Partida Rol por web

Arlen escuchó tus palabras con la cabeza gacha al principio, pero la levantó y te miró a los ojos mientras le hablabas. A cada segundo que pasaba, el hombre parecía tranquilizarse y recuperar su talante habitual, serio y escrutador. Pero en el fondo sabías que era una pose, pues aún se le notaba la pena en su mirada. Conforme hablabas de Sirya, él simplemente asentía, a la par que exhibía una media sonrisa mientras seguía pensativo. "Gracias Groland, eres indulgente, pero sé que mi hija es un poco...excéntrica a veces. Supongo que será el ímpetu de la joventud y sus ganas de explorar...mundo. Te agradezco que la respetes, simplemente es joven aún." 

Evidentemente, Sirya estaba ya en una edad que en algunos otros lugares se le consideraría una mujer de pleno derecho, en otros no tanto, y en otros simplemente sería la compañera de su marido, sin derechos. Aquí parecía que influenciaba más la opinión de su padre y sus ganas de protegerla, que la dura realidad. Quizás el que la chica vistiera como una niña aún influenciara en la percepción de los que la contemplaban. 

Cuando insinuaste que el grupo se separaría pronto, Arlen no pudo menos que fruncir el cejo ligeramente..."Vaya, lamento oír eso. Realmente ya habéis hecho un más que buen trabajo aquí, aunque hayan cosas por hacer aún. Supongo que aún tenéis que terminar con el viejo castillo, según me ha dicho Shandril, y que una vez hayáis acabado con eso, os iréis...¿cierto?" dejó sus palabras en suspenso, en el aire, meditando unos momentos. "Sí, supongo que sí. Éste pueblo tiene poco que ofrecer a unos aventureros como vosotros una vez el problema de los Orcos se ha acabado, aunque no me vendrían mal unos hombres y mujeres extra para mantener la zona segura. ¿seguro que no puedo convenceros para que toméis Fairhill como vuestro nuevo hogar? La granja de Fendrin está libre, y seguro que podemos encontrar algún que otro arreglo.".

Una vez le contestaste, se tomó un par de momentos para pensar y se despidió de ti. "Bien, debo irme ahora, tengo que hablar con ella antes de que se acueste. Buenas noches, Groland." *

Se levantó y salió por la puerta, tras despedirse del resto.  

La conversación entre Groland y Arlen duró poco, unos pocos minutos donde los dos hombres, hablando con voz sosegada y tranquila, parecían intercambiar impresiones. En un momento dado Arlen agachó ligeramente la cabeza, mientras a Groland se le veía dubitativo, pero al poco el magistrado recuperó su postura erguida y siguieron hablando con tranquilidad. 

Finalmente, unos pocos minutos después, Arlen se levantó de la silla y se despidió de vosotros "Debo marchar, tengo asuntos que atender aún y es tarde. Os recomiendo ir a casa y descansar, así también dejaréis descansar a Glarian. Encender la chimenea, pues hace frío hoy...es raro...normalmente el tiempo suele estar más comedido para el día de "La buena cosecha"*. En fin...buenas noches." 

Arlen se acercó a la entrada, cogió su sobretodo y se lo caló, saliendo por la puerta y dejando entrar una ráfaga de aire gélido acompañado de unas pocas gotas de la lluvia que aún caía a raudales. 

- Venga vayamos a dormir, hoy lo hare con vosotros, ya que mañana por la mañana si Rash quiere que vaya con el es mejor que estemos juntos. venga, dejemos descansar a Glarian y durmamos un poco antes de mañana.
digo mientras me levanto y me pongo la ropa de abrigo esperando que los demas hagan lo mismo a la par de que recojamos lo traido por Lannet para llevarlo a casa.

Groland asintió a la pregunta de Arlen de si, después de ocuparse del castillo, se irían de Fairhill. La posterior oferta del magistrado no pilló por sorpresa a Groland: cualquiera con algo de seso en la mollera podía ver que el pueblo necesitaba unas cuantas espadas más, para lo que fuera. Y la vida en un pueblo como aquel no era algo que Groland descartara para su futuro… Pero debía encontrar a su padre. O la tumba donde estuviera. Así el guerrero no rechazó la oferta, no al principio, aunque finalmente sus gestos dieron a entender que era improbable que le pudieran hacer cambiar de opinión.

—Tengo que seguir mi camino... —murmuró cabizbajo.

Groland no dijo nada más y ambos hombres permanecieron unos segundos en silencio. Luego, el alcalde indicó que debía marcharse y se puso en pie. Groland hizo lo mismo.

—Claro, vaya...

Juntos fueron junto a Rash y Kerri.

Groland se levantó con el magistrado y se acercó a la mesa, pero no se sentó en su sitio de nuevo. Sin embargo, sí que lanzó una mirada a Rash, asintiéndole discretamente, como para indicarle que estaba todo resuelto.

—Buenas noches —dijo Groland escuetamente, sin confirmar si se iría de inmediato.

Sin embargo, tomó buena nota del consejo de Arlen acerca del inusual frío. Y del fuego. Realmente tenía frío y sueño, pero no había terminado con sus compañeros aún. Cuando el magistrado se hubo ido, pidió a Kerri que esperara.

—Rash: ¿a qué te referías con que ese aceite puede encantar un arma?

Groland quería saber qué tipo de encatamiento y cuánto duraría. A Groland también le habría gustado repartir ya todo aquel botín, pero Arue estaba dormida y Jerinor no estaba allí: mejor hacerlo al mediodía siguiente. Por de pronto, podían hacer planes.

—Y… ¿Podéis encargaros vosotros de averiguar algo sobre esas cosas mágicas? —preguntó el hombre, pensando en el día siguiente—. Yo puedo llevarle la armadura a Voril, a ver qué dice. Por la tarde, podríamos tratar de localizar a ese montaraz loco y preguntarle qué demonios quiere.

Miró a Arue. Por un momento, pensó en cargarla en brazos hasta la casa noble: ¿cuánto podía pesar su cuerpo de medioelfa? Seguro que no mucho... Pero rápidamente mudó de opinión: no sólo era una medioelfa, sino una drow solitaria, asesina experta y tía con muy malas pulgas en general. Quizás no le sentase muy bien ser cargada como un bebé o como una cría indefensa... No: mejor la despertaría con cuidado.

- La armadura véndela, seguro que el material le viene bien, a mi no me mejora, asi que me da lo mismo.

Visiblemente más tranquilo al ver que Groland no terminaba a bofetadas con el hombre más poderoso del pueblo, asintió ante la sugerencia de Kerri.

- Me parece una buena idea. Mañana, cuando Arue despierte, y nosotros regresemos del Templo, querría comentar con vosotros algunos rumores que he escuchado por el pueblo. Cosas que pueden decidir nuestros próximos pasos en Fairhill - dijo, mirando a Groland con una pícara sonrisa - Pero tranquilo, por una vez, no tienen nada que ver contigo.

Empezó a recoger las joyas cuidadosamente, asegurándose que no se golpeaban entre ellas, junto con el resto que llevaba encima. La bolsa comenzaba a pesar, no le gustaba tener tanto dinero encima.

Tras terminar de hablar de sus cosas, despertar a Arue, recoger el equipo traído por el mediano Lannet, y comprobar que todo estaba en su sitio, abandonaron la posada, tras tirar de la cuerda como indicado, y salieron al frío exterior para encaminarse a su residencia en Fairhill, la casa noble que les habían prestado.

Algunas preguntas quedaban en el aire, como la de Groland preguntando por el efecto mágico del aceite, otras propuestas, como la de Rash, también, así como el reparto del botín. 

Groland cayó en la cuenta de que se había olvidado por completo de Jerinor y la propuesta que ésta le había hecho de forma poco disimulada. También cayó en la cuenta de que la mujer no tenía forma de entrar en la casa noble que les habían prestado a ellos, pues la llave le llevaban encima. El viento era gélido, y la lluvia no ayudaba para nada, así que dedujo sin mucha dificultad que la mujer se habría retirado a sus aposentos....

Con paso presuroso, se dirigieron a la casa, maldiciendo el frío.

Glarian recibió a Jerinor con una sonrisa amable, pese a entrar ésta cuando ella estaba fregando el suelo y dejar varias huellas de barro desde la puerta hasta las mesas más cercanas. El camino estaba totalmente enfangado debido a la fuerte lluvia de la noche anterior y con los pensamientos puestos en Groland, no se había percatado hasta dar varios pasos dentro. 

En el momento que le preguntó a Glarian por el grupo, cayó en su segundo error. Se le había olvidado también que Groland y los suyos tenían cedida la casa noble del pueblo, en pago por el tema de los Orcos del Castillo del viejo mago. Glarian la miró con una sonrisa condescendiente.."Demasiada cerveza anoche, ¿eh? Groland y el resto están en la casa noble, imagino que aún estarán durmiendo, porque se fueron tarde de aquí. Y ahora querida, si me permites, arreglaré el estropicio....vamos...vamos...sal fuera...." 

Y con un par de aspavientos con el trapo mojado, la sacó a la calle de nuevo. Los pasos de Jerinor se dirigieron a la casa noble. *