las vías del tejido divino entremezclado con el de Mystra para obrar un pequeño truco en su nombre. Creo que la pasada noche me dejó un camino más sencillo para llegar hasta ella, una vía más directa de acceso. Como cuando manipulo el tejido, sólo que en este caso no hay tejido sino poder arcano divino que me otorga ella directamente. No sabría explicarlo bien, no todavía pero he sido capaz pero he abierto una puerta sin tocarla, con el mismo hilo he echo el suelo temblar y alzado mi voz por encima del resto. Augustus me miró con mala cara al hacer esto pero asintió satisfecho por haber sido capaz de avanzar tanto. Es más cuando le conté esta misma mañana el nuevo contacto me miró extrañado pero esta vez sólo describí el lugar de encuentro no sus palabras. Pues quiero comprenderlas por mi misma. Me comentó que hoy no usaríamos las armaduras pues me quería poner a prueba y hemos pasado la mañana intentando hacer estos trucos que consigo hacer fácilmente. El último que hice fue curioso, pues habíamos terminado e ibamos a comer cuando pasamos al lado de un clérigo de Tempus que comía tranquilo y observé su escudo dañado sobre la mesa. Estoy segura que fue la mano de la propia Mystra la que cogió mi propia mano la posó sobre el escudo, mientras ponía en mi boca palabras arcanas que tras un largo minuto hicieron que el escudo quedara como nuevo. Augustus admirado por la rapidez con la que estaba aprendiendo decidió darme la tarde libre mientras el clérigo de Tempus la miraba sonriente.

La tarde la pasé entre libros, como no. Pero no tanto estudiando sino pasando páginas de un libro de naturaleza, que ya había leído antes, mientras pensaba, que es aquello que no he dejado atrás y que es lo que me faltaba. Todo el rato dándole vueltas sin llegar a comprender. Argolan estaba posado a mi lado con una mirada comprensiva pero seguía sin comunicarse conmigo, quería que este camino fuera echo por mis propias decisiones sin ser influida. Algo que le agradecí con una sonrisa.

Acabé marchando a la cama con la pregunta en mi cabeza: ¿Que has aprendido que no sabías? Quizá que la magia divina y la magia arcana partían de una misma fuente pero se manipulaban de forma diferente. ¿Sería esto?

PD: Estoy aprendiendo el rudo lenguaje de los orcos :)

Día 4 - Descanso y conocimiento

Después de estos tres últimos y ajetreados días hoy me he levantado con ojeras y exhausta. El enano ha venido a despertarme pronto pero al ver mi cara sus rasgos se han suavizado y me ha dicho con cariño.

- Hoy es el día del conocimiento. Descansa y usa la biblioteca a tu antojo. 

Así que he podido dormir unas horas de más saltándome el desayuno. Suerte que mi magia me permite generar unas bayas que me sustentas pues es el único alimento que he tomado hoy. Pues nada más levantarme he ido presta a la biblioteca. He seleccionado varios tomos muy interesantes que me ha llevado todo el día leer y aprender pero he quedado muy satisfecha.

El primero y que más me ha llamado la atención ha sido el del panteón de los dioses. Ao y sus descendientes. En él se describían los dioses desde sus orígenes hasta el día de hoy, gran parte del tomo aún está en blanco pues parece que en este templo se actualiza constantemente y lo más importante y destacado de este libro ha sido algo sorprendente. Todos los dioses están descritos de forma neutra, sin emponderar unos por encima de otros, sin duda un gran libro del que he podido aprender muchísimo sobre el panteón de faerun y profundizar aún más en Mystra.

El segundo que cogí lo tomé como lectura ligera. El mismo tomo del aprendizaje del idioma Orco. Lo repasé un poco y en este segundo intento fue todo sobre ruedas. Y creo que podría hablar fluidamente con cualquier orco. Al igual que el goblin, idioma que aprendí en la torre, está basado en el alfabeto enano, así que cambiando el enfoque a la hora de estudiarlo me ha sido mucho más sencillo.

Por último y ya que estaba emocionada con haber entendido como se estructuran las frases de los orcos y que su diccionario es una mezcla entre orco y goblin, saque un tomo que hablaba sobre el idioma de los celestiales. Como mi Argolan. Este si que me ha llevado gran parte del día pues este idioma no está basado en nada de lo que conociera hasta ahora, pero he de decir que ha sido una gran inversión de tiempo. Hoy me acuesto temprano para descansar física y mentalmente pero antes intentaré intercambiar unas frases en celestial con Argolan a ver si vuelve a hablarme.

Como en una televisión mal sintonizada empiezas a ver algunas imágenes borrosas.

Repentinamente,  todo se de claro,  y abres los ojos,  te sientes extrañamente jovial y despejada. 

Vas caminando por entre medio de las granjas y la gente te sonríe y saluda al pasar...

Hola!! Hola!!! -- saludas de vuelta mientras te sientes a gusto en tu aldea. 

Te sigues acercando a la cabaña y granja de tus padres, cuando te das cuenta repentinamente que esta todo demasiado tranquilo...

Las personas que normalmente deberían seguir acá,  no están...

Te preguntas porque no están y repentinamente ves un trozo de ropa hecha jirones en la tierra,  comprendes que algo anda horriblemente mal,  al ver incluso,  algunos de los jirones con sangre. 

Sientes un grito ahogado  y ves como , en un charco de agua en el piso,  tu pelo plateado, se refleja en un charco... pero no es tu rostro,  es el de un hombre adolescente que te mira de vuelta.  Las facciones del rostro son hermosas,  casi perfectas...

Tu pequeña hermana Miriax, pass corriendo frente a ti.

Ves como tu madre sale de una cabaña y grita "Argalad!!! Cuidado detrás tuyo!!!!"

En un remolino de colores grises, sientes un fuerte golpe y pierdes la conciencia. 

Al abrir nuevamente los ojos te encuentras en una especie de templo,  y alguien te habla. 

Es una voz que tu,  Ylian,  ya has escuchado en otro sueño,  la de la mujer misteriosa. 

La voz habla y no entiendes mucho, sino hasta que dice:

"... y permanecerás unido a ella, en pruebas,  como su guardián, hasta que el vínculo sea destruido por la muerte de alguno de los 2, ahí podrás descansar...."

La imagen se vuelve borrosa y una viragine de colores se las lleva todas,  puedes ver ahora como en ese remolino de colores,  aparecen los rostros de tus padres,  de Miriax, y finalmente el tuyo,  el joven Argolan, con una lágrima cayendo por su rostro. 

Despiertas,  te levantas,  y ves al búho,  te parece ver que una lágrima cae de su ojo. 

Día 5 - Tras la visión

Hoy he tenido un sueño muy extraño, tanto que no termino de entenderlo bien, pero le pareció haber vivido la muerte de Argolan en presencia de su madre y su hermana y cómo había sido vinculado por Mystra al plano Astral y creía que a ella. Y que sólo podría descansar cuando uno de los dos muriera.

Cuando me desperté agitada estaba llorando al igual que el chico del sueño y no sólo era yo, también Argolan tenía lágrimas que caían de sus ojos de búho. Me acerqué a él rápidamente y lo abracé con pesar y dolor. Ambos lloramos juntos durante un buen rato y prometí al búho que en cuanto pudiéramos iríamos a su lugar de origen para saber que sucedió con su familia y descubrir porqué el pueblo en el que vivía había sido atacado. Por Mystra dejé mi promesa en él mientras acariciaba su plumaje.

Augustus como todas las mañanas vino a buscarme y se extrañó de la escena pero no dijo nada más que me esperarían con el desayuno y que me pasara por la armería pues debía de volver a llevar la armadura y el escudo. Una vez más y con un vínculo mayor hacia Mystra y Argolan, tomé fuerzas para afrontar el día y marché directa a la armería. No entendía bien porqué pero tras un día de uso se le hizo más cómodo el llevar la armadura y el escudo, cosa que me alegró. Me junté con el enano y desayune fuerte pues imaginaba que el día sería duro y de ejercicio físico, pero cual fue mi sorpresa cuando me llevó a un gran salón de audiencias que aún no había pisado lleno de clérigos seguidores de diferentes dioses.

Hacía muchísimo que no disfrutaba tanto. Era un simposio que duró todo el día dónde todos podíamos dar nuestra más sincera opinión y el asunto del simposio era algo en lo que yo misma había estado investigando. Quizás el enano lo había convocado para abrir un poco más mi mente. A parte de introducir a sus dioses y los caminos que les llevaban a acceder a sus poderes divinos el simposio hablaba de la capacidad de la conjuración de las personas, ya fuera mediante las artes arcanas, divinas o hasta musicales, pues había un bardo en el simposio que nos deleito con su música y sus capacidades mágicas que abarcaban desde los conjuros clásicos de los magos hasta conjuros que hasta ahora pensaba que sólo eran accesibles a través de las entidades divinas. Aquello me abrió aún más lo ojos y me hizo meditar aún más en mis avances en este aspecto. Por lo que al final del simposio decidí dar un paso adelante y expresar mis intuiciones sobre el tejido de Mystra y de como esta había moldeado un campo de materia mágica única al que a través de varías vías se podía tener acceso a ellas.

En el caso de los magos era claro, tras años de estudio conseguían el conocimiento suficiente para moldear ese campo de materia mágica, por su parte los hechiceros nacían con una capacidad innata para moldearlo. Había leído mucho sobre ellos y se hablaba mucho de sus origenes o descendencias, divinas o de criaturas de magia innata por lo que el estudio sobre como los hechiceros manipulaban la magia podía ser la clave que resolviera ese misterio más adelante. Después hablo de la magia divina, en la que abiertamente puso en el mismo grupo a los druidas y los clérigos, pues los primeros eran seguidores de los dioses de la naturaleza y entendían que extraían su poder de la naturaleza en vez de forma divina, pero en el fondo las bases eran las mismas y de como todo ese poder era accesible gracias a sus deidades que les guiaban a la hora de manipular el campo de materia mágica y extraer el poder en formas que su deidad les permitía usar. Y acabé con los bardos lanzando halagos a aquel que les había deleitado con su música y su magia. Aquellos también eran estudiosos muy similares a los magos, habían dado con una clave única de manipulación del tejido, a través de las notas músicales. Era algo asombroso y fascinante ya que tenían acceso a cualquier tipo de conjuro independientemente de si era arcano o divino. La belleza en aquel arte la había fascinado y había echo que su mente se abriera y se acercará hacía una de las respuestas que buscaba. Ahora tenía mucho más claro como acceder a la magia divina.

El público se quedó absorto con sus comparaciones, pudo escuchar alguno que decía sacrilegio pero el resto en general estaba atento con aquellas teorías de que la magia procedía enteramente del mismo campo y que lo que variaba de unos conjuradores u otros era la forma en la que se accedía a él. 

Augustus se quedó muy pensativo y me dijo que me daría una opinión sobre mi exposición en cuanto me levantara. Y con tanta emoción, apenas me he dado cuenta de que he ido con armadura todo el día. Ha sido un día muy satisfactorio, pero al volver a ver a Argolan en el cuarto me he acurrucado junto a él, para que sus males fueran lo menor posible.

Al principio del sexto día,  despiertas con un sentimiento de amargura. 

Augustus está en tu puerta golpeando. 

Aprendiz - dice muy serio - hoy haremos algo de trabajo... de campo - dice recalcando la última palabra. 

Luego te espera algunos minutos, que parecen volar mientras te apresuras a a prepararte,  y sientes la tensión en el aire. 

Estás muy emocionada,  y a la vez con un poco de temor,  has aprendido mucho pero sientes que aún te falta un pco de confianzas. 

Con Augustus en la puerta,  y suponiendo que saldrás,  te armas como si fueses a la aventura.

Rápido,  te cuento en el camino a la cocina para el desayuno,  hoy no iremos a la sala común.  - su voz suena preocupada. 

Hoy muy temprano ha venido el alcalde en persona para tratar con un tema delicado: trasgos. - termina diciéndolo  melodramáticamente.

Se han avistado en los alrededores de la ciudad,  y la puerta de la herrería ha sido forzada.  Esas criaturas deben estar preparando para alguna barbaridad...

necesito que vengas conmigo e investiguemos ese tema. 

Se detiene en seco,  para mirarte con cara de preocupación. 

Si es que puedes y te sientes segura,  claro. 

Por entre medio de su armadura,  puedes ver su rostro como se ruboriza ligeramente.

Ahi,  en el pasillo espera tu respuesta. 

Se levantó entristecida, en su cabeza aún había mucho pesar por la suerte sufrida por Argolan y el destino que la había unido a ella. Sentía mucha pena por él pero no podía dejar que ese sentimiento les hiciera venirse abajo a ambos. De pronto la puerta sonó con fuerza, era Augustus muy urgido y mencionando trabajo de campo.

Rápidamente se levantó, desecho la túnica que había estado vistiendo durante su estancia en el templo y se puso su ropa habitual con la que había estado viajando, se sentía muy cómoda con ella y además tenía la sensación de que iban a caminar mucho. Una vez recogido lo esencial de la mochila, una vela, una tiza y el espejito de acero que metió en uno de sus bolsillos, cogió la bolsa para transportar su libro de conjuros, se colgó el colgante que le había dado Augustus con el símbolo de Mystra y con la daga ajustada al cinto y el bastón en la mano se acercó a la puerta. 

La inseguridad le afloró ligeramente, había aprendido mucho hasta ahora y su aprendizaje en la torre de hechiceros la había preparado de sobra para hacer trabajo de campo, pero sería capaz de realizar lo que necesitara Augustus. Cogió el símbolo de Mystra llevándolo hasta su frente y trató de relajarse. 

Fue en ese momento cuando Argolan voló hasta su hombro que consiguió esa confianza. Mystra había llevado a Argolan hasta ella y juntos realizarían todo lo posible por honrarla. Con un beso en el costado del buhó llevo su mano hasta el pomo de la puerta y la abrió.

- Estoy lista. le dijo al enano y rápidamente se apresuró tras él pues se movía una velocidad superior a la que llevaba normalmente. Estaba muy agitado. El alcalde había acudido a ellos para pedirles ayuda, el mismo alcalde que la pidió ayuda anteriormente y tuvo que salir corriendo ante el llamado de Argolan. Esta vez no le fallaría ni al alcalde ni al resto del grupo si se volvían a encontrar.

Los trasgos, parecían que estaban superpoblando y amenzando la zona. Los había visto cuando defendieron el carromato, los había visto en sus sueños y ahora estaban preparándose para algo gordo. Miró al enano con seriedad y asintió con determinación.

- Estoy segura Augustus, no te preocupes. Sé que mi entrenamiento aún no ha acabado pero antes de llegar aquí ya me las apañaba por mi misma. Ten por seguro que con todo lo que he aprendido aquí podré ayudar a desentrañar esta amenaza. Además no estoy sola. Argolan y tu venís conmigo. No podría pedir mejor compañía. le dijo sonriendo al ver que se había ruborizado.