Partida Rol por web

Arue no había terminado de susurrar a su caballo cuando los compañeros notaron como se hacía el silencio dentro de la posada. Por un momento, sólo se oyó el sonido de unos pasos y el crujir de la madera de las escaleras, acompañado por un suave tintineo metálico. Finalmente, una inmensa silueta se perfiló en el umbral iluminado de la posada.

-¡Estoy listo! -tronó la voz de Groland, dejando entrever cierto entusiasmo.

El guerrero cruzó la calle frente a la posada en dirección a los caballos. Iba completamente pertrechado: un tabardo verdeoscuro lleno de remiendos cubría su veterana cota de escamas, a su vez vestida sobre sus ropas de viaje. A la espalda se había cargado su mochila y su hacha de batalla; al brazo, su gran escudo de madera, de campo verde con una flor blanca en el centro. Junto a un carcaj a rebosar de flechas, en su cinturón colgaba una rotunda maza pesada, la tililante luz de las antorchas acariciando los pliegues de su pesado cabezal, una imitación magistral del capullo de una rosa. A parte de eso, sólo llevaba un odre y un arco corto al hombro. Pero lo más sorprendente de todo era su cara y sus manos: el hombretón se había tiznado por completo su piel con hollín. Parecía un enorme gólem de basalto.

-Perdonad la tardanza, pero tenía que coger muchas cosas. Un mercenario es como una mula: 50% cargar trastos, 50% pegar coces...

Se aproximó hacia el caballo marrón oscuro cuyas riendas sostenía la mujer llamada Jerinor (pero ni siquiera se fijó en la presencia de la elfa Lauren, que antes le había llamado la atención) y montó con la habilidad de quien ya lo había hecho muchas veces antes. Miró a sus compañeros uno por uno, y se detuvo en Arue.

-Bien... ¿Tenemos un plan? -Pero rápidamente lanzó una mirada severa al hechicero, que había vuelto junto a los demás.- Y me refiero a que si la drow tiene un plan. -Se concentró en ajustarse los guantes.- Como decía mi padre, las opiniones son como los culos: todo el mundo tiene uno... Y sólo me interesa el de nuestra cazadora -concluyó.

Lo dijo distraidamente, señalando a la drow con el escudo, sin alzar la vista, pero no tardó en darse cuenta de lo que acababa de decir: fijó la mirada en el vacío, se ruborizó, tragó saliva e hizo girar al caballo, que relinchó percibiendo el nerviosismo de su jinete.

-La opinión de nuestra cazadora, la... hm... La opinión de... eh... Hm. -Groland se fijó entonces en los equilibrios de Rash sobre su montura y decidió aprovechar la oportunidad.- Por cierto: espero que no estéis pensando en cabalgar al galope tras nuestros enemigos, o nuestra primera baja se la cobrará la yegua parda del semielfo.

Miré divertida a Brand. Seguramente ahora deseaba no haberme pedido unirme, para no tener que seguir mi plan.

"Bueno, tal vez me convierta en su escarmiento para la impulsividad."

- Si todo el mundo está listo, puedo ponerte al corriente por el camino, así dejamos de perder el tiempo y damos alance a esos pieles verdes.*

Amigos estamos perdiendo un tiempo precioso.. salgamos de inmediato. Ya nos han dicho que pueden estar en un castillo cercano por lo que no hace falta seguir mucho el rastro.. solo hay que seguirlo un poco para saber la direccion y alcanzar ese castillo. Rizzen tambien estaba precoupado por la osucridad de la noche. Seria mejor esperar a la Luz de la Lazhander para acometer la pesecucion, pero la precoupacion y la mirada de Shandrill pidiendo ayuda, leimpulsaba a actuar a toda prisa, antes de que los orcos estuvieran demasiado lejos. 

Acercandose al caballo y montando en el mismo Vamos amigos no hay tiempo que perder

El Paladin sonrie y solo escucha, al ser un paladin de Tyr, no puede ocultar cierta arrogancia en sus gestos, sus pomulos se dilataban y su mandibula empezaba a morderse a si misma cuando no tenía la razón!.

-Pues partamos ya.- Sin vacilar, se monta en uno de los caballos, uno blanco de crin peluqueada y ojos marrones oscuros, se dirige hacia la clériga y esbosa una sonrisa, olvidando su gesto anterior -Mi bella dama, traeré ese Crisol a como de lugar, esos orcos son enemigos de Tyr y por lo tanto son enemigos mios, sobre la hoja de mi espada correrá sangre de esos infames!.

El paladin quedó en silencio, esperando a sus compañeros.