La magnífica plaza con arboles grandes y añosos con una especie de escenario al medio tiene varias hierbas y diferentes plantas mas, que las que habían visto durante su primera pasada por acá.
A pesar de tener la infraestructura para que se junte mucha gente, esta casi vacía, a excepción de un de par de aburridos guardias, frente a la alcaldía, un costado de la misma plaza.
Se ven multitud de negocios (una especie de armería, provisiones, una especie de granero, un negocio de hierbas, una especie de tienda tapiada y cerrada con tablas cruzadas también, para finalmente vislumbrar una taberna/posada en una esquina) la mayoría cerrados, uno que otro clausurado.
La unica que se ve "viva" es la especie de taberna que tiene una chimenea humeante en su techo, en el letrero del frente se puede leer "La colina alegre", y de hecho luego de leer, se dan cuenta que asemeja una especie de agujero gigante redondo hobbit en un montaña, aunque muy a mal traer.
Luego de descansar en la posada, y prepararse para el viaje, os juntais temprano en la mañana, luego de comer su desayuno, en la plaza central, listos para empezar su aventura.
Hacia el norte (que es donde se supone que tienen que ir), sale una de las 4 calles mas grandes del pueblo.
La calle está adoquinada con piedras lisas, a semejanza de calzada, al igual que las otras tres que convergen en la plaza, lo que permite que carruajes y otros no se queden empantanados cuando el clima se pone más crudo.
El sol, ausente varios días, se deja ver sólo durante unos minutos en la mañana, y una nube grande y negra se acerca desde el norte, el olor a lluvia se siente en el aire.
Su turno.
Con todo preparado, nos reunimos en la plaza después de almorzar frugalmente. Los caballos piafaban nerviosos, cargados con nuestros enseres. Había amanecido con un poco de sol, pero al norte la cosa cambiaba; una gran nube negra presagiaba lluvia. Seguramente nos llovería en nuestra travesía hacia el tor; así que me eché la capucha de la capa por encima. Me izé sobre la montura y me acomodé, estirando una mano para ayudar a la pequeña druida a subir.
-"Parece que nos lloverá por el camino, será mejor que partamos cuanto antes."
Gracias Lasar, le dijo al subirse a la yegua. Al andar hacia el norte, su montura atrás de la de los hombres de armas, Panacea le empezó a hacer plática al mago.
Si dijeron "seres mitológicos" en las montañas congeladas o algo así, ¿qué podemos esperar? ¿Cuáles seres mitológicos se dice que habitan esa zona? -Quizá eso les serviría para ir mejor preparados con hechizos en contra de los susodichos.
Había comenzado el viaje sin montura y ahora al menos podía cabalgar una, lo que era una mejora. Gael era un caballero joven pero bien entrenado, sabía que cualquier pequeña ventaja podía ser la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso también cuando escuchó la pregunta de la druida le pareció buena idea dar un repaso a sus propios conocimientos además de los del mago que les acompañaba.
- Es buen tema de conversación.
Era más probable que se les cruzara algún animal salvaje pero en ese caso Gael confiaba en su armadura para poder resistir garras o colmillos. Miró luego hacia lo alto, esperando que si llovía no pasada de ser una ligera molestia.
"Veamos si hay suerte y no nos cae encima demasiada agua. Sea como sea no debe detener nuestra misión."
Tirada oculta
Motivo: saber naturaleza
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+4)=13
Tiro mi saber naturaleza.
Escena cerrada. Pasamos a "camino al norte".