Partida Rol por web

 - Temo que la búsqueda se convierta en mi obsesión. - compartió con Eva, mostrandose muy humano con ello. Por otro lado, no se planteaba como alguien atormentado o sin opciones, parecía saber perfectamente como orientar su momento, su lugar en aquel tiempo. No era una leyenda pasada, era un individuo entrenado para sobrevivir, para perseguir un objetivo y cumplirlo.

 Aún quedaba un alpha con vida.

Y tal vez buscaría la muerte de la mejor forma posible. En eso, tal vez se pareciera a Vexile, aunque en la mente de Adirael no estaba presente el suicidio.

 - La muestra de hoy ha sido estimulante y los conocimientos que has compartido conmigo son todo un regalo. - le concedió amable - me retiraré a descansar.

 Mañana temprano comenzaré con Hope.

 Me preocupa más lo que sabe que lo que tiene por aprender. - asintió convencido.

 Adirael se puso en pie y pareció recordar algo.

 - Respecto a los consejos. - se refería a las artes marciales - me gustaría que no fuese en un entorno virtual.

 Era evidente que no pensaba forzar a Eva a un esfuerzo por encima de su seguridad. Las artes marciales servían para mucho más que golpear a un oponente, y Adirael creía que serían una "rehabilitación" perfecta para un organismo débil. El espíritu era fuerte, encontraría una forma.

 En el entorno virtual podrían centrase en el aspecto práctico si lo deseaban, pero eso sería cuando Eva lo deseara.

 - Estoy abierto a entrenar contigo cuando lo creas necesario. No dudes en fijar tus propios horarios. - él los respetaría.

 Cuando Adirael dejase a Eva, ya fuese entonces o más tarde, tomaría una determinación, apuntarse a un torneo de arenas en solitario, si era posible, a poder ser con los últimos en la clasificación. el único requisito es que aceptasen que fuese en 2.0 y que estuviesen dispuestos a enfrentarse a un único oponente. Si no entraba dentro de las reglas del rankeado, no le importaría hacerlo como un llamamiento para entrenar.

 Eva puede que no tuviese mucho más que evolucionar...Adirael quería ser el combatiente perfecto, y aquello no se traducía en hacer explotar a balban ante su impotencia de derrotarle, se trataba de establecer la defensa más poderosa que un humano ha podido crear jamás. El era un defensor de la humanidad, no un guerrero. Aquello no traicionaba sus creencias en la paz y la armonía de sus artes únicamente porque era el entrenamiento necesario para ascender a un nuevo grado.

 Como los cinturones más débiles se enfrentan a los inmediatamente superiores para adquirir un nuevo color.