Partida Rol por web

- Brand tienes razón, lo mejor sera dejar el arma como esta, y esconder las lanzas bajo alguna manta, caja o puerta, así solo nosotros sabremos donde esta la munición si por algún motivo la necesitamos.

Rashaniel se había quedado a un lado mientras sus compañeros decidían qué hacer con aquella balista de grandes dimensiones. Las armas de asedio nunca le habían interesado al joven mago, ya que eran demasiado bastas para su gusto comparadas con las sutilezas de la magia arcana. Sin embargo, fue la mención del vampiro que habitaba en la fortaleza lo que llamó su atención. De repente se encontró con la mirada de Groland clavada en la suya.

- Er... bueno... - dijo, creyendo que el fornido guerrero le pedía su opinión - ¿Quizás haya algunas catacumbas bajo el castillo? Es demasiado ruinoso para que alguien viviera aquí mucho tiempo...

-Pienso lo mismo, Rash: en la superficie no parece quedar mucho donde esconderse... -Groland comentó a sus compañeros lo que había podido ver al asomarse donde ahora mismo estaba asomándose Hathol. Hizo hincapié en lo que pareció la boca de un pozo y el único edificio habitable que aún no habían visitado: la torre suroeste.- Y aún no hemos visto la madriguera de esas alimañas: dónde duermen, dónde cocinan, dónde guardan cosas... Ni dónde está el chamán. Sobre los vampiros... -Lo cierto es que Groland no sabía sobre los vampiros más que cualquier otra persona de Faerun.- ...o lo que sea que hay aquí, quienquiera que instalara el escorpión tenía claras dos cosas: una, que el fuego sería efectivo -indicó el hombretón señalando las lanzas empapadas en aceite-; y dos, que haría falta un arma de asedio contra ese enemigo.

Espero unos segundos para que sus compañeros comprendieran las implicaciones de sus palabras: si alguien había instalado un escorpión de fuego para enfrentar a un enemigo es porque las armas individuales servirían de poco.

-Yo digo que escondamos las lanzas por aquí cerca. -Groland vio la expresión de protesta de Brand, pero antes de que dijera nada le contestó.- Ya sé que prefieres que nos las llevemos para que no las usen contra nosotros, pero tal vez necesitemos que alguien suba aquí a usar el escorpión y quizás ese alguien no pueda con ellas de vuelta. -Continuó para todos.- Cuando bajemos, mal que me pese, coincido en que Arue debería ir primero. Si hay enemigos, esperemos que no sean muchos y que les pillemos desprevenidos. Si hay subterráneos y encontramos un acceso, sigamos por ahí: evitemos el patio mientras podamos. -Muchos orcos: podrían dar problemas e incluso atraer a más orcos del interior. Eso si nadie nos ve desde la torre suroeste una vez estemos al descubierto. Los hechos se precipitarían y el grupo perdería el factor sorpresa que había mantenido de su lado hasta ese momento.- Pero si hay que salir, tendremos que liquidar a los dos del patio antes de que los demás se cuenta, y para eso les atacaremos a distancia. Una vez el patio esté asegurado podremos investigar la torre suroeste, y luego las ruinas y el pozo. En algún lugar acabaremos encontrando al chamán, su altar corruptor, el botín de estas alimañas y... Bueno: lo que sea que haya por aquí. -Este punto débil en su plan le preocupaba bastante, pero había calculado la contingencia.- Si aparece... algo imprevisto... lo atraeremos a la superficie y lo entretendremos mientras uno de nosotros vuelve y opera la máquina.

Miró a Brand y a Greinh en busca de aprobación: el elfo había demostrado ser bastante cabal y afín a sus ideas, mientras que confiaba que el paladín coincidiese en su análisis de la situación. Si convencía a esos dos, Rash caería como una manzana madura por su timidez y sus lazos con Groland y Brand, y Kerri no tendría más remedio que aceptar la voluntad de la mayoría. En cuanto a la drow... Groland ya no sabía qué esperar de ella. Es un acertijo envuelto en un misterio dentro de un enigma.

-¿Y bien? ¿Qué os parece?