Partida Rol por web

Descargue mis dos espadas con todas mis fuerzas y le partí el cráneo en dos a esa bestia, que callo inerte a mis pies.

Cada vez quedaban menos bestias pero aun así no era momento para alegrarse, la guerrera seguía teniendo problemas y debíamos ayudarla.

Levante la vista y vi que el otro muchacho ya había terminado con otras dos bestias.

-Parece que esto se te da bien- Le grite pon encima del ruido.

De pronto oí un ruido procedente de mi derecha y me prepare para otro combate.

Una de las bestias venia corriendo hacía mi a una gran velocidad y con una potencia destructora.

Cargue el peso de mi cuerpo en un pie para esquivarlo mejor, pero esa bestia era rápida y me di cuenta antes de que fuera demasiado tarde que no podría evitarla así que me prepare para el impacto.

La bestia me golpeo con una potencia arrolladora pero yo no era un debilucho y soporte el golpe casi sin moverme aunque el golpe me dolió bastante.

Aprovechando la proximidad de la bestia le lance un golpe a cada lado del cuerpo con mis espadas.

El sello se la espada de Zael brilló de nuevo para partir en dos al zombie, que finalmente dejó de moverse una vez sus partes cayeron al asfalto. Gerarlt por su parte hizo gala de su fortaleza, el corpulento gerrero aguantó, no sin llevarse un buen golpe, la embestida del carnacor, eran pocos los capaces de mantenerse en pié ante tal embestida, pero era soprendente, incluso para Zael, la facilidad con la que Gerarlt sobrellevaba la parte mas dolorosa de una pelea, se notaba que no era la primera vez que era herido por demonios y no sería, ni mucho menos, la ultima.

El hombre de pelo albino contraatacó al acorazado demonio y enseguida comprobó que este era mas duro que los stalkers, no sería tan sencillo, sin embargo ahora eran dos contra uno, un echo soprendente dado que la plaza estaba infestada, todas las demas hordas habían sido lanzadas contra la templaria a la vez que esta combatía con el poderoso demonio, la gran mayoría habían caído por su espada, pero a la vez eso la había sentenciado, no le restaban fuerzas.

Los temoresde los dos errantes, se harían realidad si no se apresuraban a acabar con el carnacor que aun les cierra el paso, o quizá ya era demasiado tarde...

El demonio pareció querer terminar ahí mismo, nada ni nadie parecía ser rival para él, su escudo invisible repelía todos los ataques y la templaria parecía haber alcanzado su límite, incando una rodilla en el suelo, haciendo que su armadura produjiera un sonido metálico.

-Demonio- Como puedes ver, sólo has retrasado lo inevitable...

Inmediatamente comenzó a formular algun tipo de hechizo o maldición cuyo objetivo a todas luces sería la heroica templaria, que jadeaba fuertemente sin poder moverse. Antes de que los dos valientes que se habían propuesto salvarla pudieran reaccionar, el carnacor se lanzó de nuevo, esta vez contra Zael, lanzando un mordisco a su pierna, aquellos dientes afilados no presagiaban nada bueno.

Aquella bestia era mas poderosa que las otras pero no me podía dejar amedrentar,la guerrera lo estaba pasando mal y tenia que ir a ayudarla lo mas rápidamente posible.

Me coloque en posición de ataque y empece a correr hacía la bestia para acabar con ella de una vez por todas. Levante una espada por encima de mi cabeza y la otra a un lateral de mi cuerpo, quería darle golpes desde todos los lados y terminar cuanto antes.

Cuando llegue a donde estaba la bestia deje caer sobre su cabeza mi espada mientras con la otra atacaba de izquierda a derecha, sabia que era un golpe difícil de esquivar pero no imposible, espero que esa bestia no fuera tan rápida.

-Demonio-"Cenizas a las cenizas".

Sentenció aquella poderosa abobinación. Una de las mas crueles maldiciones demoníacas había sido ejecutada sobre la templaria, la cual cayó sobre el asfalto retorciendose de dolor, emitiendo un grito sordo. Pronto se quitó el casco de su imponente armadura y se dislumbró el rostro pálido de una mujer bella, la mas bella que Gerarlt había tenido la oportunidad de contemplar desde que su memoria le permite, sus cabellos son lisos y dorados, sus ojos eran azules en unas facciones claramente nordicas.

Empezó a salir sangre de su boca mientras en sus ojos se veía un sufrimiento extremo. Subiendo por su cuello y desde el interior de su piel comenzaron a subir lentamente unas lineas negras, corrompiendo a lo mas parecido a un angel que Gerarlt había tenido la oportunidad de contemplar.

Mientras tanto, las espadas de Gerarlt bufaron y abatieron al carnacor, harían falta mas demonios y mas fuertes para detener al hábil errante, mas ahora que tras años sólo, había descubierto que aun había semejantes con vida.

Ahora que el destino de la noble guerrera parecía decidido, el poderoso demonio se giró para encarar a la ultima "rata" que quedaba con vida y desde luego esta no parecía ser, ni mucho menos, una amenaza comparable a la poderosa templaria que ahora agonizaba con aquella maldición que la estaba consumiendo viva.

-Demonio-Has peleado bien, humano, pero tus esfuerzos son ahora en vano jajajajaja...

El demonio sabía que las espadas de Gerarlt nunca le alcanzarían, tal y como no lo consiguieron los potentes golpes de la templaria.

-Demonio- Dime... ¿como afrontarás tu la muerte? ¿Donde queda toda esa esperanza de ayudarla, cuando nisiquiera puedes ayudarte a ti mismo? jajajaja... "esperanza", fuente de vuestro mayor poder, y mayor debilidad.

Preguntó de manera burlona, apuntando con el bastón por el que anteriormente proyectaba llamaradas hacia la templaria.

La bestia murió bajo mis espadas como tantas otras antes que ella.

Me gire para ir a ayudar a la guerrera y la vi tirada en el suelo sangrando por la boca y gritando de dolor.

Aun tenia una oportunidad de salvarla por pequeña que fuera.

-Espero que mi poder de sanación sea suficiente para que no se muera.

-No tengo intención de morir ahora y menos de que tu seas mi verdugo.

En ese instante empece a notar como una oleada de energía recorría mi cuerpo.

El poderoso Deathmaster probablemente esperaba una precipitada huida por parte del insignificante humano, de modo que aunque no lo exteriorizara le sorprendió que cargara contra él, mas despues de aquella muestra de su tremebundo poder. Pero ¿era este poder tan grande como aparentaba?...

Seguramente el echo de que Gerarlt no supiera absolutamente nada de la telequinética, le sumiria en la impotencia. Ambas espadas que tan ferozmente se dirigian al cuello del encorbado demonio se detuvieron a unos 30 centímetros del mismo, detenidas por una fuerza que superaba el entendimiento de Gerarlt. El deathmaster ni se inmutó.

-Demonio- Tu... criatura recien nacida y de repugunante ego, nosotros dominabamos cientos de mundos mientras vosotros os arrastrabais a cuatro patas en esta que llamais Tierra. Hijo bastardo del Orden, que sabes tu acerca de los verdaderos verdugos...

La mirada del Deathmaster se clavó en los ojos de Gerarlt mientras este, por mas fuerza que imprimía a sus espadas no era capaz de atravesar aquel escudo invisible.

Sin embargo, aun cuando nada mas que la oscuridad y la muerte parecía cernirse sobre aquella antiguamente céntrica plaza, algo realmente impactante llegó a los oidos de Gerarlt: una melodía.

Los edificios de alrededor reflejaron el sonido en forma de eco y una voz femenina, casi infantil, inundó la plaza. La fuente de aquella angelical voz estaba en el centro, era la templaria alzando un canto que parecía entonado desde el mismisimo cielo. Estaba arrodillada, su aspecto seguia siendo deplorable y las lineas negras de corrupción seguían destruyendo su interior... pero cantaba, y Gerarlt núnca escucharía una melodía mas alentadora, mas llena de poder, mas tranquilizadora, mas llena de valor, rectitud y a la vez dulzura, esa era la voz de un angel, tenía que serlo, pues no hay forma de explicar el valor que aquel canto infundió en Gerarlt, comprendiendo que la decisión correcta no se trata de huir o enfrentar, sino de núnca rendirse.

Antes de que el demonio pudiera girarse para ver la fuente de la melodía y mientras Gerarlt aun presionaba con sus espadas con la esperanza de traspasar aquel escudo telequinético, la templaria se iluminó, y su espada centelleó reflejando la luz en toda la avenida. No podía nisiquiera levantarse, pero arrodillada en su posición lanzó su espada que parecía imbuida de alguna forma con aquella luz.

Y como justa respuesta a la maldición que estaba consumiendo su vida, aquella espada imbuida, al entrar en contacto con el escudo invisible, lo volvió visible por un instante e inmediatamente lo atravesó, clabandose en la espalda del demonio.

-Demonio- ¡ARGH!

Gritó el sorprendido demonio mientras la templaria volvía a derrumbarse sobre el asfalto, dando a entender que su última voluntad era que Gerarlt acabase el combate por ella, otorgandole la igualdad que necesitaba para enfrentarlo.

Pero el recien iniciado calbario del deathmaster no acabó ahí, al desaparecer su misteriosa protección, ambas espadas de Gerarlt alcanzaron su destino hiriendo aun mas al demonio que no tuvo mas opción que retroceder tremendamente debilitado y aun con la espada templaria clavada en su espalda.

-Demonio- ¡Yo os maldigo, ratas! vuestro fanatismo y atrebimiento morirá con vosotros. ¡¡¡AAAHHHH!!!

Finalmente desde su posición, una enorme llamarada salió proyectada directamente hacia Gerarlt, aquello estaba muy lejos de ser los simples golpes y zarpazos de los stalkers.

Me lance sobre el demonio con las dos espadas, esperaba golpearle con toda la fuerza que tenia pero algo raro paso, cuando estaba a punto de golpear al demonio mis espadas chocaron con una especie de muro invisible y ni siquiera roce al demonio.

-¿Pero que?

Aumente la presión que las espadas ejercían sobre esa especie de escudo pero no conseguía atravesarlo. 

Ahora entendía por que la guerrera no pudo vencer al demonio, parecía ser imposible golpearle, estaba a punto de rendirme cuando empece a oír una canción. Al principio no sabia de donde venia, sonaba desde todas partes, hasta que vi que quien cantaba era la guerrera.

Hacia un rato estaba medio muerta y ahora estaba allí, arrodillada, y entonando una hermosa melodía celestial que me dio fuerzas para no rendirme y seguir intentando atravesar ese muro invisible. 

De repente vi como el escudo se hacia visible y se rompía.

Mis espadas, libres de la resistencia del escudo, siguieron su trayectoria con fuerza e hirieron al demonio justo en el momento en el que vi la espada de la guerrera clavada en su espalda.

-Ella a roto el escudo, no desperdiciare esta oportunidad.

Y de repente vi como unas llamas lanzadas por el demonio se dirigían hacía mi.

 La tormenta de llamas me envolvió y me provoco unas cuantas quemaduras bastante dolorosas.

Cuando las llamas se disiparon un poco empece a correr hacia el demonio con las espadas preparadas para golpearle, y mientras corría hacia el le dije:

-Dime demonio, ¿como afrontarás tu la muerte?

La pelea final entre el deathmaster y Gerarlt había comenzado, el habilidoso guerrero se apresuró a aprovechar la oportunidad que le había brindado la moribunda templaria con sus ultimas fuerzas y desde luego eso era lo mas inteligente.

Aunque las llamas alcanzaron de lleno al Gerarlt, la notable fortaleza de este le permitió que a pesar del dolor de las quemaduras sus espadas fueran igual de veloces que antes, asi como su determinación. El herido demonio no tuvo oportunidad de esquivar ambas espadas, haciendo que de nuevo su negra sangre se derramara sobre la plaza. Sin embargo resiste, aun resiste, pero sabe que su vida pende de un hilo al igual que la de su oponente.

-Demonio- ¡No te atrebas a subestimarme, humano!...

Gritó con aquella inquitante voz antinatural. Esta vez no sería una llamarada, sería algo mucho peor, el deathmaster alzó el bastón, y a la par, un coche destrozado y quemado que había en la plaza se elevó tambien, flotando en el aire gracias a algun tipo de fuerza telequinética. Y con un movimiento rapido de bastón, el coche salió proyectado contra Gerarlt, las heridas serían serias si era embestido o aplastado por aquel amasijo de hierros.

Cuando le volví a atacar nada detuvo mis espadas, parecía que el combate estaba un poco mas igualado a pesar de que la fuerza del demonio era bastante superior a la mía pero por lo menos ya podía golpearle.

-No te subestimo demonio, se que eres poderoso, pero yo no pienso quedarme atrás.

De repente vi como alzaba su bastón y un coche se levantaba del suelo y salia volando hacía mi, pero lo esquive haciendo una pirueta hacía la izquierda.

-Igual si que le subestime un poco.- Pensé mientras volvía a la carga con un grito de ira.

-¡AAHHH!

"Y Dios guió sus espadas". Eso es lo que los mas devotos pensarían. El debilitado demonio no pudo hacer nada para evitar ambas estocadas de Gerarlt, que terminaron atravesando al Deathmaster de lado a lado.

-Demonio- Ngh...

Su voz se ahogó en su propia sangre negra y pegajosa que salía tanto de sus heridas como de su boca. No hubo mas gritos, no hubo mas maldiciones, el deathmaster se desplomó inerte sobre el asfalto aun con los ojos abiertos por la incredulidad.

A los oidos de Gerarlt dejaron de llegar sonidos, un tétrico silencio inundó la plaza, el guerrero, tras comprobar hace no mucho que no era el ultimo humano sobre la tierra, estaba de nuevo sólo... ¿o quizas no?...

Alquien le miraba aun, su visión era borrosa y su conciencia se mantenía aun por pura fuerza de voluntad, era la templaria, que con una sonrisa casi imperceptible celebró la victoria de Gerarlt. No se movía, sabía que estaba sentenciada, que había fracasado, pero aun habiendo fracasado, su trascendental labor aun tenía una posibilidad de llevarse a cabo, sólo que Dios había decidido que alguien mas tomaría el relevo para llamarla a ella al eterno descanso.

En el momento que atacaste al Deathmaster por ultima vez con ira, sufres un flashback en el que puedes verte a ti mismo, con mucha ira en el rostro y ojos propios de un demonio lanzando una llamarada similar a la del deathmaster contra algo, no puedes ver contra qué, pero en ese momento recuerdas que sabes hacer eso, y que en algun momento lo olvidaste.

Mis espadas cortaron al demonio por la mitad y una imagen vino a mi cabeza mientras el demonio caía al suelo,  era yo mismo lanzando fuego por las manos. 

-¿Que significa esto?.- Pensé asombrado, pero no era momento para esas cosas.

La plaza estaba vacía y la guerrera estaba agonizante.

Me dirigí hacia ella lo mas rápido que pude y le pose una mano sobre la frente.

-Voy ha intentar curarte.- La dije para que no se asustara.

-Espero que esto no solo funcione sobre mi.

Al principio, la templaria contemplaba inmovil a Geralt mientras este probaba sus habilidades curativas sobrenaturales sobre ella. Gerarlt no recordaba haber tenido algo tan bello entre sus brazos, los ojos del guerrero luchaban por no perderse ni un apice de la imagen de aquel angel hecho humano.

Sin embargo, nada sucedía, las habilidades de Geralt estaban bien, pero desgraciadamente la templaria no se estaba muriendo por sus heridas (las cuales en efecto sanaron) sinó por una de las mas terribles maldiciones que los demonios sabían formular para matar de forma cruel y dolorosa a los humanos.

La mano de la templaria se alzó temblorosa y debil hasta posarse suavemente sobre la de Gerarlt, indicandole que era suficiente. Y hablo con una voz suave y apagada.

-Templaria- Este es ... el final de mi viaje... guerrero, pero tambien es el principio del tuyo... hay una importante misión... que debe ser culminada... de ella depende... el futuro de la humanidad...

A duras penas, de su cinturón, saco un estuche cilindrico reforzado y con una cerradura digital de alta seguridad, y se lo tendió a Gerarlt.

-Debes entregar esto a... Dianeira y sólo a Dianeira, para ello dirigete a las "Puertas del Cielo" y busca a Alicia, ella estará allí, aunque no la veas...

Acto seguido llevó la mano a su corazón y presionando un botón oculto de su a avanzada armadura desconectó una targeta con un microchip, y al extraerla todas las luces de su traje se apagaron, para los agudos oidos de Gerarl fue obvio como la energía dejo de fluir. La templaria tambien le entregó aquella targeta electrónica en la que se podía leer claramente "SYNPHOGEAR".

-Debes convencer a Alicia para que te deje pasar, esto te ayudará...

No había tiempo para mas exlicaciones su tiempo se había terminado y el relevo había concluido, con su último aliento entregó su credo a Gerarlt.

-La voluntad... tu mejor arma... la fe... tu mejor escudo... la verdad es la llave... para el renacimiento... aun... hay... esperanza.

Y su corazón dejo de latir, su sangre se había corrompido por completo, a pesar de aquella horrible muerte, la ultima palabra que salió de su boca fue "esperanza". Ahora Gerarlt era libre de elegir su destino, vivir como errante hasta que la edad o los demonios reclamaran su vida, o embarcarse en una misión que podría cambiar no sólo el futuro de la humanidad, sino algo mucho mas allá de lo imaginable.

Sus heridas sanaron bajo mis habilidades pero la guerrera seguía muriendo y sabia que no podía hacer nada para evitarlo.

De su estuche saco un cilindro, me lo ofreció y me dijo que se lo diera a Dianeira.

-Así que hay mas.-Eso era algo que me alegraba profundamente, llevaba años pensando que solo quedaba yo y en un solo día había descubierto que al menos había otras 3 personas.

Se saco una tarjeta de la armadura, la cual se desconecto, y también me la dio para que pudiera pasar por un sitio llamado "puertas del cielo".

Entonces el corazón de la guerrera dejo de latir, pero nunca olvidaría su ultima palabra, esperanza.

-Si, aún hay esperanza.- Pensé para mi mismo.

-Descansa en paz noble guerrera, yo terminare tu viaje.-  

Me levante y me prepare para buscar eses "puertas del cielo".