Partida Rol por web

Había comenzado el doloroso proceso de levantarse, habiendo olvidado cuantas veces se había tomado la molestia. La situación era muy simple para él. El drow y el goblin eran enemigos, y debían convencerlo si querían conservar sus vidas. Mas Niemerov rara vez veía sus planes desarrollarse sin trabas. Esta vez, la traba era un muchacho que no parecía un muchacho, sino más bien un ser que había escapado de la prisión impuesta por las hojas de un libro de historias para niños. Su presentación lo atrapó con la espalda encorvada, el trasero apoyado contra el árbol, pero no tardó en reponerse, asiendo la espada con más fuerza que antes.

Miró al elfo atado a su lado, alertado por sus movimientos, y al parecer fue suficiente distracción como para que el muchacho comenzara un discurso pedante y si sentido. Entonces fue cuando Niemerov decidió que aún no había despertado de su sueño. Debía de estar flotando en el Rauvin boca abajo, alucinando, o quizás el canto de la elfa le había afectado más de lo que su subconsciente se atrevía a reconocer. Después de todo, no veía unicornios todos los días.

-No hay leyes en los bosques, niño. Lo mejor sería que dieras la vuelta y te llevases a tus mascotas. Normalmente, intentaría razonar contigo, diablos, incluso te reclutaría para que nos ayudases. Desgraciadamente, mi memoria es un pozo vacío...- El hombre se tambaleó levemente, sacudiendo la cabeza. -y no estoy de humor para lidiar con criaturas evocadas por mi imaginación. Nadie tocará tus árboles. A pesar de lo que puedan pensar, la Marca me ha enseñado algo sobre el respeto hacia sus habitantes, incluso los que no pueden hablar ni moverse, aunque no todas las plantas compartan esos rasgos.- Sonrió, su rostro delatando un súbito mareo, pero fue un gesto fugaz. -Apenas puedo mantenerme en pie- balbuceó, buscando el tronco donde se había apoyado.

-Aquí nadie es malvado- dijo, esta vez con un desdén por la palabra que suponía algo de lucidez. -Eso existe en los cuentos solamente, niño, pero al parecer provienes de uno, así que no fingiré sorpresa. Pero, hablando de maldad, este drow tiene que aclararme algunas cosas. Sino te molesta, regresa al bosque con tus amigos y déjanos en paz-

Niemerov no esperó una respuesta, simplemente extrajo la mordaza de la boca del elfo y esperó una explicación. Quizás algo de apoyo. ¿Acaso estaba hablando con el aire y su mente le engañaba? En cuyo caso podía darse por perdido. Nadie le tomaría en serio después de algo así.

- Me temo, viejo, que en los bosques sí hay leyes, y guardianes, y en estos momentos yo soy el guardián de este bosque e intento mantener la paz en él. Ahora que veo que estás en condiciones de hablar, viejo, quizás quieras explicarme tú qué ha sucedido aquí. Volveré a mi cuento cuando estime oportuno. Pero en todo caso, yo no haría daño al drow por ahora, hasta que yo sepa qué está pasando aquí, o quizás la realidad y la ficción que pareces estar viviendo comiencen a confundirse. Tengo mis recursos si me fuerzan a defenderme, y además yo estoy sin heridas y con compañeros..

El muchacho parecía indefenso, pero ciertamente no lo era, eran pocos los que con algunas palabras podían convocar animales tan majestuosos como Xial el Unicornio.

Se acercaba al Goblin tirado a un lado del río, un Goblin que el Drow no había podido observar hasta el momento, dado que su atención se centraba exclusivamente en la voz de la Elfa, una voz llena de melancolía que extrañamete acongojaba el corazón del Elfo Oscuro, no podía apartar su mirada de aquellos labios que emitían ese sonido.

Laurel mantenía sus manos sobre el cuerpo de la pequeña criatura, determinando que aún se encontraba vivo, aunque con la respiración muy débil.
Para cuando respondió a Niemerov, ya tenía una hoja de un extraño árbol en sus manos, fue solo poner la hoja en la boca del Goblin para que este despertara súbitamente, expulsando por sus fauces agua almacenada en sus pulmones.

-Yiaaaaaahhhhh -El feo Goblin soltaba un chillido agudo luego de expulsar el agua -Dohun gundor deizglaush... -la cara de sorpresa era evidente en la criatura, y al ver al Druida, trata de alejarse de el arrastrándose, mientras poco a poco caía en cuenta de su situación -Do...doo..donde estar yo? -Finalmente dice con su voz aguda en un no tan entendible común; en sus ojerosos y grandes ojos se evidenciaban el desconcierto total.

Las habilidades del Unicornio siempre habían sido útiles para Laurel en sus múltiples causas a lo largo de los últimos años, en este caso podía detectar el aura que despedida el alma de las criaturas alrededor.

Solo el viejo canoso despedía un Aura, aunque no era muy brillante, era raro este hecho, generalmente se presentaba en personas buenas que empezaban a cambiar su comportamiento al lado oscuro, o en personas malignas que se alejaban poco a poco de ese camino......

Selene notó como la resistencia del drow cedía por fin. Sabía que lo tena atrapado en sus redes, ahora era solo cuestión de convencerlo para que les contara la verdad. La elfa no pudo dejar de sorprenderse cuando el muchacho salido de la nada invocó nada menos que un unicornio!! Jamás en la vida pensó Selene que vería uno en carne y hueso hasta este momento. su visión la inspiró y cambió la cadencia de la canción. Esta vez cambió al común, para que la criatura la entendiera, y en la canción le decía al drow que debía obedecerla y hacer todo lo que le dijera, pues ahora eran amigos y a los dos les convenía colaborar.

- Estás en mi bosque, y más vale que te quedes completamente quieto o morirás, aquí eres un forastero y un enemigo, y como puedes ver -añadió señalando al Unicornio Celestial y al enorme reno de la misma procedencia- tengo poderosos amigos que pueden acabar contigo en un instante. Si te he salvado la vida ahora es porque intento averiguar qué está sucediendo aquí, pero puedo otorgar la muerte con igual rapidez. Manzanas, vigílalo.

A continuación miró a la elfa y al viejo, evaluando su siguiente paso.

- Está bien viejo, mi amigo me ha dicho que hay cuestiones sin resolver en ti, y que no me fíe pues tu aura es confusa, así que inicialmente no voy a tratar de curarte pues podrías revolverte y aprovechando tu salud renovada tratar de atacarnos. Como la elfa parece que sigue empeñada en encantar al drow, puedes empezar tú a contarme qué ha sucedido aquí. Después le preguntaré a los demás. Cuéntame tu versión y no me veas como un enemigo pues no lo soy. Si el asunto no es, finalmente, de mi incumbencia no me meteré, simplemente os escoltaré a la linde del bosque para que solucionéis vuestros asuntos en vuestra tierra. Comprenderás que si tú tuvieses a tu cargo un pueblo y de repente unos forasteros se pusiesen a pelear entre ellos en la plaza mayor, también tú intervendrías.

Finalmente, no le quedó opción además de creer que todo era real; el dolor demasiado intenso, el césped y la tierra húmeda bajo sus pies igual de convincentes. En su expresión se reflejaba la súbita determinación, y a pesar de todo no pensaba dejarse amedrentar por un muchacho florido y sus animales, aunque no hubiera nada normal en aquellos cuadrúpedos. Le inspiraban confianza, pero extrañamente se le antojaban más amenazantes, sin contar que uno de ellos se suponía que no existiera acorde a lo que el viejo había creído saber durante toda su vida.

-Nadie muere hoy. No mientras no sea necesario. Hasta en la tundra hay cierto respeto por la vida- Niemerov dictó su sentencia, implacable, más firme de lo que parecía ser posible para él en un principio. El silencio se mantuvo por unos momentos, mientras él inspeccionaba la reacción de la proclamada autoridad en aquel bosque. Contra todo pronóstico, irrumpió en una franca carcajada, algo amedrentada por el dolor en sus costillas, mientras observaba a los presentes uno por uno. -Puedo decir con toda seguridad que esta no es la situación más extraña en la que me he enrollado- Había una sonrisa allí, si, pero no reflejaba diversión. Parecía un intento desesperado por calmar los aires.

-Esta muchacha me despertó. Yo estaba tirado allí mismo, dolorido y confuso. Aún no recuerdo con exactitud, pues se que conozco a estos... individuos, pero no podría asegurar quienes son en realidad ni por qué compartíamos camino. Estábamos a punto de saber si la memoria del drow estaba en mejor estado cuando nos abordaste- Suspiró e hizo un gesto, como si tanto nerviosismo hubiera sido digno de una riña infantil. -Quizás podrías sernos de ayuda. Este es el Rauvin, ¿no es así?-

Selene podía notar como su magia encontraba resistencia en el drow. Resistencia fuerte. Sin embargo, el poder de su voz era demasiado fuerte. Insistió e insistió para vencer la resistencia a la magia natural de los elfos oscuros.

- No, no es el Rauvin, unas millas más arriba hay un remanso en el Rauvin y una cierta cantidad de agua se escapa por una vía lateral, separándose del río principal. Ese riachuelo recibe después un par de pequeños afluentes y forma este otro riachuelo en el que estabais. No sé como llegásteis a él, pero habéis tenido suerte, más adelante se convierte en un río subterráneo y seguramente os hubiéseis ahogado o caído en alguna caverna de la infraoscuridad.

Malviirach observaba y escuchaba encandilado la musica y la voz de Selene. Habia percibido un extraño tiron de su espiritu hacia la elfa pero a pesar de ello, su cuerpo se habia resistido a ello. La sensación habia echo que su espiritu recordara los viejos tiempos cuando aun permanecia en su ciudad natal y aun mas despues cuando recordo los tiempo que habia pasado bajo la tutela de su antiguo mentor, hasta que el destino aciago hizo su aparición y el acabo alli. Un lugar que no sabia aun como definir.

- Elfa, quizás quieras dejar de intentarlo. Mi amigo Xial me ha dicho que ese Drow no parece emanar ningún aura maligno, ni siquiera el goblin. He de reconocer que me ha sorprendido mucho. De hecho tan solo el viejo ha dado un cierto resultado en ese sentido, pero nada muy contundente tampoco. No es una certeza, hay modos de camuflar el aura, pero es una pista. Algo me dice que será más sencillo resolver todo este asunto con diálogo que con encantamientos.

Selene escucha las palabras del muchacho y afloja su presa mental. No tiene sentido seguir con la sugestión si un puñetero unicornio celestial asegura que el drow no es maligno. Libera al eslfo oscuro de su fascinacion y se vuelve hacia el muchacho.

-Muy bien, muchacho. Te has ganado mi confianza con la presencia de tus amigos. Imagino que estamos a salvo si dejo de controlar al drow. Lamentablemente lo que te ha dicho el humano es cierto. Ninguno de los dos recordamos como hemos llegado hasta aqui pero yo , por lo menos, recuerdo mi nombre. Selene, para servir a Sune.

El Goblin permanecía estático, con ojos estupefactos, observado atentamente por el compañero del Druida, un Alce de nombre "Manzanas" que emanaba un aura blanca de si, la luz era mas brillante en sus cuernos.

-Mi....Mi nombre ser Dou'h Tro "Diente Afilado", no buscar pelea, solo querer saber quien ser ustedes y que hacer Dou'h Tro en este lugar, solo recuerdo...... Estar en una Barcaza, yo dirigirme a sur de gran ciudad de árboles, a llevar mensaje a los de mi orden..... -La expresión de esos enormes y feos ojos se tornaba pensativa, la voz era temblorosa mientras hablaba, quizá por el miedo o quizá porque asi era.

- Yo creer recordar a Elfa fea de cabello de sol, pero no saber quienes ser ustedes tres.

- Bueno, soy el único, por ahora, que parece no haber perdido la memoria. Mi nombre es Laurel, como ya dije, soy druida y suelo residir el en bosque de Turlang, hace unos días El Gran Ent me pidió que echase un vistazo a este bosque pues algunos colonos estaban talándolo. Negocié con ellos y parece que se han controlado. Ayer escolté a un grupo de aventureros que buscaban algo de gloria cazando un troll, a los que dejé hace un rato camino de la salida del bosque. Iba con ellos cuando escuché vuestras voces, y me acerqué a ver qué pasaba. No puedo pues aportaros nada de vuestro pasado. Quizás nuestro amigo Drow... Disculpa que no te suelte por ahora, pero mientras no sepa más tanto el goblin como tú estáis bajo sospecha. Sé que puede no parecer justo, pero dado el historial de vuestras razas la precaución nunca está de más.

El Drow ya no estaba amordazado, y ahora tampoco estaba bajo el influjo de la elfa, así que era libre para hablar. Manzanas seguía, como se le había ordenado, al lado del Goblin. Xial caminaba al lado de Laurel, con quien a veces comentaba algo en celestial. Parecía un tanto... aburrido.

-Si. Yo también empiezo a recordad. Te recuerdo, "dienteafilado" -dijo con una extraña ssensación. Como si en verdad no hubiera nada que temer del goblin. A fin de cuentas, no era más que eso, un triste goblin.

Selene se volvió hacia el humano y el drow con una mirada intensa.

-Y también os recuerdo a vosotros dos en la barcaza. El drow encadenado y tú -señalando al humano con una mirada subitamente áspera. Tu levantándote enojado e intentando agarrarme.