Partida Rol por web

Llegan nuevamente a la cámara de entrada,  Panacea está conversando con relinchos, junto al caballo mientras ustedes se acercan. 

El clima sigue viéndose violentamente helado afuera,  y sus halitos de respiración pueden verse a la luz de la antorcha. El pasillo que les queda por explorar es el mismo desde donde salieron anteriormente los hobgoblins y las ratas.

-al caballo-

Pues dime qué pasó.  ¿Donde se fue la yegua?  ¿Sabes donde iría en caso de un susto?  ¿Crees que la podrías seguir luego, ya que salgamos de aquí y pase el frío? 

Y bueno, veamos qué te falta.  ¿De comida bien? ¿Agua? ¿Algo de dolor que quede?  Yo te puedo ir curando, mira, sólo déjame ver y revisarte bien.  Los espíritus de las planicies nos ayudarán.  

El caballo enmudece completamente cuando le hablas y puedes ver que sus fosas nasales se empiezan a mover rápidamente mientras le haces tanta pregunta.

Luego de que terminas lentamente y con una voz profunda dice:

frrrriiiiiiiooooo ... ella asustar con cielo y luz y correr, no quiere escuchaaarrrrrrr. deja escapar un relincho largo,  que suena como un quejido y sigue:

Nosotrrrrosss esperrarr fuerra, humanosss no buenossss , dejarrr frrrrio....

puedes sentir como sus dientes castañetean aun.

comiiidaaa, aguaaa, brrrr si, darrr comida a mi.

musculoss dolerrr, patasss dolerrrr...

Panacea saca su morral de herbolaria y comienza a curar de su hipotermia al caballo.   Le acerca comida, le aplica una segunda curación, más efectiva, y prende un fuego que caliente la alcoba lo suficiente para que se recupere.  Hace una tercera revisión a ver si va mejorando pero aún no ve resultados finales. 

La yegua huyó, por frío y miedo, y no sabe donde está o donde habrá ido.  No son de por acá.  ¿Quieren que la salgamos a buscar y regresamos? -les informó y preguntó a sus compañeros. 

Para la fogata, Panacea usó algo de la madera del sarcófago como material, siempre y cuando estuviera en buena condición y no tuviera aún algo maligno.  Mientras exploran lo dejarán el fuego en brasas para que siga calentando lo suficiente para comodidad del equino. 

Le sigue relinchando, en diálogo contínuo, hasta que se agota el hechizo. 

Listo compañeros, así estará lo mejor posible en lo que regresamos.  ¿O lo quieren llevar con nosotros?   Podría ser una ventaja en llevar cosas o jalar con fuerza sumada de ser necesario, pero no se que tanto haríamos ruido. 

Puedo hacerle algo en las herraduras para que haga menos ruido.  Unos cojinetes artificiales mantendrían el agarre sin el claqueo de eco. 

Gael respondió a la gnoma.

- Dejemos al caballo en la primera sala, allí parece estar a salvo. A su compañera ya no creo que la encontremos después de tantas horas.

Después de eso y viendo que había ánimo por continuar el viaje, el caballero cruzó la sala en dirección a la puerta de la que vinieron las ratas, caminaba con seguridad, portando el escudo pero la espada envainada todavía dado que no había un peligro evidente.

Estaba de acuerdo en avanzar por el pasillo y meternos más profundamente en el tor para descubrir sus secretos. El otro caballo seguramente volvería al pueblo por él solo sino le ocurría nada o quizá le encontráramos pastando por los alrededores.

-"Bien, prosigamos con la investigación de este sitio."

Tomé una antorcha, listo para seguir avanzando detrás de mis compañeros.