Habiéndose reunido todos de nuevo ya el sol se retiraba por el horizonte lo que a entender del caballero pocas opciones les daban. Conociendo ahora el camino a seguir y sabiendo que les esperaban montañas, se hizo a la idea de que debían de pasar la noche en la posada.
- Lo mejor sería dormir aquí y salir con los primeros rayos del astro rey. Los caballos agradecerán viajar de día por tan complicado terreno.
Cierto era que el mago, la druida y el clérigo podrían tener magia que ayudara a que las monturas viajaran con normalidad, con algo tan sencillo como iluminar el camino, pero le pareció más natural seguir la rutina a la que todos estarían acostumbrados.
¡ Al amanecer salimos ! -dijo, confirmando con entusiasmo el acuerdo del grupo.
- Al amanecer entonces, descansemos bien en una cama cómoda ya que no sabemos como pasaremos los próximos dìas. El que primero despierte al alba que procure despertar al resto para que no estemos esperando a nadie. Ahora comamos algo y bebamos ligero que mañana la aventura nos espera.
Entro a la posada y me dirijo a la mesa que ya habíamos utilizado anteriormente.
- Vengan y tracemos un plan de ruta a donde supuestamente esta el origen de esta maldicion, Gael y por supuesto más que nadie tu Lasar deben saber que posiblemente nos espere.
-"Bien, parece que hay unanimidad entonces. A la posada pues."
Me agradaba la idea de pasar la noche en la posada y más con este inclemente tiempo. Fuimos allí y nos sentamos en la misma mesa de la noche anterior.
-"Bueno, la verdad es que no se mucho sobre los tor, de ahí que haya venido por estos lares buscando uno para su estudio. Pero creo firmemente que algún mago está llevando allí sus experimentos, no es normal estas extrañas lluvias. ¿Vosotros qué opináis?"