Partida Rol por web

Una sonrisa se esbozo en mi rostro tras escuchar la respuesta de Nova ante la actual situación y sus limitaciones, despues de todo era algo que yo mismo había sugerido, a lo que dejando escapar un leve suspiro, enserie la mirada y observe al frente, dejando así que con un tono de voz formal, decidiera el futuro de mi compañera, con un gesto del todo altruista.

- Yo Jason Crownguard, AKA Raven, autorizo con pleno uso de mis capacidades fisicas y mentales, la liberación de las tres leyes sobre la IA Nova, sobre mi traje, dejando bajo su propia responsabilidad y libertad de acción de ahora en adelante dando así libre albedrío a sus funciones básicas y ampliando sus funciones adicionales - Creí que con eso fuera suficiente por lo que aligere el tono y nuevamente deje salir una leve sonrisa.

- Eres libre para actuar como mejor te parezca, encanto - le sonreí - esperó poder seguir trabajando contigo como siempre - concluí.

Después de su actualización me reuniría con el resto, parecía que el fin se acercaba poco a poco, pero la única pregunta que me surgía en la cabeza era; ¿Quien ganaría?...

Tras abandonar la escuela de Ingenieros de la que me había "actualizado" me acerque a donde sería mi proximo destino para lo que se antojaba a la misión mas importante que había hecho, en el hangar había un sin fin de personas moviendose de un lado para otro, era lógico, jamas había existido tal despliegue, ahora podría parecer un mar de caos pero era sin duda una orquesta bien guiada, todos trabajando por un bien común y eso era algo que me agradaba ver, una lastima que surgiera bajo aquellas circunstancias.

Me acerque al grupo poco a poco mientras observaba a cada uno de sus integrantes, la que me llamo a primera instancia fue la evocadora de la cual se había dado tal percance, aunque la apariencia de Adirael era la mas rara, por ese momento deje pasar la vestimenta para acercarme al grupo.

- Claire...así que vas a acompañarnos - fue lo primero que mencione nada mas acercarme lo suficiente como para que me escuchará - es curioso como dos ideales de tu maestra pueden converger de formas tan diferentes, bueno, mientras puedas proteger, en vez de traicionar, supongo que todo estará bien, pero por favor, la proxima vez, no tengas miedo a lo que no conoces - le mencione algo de sarcasmo, no era la persona que mejor me cayera y dadas las circunstancias, en la que menos confiaba, pero para algo la habían traído, así que sencillamente acepte su presencia hasta que acabáramos la misión.

Luego mire a Adirael y con la mano le señale el conjunto que llevaba con la ceja arqueada - Curioso atuendo - puntualice mientras le miraba - aunque te ves extraño - dije con plena confianza y sinceridad, luego y con paciencia escuche lo que tenía que decir, de una forma o de otra este podía ser el viaje mas peligroso que habíamos enfrentado.

- ¿Un tanque, un ejecutor, una bomba y un estratega de guerra, luego una mensajera y enlace pero, que eres tu Adirael en ese grupo? - fue el primer pensamiento que surgió en mi mente, si Adirael tenía un plan de incursión, debía de tener en sí mismo, un plan para aquel grupo.

- ¿Apoyo? - pensé con los brazos cruzado, pero las cualidades del psíquico eran muy superiores para ese papel, un leve suspiro salio desde el fondo de mis entrañas al no poder descifrar los planes de el psíquico, planes que temía intuir, pero que no deseaba ver.

Me acerque a Adirael y le mire cara a cara, bajo aquella capucha y tras mi visor, solo se podían transmitir palabras pero, sabía que mis ojos le atravesaban como si fuera un lago tenue esperando a convertirse en un caudal enfurecido.

- Espero que nuestra voluntad conquiste el futuro, no tenemos otra opción de todos modos - espeté, luego me gire y me coloque a su lado observando a la multitud, no solo a el singular grupo que había conseguido.

- a veces me pregunto si, luchamos por egoísmo o por altruismo pero, siempre que pienso en las vidas que logramos salvar y las que nunca envejecieron, siento que si ser egoísta y cumplir mis ideales para la humanidad para que sea feliz, pues que así sea, cargar con los pecados de nuestras acciones para que otros no puedan cometerlas, supongo que eso es lo correcto -

al concluir aquello le dí una palmada en el hombro al psíquico para retirarme hacía el vehículo.

- Muchos confían en nosotros, sabes...y no planeo defraudarles...- concluí mientras me repetía esas palabras también para mi mismo, que cara de la moneda eramos nosotros para el destino, no lo sabía pero, si era necesario, sería lo que hiciera falta por la humanidad misma, eso era algo que tenía presente desde hace mucho.

Todos, salvo la siempre aparentemente despreocupada Yehudith, cambiaron el semblante tras escuchar a Adirael, todos eran conscientes de hasta que punto iban en contra de las probabilidades, todos conocían la magnitud del enemigo que estaban por enfrentar, un enemigo que podía hacer que los poderes psiquicos de Adirael pareciesen un juego, la fuerza de Geralt mera debilidad, la punteria de Raven irrelevante, la velocidad de Inma una cámara lenta y la evocación de Claire simples petardos de feria.

Aunque puede que unidos, verdaderamente unidos, fueran mas de lo que ellos mismos creían.

Raven solo tenía que ponerse a los mandos, Nova se encargaría del resto, la escuela de ingenieros habían tomado una serie de medidas especiales en aquel armadillo para pasar desapercividos en su solitaria salida de Elysium por una "puerta trasera". Entre esas medidas estaba el aislamiento de Alicia y el resto de comunicaciones para que no fuesen rastreados por ningun tipo de percepción sensorial de la plaga. El nucleo de Nova estaba alojado en el traje de Raven, asi que ella sería la IAs asistente en aquella misión.

Una vez que estaban todos a bordo del armadillo y con los cinturones abrochados, el armadillo se pondría en marcha.

-Nova- Lucem 1 a control, listos para partir, pasando a modo sigilo.

-Control- Control a Lucem 1, confirmado, ruta despejada. Buena suerte a todos.

La ruta que iban a tomar no salía a la superficie hasta casi dos kilómetros de distancia del geofrente. El veloz armadillo, manejado en plena oscuridad y sin luces por Nova, pronto dejaría artras Elysium para moverse veloz por las calles de Nueva York una vez mas.

De pronto en la lejanía empezaron a escucharse los sonidos propios de una batalla, artillería, explosiones, fuego de gran calibre, aeronaves... la lucha había comenzado y la cuenta atrás para que el Lucem 1 cumpliera con su misión con ella. Dicha batalla era la distracción perfecta para que el equipo no fuese descubierto por el grueso de la plaga.

Nadie habló, nisiquiera Yehudith, era facil saber lo que pasaba por las mentes de la mayoría al escuchar la batalla de fondo como un eco distante. Se hacía dificil decidir que sería peor, si morir en aquella misión o regresar y descubrir que ya no queda nada ni nadie que proteger.

Ahora solo podían tener esperanza y confiar los unos en los otros, necesitaban estar unidos, incluso cuando estuvieran en mundos diferentes.

Yehudith conocía las coordenadas del último escondite de Yecum, que ahora se situaba bastante mas alejado que el anterior, la plaga había caído sobre ellas igual o con mas fuerza que sobre la humanidad y por lo visto no se habían retirado como el resto de legiones.

El lugar se situaba a las afueras de uno de los distritos, en una propiedad privada de lujo, estaba en ruinas, pero en su momento fue seguramente la vivienda de algun magnate.

-Yehudith- Es aqui.

Dijo como si pudiera sentir la cercanía de sus hermanas vivas.

En el hall de la mansión el equipo pudo ver a las primeras sucubos guardando el lugar, les miraban, pero ninguna impidió su paso, no solo ya sabían quienes eran sino que tambien parecían estar esperandoles.

Se cruzaron con almenos treinta sucubos a lo largo de pasillos y salas, todas armadas y bien equipadas, tambien de muchas formas y colores, no todas eran tan soprendentemente humanoides como Yehudith o la misma Yecum, algunas parecían completamente extraterrestres, incluso era dificil creer que fueran la misma especie, a pesar de ellos, el aura de todas seguía siendo igual de incómoda, daba igual su aspecto, eran condenadamente atractivas y el cuerpo seguía reaccionando fuertemente ante semejante estímulo.

Muchas miraban la armadura de Adirael no con temor, sino con verdadera sorpresa y admiración.

-Yehudith- Bueno, parece que nuestra querida Yecum ha hecho los deberes.

-Inma- No me digas...

-Claire- Oh... Señor... como todas se desnuden a la vez vamos a tener un problema...

Claire parecía estar pasandolo especialmente mal, era probablemente la menos acostumbrada del grupo a el poder pasivo de las sucubos, estaba sudando y su cara estaba completamente roja.

-Yehudith- En realidad muchas ya están desnudas, el exoesqueleto como protección es un rasgo bastante común en muchas familias.

-Claire- Gracias, eso ayuda mucho...

Dijo con absoluto sarcasmo.

Finalmente llegaron a un salon bastante grande donde se reunía la elite de aquel grupo de sucubos, incluida Yecum, que fue inmediatamente a recivirles, estaba cambiada, portaba una armadura bastante llamativa y con signos de haber visto muchas batallas.

-Yecum- Bienvenidos a nuestro nuevo e improvisado hogar, al menos puede decirse que las viviendas "de lujo" de los humanos tienen su encanto.

Miró en primer lugar a Yehudith, parecía esforzarse por mostrarse neutral hacia ella.

-Yecum- Yehudith, que estes aquí quiere decir que ese anciano va a cumplir su palabra.

-Yehudith- Asi es, está todo dispuesto en esa cuestión.

-Yecum- Bien, si sois tan amables pues de entregarme la dirección comenzaremos cuanto antes. Y una cosa mas, os pondré a todos una runa en el pecho antes de partir...

-Claire- ¿Que?.

-Yecum- ...a menos que querais morir asfixiados al intante de cruzar el portal, os recuerdo que vamos a otro "planeta" como lo llamais vosotros. Vuestros primitivos cuerpos necesitan oxigeno y ciertas condiciones ambientales que es probable que no se den, he preparado una serie de runas que solucionan ese problema temporalmente. Almenos mostrar un poco de agradecimiento en vez de mirarme asi.

Contra todo pronóstico fue Inma la que dió un paso al frente y dejó su pecho a merced de Yecum, no le tenía ningun miedo.

-Inma- Acabemos con esto...

La presencia de tantas sucubos juntas era algo que estimulaba los sentidos, algo que te invitaba a quedarte allí con ellas y abandonar todo lo demás, algo que no podíamos permitirnos. Seguí al resto del grupo por aquella mansión, dándole aun vueltas a las opciones que teníamos, a la forma en la que podíamos atacar todos juntos, con una erección cada vez mas visible.

-Perfecto, tenemos que viajar a un planeta desconocido, acabar con nuestro enemigo y todo eso con runas en el pecho que nos permitan sobrevivir en un entorno hostil durante un tiempo limitado.- Pensé mientras Inma ya se acercaba para que Yecum comenzara con el proceso. 

Aquella misión cada vez se antojaba mas complicada, pero no era momento para desanimarse, ya no había marcha atrás. Sin decir palabra, espere a que Yecum terminara con Inma y avance, listo para terminar los preparativos, listo para viajar hacia nuestro destino y listo para morir y matar.

 El viaje fue en calma, a pesar de lo que dejaban atrás. Las reacciones a lo que iban a vivir bebían de la expectación. Adirael permanecía inmóvil, como un verdadero cadáver viviente. No podía haber nervios si su rostro estaba oculto, no había debilidad si su traje no la exponía. Nunca había sido más humano, y nunca lo había parecido tan poco.

 Sin echar la vista atrás, pensó en algo reconfortante.

 Cuida de nuestro futuro. Cuida de tí misma.

 El resto también tendría la oportunidad de pensar en lo que importaba, de abandonarse a la esperanza y la confianza en otros. Esa confianza que pronto se vería puesta a prueba en forma de runas. Si el psíquico estaba turbado por aquellos demonios del placer era una incógnita, quien le conociese sabría perfectamente que no admitía ninguna clase de abuso en ese sentido, que lo desdeñaba con todas sus fuerzas, si lo conocían aún más, sabrían que, de caer en su influjo, aquello lo cambiaría para siempre si no le llevaba a la autodestrucción. Aún así, era el mismo Adirael el que había decidido confiar en algo que a todas luces odiaba, sólo por un motivo de peso mayor, la libertad.

 - Agradecemos tu consideración, Maestra de las runas. - reconocí con voz profunda tras la oscuridad de la capucha, no podría ninguna objección, ahora, estaban en sus manos, y aquello requeriría un esfuerzo por parte de todos. Tal vez, aquella fuese la mayor de sus perdiciones, pero cuando no hay una alternativa, cuando una bifurcación te ha llevado a un callejón sin salida, no existe la libertad, sólo la resignación. Adirael no sentía resignación entonces, pero no lo explicaría, su fe ciega en que las súcubos no cometerían el mismo error que las llevó a ser poco menos que mercancía para otras especies era indiscutible. Adirael no reconocía la necesidad de colaborar únicamente, respetaba la voluntad de aquella especie por encima de lo que había hecho ningún humano que no tuviese otro interés, como podía ser el interés o la curiosidad sexual de Geralt.

 Centrando su atención en Claire, trató de confortarla.

 - Todo puede referirse como un proceso natural. Tan natural es que tu química se altere como que consideremos a cualquier individuo de su especie un potencial depredador. No hay de que avergonzarse mientras tu voluntad sea firme y confies en la Verdad. Que eres libre.

 Tampoco mencionaría que, una presa, por libre que fuera, podía ser devorada. Pero más valía ser una presa libre que una presa, sin más.

 - Esta es la información. - la compartiría con Yecum y justo después, advertiría - la fuente es evidente, y aunque confío en esa fuente, he conseguido la información indirectamente. Será una trampa.

 ¿Has pensado también en eso?

 Sabía que sí, Yecum era más estratega que cualquier otro enemigo o aliado. Con un gesto hueco de su diestra le indicó que harían bien en darse prisa dentro de lo prudente.

Conducir, escuchar, observar, prepararse ahora, era lo que unos podían hacer otros guardar silencio, sabíamos a donde nos dirigíamos y sabíamos lo que nos esperaría, por algo nos embarcaríamos en este viaje de solo ida, la calma de adirael era espectral y taimada, la conducta de Geralt recta y firme, la conducta de Inma Inalterable y estoica, la compostura de  Yehudith salvaje e impredecible, la única que no lograba comprender era a Claire, aún notaba desconfianza, aunque en otros tiempos, no habríamos venido a Yecum de esta manera, sin embargo, aún en aquel organizado caos, no sabía como sentirme al respecto.

Las condiciones de Yecum no me asustaban, he incluso admire como Inma se ofrecía la primera a dejarse modificar con las runas de la súcubo, las palabras de Adirael eran como siempre medidas al milímetro, siempre sabía como ser respetuoso incluso con los que no soportaba, era una cualidad que aveces envidiaba, aunque no supiera como se sentía ni como se expresaba su rostro, imaginaba como tenía que ser aquella convicción si queríamos la Libertad por la que siempre habíamos luchado.

Un pensamiento fugaz cruzo mi mente y busque inconsciente con la mirada a las súcubos que ya había conocido.

- ¿Estarán bien? - pensé mientras escuchaba, mientras veía, mientras sentía, ¿esta era la libertad que queríamos?,¿esta era la libertad que por fin no habíamos ganado?, no lo sabía pero si debía seguir adelante para conseguir la libertad que la humanidad necesitaba, pues que así fuera.

Yo no tenía el velo de Adirael, no me hacía falta, tenía un casco que me protegía, protegía mis emociones, o por lo menos las que demostraba por accidente con mi cuerpo, las palabras que podía expresar en este momento, solo serían un estorbo, las acciones eran lo que al final, lo único que importaba, pero, ante las palabras de Adirael, no pude evitar contestarle, mientras esperaba a que implantaran una runa en mi armadura, incluso si la pregunta no era hacía mi persona.

- No es como si alguna vez tuviéramos las cosas bajo control, ¿cierto?, que sea una trampa solo nos da la ventaja de que podremos ir a cumplir nuestro objetivo, sin miramientos ni vacilaciones. - Una respuesta acertada, tal vez, no era algo que importará, solo puntualizaba ese hecho, habíamos venido aquí con una idea de lo que nos esperaría, incluso ahora, no había vacilación, solo determinación, ese era el sentimiento que mas ardientemente sentía en mi pecho, no era el deber ni la obligación, solo la culminación del trabajo por el que todos nos habíamos embarcado en aquella misión.

Uno a uno, Yecum fue colocando las runas en el pecho de los humanos, el proceso era indoloro y rápido, tan solo imponía la palma de su mano y a los pocos segundos la retiraba, los afectados tan solo notaban un ligero cosquilleo como si de electricidad estática se tratase.

-Yecum- Si el lugar proporcionado es el correcto, entonces no es una trampa, su verdadera ubicación es la información mas valiosa para Balban, una información que nadie, nisiquiera nosotras, hemos podido averguar hasta ahora. Llevamos buscando el modo de hacernos con ella desde antes incluso de que vuestra especie no fueran mas que monos saltando de rama en rama en la selva, pero quien poseeía esa información, ese "comerciante", nunca ha estado dispuesto a vendernosla.

Desconozco el motivo por el que os la ha vendido a vosotros, pero tampoco me importa, mientras sea información veráz y podamos matarle de una vez por todas. Vuestra superviviencia es tan solo una cuestión de una larga lista de cosas que se solucionarían con su muerte.

Asi que, si es una trampa, no es Balban quien la ha preparado, eso sería realmente estúpido, por muy poderoso que sea en persona, habría tirado deliberadamente la única carta que no podíamos vencer y estaría asumiendo el riesgo de morir, por insignificante que él lo considere. Balban puede ser prepotente, pero no es estupido.

Mi estimación es que daremos con un lugar bien protegido, pero no nos estarán esperando, creo que hasta cierto punto tenemos el factor sorpresa. Y si me equivoco... bueno, realmente la diferencia será el número de enemigos que vamos a tener que enfrentar.

Sonaba bastante despreocupada al respecto, aunque las sucubos en general siempre sonaban de esa forma, siempre parecían poseer una abrumadora confianza en si mismas.

Yecum finalmente cogió el pergamino de Adirael, lo abrió y se quedó mirandolo detenidamente durante varios segundos, luego posó su mano sobre el dibujo y este se iluminó, para acto seguido desaparecer, restando un pergamino en blanco.

-Yecum- Mmm... puede que haya algun problema.

-Inma- ¿Que quieres decir?

-Yecum- El lugar está... realmente lejos. No es sorprendente dado que lo que buscamos pretendía estar escondido, pero aun asi, creo que todos vamos a ir realmente muy lejos de "casa".

-Claire- Pero ¿acaso la distancia importa cuando os moveis por portales?.

Esta vez fue Yehudith la que procedió a aclarar aquello.

-Yehudith- Los portales conectan con los caminos de las estrellas, estos caminos forman una inmensa red a través del universo, esta permite viajar casi instantaneamente, sin embargo, entre mas lejos quieras ir, mas nodos de dicha red deben ser activados para permitir el paso, por tanto, la distancia no implica tiempo, implica energía... mucha energía.

Yecum, hagamos el rito de ascensión.

-Yecum- Pero enconces nuestas guerreras se quedarán sin fuerzas.

-Yehudith- Ve solo tú, con la fuerza de todas, le daré la señal a Avner, me liberará y tomarás tambien mi energía, debería ser suficiente para que abras el portal y llegues en plenas facultades. Nosotras nos centraremos en cazar aqui para recuperarnos y estar en plena forma para tu regreso.

-Yecum- Pero... ¿será suficiente para vencer a Balban?.

-Yehudith- Lo será, en cualquier caso cuenta mas la calidad, que la cantidad, confía en la fuerza de estos humanos, son criaturas de recursos.

-Yecum- ... de acuerdo, hagamoslo.

Todas las sucubos de la mansión acudieron a aquel salón, nunca ningun humano había visto a tantas de ellas juntas y tan "tranquilas". Todas se dieron la mano formando una cadena que las interconectaba hasta hacer un circuito cerrado.

Yehudith agarró la mano izquierda de Yecum con su diestra, luego activó un pequeño dispositivo que llevaba encima, uno que enviaría una señal muy simple a Avner. Tras el minuto que tardaron en colocarse, la energía empezó a fluir hacia Yecum a la vez que Yehudith era liberada de su contrato de esclava.

Tal fue la cantidad de energía recibida por Yecum que le costó mantenerse en pie, apretó los dientes como si apenas pudiera soportarlo...

-Yehudith- Aguanta, debes llevar cuanto sea posible contigo, solo vais a tener una oportunidad.

Algunas de las sucubos empezaron a desfallecer tras dos largos minutos de transfusión, hasta que finalmente Yecum soltó la mano de Yehudith de manera apresurada, como si su vida estuviese en peligro, llegar al limite de energía recibida era una sensación que practicamente ninguna sucubo experimentaba en su vida, tal poder en el interior podía ser... aterrador, el poder de ir mas allá de donde la imaginación de cualquier ser humano podía alcanzar.

Yehudith no parecía haberse debilitado, pero muchas de las otras sucubos si. La recien liberada esclava se dirigió entonces a los humanos.

-Yehudith- Avner ha cumplido con su parte, ahora soy una sucubo libre y almenos puedo decir que el tiempo que he pasado bajo su contrato, entre vosotros, no solo no ha sido malo, sino que ha sido enriquecedor y eso, no lo voy a olvidar.

Muchas cosas van a quedar ahora integramente en vuestras manos, elegid sabiamente, mas que nunca sereis responsables de dichas elecciones.

Era una despedida, acto seguido, Yecum extendió la mano y se abrió un portal ante ella.

-Yecum- El portal está listo, si necesitais dejar un mensaje aqui antes de partir, es el momento, sino, en marcha, los confines del universo nos aguardan.

Inma avanzó sin decir nada mas, tan solo una mirada fugaz a Adirael, una mirada que solo buscaba reafirmar lo que ya le había dicho una vez, aunque acudieran a los confines del universo, ella permanecería a su ladol, ella sería su espada. Había alcanzado su determinación mucho antes de partir de Elysium, no había rastro de duda o temor en su rostro.

Claire parecía resignada, había pasado por tanto en tan poco tiempo que ya solo podía fluir con el devenir de los acontecimiento, impotente a pesar de considerarse a si  misma como una evocadora especialmente poderosa.

Nova podía transmitir una ultima vez antes de cruzar el portal, transmitiría cualquier mensaje que los presentes quisieran enviar, despues, solo restaba cruzar aquel umbral que les llevaría mas lejos de lo que la mayoría de criaturas de aquel universo habían llegado.